Economía evolucionista


La economía evolutiva o economía evolucionista es un enfoque metodológico dinámico de la teoría económica que estudia el comportamiento económico desde una perspectiva dinámica, enfatizando en la importancia que ha tenido la innovación y el desarrollo de la tecnología en la evolución de la economía a lo largo del tiempo, otorgándole un carácter acumulativo al proceso económico. Se caracteriza por relacionar los fenómenos que ocurren en la economía (a través del uso analogías y metáforas de forma explícita o implícita) con principios biológicos propios de las ciencias naturales, como lo son las ideas básicas de la teoría Darwiniana. Su modelización matemática se integra dentro de la econofísica o economía matemática y cuando su orientación teórica se aproxima a las formulas en las ramas biológicas, se ubica dentro del enfoque de la Bioeconomía.

Economía evolutiva
Enfoque de estudio


De acuerdo con los economistas evolutivos, la base de sus teorías corresponde a una interpretación de los fenómenos económicos basada en la interacción de múltiples agentes heterogéneos —entre ellos, empresas e individuos—, quienes mediante la repetición de un sistema de «prueba y error» intentan continuamente explorar nuevas tecnologías, nuevas estrategias comportamentales, nuevas formas organizativas.[1]

Antecedentes

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Pioneros de la Economía evolutiva
Thorstein Veblen, Precursor remoto de la economía evolutiva.
Joseph Schumpeter, padre de la economía evolutiva. Su concepto de destrucción creativa sería formalizada por Philippe Aghion y Peter W. Howitt.
Richard R. Nelson y Sidney G. Winter (1982)
Philippe Aghion y Peter W. Howitt (1990), Resurgimiento de la economía evolutiva.
Figuras claves de su origen

Las bases del pensamiento evolutivo asociadas al funcionamiento de la economía se remontan a los trabajos realizados por el sociólogo y economista Thorstein Veblen, cuando en 1898 publica su ensayo Why is Economics Not an Evolutionary Science (¿Por qué la economía no es una ciencia evolutiva?), ideas que tiempo después serían retomadas, estructuradas y sistematizadas por el economista Joseph Alois Schumpeter, en la teoría económica.[2]

Thorstein Veblen, en The Place of Science in Modern Civilization (El lugar de la ciencia en la civilización moderna) de 1919, retoma ideas evolutivas originales que dan cuenta de que las organizaciones productivas funcionan similarmente a los principios de herencia, variación y selección propuestos por el naturalista Charles Darwin; esta idea fue novedosa porque sugiere que las sociedades se ven forzadas a cambiar de manera constante sus preferencias, tanto individuales como grupales, como un modo de adaptación a medida que van surgiendo nuevos descubrimientos, y son creadas y comercializadas nuevas tecnologías.[3]

Principales propuestas

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Conocido por su Teoría del crecimiento unificado, Oded Galor emplea principios que pueden pertenecer a la economía evolutiva.

Los economistas evolutivos sostienen que los modelos evolutivos son mejores que los no evolutivos de la teoría económica, porque incorporan las innovaciones y el avance tecnológico como los determinantes del crecimiento a largo plazo, proponiendo que los cambios en los sistemas económicos son producidos principalmente por el surgimiento de las innovaciones, perfeccionamiento e introducción de nuevos métodos, productos o servicios.[4]

De los autores de esta teoría, el que destaca como el principal referente de este pensamiento es el economista Joseph Schumpeter, quien le otorga un enfoque y perspectiva evolutiva. Según él, cambios institucionales y tecnológicos conforman el motor de la evolución de la economía, y afirma que esta carece de un punto de equilibrio (como se formula de forma convencional), puesto que dicho equilibrio se ve constantemente quebrantado por las innovaciones que surgen y se introducen en la actividad económica.

Dentro del contexto evolutivo, Schumpeter aporta y populariza el valioso concepto de la «destrucción creativa», a modo de explicación del proceso de transformación que acompaña a las innovaciones, y que da paso al nacimiento de nuevas empresas mejor adaptadas con una mayor capacidad competitiva, pereciendo así la organización empresarial que quede más rezagada en el tiempo. Estos procesos de destrucción creativa implican que las innovaciones acontecen en grupos y en momentos específicos del tiempo, y que tienen como consecuencia una aceleración de los procesos de obsolescencia de conocimientos, rutinas e instituciones, que no logren adaptarse a las nuevas condiciones.[5]

Posteriormente, estas ideas de una economía evolutiva entraron en un receso, hasta que en 1982 Richard R. Nelson y Sidney Graham Winter publican An Evolutionary Theory of Economic Change (Una teoría evolutiva del cambio económico), donde argumentan que las modificaciones que ocurren en la tecnología y en las conductas sociales, si son recurrentes, reflejan en cierta forma algún tipo de proceso evolutivo.

