Pueblo judío

grupo étnico diverso con similitudes culturales de tipo religioso y lingüístico
(Redirigido desde «Judío»)

El pueblo judío es una colectividad étnico-religiosa y cultural descendiente del pueblo hebreo y de los antiguos israelitas del levante mediterráneo.[6]​ La religión constituye un posible aspecto de pertenencia al pueblo judío así como las tradiciones, prácticas culturales, sociales y lingüísticas. Si bien pueden presentar características comunes, tales como el idioma o la creencia, los judíos no constituyen un grupo étnico homogéneo, y por ello la definición precisa de judío es controvertida y puede variar dependiendo del énfasis que se haga en la observancia religiosa o en la identidad secular.[7]

Pueblo judío
יהודים (Yehudim)

Descendencia 14 047 400 (año 2018) [1]
Idioma Lenguas históricas:
hebreo antiguo
yidis
judeoespañol
Lenguas litúrgicas:
hebreo
arameo
Lenguas de la diáspora:
hebreo
inglés
francés
español
portugués
alemán
polaco
ruso
yidis
Religión judaísmo
Etnias relacionadas semitas
Asentamientos importantes
6 806 000[1] Bandera de Israel Israel
5 700 000[1] Bandera de Estados Unidos Estados Unidos
450 000[1] Bandera de Francia Francia
392 000[1] Bandera de Canadá Canadá
292 000[1] Bandera del Reino Unido Reino Unido
180 000[1] Bandera de Argentina Argentina
165 000[1] Bandera de Rusia Rusia
150 000[2][3][4] Bandera de Chile Chile
118 000[1] Bandera de Alemania Alemania
118 000[1] Bandera de Australia Australia
92 600[1] Bandera de Brasil Brasil
67 500[1] Bandera de Sudáfrica Sudáfrica
58 876[1][5] Bandera de México México
48 000[1] Bandera de Ucrania Ucrania
47 300[1] Bandera de Hungría Hungría

Los judíos han sufrido una larga historia de persecución en diferentes lugares y su población ha ido variando a lo largo de los siglos. Según datos de Berman Jewish DataBank, en el 2015 la población judía alcanzaba los 14,3 millones, lo que representa alrededor de un 0,2 % de la población mundial.[8]​ La mayoría de ellos reside en Israel y los Estados Unidos. Según investigaciones llevadas a cabo en la Universidad Hebrea de Jerusalén, el 96 % de los judíos que residen fuera de Israel tiende a concentrarse en diez países.[9]

Etimología

 
León de Judá. El león, símbolo de Judá. Relieve con inscripción hebrea: « יְהוּדָה ».[10]
 
Mapa de los dos reinos hebreos hacia 830 a. C.[11]
 
En Mesopotamia: Purim. Esther y Mordecai escriben las cartas a los judíos, siglo V a. C.[12]​ Óleo por Aert de Gelder, 1675.[13]​ Colección Hirsch, Argentina.

El término judío (en hebreo יהודי—Yehudi) procede de Judá (יְהוּדָה—Yehúda, cuarto hijo del patriarca bíblico Jacob). En un sentido territorial, Judá (יְהוּדָה, es decir, Judea) designaba al Reino de Judá, entidad política que existió en el levante mediterráneo, unos mil años antes de Cristo y hasta el 70 después de Cristo.[14]​ Los habitantes del Reino de Judá eran conocidos como judíos, término que luego fue ampliándose hasta abarcar a todos aquellos que habían emigrado desde allí hacia otras regiones e incluso fue aplicado luego a sus descendientes.

Como adjetivo gentilicio hebreo que deriva del nombre propio Judá, el término judío aparentemente no fue aplicado para designar a los miembros de la tribu, pero sí lo emplea Jeremías en el texto bíblico, dándole un sentido nacional, en referencia a aquellos habitantes del sureño Reino de Judá que permanecen fieles a Yahvéh:[15]

Entonces vino la palabra de Yahvéh a Jeremías en Tafnes, diciendo:
«Toma en tus manos piedras grandes y escóndelas en la mezcla en la terraza de ladrillo que está a la entrada del palacio de Faraón en Tafnes, a vista de la gente judía» (Jeremías 43:8-9).[16]

Cuyo texto original en la Biblia hebrea es:

וַיְהִי דְבַר יְהֹוָה אֶל יִרְמְיָהוּ בְּתַחְפַּנְחֵס לֵאמֹר

קַח בְּיָדְךָ אֲבָנִים גְּדֹלוֹת וּטְמַנְתָּם בַּמֶּלֶט בַּמַּלְבֵּן אֲשֶׁר בְּפֶתַח בֵּית פַּרְעֹה בְּתַחְפַּנְחֵס לְעֵינֵי אֲנָשִׁים יְהוּדִים

ירמיהו 43:ח-ט (Jeremías 43:8-9).[17]

Los habitantes del Reino de Judá serán desde entonces conocidos como judíos, término que luego se amplió hasta abarcar a todos los "hijos de Israel" (בְּנֵ֥י יִשְׂרָאֵֽל),[18]​ incluyendo a aquellos que habían emigrado hacia otras regiones y aplicándose luego también a sus descendientes.[19]

El término judío guarda también una estrecha relación con aquellos habitantes y miembros del Reino de Judá que fueron forzados al exilio y cautiverio en Babilonia, pero fueron leales a Yahvéh y después obtuvieron de los persas el permiso para regresar a su territorio natal, aplicándose por ello el término judío tanto al hebreo que retornó a él como a aquel que permaneció en Mesopotamia.[20]

En castellano, el término judío procede del latín Iudaeus, que a su vez proviene de la antigua lengua judeo-aramea Y'hūdāi, correspondiéndose con el hebreo Yehudi (יְהוּדִי).[21]​ Existe además una correspondencia etimológica entre varios idiomas; así, por ejemplo, Jude en alemán, juif en francés, jueu en catalán, Jew en inglés, xudeu en gallego, chodigo en aragonés, jøde en danés, y zsidó en húngaro. Con todo, existen también idiomas en los que los judíos son denominados hebreos, tal como sucede en persa y en griego (Εβραίοι), así como en italiano, rumano, ruso y demás lenguas eslavas.[22]

Un posible significado del término judío es 'Alaba al Eterno'.[23]​ La palabra judío no aparece en la primera sección de la Biblia hebrea (Pentateuco o Los Cinco Libros de Moisés), pero sí en sus otras secciones ya indicadas, así como también en el Libro de Ester (que en el judaísmo constituye un texto aparte y que es leído en Purim).[24]​ Ello sin embargo no significa que el término Iehudi/Judío tenga sentido peyorativo alguno en caso de ser comparado con su predecesor, Ivri/Hebreo.[24]

Judíos y judaísmo

Hasta el siglo XVIII, los vocablos judíos y judaísmo eran prácticamente sinónimos. Sin embargo, la llegada de la Haskalá (ilustración judía) supuso un cambio radical en la mentalidad de muchos judíos que se vieron a sí mismos como miembros de un mismo pueblo, pero separados de la tradicional adhesión a la fe judaica.

Identidad judía

 
Yehuda Pen, Hombre del shtetl, Bielorrusia, 1890-95.

El pueblo judío se considera a sí mismo descendiente de Judá, hijo de Jacob, a su vez hijo de Isaac, quien era hijo de Abraham. Según la tradición monoteísta, el pueblo judío tiene su origen en Abraham, proveniente de Ur, siendo Abraham el primer patriarca y a quien se reveló el Dios único.

