Preservativo femenino

método anticonceptivo de barrera
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El preservativo femenino, condón femenino o condón vaginal es un método anticonceptivo de barrera de uso vaginal alternativo al preservativo masculino. El condón femenino brinda protección contra el embarazo y también contra las infecciones que se propagan durante el contacto sexual, como el VIH.

Preservativo femenino de poliuretano.

El condón femenino está hecho de un plástico delgado y fuerte llamado poliuretano. Una nueva versión, que es más barata, está hecha de una sustancia llamada nitrilo. Consiste en una delgada funda que se ajusta a las paredes de la vagina y se puede llevar puesto hasta 8 horas. A diferencia del preservativo masculino no queda ajustado a tensión y por la humedad y temperatura propias de la vagina se adhiere cómodamente y su presencia es casi inapreciable. El preservativo femenino apareció en 1992 en el Reino Unido y los Estados Unidos e inmediatamente se difundió su uso por Europa y el resto del mundo.[1]​ El uso del condón femenino puede contraerse en mujeres sanas y su efectividad es un 99%

Características

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El primer preservativo o condón femenino (CF) se hizo del plástico sintético llamado poliuretano. Su diseño proporciona mayor protección a la mujer contra las enfermedades de transmisión sexual, como la de VPH-virus del papiloma humano- y por virus de la inmunodeficiencia humana (VIH); pues impide el contacto de los genitales masculinos y del semen (donde se encuentran los espermatozoides) con la vagina y genitales femeninos externos, limitando el acceso al óvulo, y evita el embarazo. Además protege al escroto del varón de quedar expuesto a contagio al insertar por vía anterior o posterior.

Se calcula que su efectividad es de 88 % a 98 % si se utiliza correctamente.[2]

Además del CF de poliuretano, existe el de nitrilo - segunda generación- desde 2007. Ambos resultan más resistentes que los condones de látex masculinos, tienen un potencial de roturas menos frecuentes, mayor protección física (sexo protegido) y comodidad, así como un período de conservación más largo, aun cuando las condiciones de almacenamiento sean desfavorables.

El CF consta de una transparente funda pre lubricada que no contiene espermicidas, con dos anillos, uno interior y cerrado, que permite la colocación fácil dentro de la vagina, y el otro con un diámetro más grande, abierto y más flexible, que facilita cubrir los labios y clítoris, impide que el condón se introduzca demasiado en la vagina y que pierda posición.

El CF fue creado atendiendo la vulnerabilidad de la mujer, ya que le permite ejercer sus derechos sexuales, decidir y tener control sobre su seguridad.

Las dimensiones del CF son las necesarias para proteger a los genitales de la mujer y apenas distintas de las del condón del varón, de 160 mm de largo y 44-56 mm de ancho (NOM-016-SSA-1993).

Colocación

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Se debe comprobar la fecha de caducidad y el correcto estado del preservativo.[1]

1. La colocación es parecida a la de otros anticonceptivos vaginales femeninos: anillo vaginal, diafragma, esponja anticonceptiva, 2. No hace falta esperar a la erección del pene como ocurre con los preservativos del hombre; inicie juntando el anillo interior desde la parte externa del preservativo para introducirlo en la vagina.

2. Una vez en la vagina se coloca el dedo pequeño dentro del preservativo para avanzarlo pasando el nivel del hueso del pubis y alcance el fondo, igual como se coloca un óvulo vaginal, teniendo cuidado con los posibles objetos cortantes (uñas, anillos...).

3. El anillo externo y un pequeño segmento del CF quedan por fuera para impedir el contacto de los genitales masculinos, especialmente raíz del pene y testículos,y piel del área genital de la mujer, sitios susceptibles de contagio por virus del papiloma humano, entre más causantes de ETS.

4. Una vez terminado el coito se le da un par de vueltas al anillo externo para que no se salga el semen y se tira del preservativo para sacarlo.

Notas:

  • Nunca debe usarse un preservativo masculino a la vez que un condón vaginal o femenino. Para efectividad y protección adicional contra el embarazo, puede recurrir a un gel espermicida.
  • Se recomienda usarlo una única vez pero se está estudiando su posible reutilización.[1]
  • Al sacar el preservativo, envuélvelo con un pedazo de papel higiénico y tíralo a la basura, nunca al WC.
  • Si al usar el condón presentase alguna irritación o malestar, consulte de inmediato con su médico.

Ventajas e inconvenientes

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Como todos los métodos anticonceptivos, el preservativo femenino tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Entre las ventajas está el que no hace falta esperar a que el pene esté en erección, que no es necesario extraerlo o levantarse a asearse inmediatamente después de la eyaculación, y su fácil uso. Previene contra las enfermedades de transmisión sexual, como el virus del papiloma humano y el VIH. Supone una alternativa para aquellas personas que tienen alergia al látex. Pero como todos los métodos, este también tiene sus aspectos negativos, tiene mayor precio que el del hombre, y se da la creencia equivocada de ser aparatoso porque es para una anatomía más compleja.

Véase también

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Referencias

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Enlaces externos

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