También han publicado Giovanni Dosi, William J. Baumol, Masahiko Aoki (análisis institucional comparativo con base en la teoría de la firma, el gobierno corporativo y el desarrollo comparativo), David B. Audretsch (empresarialidad), David Teece (capacidades dinámicas y gestión estratégica), Wesley Cohen, Andreas Pyka y Daniel Levinthal (gestión evolutiva), sobre una perspectiva evolutiva. Joel Mokyr y Alfred D. Chandler Jr. construyen una teoría histórica con patrones evolutivos. Joel Mokyr desarrolla sobre la historia de la innovación y Alfred D. Chandler Jr. sobre la historia del sistema empresarial gerencial.

 
Phillipe Aghion
 
Jacques Lesourne

En este sentido, la teoría de la economía evolutiva retoma las ideas de Schumpeter, definiéndose a sí mismos como neoschumpeterianos.[6]

Richard R. Nelson y Sidney G. Winter, en su obra «Una teoría evolutiva del cambio económico» (1982) desarrollan el resurgimiento de la teoría evolutiva en la economía y las bases sistemáticas para establecerse como un enfoque de estudio con especial ventaja en el análisis de la innovación tecnológica y la dinámica de la competencia entre empresas, permitiéndoles modelar la dinámica competitiva de las empresas en condiciones de crecimiento y cambio tecnológico.[7]​ Estos autores pioneros con Giovanni Dosi y otros autores publicarían 35 años después «Economía evolutiva moderna: una visión general» (2018)[8]​ describen en detalle como se ha manifestado en varías áreas de investigación de la ciencia económica.

El primer libro de estudio general de la economía evolutiva fue desarrollado por Kurt Dopfer y Jason Potts en su obra «La teoría general de la evolución económica» (2007).[9]

Masahiko Aoki, desarrolla la teoría del análisis institucional comparativo en su obra «Hacia un análisis comparativo institucional» (2001) en base a la teoría de juegos, un marco conceptual y analítico para comprender las instituciones económicas y el cambio institucional.[10]​ En su libro «Corporaciones en una diversidad en constante evolución: cognición, gobernanza e instituciones» (2010)[11]​ utiliza la teoria de juegos para analizar la dinámica de los sistemas de gobierno corporativo. Su comprensión inicial de la dinámica empresarial se transmite en su libro «La teoría de juegos cooperativos de la empresa» (1984)[12]​.

Jason Potts en su obra «La nueva microeconomía evolutiva: complejidad, competencia y comportamiento adaptativo» (2001)[13]​ en lo que deslumbra fundamentos microeconómicos evolutivos. Jason Potts en su obra «Industrias creativas y evolución económica» (2011)[14]​ explica como un marco evolutivo puede explicar el comportamiento de las industrias creativas (economía de la cultura y economía creativa). Jason Potts, en su libro «Bienes comunes de innovación: El origen del crecimiento económico» (2019) en donde desarrolla una teoria de la innovación en base a la teoría evolutiva de la cooperación y la teoría institucional de los bienes comunes.[15]

Kurt Dopfer, Richard R. Nelson, Jason Potts y Andreas Pyka publicarían el «Manual Routledge de Economía Evolutiva» (2023), donde este volumen explora el estado actual del arte en el campo de la economía evolutiva en los niveles microeconómicos y macroeconómicos.[16]

Kenneth Binmore, en su obra «Evolución y racionalidad: decisiones, cooperación y comportamiento estratégico» (2012) explora la relación de la teoría de la elección racional y la evolución darwiniana en diversos contextos, incluida la elección en condiciones de incertidumbre, la toma de decisiones estratégicas y el comportamiento prosocial.[17]

Herbert Gintis, en su obra «La teoría de juegos en evolución: una introducción centrada en problemas al modelado de la interacción estratégica» (2000)[18]​ modela mediante la teoría de juegos evolutivos la naturaleza de la individualidad y la sociabilidad, esto lo cubre principalmente mediante sus aplicaciones accesibles para introducirse en el campo. Samuel Bowles en su obra «Microeconomía: comportamiento, instituciones y evolución» (2006)[19]​ donde estudia la coevolución de las preferencias individuales y la estructura de mercado, las empresas y otras instituciones, empleando resultados experimentales, teoría de juegos evolutivos, teoría de contratos y la modelización de procesos dinámicos.