Pertenecer al pueblo hebreo no dependía de ningún origen étnico o racial, sino de la adhesión individual o colectiva a la Alianza con Yahveh; este pacto no era un privilegio, sino que implicaba el cumplimiento de deberes para con Dios, cuya característica original y distintiva era el ser único.[25]

Cuando Moisés condujo al pueblo hebreo desde Egipto hasta la Tierra de Israel, una multitud de hombres y mujeres de diversos orígenes se unieron a ellos y los acompañaron durante el Éxodo. Una vez liberados de la esclavitud, los descendientes de Jacob se mezclaron con ellos; es decir, los hebreos se casaban con cualquier persona que abrazase la fe en el Dios único y aceptase la Alianza.[26]

Generalmente, el uso del término judío se utiliza para referirse a tres grupos: a aquellos que tienen orígenes étnicos judíos, a aquellos que practican el judaísmo y a aquellos que se identifican como tales por su identificación cultural e histórica. La halajá, la ley judía, da otra definición de la identidad judía. De acuerdo con la legislación judía, judío es aquel que: a) es hijo de madre judía (ley que deriva del pasaje de Deuteronomio 7:1-5)[27]​ o b) aquella persona que se convierte formalmente al judaísmo bajo la supervisión halájica de un reconocido Bet Din (corte judía) presidida por tres dayanim (jueces). Este proceso de conversión está desarrollado en textos legales judíos, tales como el Talmud, el Shulján Aruj y las interpretaciones de la ortodoxia rabínica.

Pero además de esa definición ortodoxa existen otras definiciones, como las de las corrientes reformistas, reconstruccionistas y liberales, que afirman que es judío aquel que tiene, al menos, un progenitor judío. El humanismo judío afirma que es judío quien «se siente» como tal, sin importar si tiene ascendencia judía o si ha pasado por un proceso de conversión religiosa.

Por conversión

 
Marilyn Monroe se convirtió al judaísmo en 1956.[28]
 
Baruj Spinoza, excomulgado por panteísta.

Si bien el judaísmo no la fomenta, y a lo largo de la historia no se conocen casos en donde el pueblo judío haya sometido a otro a convertirse, si es cierto que tiene en consideración la conversión, si bien es preciso disponer de un estudio amplio sobre la Torá, capacitado por un Moré (Maestro). Los criterios para aprobar la conversión al judaísmo, si bien varían según las distintas corrientes, suelen ser muy estrictos, puesto que se busca por parte de los rabinos que la conversión sea sincera y sin motivaciones ulteriores.

En el pasado hubo ejemplos de conversiones en masa al judaísmo, como es el caso del pueblo de Samaria, que sin ser descendientes de Jacob en un sentido físico, abrazaron el judaísmo, aunque nunca perdieron del todo sus creencias y costumbres, por lo cual los judíos ortodoxos de Jerusalén nunca los vieron con total agrado.[cita requerida]

Pérdida de la condición de judío

En cuanto a la pérdida del judaísmo, acorde con la ley judía (Halajá), no existe modo de perder el judaísmo. Quien nace judío o se convierte, no pierde su condición de judío incluso después de cometer uno de los tres peores pecados: paganismo, asesinato o aberraciones sexuales. A pesar de esto, la ley judía utilizó otra arma contra pecadores de mayor escala: el expulsar de la comunidad (“El Herem” o “El Nidui”). El poder de separar de la comunidad se remonta a las primeras épocas bíblicas, pero se empezó a usar en forma sistemática durante la época talmúdica en el segundo Templo de Jerusalén; su uso continuó eventualmente durante la era moderna. Baruch Spinoza y Uriel da Costa son algunos de los judíos más importantes que fueron excomulgados de la comunidad. Pero, de acuerdo con la ley judía, existen caminos para ser aceptado nuevamente en la comunidad (dado que, según la mencionada ley, la judeidad es en principio algo de por vida).

Babilonia y Roma

Después de la destrucción del Segundo Templo, los judíos perdieron muchas de sus ramas. Sin embargo, una cantidad importante de helénicos permaneció en Alejandría. Sin templo, los judíos que aún hablaban griego dejaron de ver a Jerusalén de la misma manera en la que solían verla. Los judíos se separaron según su idioma en griegos y hebreos.[29]​ Además, las creencias y los textos bíblicos de cada comunidad diferían en varias cosas.[29]

Para el primer siglo, la comunidad judía en Babilonia, a la que habían sido exiliados después de la conquista babilónica, así como la revuelta Bar Kokhba en 135 a. C., ya había comenzado a crecer.[30]​ Entre los años 200 a. C. a 500 a. C., en ese lugar se concentraba alrededor de un sexto de la población total de judíos en esa era.[31]​ Para el siglo XIII el autor Bar Hebraeus decía que había alrededor de 6 944 000 judíos en el mundo romano.[32]

Grupos étnicos

Asquenazíes

 
Niño asquenazí.[33]

Ashkenaz es un término geográfico empleado originalmente por los judíos para referirse a los territorios centroeuropeos de habla alemana (con origen en Sajonia, posible origen de la palabra). El término asquenazí (plural: asquenazíes; en hebreo: אשכנזיםashkenazim), en sentido más amplio, se refiere a los judíos procedentes de la mayoría de territorios de la Europa Central y Oriental (Rusia incluida), que comparten a grandes rasgos ritos comunes y cuyo rasgo unitario es el uso histórico de una lengua común, el yidis, una lengua germánica con influencia hebrea y eslava (de distinto nivel, conforme la rama y el dialecto).

En términos generales, los judíos cuyas raíces se encuentran en los Balcanes (Bulgaria incluida) y territorios europeos más occidentales o mediterráneas (península ibérica, Italia, Grecia, Turquía, los Balcanes, Inglaterra, Países Bajos y Francia) son en su mayoría sefardíes y no asquenazíes (contrariamente a la opinión general que asquenazí es sinónimo de judío europeo), ya que sus ancestros procedían de la península ibérica (véase a continuación). En el caso de Francia, algunas comunidades minoritarias, como los judíos alsacianos, sí son asquenazíes.

Sefardíes

Sefarad es el nombre hebreo dado a España, tanto históricamente como el nombre del actual país en hebreo moderno. Su gentilicio y componente étnico, sefardí (plural: sefardíes; en hebreo: ספרדיםsfaradim, admitiendo en español también la forma sefardita/s) es el término tanto histórico como moderno que se refiere a los judíos originarios de la península ibérica, a saber, España y Portugal. La historia de los sefarditas en la península ibérica se remonta a la Antigüedad.[6]​ Los sefardíes hicieron grandes contribuciones a la cultura ibérica, donde residieron no menos de quince siglos. Por la persecución emprendida por el catolicismo debieron emigrar de España en 1492.[7]​ A los descendientes de esos judíos se les sigue llamando sefardíes, sefaraditas o sefarditas, sin importar en qué parte del mundo hayan nacido. Pese a la expulsión de la península ibérica, los exiliados sefardíes encontraron refugio en sitios tan diversos como el Magreb, Egipto, Italia, Grecia, Turquía, Tierra Santa, Países Bajos (tras su independencia de los Países Bajos Españoles) y el Nuevo Mundo.[8]

 
Rabino sefardí.[34]

Uno de los idiomas hablados por los sefardíes es judeoespañol o ladino, que es un dialecto castellano. Los sefardíes poseen costumbres ancestrales y un rito religioso hebraico que les es propio. En 1924, el general Primo de Rivera concedió la ciudadanía española a los judíos sefardíes por «razones históricas», lo cual salvó muchas vidas durante la Segunda Guerra Mundial. El cónsul español Ángel Sanz Briz pudo salvar en Hungría a miles de judíos del Holocausto, declarando que los judíos sefardíes eran ciudadanos españoles y, por tanto, pertenecían a la jurisdicción de su gobierno.[9]

En 1991, Yad Vashem (Museo del Holocausto en Israel) distinguió las acciones de Sanz Briz, concediéndole a través de sus herederos el título de Justo entre las Naciones e inscribiendo el nombre del cónsul español en el memorial de la Shoá. En 1994 el gobierno húngaro le concedió a título póstumo la Cruz de la Orden del Mérito de la República Húngara. Sanz Briz fue el primer diplomático español que apareció en un sello de correos de España.

