Escenas del bosque

Waldszenen (Escenas del bosque), Op. 82 es un ciclo de nueve piezas de carácter para piano compuestas por Robert Schumann entre 1848 y 1849. La obra está dedicada a Annette Preusser.[1][2]

Robert Schumann en 1850.

Historia

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Composición

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Portada de la 1.ª edición (1850–51).

La composición se desarrolló en cuestión de días durante el Año Nuevo de 1849; fue su último gran ciclo para piano solo. El bosque que explora era un tema cercano al corazón de cualquier romántico que se preciara, ya fuera escritor, poeta, artista o músico. Su atractivo reside en el contraste: la naturaleza en su estado más bello, pero también un lugar desconocido. Pero no se trata simplemente de la "naturaleza" en sí, sino de la noción de la posición del ser humano dentro de esa naturaleza salvaje y de cómo el compromiso con algo así podría afectar a su vez al autoconcepto que el hombre tiene de sí mismo. En conclusión emplea lo externo como medio para examinar lo interno. No se trata de una incursión objetiva en el bosque, sino de una reacción muy personal a este paisaje imaginado; e igualmente sorprendente es la sensación de que cada pieza representa un fragmento de una experiencia más amplia, una instantánea auditiva, si se quiere. En general Schumann explora el aspecto más bucólico, aunque estas piezas no están exentas de sombras más oscuras. Y aunque técnicamente sean bastante sencillas, su carácter cambiante exige reacciones rápidas y una gran riqueza de matices.[2]

Las piezas son similares en estilo y espíritu a las Escenas infantiles Op. 15 de 1838. Se diferencia de ellas en una simetría más fuerte en la estructura formal y una conexión tonal más cercana mediante la limitación a unas pocas tonalidades relacionadas. La pieza número 7 del ciclo el Vogel als Prophet, “ha estado en las casas y en las salas de conciertos desde Anton Rubinstein como piedra de toque del arte pianístico” [3]​ y alcanzó una fama particular.

Sobre este conjunto de piezas, Schumann escribió:[4]

«Los títulos de las piezas musicales, desde que se han vuelto a poner de moda en nuestros días, han sido censurados aquí y allá, y se ha dicho que 'la buena música no necesita señalización'. Ciertamente no, pero un título tampoco le quita su valor; y el compositor, al añadir uno, al menos previene un completo malentendido del carácter de su música. Lo importante es que el título verbal sea significativo y adecuado. Puede considerarse la prueba del nivel general de educación del compositor.»

Publicación

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La primera edición fue llevada a cabo en 1850-1851 por la editorial Bartholf Senff en Leipzig.[5]​ La dedicatoria de la partitura reza: Componirt und Fräulein Annette Preusser zugeeignet (Compuesta y dedicada a Miss Annette Preusser).

Estructura y análisis musical

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El ciclo consta de nueve breves piezas:[5][6]

Título Tonalidad Indicación de tempo y carácter Compás Metrónomo
I. Eintritt (Entrada) sib mayor Nicht zu schnell (No demasiado rápido) 4
4
  = 132
II. Jäger auf der Lauer (Cazadores al acecho) re menor Höchst lebhaft (Muy animado) 4
4
  = 76
III. Einsame Blumen (Flores solitarias) sib mayor Einfach (Sencillo) 2
4
  = 96
IV. Verrufene Stelle (Lugar encantado) re menor Ziemlich langsam (Bastante lento) 4
4
  = 60
V. Freundliche Landschaft (Paisaje acogedor) sib mayor Schnell (Rápido) 2
4
  = 144
VI. Herberge (Posada) mib mayor Mässig (Moderado) 4
4
  = 132
VII. Vogel als Prophet (Pájaro como profeta) sol menor Langsam. Sehr zart (Lento. Muy suave) 4
4
  = 63
VIII. Jagdlied (Canción de caza) mib mayor Rasch, kräftig (Rápido, enérgico) 6
8
  . = 120
IX. Abschied (Adiós) sib mayor Nicht schnell (No rápido) 4
4
  = 80

La interpretación de esta obra dura aproximadamente 20 minutos. Robert Schumann describe poéticamente, en el estilo sencillo y armonioso que le caracteriza, un paseo por el bosque conformado por diversas vistas en las que navega el espíritu de un niño, algo habitual en su música. En este paseo encontramos diversión (Paisaje acogedor, Canción de caza), falsa seriedad (Lugar encantado, Cazadores al acecho), ternura (Entrada, Posada, Adiós), asombro onírico (Flores solitarias) e incluso hasta fascinación (Pájaro como profeta).

La secuencia de las piezas revela la búsqueda de la simetría en la arquitectura del ciclo. Se pueden establecer relaciones y correspondencias entre la primera pieza (Entrada) y la última (Adiós), entre la segunda (Cazadores al acecho) y la penúltima (Canción de caza). Asimismo, la tercera pieza (Flores solitarias) también está relacionada temáticamente con la antepenúltima (Pájaro como profeta): tanto las flores como los pájaros son representantes de la naturaleza viva. Finalmente, el Lugar encantado, como un sitio espeluznante, corresponde en contraste con la hogareña Posada. Todas estas piezas se centran en torno a la quinta pieza (Paisaje acogedor) como eje de simetría.

