Calendario juliano

calendario introducido por Julio César en el año 46 a.C.
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El calendario juliano, introducido por Julio César en el año 46 a. C. (708 AUC), resultó de una reforma del calendario romano.[1]​ Entró en vigor en el 45 a. C. (709 AUC), poco antes de la conquista romana de Egipto. Era el calendario predominante en el mundo romano, y posteriormente en la mayor parte de Europa y en los asentamientos europeos de América y otros lugares,[2]​ hasta que fue sustituido progresivamente por el calendario gregoriano, promulgado en 1582 por el papa Gregorio XIII.

Calendario juliano sábado, 3 de noviembre de 2024 d. C.
Calendario gregoriano sábado, 16 de noviembre de 2024 d. C.
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Julio César, promulgador del calendario juliano

Si bien el cambio de calendario fue impuesto y aceptado en la mayor parte de los países, se tiene que las Iglesias ortodoxas de Jerusalén, Rusia (y todos sus territorios patriarcales en la antigua URSS y la diáspora), Serbia, Montenegro, Polonia (desde el 15 de junio de 1914), Macedonia del Norte, Georgia, Ucrania y los antiguos calendaristas griegos y otros grupos continuarían utilizando el calendario juliano hasta fechas muy recientes en el siglo xxi, por lo que todavía celebraban la Navidad el 25 de diciembre del calendario juliano (cuando en el gregoriano corresponderá al 7 de enero, lo que se seguirá haciendo hasta 2100). Mientras que la Iglesia ortodoxa rusa tiene algunas parroquias en Occidente que celebrarán la Navidad el 25 de diciembre gregoriana hasta el 2799. También las Iglesias orientales armenia, copta, etíope, eritrea, asiria y siro-jacobita mantienen el calendario juliano, con ciertas peculiaridades nacionales.

Características generales

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En términos astronómicos, el calendario juliano se atrasa con respecto al año trópico aproximadamente un día cada 128 años lo que equivale a 11 minutos 14 segundos de exceso por año. Para el calendario gregoriano, la cifra es de un día cada 3324 años.[3]​ La diferencia en la longitud media del año entre el calendario juliano (365,25 días) y el gregoriano (365,2425 días) es del 0,002 %.

El calendario juliano tiene un año regular de 365 días divididos en 12 meses. Se agrega un día bisiesto a febrero cada cuatro años. El año juliano tiene por lo tanto un promedio de 365,25 días, ajustando aproximadamente con este día adicional la duración del año trópico. Aunque los astrónomos griegos ya sabían (al menos desde Hiparco, un siglo antes de la reforma juliana) que el año trópico era unos minutos más corto que 365,25 días, no se consideró esta diferencia. Como resultado, el calendario juliano perdía alrededor de tres días cada cuatro siglos en comparación con los equinoccios observados con el paso de las estaciones. Esta discrepancia fue corregida por la reforma gregoriana de 1582.

Relación entre el calendario juliano
y el calendario gregoriano:

El calendario gregoriano tiene los mismos meses que el calendario juliano, y en ambos sistemas los años cuyo número es múltiplo de 4 son bisiestos, con la salvedad de que en el calendario gregoriano los años que son múltiplos de 100 no son años bisiestos, excepto los que sí son divisibles por 400.[4]​ Desde su creación, la fecha del calendario juliano ha acumulado un retraso de 13 días con respecto al paso de las estaciones. En consecuencia, la fecha juliana permanecerá 13 días por detrás (desde el 14 de marzo de 1900 gregoriano // 1 de marzo juliano; y hasta el 28 de febrero de 2100 gregoriano // 15 de febrero juliano) de la fecha indicada en el calendario gregoriano, en el que se disminuyó en gran medida la diferencia con respecto a la duración del año trópico. La diferencia entre los dos calendarios se irá incrementando con el paso de los siglos.