La ley 12/2015, de 24 de junio, en materia de concesión de la nacionalidad española a los sefardíes originarios de España, acordó conceder la nacionalidad española a los descendientes de sefardíes que pudieran acreditar su origen, demostraran una vinculación especial con España y acreditaran conocimientos de la lengua y la cultura españolas.[35]

Mizrajíes

 
Mizrají orando.[36]

Mizrají (plural: mizrajíes; en hebreo: מזרחיםmizrajim) es el nombre dado a las comunidades judías que inmigraron de los países del Medio Oriente, notablemente de Yemen, Irak e Irán. Muchos los denominan erróneamente sefaradim dentro del mismo Israel, aunque nada tienen que ver con la península ibérica.

El término correcto para denominarlos en hebreo es edot hamizraj (comunidades del Oriente). Toman su interpretación de los preceptos de las escuelas rabínicas de Babilonia. Son los judíos del mundo árabe e iranio.

Beta Israel

 
Beta Israel miembro de la Policía de Fronteras de Israel.

Los judíos de origen etíope —conocidos también con los términos Beta Israel (en hebreo: ביתא ישראל, Beta Israel, «Casa de Israel»; ge'ez: ቤተ፡ እስራኤል Bēta 'Isrā'ēl, modernamente Bēte 'Isrā'ēl) o falashas (en amárico «exiliados» o «extranjeros»), que puede ser considerado peyorativo— son la parte del pueblo judío oriundos de Etiopía y sus descendientes.

Cerca del 80 % de ellos (más de 100 000) viven actualmente en Israel, lugar a donde comenzaron a emigrar a mediados del siglo XX gracias a la ley de retorno de 1950.

Estudios genéticos

Los estudios de cromosoma Y tienden a implicar un pequeño número de fundadores en una población antigua cuyos miembros se separaron y siguieron diferentes rutas de migración. En la mayoría de las poblaciones judías, estos ancestros masculinos parecen haber sido principalmente del Medio Oriente. Por ejemplo, los judíos asquenazíes comparten linajes paternos más comunes con otros grupos judíos y del Oriente Medio que con poblaciones no judías en áreas donde los judíos vivían en Europa. Esto es consistente con las tradiciones judías al ubicar la mayoría de los orígenes paternos judíos en la región del Medio Oriente.[37]

Las investigaciones realizadas por Nebel et al. sobre las relaciones genéticas entre judíos asquenazíes, kurdos y sefardíes (norte de África, Turquía, península ibérica, Irak y Siria) indican que los judíos son más similares genéticamente a los grupos del norte de la Media Luna Fértil (kurdos, turcos y armenios) que sus vecinos árabes, y sugieren que parte de esta diferencia podría deberse a la migración y la mezcla de la península arábiga durante los últimos dos milenios (en ciertas poblaciones actuales de habla árabe). Teniendo en cuenta el momento de este origen, el estudio encontró que el origen genético común de Oriente Medio (de las poblaciones judías) es anterior a la etnogénesis en la región y concluye que el conjunto de cromosomas Y de los judíos es una parte integral del paisaje genético de Oriente Medio. El estudio de 2003 encontró que (judíos orientales, sefardíes, asquenazíes y libaneses y palestinos) "parecen ser similares en sus patrones de haplotipo Y, tanto en lo que respecta a las distribuciones de haplotipos como a las frecuencias del haplotipo VIII ancestral". Los autores declararon en sus hallazgos que estos resultados confirman similitudes en las frecuencias de haplotipos Y de estas poblaciones del Cercano Oriente, que comparten un origen geográfico común.

En un estudio de judíos israelíes de cuatro grupos diferentes (judíos asquenazíes, judíos kurdos, judíos sefardíes del norte de África y judíos iraquíes) y árabes musulmanes palestinos, más del 70 % de los hombres judíos y el 82 % de los hombres árabes cuyo ADN se estudió había heredado sus cromosomas Y de los mismos antepasados paternos, que vivieron en la región durante los últimos miles de años. "Nuestro estudio reciente de haplotipos de microsatélites de alta resolución demostró que una parte sustancial de los cromosomas Y de los judíos (70 %) y de los árabes musulmanes palestinos (82 %) pertenecían al mismo grupo de cromosomas".[38]​ Aproximadamente del 35 % al 43 % de los hombres judíos pertenecen a la línea paterna conocida como haplogrupo J y sus subhaplogrupos. Este haplogrupo está particularmente presente en Oriente Medio y el sur de Europa.[39]

Lenguas judías

 
Eliezer Ben Yehuda.
 
Lengua y Destierro
Ejemplar de la Gazeta de Ámsterdam publicado en los Países Bajos el 12 de septiembre de 1672. Los hebreos de Ámsterdam imprimían un periódico que muestra, en primera plana, el interés de la comunidad judía por lo que sucedía en ese entonces en Madrid y, leía además las noticias en español —después de 180 años de haber sido expulsada de su suelo ancestral (1492)—. Museo Casa de las Diásporas, Tel Aviv.[40]

Tradicionalmente, se conoce como idioma hebreo a la lengua litúrgica del judaísmo (también conocido como lashon ha-kodesh, 'lengua santa'), el lenguaje en el que el Tanaj fue escrito, el habla de los judíos durante siglos y, junto con el árabe, uno de los dos idiomas oficiales del Estado de Israel.

Tal y como lo conocemos hoy, el hebreo (o hebreo moderno) es fruto de la obra del lingüista Eliezer Ben Yehuda que llegó a Palestina en 1881 y revivió un idioma que únicamente se utilizaba en los servicios religiosos judíos y que en términos de habla había quedado en desuso durante más de dieciséis siglos.[41]

Por otra parte, los judíos que inicialmente se asentaron en diversas localidades diaspóricas desarrollaron a veces modos de comunicación propios e incorporaron vocablos hebreos en los idiomas vernáculos. Ello se da en el ladino de los judíos de la península ibérica y el yidis de los judíos de la Europa Central.[42]​ Con todo, aquellos preparados dominaron tanto el hebreo como el idioma local, o los idiomas locales; no pocos judío se desempeñaron además como traductores. Acerca del judeoespañol como fenómeno sociocultural e identitario, escribió García-Pelayo y Gross en el siglo XX:

Dícese de los judíos expulsados de España en el s. XV y que conservan en Oriente la lengua y las tradiciones españolas. La expulsión de los judíos [...] hizo salir de la Península ibérica a gran número de familias, sobre todo de Andalucía y de Castilla, que se fueron a establecer en los países del Mediterráneo oriental dominados por los turcos, donde formaron colonias que han subsistido hasta nuestros días, especialmente en Egipto, Argelia, Marruecos, Turquía, Grecia, Bulgaria [...]. Dichas familias, compuestas en general de elementos sefardíes de buen nivel social, han mantenido su religión, sus tradiciones, su idioma y aun una literatura propia durante cuatro siglos y medio. El español que transportaron, el de Castilla y Andalucía de fines del siglo XV, alejado de todo contacto con el de la Península, no ha participado de la evolución sufrida por el de España y la América colonial española. Su fonética presenta algunas formas arcaicas, pero no degeneradas; su vocabulario ofrece contadas contaminaciones hebreas, griegas, italianas, árabes, turcas, según los países de residencia. El judeoespañol constituye, pues, uno de los más notables ejemplos del mantenimiento de una lengua por un grupo social desterrado, bastante fuerte socialmente para resistir la asimilación lingüística.[43]

Población

Antes de la Segunda Guerra Mundial la población judía del mundo era de aproximadamente 18 millones. Luego de la Shoáh la población judía mundial disminuyó a 12 millones. La Jewish Virtual Library indica que existen aproximadamente 15 millones de personas judías en el mundo y que ellas residen en no menos de 134 países.[44]