Oded Galor desarrollo la teoría del crecimiento unificado en su obra «Teoría del crecimiento unificado» (2011)[20]​ que explica todo el proceso de crecimiento en la historia de la humanidad, identificado las fuerzas históricos y prehistóricas de la transición diferencial del estancamiento económico en los inicios de la civilización al crecimiento en su desarrollo, identificando 3 fases transitorias de crecimiento, unificando el crecimiento económico, desarrollo económico y evolución humana, esto lo desarrolla de forma integral en su libro «El viaje de la humanidad: los orígenes de la riqueza y la desigualdad» (2022)[21]​, constituye un relato de la evolución de la civilización humana.

Philippe Aghion con Peter W. Howitt formalizo el concepto de destrucción creativa de Joseph Alois Schumpeter en su artículo con poder integrador de la macroeconomía y la microeconomía «Un modelo de crecimiento a través de la destrucción creativa» (1990)[22]​ de la Teoría del crecimiento endógeno.Philippe Aghion, en su obra «El poder de la destrucción creativa: la crisis económica y la riqueza de las naciones» (2021)[23]​ expone sobre la destrucción creativa como impulso al crecimiento económico y como se relaciona con la prosperidad del capitalismo estableciendo enlaces con los problemas comúnmente señalados en contra del capitalismo, como los problemas de la desigualdad, los de competencia, los de la globalización, los determinantes de la salud y la felicidad, las revoluciones tecnológicas, el estancamiento secular, las trampas de los ingresos medios, el cambio climático y cómo recuperarse de las crisis económicas. Ufuk Akcigit, John Van Reenen con prólogo de Emmanuel Macron «La economía de la destrucción creativa: nuevas investigaciones sobre temas de Aghion y Howitt» (2023)[24]​ reúnen las distintas líneas de investigación que nace de esta literatura.

Giovanni Dosi, en su obra «Los fundamentos de las economías complejas en evolución (Primera parte: Innovación, organización y dinámica industrial)» (2023) “propone ofrecer un análisis integrado de la anatomía y la fisiología del motor capitalista de generación y explotación de innovaciones tecnológicas, organizacionales e institucionales”. Estudiando “en primer lugar, a los impulsores y patrones de cambio de la máquina capitalista de producción e innovación y, en segundo lugar, a los mecanismos de coordinación entre una multitud de agentes económicos egoístas que a menudo se caracterizan por intereses conflictivos”.[25]

Los consumidores

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La economía evolutiva sostiene que los consumidores juegan un papel clave en el desarrollo tecnológico, considerando que son ellos los encargados de evaluar y aceptar la integración de una determinada tecnología en la sociedad.

Con base en esto se propone que el conjunto de bienes que consume la sociedad puede considerarse como una entidad social sujeta a evolución.[3]​ El proceso de selección de productos o tecnologías que realizaría la sociedad constaría básicamente de tres instancias, en primer lugar los artículos a producir son elegidos por las empresas (según información previa con la que cuentan), después estos son seleccionados por los consumidores cuando son comprados y, por último, los productos son evaluados al momento del uso dado por un determinado consumidor, asignándoseles una cierta connotación en relación con los costos que implica la adquisición del producto y los beneficios recibidos por parte del mismo. Si se considera que las características que reúne el producto son acordes al precio pagado, o en otras palabras, que la connotación dada es positiva, se presume que es probable que el consumidor repita la acción y se convierta en un comprador fiel al organismo proveedor del artículo.

De esta forma, la selección y posterior aceptación social de los nuevos productos o tecnologías que van apareciendo, como consecuencia de una constante innovación, se enmarca en un contexto de búsqueda y aprendizaje de nuevas cualidades deseadas en las mercancías por parte de los consumidores. De acuerdo a esto, es posible deducir que distintos elementos sociales influirían y van a darle forma a una especie de trayectoria o camino que seguirá el desarrollo tecnológico, donde dicha trayectoria va a favorecer o desfavorecer a la tecnología de acuerdo a las características particulares del entorno en el cual se establezca.

El rol de las empresas

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La economía evolutiva también incorpora dentro de sus propuestas un análisis del comportamiento que tienen las empresas y del papel que juegan en el sistema económico imperante dentro del cual se encuentren. Los economistas evolutivos argumentan que las empresas compiten haciendo uso de los recursos con los que cuentan con el fin de conseguir un lugar preponderante en el mercado y generar poder sobre este, para así incrementar sus ganancias y acumular capital, situación que llevaría a un aumento del crecimiento económico.