El calendario juliano ha sido reemplazado como calendario civil por el calendario gregoriano en casi todos los países donde se utilizaba, aunque siguió siendo todavía el calendario civil de algunos países hasta comienzos del siglo XX.[5]​ Por ejemplo, Egipto pasó del 20 de diciembre de 1874 (juliano), al 1 de enero de 1875 (gregoriano). Turquía cambió (con fines fiscales) del 16 de febrero (juliano) al 1 de marzo (gregoriano) de 1917. Rusia pasó del 1 al 14 de febrero de 1918.[6]​ La propuesta original en Rusia había sido corregir 1 día cada año, extendiendo el cambio a un periodo de trece años, y pasar el día bisiesto a los años exactamente divisibles por 128 (por ejemplo, 1920).[7]​ Grecia hizo el cambio con fines civiles pasando del 16 de febrero al 1 de marzo de 1923. Sin embargo, el Día Nacional (25 de marzo), que era una fiesta religiosa, permaneció fijándose según el antiguo calendario. Esto creó confusión, y el 10/23 de marzo de 1924 la iglesia comenzó a usar el nuevo calendario civil para las fiestas religiosas fijas.

En comparación con el calendario gregoriano, el calendario juliano tiene tres días bisiestos adicionales cada 400 años. Este hecho motiva que la Pascua, cuyo cálculo depende del equinoccio de marzo y de las fases de la Luna, pueda caer en abril o en mayo.[8]​ (Véase: Computus, donde se detalla cómo se fija esta fecha.)

Muchas áreas donde se han implantado religiones cristianas también han sustituido el calendario juliano por el gregoriano como base para sus calendarios litúrgicos. Sin embargo, la mayoría de las iglesias ortodoxas de oriente todavía utilizan el calendario juliano para calcular las fechas de las fiestas móviles, incluyendo la Pascua. Algunas iglesias ortodoxas han adoptado un calendario juliano revisado para las fiestas fijas, mientras que otras iglesias ortodoxas mantienen el calendario juliano a todos los efectos. El calendario juliano[9]​ todavía es utilizado por los bereberes del Magreb mediante el calendario bereber,[10]​ así como por las comunidades religiosas del Monte Athos. En la forma del calendario copto, es la base para el calendario etíope, que es el calendario civil de Etiopía.[11]

Durante la transición entre calendarios y durante algún tiempo después, fue utilizado el fechado dual en los documentos, consignándose la fecha de acuerdo con ambos sistemas simultáneamente para evitar ambigüedades.

Antecedentes

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Originariamente, en muchas culturas antiguas se utilizaba el calendario lunar para contar el tiempo (se ha hallado en Francia un calendario grabado en piedra de este tipo, que cuenta con unos 15 000 años de antigüedad[12]​). Las evidencias históricas más antiguas indican que el primer calendario solar fue creado en el Antiguo Egipto, a principios del tercer milenio a. C., y surgió de la necesidad de predecir con exactitud el momento del inicio de la crecida del Nilo, que tiene una periodicidad anual, acontecimiento fundamental en una sociedad que vivía de la agricultura. Este calendario tenía un año de 365 días, dividido en tres estaciones, meses de 30 días y decanos de 10 días.[13]

Los pueblos itálicos primitivos tenían diferentes calendarios lunares, cada uno con su propio número de meses, su propia duración del año y de los meses, por ejemplo, los habitantes de Alba Longa tenían un calendario de 10 meses, de 18 a 36 días cada mes; los de Labinia tenían otro de 374 días distribuido en 13 meses; los etruscos tenían meses basados en la luna llena.[14]

Ningún calendario itálico contaba las semanas.[15]

Calendario romano

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Finalmente se acordó usar un calendario común de 304 días distribuidos en 10 meses (6 meses de 30 días y 4 de 31 días). Pero este tenía desfases de tiempo y los pontífices paganos lo reajustaban agregando un mes llamado mercedonius casi siempre de forma bienal. Los reajustes se hacían con criterios políticos, no astronómicos, como determinar el día de pagar a la servidumbre, y se hacía mal uso del reajuste, para prorrogar el cargo de algún funcionario, adelantar o retrasar votaciones.[16]

El año empezaba a principios de marzo (martius, de Marte, dios de la guerra) que era el primer mes de primavera, cuando se decidían las campañas militares del año. Los meses iban desde martius hasta februarius, en este orden:[15]

Meses del calendario romano

1. Martius: mes de Marte, dios de la guerra, padre de Rómulo y Remo
2. Aprilis: mes de apertura de flores (por la primavera, en el hemisferio norte)
3. Maius: mes de Maia, diosa de la abundancia
4. Junius: mes de Juno, diosa del hogar y la familia
5. Quintilis: mes quinto
6. Sextilis: mes sexto

7. September: mes séptimo
8. October: mes octavo
9. November: mes noveno
10. December: mes décimo
11. Januarius: mes de Jano, dios de los portales
12. Februarius: mes de las hogueras purificatorias (februa)

* Mercedonius: mes añadido con fines compensatorios, según conveniencia política y comercial.