Población judía en el mundo

Las cifras provistas a continuación representan los estimativos mínimos de la población judía mundial y que equivalen al 0,2 por ciento de la población mundial total.[44]

Personas que se identifican como parte del pueblo judío.
País Cantidad de personas.[44]
  Estados Unidos 7 300 000
  Israel 7 106 000 (7 070 000)[45]
  Francia 442 000
  Canadá 394 000
  Reino Unido 292 000
  Argentina 173 000
  Rusia 145 000
  Alemania 118 000
  Australia 118 000
  Brasil 91 000
  Sudáfrica 51 000
  Hungría 46 500
  México 40 000
  Ucrania 40 000
  Países Bajos 29 700
  Bélgica 28 800
  Italia 27 000
  Suiza 18 800
  Uruguay 16 300
  Chile 15 800
  Suecia 14 900
  Colombia 14 700[46]
  Turquía 14 300
  España 12 900
  Austria 10 300
  Panamá 10 000
  Rumania 8 700
  Irán 9 200
  Nueva Zelanda 7 500
  Bielorrusia 7 000
  Azerbaiyán 6 900
  Dinamarca 6 400
  Venezuela 4 700
  Polonia 4 500
  India 4 500
  Letonia 4 300
  Grecia 4 100
  República Checa 3 900
  Portugal 3 500
  China 3 000
  Uzbekistán 2 800
  Irlanda 2 700
  Eslovaquia 2 600
  Costa Rica 2 600
  Kazajistán 2 400
  Lituania 2 300
  Marruecos 2 100
  Bulgaria 2 000
  Estonia 1 900
  Perú 1 900
  Croacia 1 700
  Moldavia 1 600
  Puerto Rico 1 500
  Georgia 1 400
  Serbia 1 400
  Noruega 1 300
  Finlandia 1 300
  Paraguay 1 100
  Japón 1 000
  Túnez 1 000
  Guatemala 900
  Singapur 900
  Gibraltar 800
  Luxemburgo 700
  Mónaco 600
  Ecuador 600
  Bolivia 500
  Bosnia y Herzegovina 500
  Cuba 500
  Jamaica 500
  Taiwán 500
  Antillas Neerlandesas 400
  Emiratos Árabes Unidos 400
  Islas Vírgenes de los Estados Unidos 400
  Chipre 300
  Kenia 300
  Kirguistán 300
  Tailandia 300
  Bahamas 200
  Surinam 200
  Turkmenistán 200
  Yemen 200
  Zimbabue 200
  Corea del Sur 100
  Egipto 100
  El Salvador 100
  Etiopía 100
  Filipinas 100
  Namibia 100
  Nigeria 100
  República del Congo 100
  República Dominicana 100
  Siria 100
  ? Cantidad en los países restantes 900
Esta lista incorpora exclusivamente países con más de 100 habitantes que han declarado ser judíos o se perciben a sí mismos como tales.[44]

Israel

Áreas urbanas con mayor población judía[47]
Posición Ciudad Población judía
1 Tel AvivGush Dan 2 575 000
2 Nueva York 2 051 000
3 Los Ángeles 668 000
4 Haifa 597 000
5 Jerusalén 575 000
6 Miami 498 000
7 Beerseba 315 000
8 ParísIsla de Francia 310 000
9 Filadelfia 285 000
10 Chicago 265 000

Israel es el único país en el que los judíos constituyen la mayoría de la población. Israel se independizó del Mandato británico de Palestina el 14 de mayo de 1948. Desde entonces, la población judía en Israel ha aumentado en cerca de un millón de personas por década, entre inmigrantes y nacidos israelíes, en lo que ha supuesto uno de los cambios poblacionales más importantes del pueblo judío durante 2000 años.[cita requerida]

Durante los más de 70 años de existencia de Israel, han emigrado judíos de diferentes países: judíos asquenazíes, muchos de ellos supervivientes del Holocausto, judíos sefardíes, judíos mizrajíes, judíos persas, judíos de Yemen, de la India, judíos etíopes, judíos de Sudáfrica, etc.[cita requerida] En la década de 1990 cerca de un millón y medio de judíos llegaron a Israel procedentes de la extinta Unión Soviética.

Comunidades judías en el mundo

 
Boda judía en Alepo (1914).
 
Relieve de Beth Hatefutsoth con los Expolios de Jerusalén, siglo I e. c.[48]​ Esta imagen ha sido frecuentemente empleada como marca emblemática del inicio de la Diáspora judía, resultando ella supuestamente del castigo enviado a los judíos por el Creador encolerizado a raíz de los pecados de su pueblo.[49]​ Sin embargo, la presencia de comunidades judías en otros contextos geográficos se debió en algunos casos a la propia voluntad de algunos judíos de permanecer fuera de Israel, datando ello por lo menos de siete siglos antes del episodio aquí ilustrado.[50]​ Más allá de la destrucción del Templo, lo cierto es que históricamente los judíos obtuvieron derechos de ciudadanía dentro del Imperio romano, donde mantuvieron sus tradiciones y además prosperaron.[51]

Actualmente, la mayor comunidad judía de la diáspora se encuentra en Estados Unidos, con cerca de 5,2 millones de judíos. En toda América hay grandes comunidades judías, siendo extensas las de Argentina (considerada la más grande de toda Iberoamérica), Brasil, Canadá, México o Chile, y más pequeñas en[52]Panamá, Uruguay, Venezuela y otros países.

En Europa Occidental la mayor comunidad judía se encuentra en Francia con unos 500 000 judíos aproximadamente, la mayoría de ellos o sus descendientes procedentes de países árabes de África del Norte, como Argelia, Marruecos o Túnez. En el Reino Unido viven cerca de 265 000 judíos. En la Europa del Este, habitan alrededor de 400 000 judíos en Rusia (si bien existen datos estimativos más altos) y decenas de miles en países del antiguo Bloque soviético.

Los países árabes de África del Norte y de Oriente Medio tenían en 1945 una población judía de cerca de 900 000 habitantes.[53]​ Tras la independencia de Israel, la mayoría de los judíos de estos países, como consecuencia de la persecución a la que se vieron sometidos y debido a factores económicos y culturales, emigraron a Israel, Norteamérica y Europa en la década de 1950 (véase Éxodo judío de países árabes). Hoy en día, cerca de 8000 judíos siguen viviendo en estos países, la mayoría en Marruecos y Túnez. Caso especial es el de Irán, país no árabe pero musulmán, que tiene una población de poco más de 10 000 judíos frente a los 100 000 que poseía antes de la revolución islámica de 1979.

Fuera de Europa, Asia y América existen comunidades judías considerables en Australia y Sudáfrica.

