Elecciones generales de España de 1881

elecciones generales de España

Las Elecciones Generales de 21 de agosto de 1881 en España fueron convocadas bajo el reinado de Alfonso XII sobre la base de lo dispuesto en la Constitución española de 1876, vigente hasta 1923, en la conocida como Restauración borbónica en España.

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Elecciones generales de 1881
392 escaños en el Congreso de los Diputados
Fecha 21 de agosto de 1881
Tipo Legislativa

Resultados
Práxedes Mateo Sagasta – Liberal
Escaños obtenidos 300  236
  
76.53 %
Antonio Cánovas – Conservador
Escaños obtenidos 62  242
  
15.82 %
Otros partidos
Escaños obtenidos 30  6
  
7.65 %
Elecciones generales de España de 1881

Como sucedió en todas las elecciones durante la restauración borbónica en España en estas el resultado estuvo determinado de antemano («encasillado») gracias al sistemático fraude electoral realizado mediante la red caciquil extendida por todo el territorio. En estas elecciones, como en el resto, el gobierno que las convocó las ganó, ya que en el régimen político de la Restauración los gobiernos cambiaban antes de las elecciones y no después como sucedía en los regímenes parlamentarios (no fraudulentos).[1][2][3]

Antecedentes

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En 1878 el grupo de viejos unionistas dirigido por Manuel Alonso Martínez abandona el Partido Liberal-Conservador y regresa a las filas del Partido Constitucional de Sagasta, que había abandonado en 1875. En 1880, tras cinco años consecutivos de gobierno, continúa la erosión del Partido Liberal-Conservador. El 9 de marzo de 1880, el general Arsenio Martínez Campos, se pasa con sus seguidores al Partido Constitucional. Ese mismo año abandonan las filas conservadoras y se suman a las liberales José Posada Herrera, antiguo dirigente de la Unión Liberal y presidente del Congreso en las primeras Cortes de la Restauración, así como un grupo de viejos notables del Partido Moderado que no encuentran acomodo en las filas conservadoras, como el conde de Xiquena o Balmaseda. A raíz de estas incorporaciones, el Partido Constitucional pasó a denominarse Partido Liberal-Fusionista. En enero de 1881 Sagasta, fortalecido su partido, reclama al rey Alfonso XII que cese a los conservadores y llame al gobierno a los liberal-fusionistas. El rey accede a la demanda de Sagasta y el 8 de febrero de 1881, Sagasta asume por primera vez en la Restauración la presidencia del Consejo de Ministros.

Características

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El número de votantes para estas elecciones era de 846 961 (el 4,99% de la población total), mediante sufragio restringido. Se eligieron 392 diputados el día 20 de agosto de 1881.

Resultados

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La abstención alcanza el 29% y como era costumbre de la época se presupone una ostensible manipulación, con victoria de los grupos liberales dinásticos que entonces gobernaban, entonces denominados liberales-fusionistas, con 297 escaños.

Fracción Diputados
Liberales-fusionistas y ministeriales 297
Liberal-conservadores 39
Demócratas 32
Independientes 10
Unión Católica 3
Tradicionalistas 2
No identificados 9


Predecesor:
Elecciones de 20 de abril de 1879
 
Elecciones Generales en España

1881 - 1884
Sucesor:
Elecciones de 27 de abril de 1884

Referencias

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  1. Montero, Feliciano (1997). «La Restauración (1875-1885)». En Feliciano Montero; Javier Tusell, eds. La Restauración. De la Regencia a Alfonso XIII. Volumen XI. Historia de España-Espasa. Madrid: Espasa Calpe. p. 57. ISBN 84-239-8959-3. «El rey era el que de hecho, mediante el decreto de disolución de Cortes, concedido a la persona designada para formar gobierno, posibilitaba el ascenso o el descenso del poder a los distintos líderes y formaciones políticas. Por su supuesto, al hacerlo no actuaba caprichosamente, sino de acuerdo con unas reglas del juego… Pero en todo caso esta forma de acceso [al poder] subvertía la lógica de una práctica parlamentaria. No eran las Cortes las que provocaban crisis políticas y hacían cambiar gobiernos, pues cada partido gobernante se fabricaba una mayoría parlamentaria suficiente, mediante elecciones fraudulentas. Las crisis ministeriales parciales o totales, las alternativas en el ejercicio del poder (el turno), se decidían entre las altas esferas políticas (la elite) al margen del Parlamento, sobre la base de la iniciativa monárquica...» 
  2. Romero Salvador, Carmelo (2021). Caciques y caciquismo en España (1834-2020). Prólogo de Ramón Villares. Madrid: Los Libros de la Catarata. pp. 72. ISBN 978-84-1352-212-8. «Lo que en mayor medida distingue al caso español… [es] el hecho de que la acción gubernamental determinó que el partido que convocaba las elecciones las ganara siempre, y que ello quedase normalizado e institucionalizado a raíz del pacto entre los dos partidos mayoritarios que, desde 1881 y durante más de cuarenta años, decidieron alternarse en el poder.» 
  3. Varela Ortega, José (2001) [1977]. Los amigos políticos. Partidos, elecciones y caciquismo en la Restauración (1875-1900). Prólogo de Raymond Carr. Madrid: Marcial Pons. p. 493. ISBN 84-7846-993-1. «Era el gobierno el que fabricaba las Cortes, no al contrario; y quien hacía las elecciones nunca las perdía.»