Los reajustes no evitaron el desfase de tiempo y sucedió que el invierno fuera fechado en el otoño astronómico. Julio César terminó con el desfase ordenando una reforma en el calendario romano. Según Plutarco, fue el rey Numa –el sucesor de Rómulo– quien cambió el calendario de 10 a 12 meses, poniendo como primer mes del año a enero en lugar de marzo. También, comenta que abril procede de la diosa Afrodita, mientras que mayo de la diosa Maia, madre de Mercurio.[15]

Elaboración del calendario juliano

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Sosígenes de Alejandría tenía conocimiento de la fallida reforma de Cánope del calendario egipcio, ocurrida dos siglos atrás, y colaboró con Julio César para adoptar esa vieja reforma al calendario romano e implantarla como un nuevo calendario. Esta adaptación fechaba las estaciones y sus fiestas romanas correspondientes concordando con el momento astronómico en el que sucedían.

El nuevo calendario se implantó en el año 46 a. C. con el nombre de «Julius» y mucho después de «Juliano», en honor a Julio César. Únicamente en ese año, se contaron 445 días, en vez de los 365 normales, para corregir los desfases del calendario anterior, y fue denominado «el último año de la confusión».[17]​ Para ello, se agregaron dos meses Merkedinus, entre noviembre y diciembre, uno de 33 días y otro de 34, además del mes intercalado en febrero.[15]

Desde 44 a. C. se acordó que todos los años constaran de 365 días, y cada cuatro años se contarían 366. Estos años se llamarían «años bisiestos», porque en ellos añadían un 24 de febrero. Según el cómputo del tiempo, el 24 de febrero se llamaba «día sexto» antes de las kalendas de marzo (ante diem sextum kalendas martias), de manera que el 24 de febrero repetido se llamaría «bis sextum» (de ahí la palabra «bisiesto»).

Pero en el año 44 a. C. los pontífices romanos decidieron considerar un año bisiesto cada tres años ordinarios, en vez de cada cuatro. Tiempo después, se dieron cuenta del desfase provocado hasta el año 10 a. C. y se corrigió en el 8 d. C. por orden de César Augusto, quien ordenó excluir el día adicional de cada año bisiesto, durante 36 años, es decir, hasta el año 44 d. C.[15]

Por lo anterior, el calendario juliano consideraba que el año trópico estaba constituido por 365,25 días, mientras que la cifra correcta es de 365,242 189, es decir, 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45,16 segundos. Esos más de 11 minutos agregados a cada año, significan un día adicional cada 128 años.[18]

Desarrollo del calendario juliano

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El año 153 a. C. se tomó como inicio del año el 1 de enero, en lugar del tradicional 1 de marzo, para poder planear las campañas del año con tiempo debido a las guerras celtibéricas que se estaban desarrollando en la península ibérica y los problemas que estaba causando la conquista y el asedio de Numancia.[19]

César mantiene ese principio de año e implanta el nuevo calendario, que consta de 365 días divididos en 12 meses, excepto los años bisiestos que tienen 366 días, y añaden un día adicional al mes de febrero. El calendario juliano cuenta como bisiestos uno de cada cuatro años, incluso los seculares. Con este calendario se comete un error de 3 días cada 400 años.

La manera de contar los días siguió la tradición romana hasta que los visigodos introdujeron la costumbre de numerar los días, que no sería oficial hasta que la adoptó Carlomagno. No obstante, hasta bien entrada la Edad Moderna, la manera de referirse a un día concreto era aludiendo al santo que se conmemoraba. Así, por ejemplo, era muy común encontrar expresiones como «llegamos el día de san Froilán».