El fin de "la Diáspora". La noción de pueblo judío en el exilio (a menudo denominada "la Diáspora" con mayúscula) pudo haber tenido sentido solo antes de la creación del moderno Estado de Israel. A partir de la creación del mismo en 1948, el uso del término «Diáspora» en cierto sentido se ha vuelto obsoleto: Santiago Kovadloff explica que su origen es de orden religioso y el mismo fue a menudo empleado para justificar la condición de exilio en el caso de los israelitas, quienes en varias oportunidades se vieron obligados a dejar la Tierra de Israel para subsecuentemente asentarse en territorios extranjeros. Ello dio notoriedad a la descripción del pueblo judío como una "nación apátrida" durante casi dos mil años. Sin embargo, demuestra Kovadloff, el pueblo judío de hecho conoció numerosas olas emigratorias antes, durante y después de la existencia del cualquiera de los Estados hebreos autónomos de la Antigüedad. Es a raíz de ello que, a partir de 1948, según Kovadloff, resulta inadecuado denominar "Diáspora" a la condición de todos aquellos judíos que viven fuera de Israel: israelitas o israelíes, lo cierto es que en la gran mayoría de los casos ellos no son forzados a vivir fuera de Israel; y, de desearlo, muchos de ellos podrían establecerse allí; más —afirma Kovadloff desmitificando la tradición religiosa— si no lo hacen, ello no se debe a que en la actualidad tal proceder les sea impedido, sino porque parte considerable de ellos opta por vivir fuera de Israel.[54]

Cambios poblacionales

 
Moses Mendelssohn, fundador de la Haskalá o Ilustración judía.
  • Asimilación. Ya desde la Antigüedad hubo judíos que se asimilaron a la sociedad no judía que los rodeaba. Esta asimilación, que pudo por la fuerza o por libre elección, consistía, básicamente, en dejar de practicar el judaísmo e incluso rechazar la identidad judía propia. Algunas comunidades judías han desaparecido completamente debido a la asimilación.[55]​ Sin embargo, como consecuencia de las persecuciones a las que se vieron sometidos los judíos durante la mayor parte del milenio pasado en las que se les prohibía integrarse con la sociedad no judía, la asimilación no era un fenómeno alarmante dentro del pueblo judío. La llegada de la Haskalá en el siglo XVIII y la consecuente emancipación de los judíos en Europa y América en el siglo siguiente cambió la situación, lo que permitió a numerosos judíos participar y ser parte de la sociedad secular. Ello, junto con el nacimiento de corrientes judías alejadas de la ortodoxia tradicional, como el reformismo, mucho menos exigentes en cuanto a la interpretación de la Torá, ha tenido como resultado un aumento considerable de la asimilación, cuya principal característica es el matrimonio mixto, esto es, judíos que han contraído matrimonio con no judíos. En Estados Unidos, donde reside la comunidad judía más numerosa después de Israel, hay cerca de un 50 % de matrimonios mixtos.[56]​ Ya que, según la ley judía, para ser judío se ha de tener madre judía, la mayoría de los hijos de estos matrimonios dejan de ser judíos. Además, pierden tanto la idea de pertenencia a un colectivo concreto (judío) como las tradiciones religiosas de sus progenitores. Esto provoca un descenso considerable en la población judía. Hay quienes denominan este fenómeno como "holocausto silencioso".[57]
  • Persecuciones y matanzas. A lo largo de la historia, numerosos conquistadores, imperios y naciones han oprimido a los judíos o han intentado eliminarlos completamente. Los métodos empleados han ido desde la mera expulsión hasta el genocidio. De acuerdo con James Carroll, «los judíos representaban el 10 % de la población total del Imperio romano […] hoy deberían ser aproximadamente 200 millones».[58]​ Ejemplos pertinentes a esta categoría incluyen las persecuciones durante las guerras judeo-romanas, las Cruzadas, las masacres de poblaciones judías en Ucrania por los cosacos de Bogdán Jmelnitski, los pogromos en Rusia y el Holocausto, en el que fueron asesinados entre seis y veinte millones de judíos,[59][60]​ incluyendo un millón y medio de niños.[61][62]

Condición paradójica

Según el demógrafo Sergio Della Pergola, la condición del pueblo judío en tiempos modernos "es una paradoja: por un lado el antisemitismo es un mal que crea un mecanismo de defensa colectivo, y por otro, la emancipación arrastra el precio de la asimilación".[63]

Teoría e investigación recientes

El historiador Shlomo Sand ha sostenido que la diáspora judía no fue un éxodo masivo, sino de solo unos pocos miles de judíos (como máximo). Explicó que la existencia de judíos en diversas partes de Europa, África y Asia como el fruto de conversiones al judaísmo.[64]​ Las poblaciones de Europa oriental, según Sand, tendrían origen en los jázaros, un pueblo túrquico procedente del Asia central que se convirtió al judaísmo hacia el siglo VIII.[65]​ Sin embargo, ha sido demostrado que las poblaciones judías de askenazíes, sefardíes y de Oriente Medio se encuentran más relacionadas genéticamente entre sí que para con sus conciudadanos,[66]​ existiendo relativamente pocas mezclas en las poblaciones judías, pero presentando éstas considerable parentesco genético con los demás pueblos del Levante Mediterráneo.[67]

Judíos galardonados con el Premio Nobel

 
Bulevar de los Laureados con el Premio Nobel.
«Rishon LeZion homenajea a los judíos laureados que trajeron progreso a la humanidad y honor a nuestra Nación».
Rishon LeZion, Israel, 2004.

El Premio Nobel es un evento anual internacional otorgado por primera vez en 1901 por logros en Física, Química, Fisiología o Medicina, Literatura y Paz. Un premio asociado de Economía se entrega desde 1969.

El Premio Nobel fue concedido a más de 900 personas,[68]​ de las cuales 209 fueron judíos.[69]​ Aunque el pueblo judío representa tan sólo un 0,2 % de la población mundial (1 persona por cada 500 habitantes del planeta), los judíos constituyen más del 20 % del total de los premiados.[70]​ David Brooks indicó en un artículo publicado en el New York Times en enero de 2010 que:

Los judíos constituyen un grupo que ha logrado tanto resultados como fama. Ellos alcanzan [solo] el 0.2 % de la población mundial, pero [no obstante representan] el 54 % de los campeones mundiales en ajedrez, el 27 % de los laureados con el Premio Nobel en física y el 31 % de los galardonados en medicina. Los judíos forman el 2 % de la población estadounidense, pero [constituyen] el 21 % de la liga estudiantil, el 26 % de los premiados del Centro Kennedy, el 37 % de los directores de cine ganadores de Premios Óscar en la Academia de Hollywood; el 38 % de los filántropos líderes [i.e., sobresalientes] en la reciente[mente publicada] lista de Business Week, [así como también] el 51 % de los ganadores del Premio Pulitzer en el campo de la no-ficción.[71]

Según las seis diferentes disciplinas, los Premios Nobel recibidos por judíos comprenden el 27 % en química, el 26 % en medicina y en física, el 40 % en economía, y el 11 % en paz y en literatura.[72]​ Asimismo, explica Charles Murray que:

En la primera mitad del siglo XX, pese a la continua y persistente discriminación social contra los judíos en el mundo occidental, pese a la privación de derechos legales, y pese al Holocausto, los judíos ganaron el 14 % de los Premios Nobel en literatura, química, física y medicina/fisiología. En la segunda mitad del siglo XX, cuando los Premios Nobel comenzaron a ser otorgados a gente de todo el planeta, [los judíos] alcanzaron el 29 %. En el siglo XXI, por el momento, han obtenido el 32 % [de los Premios Nobel recientemente otorgados].[73]

El primer galardonado judío fue Adolf von Baeyer, con el Premio Nobel de Química en 1905, mientras que los beneficiarios más recientes — 2016, 2017 y 2018— fueron John M. Kosterlitz, Rainer Weiss, Barry Barish, Arthur Ashkin, galardonados con el Premio Nobel de Física; Michael Rosbash, laureado con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina; Richard Thaler, William Nordhaus, premiados con el Nobel de Economía; y Bob Dylan recibió el Premio Nobel de Literatura.

Los laureados Elie Wiesel e Imre Kertész sobrevivieron a los campos de exterminio durante el Holocausto,[74]​ mientras que François Englert sobrevivió al ser escondido en orfanatos y hogares de niños en ese mismo periodo.[75]​ Otros, como Walter Kohn, Otto Stern, Albert Einstein, Hans Adolf Krebs o Martin Karplus, tuvieron que huir de la Alemania nazi para evitar la persecución.[76][77][78]​ Mientras que otros, como Rita Levi-Montalcini, Herbert A. Hauptman, Robert Furchgott, Arthur Kornberg y Jerome Karle experimentaron significativo antisemitismo en su carrera.[77][79]

El premiado más anciano fue Leonid Hurwicz, que recibió el premio en 2007 en Economía cuando tenía 90 años de edad. Rita Levi-Montalcini fue, hasta su muerte a los 103 años, la más longeva. Borís Pasternak se vio obligado a rechazar el premio de Literatura en 1958.