La tonalidad principal de si bemol mayor determina el comienzo, la mitad y el final del ciclo. Flores solitarias también usa si bemol mayor, mientras que el temáticamente relevante Pájaro como profeta (probablemente debido a su carácter más misterioso) está en la tonalidad relativa de sol menor. También vale la pena señalar que las dos piezas misteriosas (Cazadores al acecho y Lugar encantado) están en re menor, mientras que sus contrapartes positivas (Canción de caza y Posada) están ambas en mi bemol mayor.

I. Eintritt (Entrada)

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En el primer número todo parece ir bien; su tema suavemente murmurante nos da la bienvenida al bosque de la manera más benigna posible. Presenta un fraseo inusual y asimétrico.[1][2]

II. Jäger auf der Lauer (Cazadores al acecho)

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El segundo número es enérgico y con abundantes toques de trompa, lo cual disipa la idea de que el compositor, acosado por sus demonios personales a estas alturas de su vida, hubiera perdido su forma de componer. Hay una deliciosa seriedad burlona en el desenfadado final. Es una pieza emocionante y técnicamente desafiante en el elenco de una típica canción de caza del siglo XIX.[1][2]

 
Borrador autógrafo de Waldszenen n.º 3 Einsame Blumen.

III. Einsame Blumen (Flores solitarias)

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Las dificultades de la tercera pieza residen en mantener el equilibrio entre las dos voces distintas de la mano derecha; por lo demás, es sencilla y melódica. El estado de ánimo vuelve a cambiar en este número y el siguiente, teñidos a su vez de tristeza y luego de una persistente inquietud que sólo .[1][2]

IV. Verrufene Stelle (Lugar encantado)

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El cuarto número evoca un aire de misterio espeluznante con pasajes en ritmos lentos con puntillo.[1]

V. Freundliche Landschaft (Paisaje acogedor)

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La quinta pieza con su jovialidad hace desvanecerse el carácter melancólico de las piezas anteriores.[2]​ Los rápidos y complicados tresillos crean un efecto sorprendentemente poético.[1]

VI. Herberge (Posada)

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Presenta una variedad de material que requiere una gran sensibilidad para el equilibrio.[1]​ Constituye un estudio sobre el consuelo y la tranquilidad.[2]

VII. Vogel als Prophet (Pájaro como profeta)

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El célebre número siete es quizá la pieza más extraña de la colección, en la que el autor pretende imitar el canto de un pájaro. Parece alcanzar dominios casi protoimpresionistas, y su sección coral central le confiere una gravedad casi sagrada.[2]​ Demuestra una pureza que presagia los futuros esfuerzos de Maurice Ravel y Olivier Messiaen en este campo.[1]

VIII. Jagdlied (Canción de caza)

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Volvemos a un territorio compositivamente más seguro y pastoral, que presenta una imagen del juego de los cascos de los caballos y los alegres abrigos rojos de los cazadores, una visión notablemente infantil.[2]

IX. Abschied (Adiós)

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Aquí parece recuperarse la inocencia de la obertura al despedirnos conmovedoramente del bosque.[2]

Referencias literarias

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La cuarta pieza Verrufene Stelle está precedida por los siguientes versos del poema de Friedrich Hebbel como lema:

Las flores, tan altas como crecen
Son pálidas aquí, como la muerte;
Solo una en medio
Se presente allí en rojo oscuro.
No lo recibe del sol:
Ella nunca conoció su ardor;
Ella lo obtuvo de la tierra
Y bebió sangre humana.

Estos versos son uno del total de siete lemas literarios que Schumann escribió para las piezas individuales en la última página de su plantilla para imprimir de 1850. Tres de ellos proceden de la colección de canciones del bosque de Gustav Pfarrius. Dado que este volumen de poesía no apareció hasta 1850 y algunas de las piezas para piano ya estaban compuestas a fines de 1849, se puede concluir que Schumann no vinculó las referencias literarias a sus piezas desde el principio, sino que las agregó más tarde, siguiendo una práctica común en la época. Sin embargo, dado que tenía una actitud más bien reservada o negativa hacia la música programática (cf. Escenas infantiles), debió haber estado preocupado en el momento de la impresión de que sus composiciones se acercarían demasiado a la música de programa debido a sobrecarga literaria. Por lo tanto, para la primera edición de diciembre de 1850, se eliminaron nuevamente casi todos los lemas, excepto el citado anteriormente.[7]

Referencias

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  1. a b c d e f g h «Waldszenen for piano, Op. 82». AllMusic. Consultado el 1 de octubre de 2024. 
  2. a b c d e f g h i j «Waldszenen, Op 82 (Schumann)». Hyperion Records. Consultado el 1 de octubre de 2024. 
  3. Oehlmann, Werner (1967). Reclams Klaviermusikführer Vol. 2. Stuttgart, p. 299.
  4. «Waldszenen, Op. 82 (Robert Schumann)». Los Angeles Philharmonic. Consultado el 1 de octubre de 2024. 
  5. a b «Waldszenen, Op.82 (Schumann, Robert)». IMSLP. Consultado el 1 de octubre de 2024. 
  6. «Schumann: Waldszenen, Op.82». Pianopedia.com. Consultado el 1 de octubre de 2024. 
  7. Knechtges-Obrecht, Irmgard (2005). «Waldszenen». Helmut Loos (ed.): Robert Schumann, Interpretationen seiner Werke Vol. 2. Laaber Verlag, p. 72. ISBN 3-89007-447-2.

Bibliografía

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Enlaces externos

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