Distribución de los meses y días en el calendario romano Distribución de los meses y días en el calendario juliano
  1. Martius (31 días)
  2. Aprilis (29)
  3. Maius (31)
  4. Junius (29)
  5. Quintilis (31)
  6. Sextilis (29)
  7. Septembris (29)
  8. Octobris (31)
  9. Novembris (29)
  10. Decembris (29)
  11. Ianuarius (29)
  12. Februarius (28 o 23)
  13. Mes intercalado sin nombre o Mercedonius (27 o 28)
  1. Enero (31 días)
  2. Febrero (28) (29 en los años bisiestos)
  3. Marzo (31)
  4. Abril (30)
  5. Mayo (31)
  6. Junio (30)
  7. Julio (31)
  8. Agosto (31)
  9. Septiembre (30)
  10. Octubre (31)
  11. Noviembre (30)
  12. Diciembre (31)

Origen de julio y agosto

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  • En el año 44 a. C., por iniciativa del Senado romano, y para honrar la memoria de Julio César, el mes de quintilis, que entonces duraba 31 días, fue renombrado como iulius, denominación de la que deriva la forma castellana julio.[15]

Cuando a Tiberio se le planteó la idea de continuar con esta práctica, dando a su vez su propio nombre a septiembre, este desestimó la idea al mostrar sus dudas sobre qué ocurriría cuando ya se hubiesen renombrado todos los meses.[15]

Implantación de la semana

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En el año 321, el emperador Constantino I el Grande implantó la semana de siete días, copiada del calendario lunar de los mesopotámicos, que establecieron la semana de siete días basándose en los planetas (incluidos el sol y la luna) que se podían observar desde la tierra: domingo, lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábado. Esta división de la semana en siete días es la que con el tiempo se popularizaría en las distintas culturas.

Además, decretó que el primer día de la semana, (dies solis, día del sol) fuese día de descanso, en detrimento del sábado, tradicional no solo entre los judíos sino también entre los gentiles.[20]​ De esta forma satisfizo la tradición cristiana de congregarse en ese día para el Culto a Dios, ya que desde el tiempo de los Apóstoles, tal como relata el Apóstol Pablo en varias de sus cartas, los cristianos se reunían el primer día de la semana debido a que éste era el día de la Resurrección de Jesucristo, de acuerdo a los Evangelios y, al mismo tiempo, satisfacía a otra religión muy popular a la que perteneció el propio Constantino, el culto a Mitra, cuya representación era el sol.

En el año 383, el día de descanso, el dies solis, fue renombrado por Teodosio I como dies dominicus ('día del Señor') término del cual procede la palabra domingo.

Idem aaa. ad Principium praefectum praetorio. Solis die, quem dominicum rite dixere maiores, omnium omnino litium et negotiorum quiescat intentio; debitum publicum privatumque nullus efflagitet; ne aput ipsos quidem arbitros vel e iudiciis flagitatos vel sponte delectos ulla sit agnitio iurgiorum. Et non modo notabilis, verum etiam sacrilegus iudicetur, qui a sanctae religionis instinctu rituve deflexerit. Proposita III non. nov. Aquileiae Honorio n. p. et Evodio conss.

Modificaciones fracasadas en los nombres de los meses

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Algunos emperadores romanos modificaron los nombres de determinados meses durante su mandato:

Pero las modificaciones no perduraron y se restablecieron sus nombres anteriores.

Incluso Carlomagno trató de dar nuevos nombres a los meses, aunque tampoco tuvo éxito. Los meses propuestos eran, desde enero a diciembre respectivamente: Wintarmanoth, Hornung, Lentzinmanoth, Ostarmanoth, Winemanoth, Brachmanoth, Heuvimanoth, Aranmanoth, Witumanoth, Windumemanoth, Herbistmanoth y Heilagmanoth.[24]