La siguiente lista contiene laureados que autoidentificados con el pueblo judío, ya sea por considerarse a sí mismos judíos o bien ser descendientes directos de familias judías.[80]

Véase también

Referencias

  1. a b c d e f g h i j k l m n Jewish Virtual Library del año 2019.
  2. H. Harvey (2012): Las relaciones entre Chile e Israel, 1973-1990. La conexión oculta. RIL Editores, 317 páginas: pp. 193. ISBN 978-956-284-812-1. Cita: En la actualidad, en Chile existen unos 25.000 judíos practicantes, y otros 150.000 que tienen ancestros [...].
  3. Los judíos residentes en Chile. Agencia EFE, 23 de diciembre de 2010. Consultado el 19 de diciembre de 2019. Cita: En ese contexto, el máximo representante de la comunidad judía de Chile [Gabriel Zaliasnik], que según indicó la integran unas 150.000 personas, se opuso a las peticiones [...] para que reconozca al Estado Palestino.
  4. El conflicto de Gaza, al otro lado del planeta. El Mundo, 22 de noviembre de 2012. Consultado el 25 de julio de 2020. Cita: Por el otro lado, se cree que entre 75.000 y 150.000 miembros conforman la comunidad judía de Chile.
  5. «En México hay 58,876 judíos, según el censo del INEGI». Diario Judio. 26 de enero de 2021. Consultado el 20 de abril de 2021. 
  6. a b «Diferencias entre israelita, israelí, judío, hebreo y semita - Enlace Judío». Enlace Judío. 9 de abril de 2013. Consultado el 16 de abril de 2018. 
  7. a b Roudinesco, Elisabeth. A vueltas con la cuestión judía (2009), Barcelona: Anagrama, 2011.
  8. a b Es decir, la relación proporcional es tres veces menor que en 1945.
  9. a b La noción es sostenida por el demógrafo de origen italiano Sergio Della Pergola (Elías L. Benarroch, «70 Años después, hay menos judíos que antes del Holocausto—en medio de cambios demográficos, el Estado de Israel recuerda a víctimas del nazismo.» La Voz, 8 de abril de 2013, según este artículo: "La población judía en el mundo sigue muy por debajo de su cifra en 1938 y sólo logró crecer en Israel, donde acaba de superar la simbólica cifra de seis millones. [...] Los judíos representan hoy alrededor de un 0,002 por ciento de la población mundial, tres veces menos proporcionalmente que en 1945").
  10. Detalle de las puertas de acceso al Hospital Bikur Jolim, Jerusalén. Trabajo en relieve realizado por Ze'ev Raban en 1925.
  11. Áreas de incidencia hebrea al inicio de la monarquía dividida:
    Este mapa fue desarrollado por la American Bible Society en 1888, considerando el estado de ambos reinos en 928 a. C., año en que murió el rey Salomón. La Franja de Gaza aparece en el mapa como parte del Reino de Judá y ello se debe a que los autores del mismo consideraban que los filisteos eran un pueblo que poseía ciudades-estado, en vez de una unidad territorial. El mapa en cuestión tiene por fin solo ilustrar de modo general y aproximativo las áreas de incidencia de cada uno de los reinos hebreos.
  12. Glusberg, Jorge. Obras maestras del Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires: MNBA, 1996, p. 38. El Libro de Ester es la fuente de inspiración literaria de esta pintura: "Escribió Mardoqueo [...] y envió cartas a todos los judíos que estaban en todas las provincias del rey Asuero, cercanos y distantes, ordenándoles que celebraran el día decimocuarto del mes de Adar, y el decimoquinto del mismo mes, de cada año, como días en que los judíos estuvieron en paz con sus enemigos, y como el mes en que la tristeza se trocó en alegría, y el luto en festividad; que los convirtieran en días de banquete y de gozo, en día de enviar regalos cada uno a su vecino, y dádivas a los pobres" (Ester 9:20-22). La obra de Aert de Gelder es alternativamente conocida como "Ester y Mardoqueo escribiendo la primera carta del Purim" (MNBA Obra 8643).
  13. Cuadro preservado y exhibido en el Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires. Donación de Mario Hirsch, 1983 (Glusberg, Obras maestras del Museo Nacional de Bellas Artes, p. 38). La información provista por el MNBA indica que Aert de Gelder trató en diversas ocasiones la historia de Ester, siendo ella popular en Holanda durante el siglo XVII, dado que el pueblo holandés parangonaba en ese entonces su propia lucha contra el yugo español con aquella que los judíos de la Antigüedad libraban contra sus enemigos. El Libro de Ester narra cómo una joven judía intercedió ante el rey persa Asuero (Jerjes) a fin de evitar la masacre de su pueblo, decreatada por Aman, quien era enemigo de los judíos. La masacre estaba prevista para un día "tirado a suertes". Mas la intervención de Ester contribuyó al triunfo de los judíos y a partir de ello se estableció la fiesta de Purim, nombre que deriva del persa p[u]r [Libro de Ester: "fue hechada Pur, esto es, la suerte"; Ester 3:7] y que significa "echar suertes". El tema era considerado ejemplificador y a su vez celebratorio del triunfo holandés respecto a su enemigo de entonces, España (Á.M. Navarro y A. Lo Russo; Texto obra MNBA 8643, consultado y adaptado 5 de agosto de 2014). Sin dar referencia ninguna, el sitio del MNBA determina que "Purim" es un "nombre que se deriva del sánscrito par o del persa por" (Obra MNBA 8643, consultado 5 de agosto de 2014); pero ello no es del todo exacto: Purim es ante todo un término del idioma hebreo, cuyo singular es Pur (פור), y que en dicha lengua, tanto la histórica como la moderna, es identificado con ha-goral, vocablo que es entendido en este caso como "la suerte" (פורים); el término es empleado en hebreo desde el siglo V a. C.; siendo muy posible que el término hebreo provenga a su vez del persa Pur (Agencia Judía: Purim); Ernest Klein sugiere que el término Purim proviene del acadio puru y este a su vez del sumerio bur (A Comprehensive Etymological Dictionary of the English Language, Ámsterdam: Elsevier Scientific Publishing Co., 1971; Douglas Harper, "Purim", Online Etymology Dictionary, 2001-2014). Tanto el Webster's Revised Unabridged Dictionary como el Chambers's Twentieth Century Dictionary indican que la etimología de Purim es hebrea (Fine Dictionary: Purim). Con todo, ninguna de las fuentes consultadas sugiere un posible origen sánscrito para el término en cuestión (consulta realizada 5 de agosto de 2014). Siendo identificados a partir de la cronología de los reyes de Persia, y a través de Jerjes I en particular, Ester y Mardoqueo pertenecen al siglo V a. C.; "Ahasuerus", Jewish Encyclopedia, Nueva York, 1906; Robert J. Littman, "The Religious Policy of Xerxes and the Book of Esther", The Jewish Quarterly Review, 65/3, enero de 1975, pp. 145-148; Simón Dubnow, Historia Judía, Buenos Aires: Sigal, 1977, capítulo XIV; "Ahasuerus", Chabad, consultado 11 de agosto de 2014.
  14. En la lengua hebrea, יְהוּדָה—Yeudá es el término aún empleado para referirse a Judea; así, los territorios de Judea y Samaria son conocidos en hebreo como Yehudá ve-Shomrón (יהודה ושומרון).