En la economía evolutiva es recurrente la acción de relacionar las ciencias naturales y el sistema económico, una de estas analogías queda al descubierto al comparar las empresas con genes al considerarlos como unidades de almacenamiento de información que se puede traducir, en el caso de las empresas, a un hábito de comportamiento racional y relativamente estable conocidos como rutinas empresariales. Estas componen un elemento de permanencia y herencia adjudicado en la memoria de la empresa, es decir, son producto de un proceso de aprendizaje organizacional que ha sufrido la empresa a lo largo del tiempo y que demuestra un conjunto de conductas consideradas efectivas en torno a un determinado contexto en que son usadas. Vistas de esta manera, las empresas son consideradas como un cúmulo de conocimientos disponibles con el que cuentan y que se acumulan en un proceso continuo.

Debido a la existencia de comportamientos regulares o rutinas que determinan una forma de funcionar, en las empresas existe un cierto grado de resistencia al cambio, sin embargo, modificaciones de los conocimientos acumulados pueden inducir a un cambio organizacional de la empresa, que generalmente es detonado producto de pérdidas por un periodo prolongado, en donde la empresa tratará de modificar sus rutinas en un esfuerzo por sobrevivir.[26]

Ciclos económicos

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Uno de los principales exponentes de la teoría económica evolutiva, Joseph Schumpeter, hace la diferencia entre tres ciclos económicos distintos, los cuales nombra como ciclos de Kitchin (40 meses), Juglar (10 años) y Kondrátiev (40-60 años). Los ciclos de Kondrátiev son los más importantes ya que son provocados por innovaciones trascendentales que modifican los fundamentos del modelo económico y que dan origen a estos ciclos también conocidos como ondas largas de desarrollo, que se componen principalmente de una fase ascendente a la cual le sigue una descendente o tendencia relativa al equilibrio. Estas innovaciones por su enorme importancia han sido denominadas revoluciones industriales y los autores evolutivos han identificado cinco ciclos largos o paradigmas tecnoeconómicos a partir de la revolución industrial de 1770 hasta nuestros días.[5][27]

Elementos claves de la economía evolutiva

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  • Enfoque dinámico al sistema económico enfatizando en la importancia de dos conceptos claves:
  • Enfoque organizacional, es decir, se le da importancia a los cambios que se establecen en los grandes sistemas sociales.
  • Enfoque reduccionista o descomposición analítica a las explicaciones de las variables macroeconómicas, prueba de esto son las palabras del propio Schumpeter en Business Cycles:

    "Para nuestro propósito, así como para muchos otros, sería muy inconveniente dejar las cosas en el punto anterior y tratar de trabajar con un número indefinido de ciclos o tipos de ciclos [...] Por lo tanto, decidimos ahora, para los propósitos generales de este volumen, contentarnos con tres clases de ciclos que llamaremos simplemente Kondratiev, Juglar y Kitchin [...] Esta elección recién hecha de tres clases de ciclos no tiene ninguna virtud especial. Cinco podría ser tal vez mejor, pero después de algo de experimentación el autor ha llegado a la conclusión de que el mejoramiento en la descripción así obtenido no compensaría el aumento de las dificultades."[28]

