Es un modelo pedagógico que plantea la necesidad de transferir parte del proceso de enseñanza y aprendizaje fuera del aula con el fin de utilizar el tiempo de clase para el desarrollo de procesos cognitivos de mayor complejidad, que favorezcan el aprendizaje significativo. En mayor detalle la Red de Aprendizaje Flipped (FLN) lo define como "un enfoque pedagógico en el que la instrucción directa se mueve desde el espacio de aprendizaje colectivo hacia el espacio de aprendizaje individual y el espacio resultante se transforma en un ambiente de aprendizaje dinámico e interactivo en el que el educador guía a los estudiantes a medida que se aplican los conceptos y puede participar creativamente en la materia".1
A pesar de las múltiples loas planteadas a la metodología, la Clase Invertida no ha estado afecta de detractores a partir de múltiples razones, entre las cuales podemos encontrar:
Renuencia al cambio que viven los estudiantes. Al respecto, Adam Persky investigó que a pesar de que los estudiantes aprenden más, la percepción de ellos era que “aprendían menos” o “aprendían por sí mismos”, lo cual traía aparejado reticencia y percepciones negativas respecto al trabajo docente. Sin duda, esto tiene directa relación con la pervivencia del paradigma tradicional y la creencia instalada de que todo el trabajo debe desarrollarlo el docente.
No es una metodología nueva: Se plantea que la utilización del Aula Invertida no es más que el resultado del replanteamiento de prácticas tradicionales de enseñanza, las cuales se transfieren desde el aula de clases hacia recursos preparados por el docente para su visualización previa al trabajo presencial.
Sobrecarga de trabajo y actividades: De la mano de lo anterior, la implementación obliga a que docentes y discentes deban realizar actividades adicionales al trabajo presencial, lo cual puede traer aparejado una sobrecarga de trabajo que supere los tiempos establecidos por los currículums.
No todos aprenden de manera autónoma: Su implementación requiere un conocimiento acabado acerca de las características de los estudiantes, puesto que ante la diversidad de estilos de aprendizaje es posible que una clase invertida no responda a las necesidades de todos. En este marco, es preciso considerar genear una preparación de la enseñanza que fortalezca a quienes poseen dificultades para trabajar de manera autónoma y así aprovechar las bondadas de este modelo pedagógico.
La brecha digital. Muchos estudiantes no tienen acceso en su casa a la tecnología necesaria para el seguimiento de las clases requerido por el aula invertida.
Exceso de deberes para casa. Los deberes para hacer en casa, aunque sean “deberes invertidos” siguen siendo deberes. Muchos autores y padres consideran que en la actualidad se exigen demasiados deberes para hacer en casa a los alumnos de primaria y secundaria, dejándoles sin tiempo libre para dedicarse a sus aficiones, relacionarse con sus amigos o familiares o hacer ejercicio físico. Suponiendo, además, las tareas propias del aula invertida más horas de estar sentado frente a una pantalla de ordenador y acrecentando, por tanto, el sedentarismo.