  15. Jewish Encyclopedia: "Jew"; consultada 5 de agosto de 2014.
  16. Traducción a partir de la Biblia hebrea, versión empleada por el judaísmo y cuyo texto original se incluye en el presente artículo a renglón seguido.
  17. Biblia hebrea: Yirmiyahu 43.
  18. 2 Reyes 16:3, «... naciones que Jehová echó de delante de los hijos de Israel» (Reina-Valera 1995), con base en la Biblia hebrea: " הַגּוֹיִם אֲשֶׁר הוֹרִישׁ יְהֹוָה אֹתָם מִפְּנֵי בְּנֵי יִשְׂרָאֵל" (Melachim II: 16), consultados 5 de agosto de 2014.
  19. «Jewish Encyclopedia: Jew». Consultado el 31 de marzo de 2017. 
  20. Jewish Encyclopedia: Jew. El término es empleado en el Libro de Ester y, contrariamente a la creencia popular que sostiene que la Diáspora judía tuvo lugar solo después de la destrucción del Templo de Herodes en el año 70 e. c., la presencia de los judíos en diversas localidades del mundo antiguo se remonta, como mínimo, al momento en que, habiendo Ciro el Grande promulgado un edicto que permitía el regreso de los judíos a su tierra en el año 537 a. C., parte de ellos permaneció en Mesopotamia, en tanto que:
    Después de cuarenta y nueve años de cautiverio en Babilonia, decenas de miles de judíos regresaron a Judea bajo la dirección del príncipe Zorobabel y del Sumo Sacerdote Jesuá (537). Poco después empezaron a afluir, de retorno a su patria, muchos hebreos dispersos por otros países: de Egipto, del Asia Menor y de las islas del Mediterráneo (Simón Dubnow, Manual de la Historia Judía, Buenos Aires: Sigal, 1978, p. 179).
  21. "Del lat. Iudaeus, y este del hebr. yĕhūdī" (DRAE: judío, consultado 13 de julio de 2014).
  22. En griego, el uso de Ἰουδαῖος no es ni frecuente ni habitual, empleándose preferentemente en ella el término Εβραίοι.
  23. Avdiel Ben Obed, "¿Qué es ser hebreo?", Mercabá, sin fechar (accedido 19 de junio de 2014).
  24. a b Ben Obed: "¿Qué es ser hebreo?"
  25. A diferencia de los numerosos y variopintos dioses de las religiones politeístas de la Antigüedad.
  26. Ruth, quien era por origen moabita, es uno de los varios ejemplos bíblicos donde se da un matrimonio entre los hebreos y gente de otros pueblos. Dujovne, León (1980). El judaísmo como cultura. Ediciones Nueva Presencia. p. 174. 
  27. Deuteronomio 7:1-5;
  28. Rabbi Robert Goldburg, "When Marilyn Monroe Became a Jew (Published Letters from 1962)", Reform Judaism Magazine, 2010; consultado 12 agosto de 2014.
  29. a b Ehrlich, Mark Avrum (1 de enero de 2009). Encyclopedia of the Jewish Diaspora: Origins, Experiences, and Culture (en inglés). ABC-CLIO. ISBN 9781851098736. Consultado el 15 de septiembre de 2016. 
  30. [מרדכי וורמברנד ובצלאל ס רותת "עם ישראל - תולדות 4000 שנה - מימי האבות ועד חוזה השלום", ע"מ 95. (Translation: Mordechai Vermebrand and Betzalel S. Ruth - "The People of Israel — the history of 4000 years — from the days of the Forefathers to the Peace Treaty", 1981, pg. 95)
  31. [Dr. Solomon Gryazel, "History of the Jews – From the destruction of Judah in 586 BC to the preset Arab Israeli conflict", p. 137]
  32. Salo Wittmayer Baron (1937). A Social and Religious History of the Jews, by Salo Wittmayer Baron ... Volume 1 of A Social and Religious History of the Jews. Columbia University Press. p. 132.
  33. Niño judío húngaro, c. 1900. Cuadro de Isidor Kaufmann (1853-1921), titulado Retrato de un joven, preservado en Joods Historisch Museum, Ámsterdam.
  34. Retrato del rabino David de Sola (1885-1970), fotografía.
  35. «Ley 12/2015, de 24 de junio, en materia de concesión de la nacionalidad española a los sefardíes originarios de España.». Boletín Oficial del Estado. 25 de junio de 2015. 
  36. Judío yemenita orando, 1914. Imagen publicada en National Geographic Magazine, marzo de 1914.
  37. Santachiara Benerecetti AS, Semino O, Passarino G, Torroni A, Brdicka R, Fellous M, Modiano G (January 1993). «The common, Near-Eastern origin of Ashkenazi and Sephardi Jews supported by Y-chromosome similarity». Annals of Human Genetics 57 (1): 55-64. PMID 8101437. S2CID 32778333. doi:10.1111/j.1469-1809.1993.tb00886.x. 
  38. Nebel A, Filon D, Weiss DA, Weale M, Faerman M, Oppenheim A, Thomas MG (December 2000). «High-resolution Y chromosome haplotypes of Israeli and Palestinian Arabs reveal geographic substructure and substantial overlap with haplotypes of Jews». Human Genetics 107 (6): 630-41. PMID 11153918. S2CID 8136092. doi:10.1007/s004390000426. 
  39. Semino O, Magri C, Benuzzi G, Lin AA, Al-Zahery N, Battaglia V, Maccioni L, Triantaphyllidis C, Shen P, Oefner PJ, Zhivotovsky LA, King R, Torroni A, Cavalli-Sforza LL, Underhill PA, Santachiara-Benerecetti AS (May 2004). «Origin, diffusion, and differentiation of Y-chromosome haplogroups E and J: inferences on the neolithization of Europe and later migratory events in the Mediterranean area». American Journal of Human Genetics 74 (5): 1023-34. PMC 1181965. PMID 15069642. doi:10.1086/386295. 
  40. La historia de los judíos en Sefarad (hebreo: España) se remonta a los tiempos de la Antigüedad e involucra a los súbditos del rey Salomón y a otros tantos exiliados del Reino de Judá (Toledo, Sinagoga del Tránsito, La vida judía en Sefarad, noviembre 1991-enero 1992; publicación del Ministerio de Cultura de España, pp. 19-20).
  41. T.V. Parfitt, "The Use of Hebrew in Palestine 1800–1822", Journal of Semitic Studies, 1972.
  42. Otros idiomas menores son el judeo-arameo, judeo-persa y judeo-árabe.
  43. García-Pelayo y Gross, Ramón. Pequeño Larousse Ilustrado, Buenos Aires y México: Larousse, 1977, pp. 603-604.
  44. a b c d Jewish Virtual Library (Sergio DellaPergola, “World Jewish Population, 2021,” en Arnold Dashefsky e Ira M. Sheskin (eds.), The American Jewish Year Book, 2022, (Cham: Springer Nature, 2023); consultado 17 de marzo de 2023. Para una exposición detallada sobre la historia de la población judía por país, véase Nicholas de Lange, El pueblo judío.
  45. No incluyendo Cisjordania.Statista
  46. Jewish Virtual Library (Sergio Della Pergola, World Jewish Population, 2012; The American Jewish Year Book, Dordrecht: Springer, 2012, pp. 212-283); consultado 9 de agosto de 2014.
  47. Datos a 01/01/2002 de la Agencia Judía para Israel, Sergio DellaPergola, "World Jewish Population 2002", American Jewish Year Book, 102, New York, 2002. http://www.jafi.org.il/education/100/concepts/demography/demtables.html#10 Archivado el 11 de octubre de 2007 en Wayback Machine.
  48. Se trata en este caso de una réplica de un relieve romano, cuyo original se encuentra en el Arco de Tito.
  49. Desde ya mucho antes del año 70 e. c., parte del pueblo judío vivía en Israel y parte en el exterior.
  50. Dentro de la historia judía, ejemplo notable de ello es lo sucedido en Mesopotamia una vez acabada la cautividad en Babilonia en 537 a. C.: en vez de regresar a Jerusalén, parte de la comunidad judía permaneció en el Creciente Fértil, desde entonces y hasta el siglo XX e. c., es decir, no menos de 2500 años.