Véase también

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Referencias

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  1. Richards, 2013, p. 595.
  2. «Pragmática de los diez días del año». 
  3. Utilizando el valor dado por Richards (2013, p. 587) para el año trópico en días solares medios, el cálculo es 1/(365,2425-365,24217)
  4. Introduction to Calendars Archivado el 13 de junio de 2019 en Wayback Machine.. (15 de mayo de 2013). Observatorio Naval de los Estados Unidos.
  5. Social Security Administration publication GN 00307.180 - Gregorian/Julian calendar.
  6. Social Security Administration (26 de agosto de 2005). «GN 00307.180 Gregorian/Julian calendar». Consultado el 27 de julio de 2016. «Aunque las autoridades rusas cambiaron oficialmente los calendarios en 1918, los registradores individuales, en particular en zonas remotas, siguieron utilizando el antiguo calendario durante diez años.» 
  7. Las áreas que no estaban bajo el control bolchevique a principios de 1918 adoptaron el calendario gregoriano en fechas diferentes; véase el resumen en Toke Nørby, The Perpetual Calendar. Versión 29 de febrero de 2000.
  8. Nautical almanac offices of the United Kingdom and United States, Explanatory supplement to the Astronomical Ephemeris and the American Ephemeris and Nautical Almanac (London: Her Majesty's Stationery Office, 1961), 413-6.
  9. Towards a Common Date of Easter. Archivado el 20 de junio de 2017 en Wayback Machine. (5–10 March). World Council of Churches/Middle East Council of Churches Consultation, Aleppo, Syria.
  10. Oxby, Clare (1998). «The manipulation of time: Calendars and power in the Sahara». Nomadic Peoples, New Series 2 (1/2): 137-149. JSTOR 43123542. 
  11. "Ethiopian Time" 2008
  12. «Oldest lunar calendar identified» (en inglés). BBC News. 16 de octubre de 2000. Consultado el 14 de marzo de 2013. 
  13. Marshall Clagett. Ancient Egyptian Science: A Source Book (1989) 10–11. (en inglés)
  14. «LE RELIGIONI DELL'ETRURIA ANTICA» (en italiano). Archivado desde el original el 19 de noviembre de 2016. Consultado el 18 de noviembre de 2016. 
  15. a b c d e f g h Soliman El-Azir. «Revista de Humanidades: Sarasuati». El Calendario Romano. Archivado desde el original el 19 de noviembre de 2016. Consultado el 18 de noviembre de 2016. 
  16. J. BAYET. «El calendario Romano». La religión romana, historia política y psicológica, Cristiandad, Madrid, 1984. UNED. Consultado el 22 de febrero de 2016. 
  17. Valdez, Magdalena (29 de febrero de 2020). «¿Por qué se agrega un día en el año bisiesto?» (html). YVKE Mundial Radio. Archivado desde el original el 29 de febrero de 2020. Consultado el 29 de febrero de 2020. «Fue Julio César quien aplicó una primera reforma al calendario al adoptar la funcionalidad de un sistema de año bisiesto para corregir el calendario cada cuatro años. Julio César empezó por decretar un Año de la Confusión de 445 días (en 46 a.C.), con el cual corrigió los muchos años de discrepancia de un solo golpe. Luego, ordenó un año de 365.25 días que, simplemente, añadía un día bisiesto cada cuarto año.» 
  18. Diccionario de cartografía. Miquel J Pavon Besalu. 2012. p. 25. ISBN 9781471791277. Consultado el 18 de noviembre de 2016. 
  19. «SEGEDA Y NUMANCIA TIENEN QUE VER CON CELEBRAR EL AÑO NUEVO EL 1 DE ENERO». Soria y más. Archivado desde el original el 19 de noviembre de 2016. Consultado el 18 de noviembre de 2016. 
  20. Hans A. Pohlsander. El Emperador Constantino Biografías y Testimonios. Ediciones Rialp, 2015. pp. 96/136. ISBN 9788432145490. Archivado desde el original el 19 de noviembre de 2016. Consultado el 18 de noviembre de 2016. 
  21. Cayo Suetonio Tranquilo (siglo II D.C.). «Los Doce Césares CAYO CALÍGULA». Epígrafe XV. Archivado desde el original el 20 de septiembre de 2016. Consultado el 18 de noviembre de 2016. 
  22. Cayo Suetonio Tranquilo (siglo II D.C.). «Los Doce Césares NERON CLAUDIO». Epígrafe LV. Archivado desde el original el 3 de julio de 2016. Consultado el 18 de noviembre de 2016. 
  23. Cayo Suetonio Tranquilo (siglo II D.C.). «Los Doce Césares TITO FLAVIO DOMICIANO». Epígrafe XIII. Archivado desde el original el 28 de abril de 2016. Consultado el 18 de noviembre de 2016. 
  24. Patrick Geary. Readings in Medieval History, Volume I: The Early Middle Ages (en inglés) (Fifth Edition edición). University of Toronto Press, 2015. p. 324. ISBN 9781442634343. Consultado el 18 de noviembre de 2016. 

Enlaces externos

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