Principales economistas evolutivos

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Véase también

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Referencias

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  1. Viale, Ricardo (2008). Las nuevas economías. De la economía evolutiva a la economía cognitiva: más allá de las fallas de la teoría neoclásica (1 edición). México: Flacso. pp. 29-41. ISBN 978-970-9967-23-4. 
  2. «¿Qué es la Economía evolutiva?». Consultado el 7 de diciembre de 2016. 
  3. a b Morero, Hernán Alejandro (Julio de 2007). «El evolucionismo: una presentación de su temática, metodología y objetivos». Contribuciones a la Economía. Consultado el 7 de diciembre de 2016. 
  4. Corona, Juan Manuel (2010). «Economía Neoclásica vs Economía Evolutiva» (PDF). Universidad Autónoma Metropolitana. Archivado desde el original el 20 de diciembre de 2016. Consultado el 7 de diciembre de 2016. 
  5. a b Palacios Sommer, Octavio A (2005). «Los Evolucionistas o Neoschumpeterianos» (PDF). Mundo Siglo XXI. CIECAS-IPN. pp. 87-113. Archivado desde el original el 21 de diciembre de 2016. Consultado el 7 de diciembre de 2016. 
  6. Rodríguez Vargas, José De Jesús (2005). La Nueva Fase de Desarrollo Económico y Social del Capitalismo Mundial (1 edición). México: Universidad Autónoma. p. 259. ISBN 978-94-689-5228-1. Consultado el 7 de diciembre de 2016. 
  7. Nelson, Richard R.; Winter, Sidney G. (15 de octubre de 1985). An Evolutionary Theory of Economic Change. Belknap Press. p. 454. 
  8. Nelson, Richard R.; Dosi, Giovanni; Helfat, Constance E.; Pyka, Andreas; Saviotti, Pier Paolo; Lee, Keun; Dopfer, Kurt; Malerba, Franco et al. (3 de mayo de 2018). Modern Evolutionary Economics: An Overview. Cambridge University Press. p. 280. ISBN 110842743X. 
  9. Dopfer, Kurt; Potts, Jason (27 de septiembre de 2007). The General Theory of Economic Evolution (1er edición edición). Routledge. p. 154. 
  10. Aoki, Masahiko (30 de noviembre de 2001). Toward a Comparative Institutional Analysis (First Edition edición). The MIT Press. p. 560. ISBN 0262011875. 
  11. Aoki, Masahiko (6 de mayo de 2010). Corporations in Evolving Diversity: Cognition, Governance, and Institutions. OUP Oxford (Clarendon Lectures in Management Studies). p. 244. 
  12. Aoki, Masahiko (1 de enero de 1984). The Co-operative Game Theory of the Firm. Oxford University Press. p. 228. ISBN 0198284853. 
  13. Potts, Jason (1 de febrero de 2001). The New Evolutionary Microeconomics: Complexity, Competence and Adaptive Behaviour. Edward Elgar Publishing (New Horizons in Institutional and Evolutionary Economics series). p. 256. ISBN 1840645431. 
  14. Potts, Jason (31 de julio de 2011). Creative Industries and Economic Evolution. Edward Elgar Publishing (New Horizons in Institutional and Evolutionary Economics series). p. 240. ISBN 184720662X. 
  15. Potts, Jason (2 de julio de 2019). Innovation Commons: The Origin of Economic Growth. Oxford University Press. p. 277. 
  16. Dopfer, Kurt; Nelson, Richard R.; Potts, Jason; Pyka, Andreas (27 de noviembre de 2023). Routledge Handbook of Evolutionary Economics (1er edición edición). Routledge (Routledge International Handbooks). 
  17. Okasha, Samir; Binmore, Ken (21 de junio de 2012). Evolution and Rationality: Decisions, Co-operation and Strategic Behaviour. Cambridge University Press. p. 293. 
  18. Gintis, Herbert (26 de enero de 2009). Game Theory Evolving: A Problem-Centered Introduction to Modeling Strategic Interaction. Princeton University Press. p. 409. ISBN 0691140510. 
  19. Bowles, Samuel (5 de febrero de 2006). Microeconomics: Behavior, Institutions, and Evolution. The Roundtable Series in Behavioral Economics, Princeton University Press. p. 608. ISBN 0691126380. 
  20. Galor, Oded (1 de mayo de 2011). Unified Growth Theory. Princeton University Press. p. 344. ISBN 0691130027. 
  21. Galor, Oded (22 de marzo de 2022). The Journey of Humanity: The Origins of Wealth and Inequality. Dutton. p. 300. 
  22. Aghion, Philippe; Howitt, Peter W. (January 1990). «A Model of Growth Through Creative Destruction». National Bureau of Economic Research (3223). doi:10.3386/w3223.  Texto « NBER» ignorado (ayuda)
  23. Aghion, Philippe; Antonin, Céline; Bunel, Simon; Cohen-Tanugi, Jodie (20 de abril de 2021). The Power of Creative Destruction: Economic Upheaval and the Wealth of Nations. Belknap Press. p. 393. 
  24. Akcigit, Ufuk; Van Reenen, John; Macron (prólogo), Emmanuel (22 de agosto de 2023). The Economics of Creative Destruction: New Research on Themes from Aghion and Howitt. Harvard University Press. p. 761. 
  25. Dosi, Giovanni (20 de junio de 2023). The Foundations of Complex Evolving Economies: Part One: Innovation, Organization, and Industrial Dynamics. OUP Oxford. p. 1182. 
  26. Gil Feixa, S.; Olleta Tañà, J. «Enfoque evolucionista de la empresa e innovación tecnológica: el modelo de R. R. Nelson y S. G. Winter» (PDF). Universidad de Barcelona. Archivado desde el original el 9 de mayo de 2016. Consultado el 7 de diciembre de 2016. 
  27. Freeman, C.; Soete, L. (1997). The Economics of Industrial Innovation (en inglés). The MIT Press. pp. 65-70. 
  28. J. Schumpeter (1939). Business Cycles I. Nueva York: McGraw-Hill. pp. 169-170.