  51. Diversos vestigios arqueológicos hallados en la cuenca mediterránea, así como en otras regiones euroasiáticas, dan testimonio de la existencia de importantes y poderosas comunidades judías en un período que abarca desde la Cautividad en Babilona en el siglo VI e. c. hasta (como mínimo) la adopción del cristianismo como religión oficial del Imperio romano en el siglo IV E. C.
  52. «http://www.museojudiomexico.com.mx/museojudiomexico/». Archivado desde el original el 22 de abril de 2012. 
  53. Jewish Refugees from Arab Countries, Jaqueline Shields.
  54. Santiago Kovadloff, La extinción de la diáspora judía, Buenos Aires: Emecé, 2013.
  55. Tal es el caso de la comunidad judía de Kaifeng, China; ver "Judíos de Kaifeng".
  56. The National Jewish Population Survey 2000-01. Strength, Challenge and Diversity in the American Jewish Population.
  57. La voz judía: ¿cómo frenar la asimilación? Archivado el 28 de septiembre de 2007 en Wayback Machine..
  58. James Carrol, Constantine Sword ISBN 0-395-77927-8 p. 26.
  59. De 2013, 6 De Marzo. «Difunden nuevo número de víctimas del Holocausto». Infobae. Consultado el 29 de agosto de 2020. 
  60. 1936-2015., Gilbert, Martin, (1 de enero de 1987). The Holocaust : a history of the Jews of Europe during the Second World War. H. Holt. ISBN 9780805003482. OCLC 756692813. 
  61. Stephanie., Fitzgerald, (1 de enero de 2011). Children of the Holocaust. Compass Point Books. ISBN 9780756544423. OCLC 624042181. 
  62. «Los niños durante el Holocausto | The Holocaust Encyclopedia». encyclopedia.ushmm.org. Consultado el 29 de agosto de 2020. 
  63. A raíz de ello, Della Pergola insta a aplicar políticas sociales y educativas efectivas dentro de las comunidades judías (Elías L. Benarroch, [70 Años después, hay menos judíos que antes del Holocausto. En medio de cambios demográficos, el Estado de Israel recuerda a víctimas del nazismo http://www.lavoz.com.ar/noticias/mundo/70-anos-despues-hay-menos-judios-que-antes-holocausto], La Voz, 8 de abril de 2013; accedido 28 de mayo de 2014).
  64. Entrevista con Shlomo Sand en el diario Público en junio de 2008.
  65. El fantasma de los jázaros, La Nación, 14 de agosto de 1999.
  66. SAFED-TZFAT-ZEFAT, 6 de enero de 2011.
  67. Los genes judíos.
  68. All Nobel Prizes
  69. «All Nobel Laureates». Nobel Foundation. Consultado el 1 de marzo de 2010. ; Baruch Shalev, 100 Years of Nobel Prizes, 2005, p. 57; "A remarkable week for Jewish Nobel Prize winners", The Jewish Chronicle, 10 de octubre de 2013.
  70. El 20 % es el mínimo considerado por los diferentes autores; tal porcentaje, según los diferentes años, ha llegado a alcanzar el 25 % y hasta el 27 % del total de los premiados. Stephen Mark Dobbs, "As the Nobel Prize marks centennial, Jews constitute 1/5 of laureates", 12.10.2001; "One-of-five Nobel Prize Laureates are Jewish", Israel High-Tech & Investment Report, diciembre de 2004 (consultado 15.2.2010); Baruch Shalev, 100 Years of Nobel Prizes, 2005, p. 57; Jonathan B. Krasner y Jonathan D. Sarna, The History of the Jewish People: Ancient Israel to 1880's America, Behrman House Inc., 2006, p. 1; Lawrence E. Harrison, The Central Liberal Truth: How Politics Can Change a Culture and Save It, Oxford University Press, 2008, p. 102; "A remarkable week for Jewish Nobel Prize winners", The Jewish Chronicle, 10 de octubre de 2013: "Jews have won more than 20 per cent of the 850-plus prizes awarded, despite making up just 0.2 per cent of world’s population."
  71. David Brooks, "The Tel Aviv Cluster", The New York Times, 11 de enero de 2010, p. A23.
  72. Baruch Shalev, 100 Years of Nobel Prizes, 2005, p. 57.
  73. Charles Murray, "Jewish Genius", Commentary, abril de 2007.
  74. "Winfrey selects Wiesel's 'Night' for book club", Associated Press, 16 de enero de 2006.
  75. USC Shoah Foundation Institute testimony of Francois Englert - USHMM Collections Search, United States Holocaust Memorial Museum website. Consultado el 25 de octubre de 2013.
  76. «Walter Kohn Autobiography». Nobelprize.org. Consultado el 19 de octubre de 2011. «They are dominated by my vivid recollections of 1 1/2 years as a Jewish boy under the Austrian Nazi regime... On another level, I want to mention that I have a strong Jewish identity and – over the years – have been involved in several Jewish projects, such as the establishment of a strong program of Judaic Studies at the University of California in San Diego.» 
  77. a b Hargittai, István (2003). The Road to Stockholm: Nobel Prizes, Science, and Scientists. Oxford University Press. p. 111. ISBN 978-0-19-860785-4
  78. A remarkable week for Jewish Nobel Prize winnersThe Jewish Chronicle, October 10, 2013. "No less than six Jewish scientists were awarded Nobel Prizes this week... Belgian-born Francois Englert won the accolade in physics... Also this week, two American Jews were awarded the Nobel Prize in medicine [...] James Rothman and Randy Schekman... Meanwhile, three Jewish-American scientists, Arieh Warshel, Michael Levitt and Martin Karplus, shared the Nobel Prize in chemistry... Karplus [...] fled the Nazi occupation of Austria as a child in 1938.
  79. Hargittai, István (2003). The Road to Stockholm: Nobel Prizes, Science, and Scientists. Oxford University Press. p. 112. ISBN 978-0-19-860785-4
  80. Ser judío no es únicamente pertenecer a la religión judía o llevar a cabo las observancias rituales y litúrgicas del judaísmo (véanse las consideraciones generales acerca de ello que se encuentran en el texto introductorio de la entrada Historia de los judíos). Para un estudio exhaustivo acerca de la naturaleza de la condición de judío y sus diferentes implicancias, véase Simón Dubnow, Manual de la historia judía, Buenos Aires: Sigal, 1977; Hans Borger, Uma história do povo judeu, 2 vols., San Pablo: Séfer, 2002; Élisabeth Roudinesco, A vueltas con la cuestión judía (2009), Barcelona: Anagrama, 2011; Antoine Germa et al., Les Juifs dans l'histoire, Seyssel y París: Champ Vallon, 2011; Helena Lewin et al., Judaísmo e cultura: fronteiras em movimento, Río de Janeiro: Imprimatur, 2013; y Santiago Kovadloff, La extinción de la diáspora judía, Buenos Aires: Emecé, 2013.

Bibliografía

  • Della Pergola, Sergio. World Jewish Population: The American Jewish Year Book, Universidad de Connecticut, 2012 -PDF.
  • Moldes, Diego. Cuando Einstein encontró a Kafka. Contribuciones de los judíos al mundo moderno, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2019.
  • Roudinesco, Élisabeth. A vueltas con la cuestión judía (2009), Anagrama, Barcelona, 2011.
  • Paul Johnson (2010). La historia de los judíos (A History of the Jews, 1987). Zeta Bolsillo. ISBN 978-84-96581-89-0. 
  • Juan Pedro Cavero Coll (2009). El pueblo judío en la historia. ISBN 978-1-84799-732-6. 

Enlaces externos