Wikipedia:Adjetivos gentilicios

Puesto que la principal función de una enciclopedia es ofrecer información a sus lectores, en numerosos artículos es necesario situar determinados temas en el espacio y en el tiempo. Ello puede implicar el uso de gentilicios para informar de la procedencia geográfica o adscripción a grupos sociales de personas mencionadas en biografías u otros artículos. Será necesario indicar de qué entidad era súbdito, nacional, ciudadano, miembro o partícipe el personaje en cuestión, ya se trate de Estado, reino, emirato, república, imperio, nación, horda, condado, país, ducado, califato, tribu, principado, sultanato, señorío o cualquier otro tipo de entidad política o social que exista o haya existido y que controlara en mayor o menor medida un cierto territorio (aunque sea de forma nómada o itinerante) y una población (de mayor o menor tamaño).

El gentilicio puede ser también aplicable a colectivos formados por personas, tengan o no personalidad jurídica propia, tales como asociaciones, agrupaciones, gremios, colegios, sindicatos, partidos, sociedades o similares. También, por extensión del concepto, a instituciones, fundaciones, edificios, obras de arte, objetos en general o lugares.

El uso adecuado de los gentilicios, plantea numerosas dudas. Sin ánimo de pretender imponer unas reglas de obligado cumplimiento que limiten la libertad de los usuarios, este ensayo pretende ofrecer orientación que pueda servir para resolver algunas dudas que se presenten al redactar los artículos de la enciclopedia.

Definición y problemas asociados

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El Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española nos da esta definición:

Adjetivo gentilicio

1. m. Gram. adjetivo que denota la procedencia geográfica de las personas o su nacionalidad; p. ej., castellano, madrileño, andaluz, peruano, bonaerense.

Por su parte, el Diccionario de uso del español de María Moliner indica:

De cierta gente (nación). Se aplica particularmente a los nombres y adjetivos que expresan naturaleza o nacionalidad; como "español", "castellano" o "madrileño".

Así, ambos textos de referencia —los más acreditados en nuestro idioma— se muestran de acuerdo en una doble función de los gentilicios, pues afectan a dos conceptos muchas veces relacionados aunque distintos; uno jurídico, la nacionalidad, y otro geográfico y biográfico, la «procedencia geográfica» o la «naturaleza», entendida —es de suponer— como el «origen que alguien tiene según la ciudad o país en que ha nacido» (DRAE).

Cada uno de estos usos plantea problemas específicos a la hora de emplearlos en un artículo enciclopédico.

Nacionalidad

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El propio concepto de nacionalidad es difícil de aplicar en momentos anteriores a la Edad Contemporánea, por lo que para muchos personajes históricos será una mera aproximación relativa a la entidad o entidades políticas de las que fueron súbditos, gobernantes o ciudadanos.

Incluso en la actualidad, la existencia de estados discutidos y territorios en litigio hace difícil determinar con neutralidad la nacionalidad de muchas personas. Y en todo momento histórico han existido casos en los que la falta de información adecuada hace imposible conocer la nacionalidad «real» de personajes, por lo demás, relevantes.

Así mismo, y aunque es frecuente pensar en la nacionalidad como un efecto del lugar de nacimiento, debe tenerse en cuenta que no todas las legislaciones reconocen el denominado Ius soli, es decir, la adquisición de la nacionalidad por el lugar de nacimiento y con independencia de la nacionalidad de los padres. Este hecho puede llevar a confusión cuando se utiliza un único gentilicio, pues éste puede expresar bien la nacionalidad o bien la circunstancia geográfica del nacimiento.

Así, la actriz Audrey Hepburn es ocasionalmente citada como «belga», lo que podría parecer correcto en atención a su localidad de nacimiento (Ixelles, un distrito de Bruselas), pero no en cuanto a su nacionalidad, que era británica.

Otros problemas pueden surgir por efecto de los cambios de nacionalidad y la adquisición de dobles o, en general, múltiples nacionalidades, o de la condición de apátrida.

Procedencia geográfica

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Además de compartir algunos de los problemas anteriores, como puede ser el desconocimiento de los datos de nacimiento de un biografiado, o las dudas acerca de la adscripción concreta de un territorio en un momento dado a una u otra entidad política, el concepto «procedencia» se presta, por sí mismo, a varias ambigüedades, según se tenga en cuenta, en primer lugar, el lugar de nacimiento propiamente dicho o el lugar de crianza.

Así mismo, cabrán interpretaciones que asuman como «procedencia» el lugar o lugares donde se haya desarrollado la mayor parte de la actividad de una persona, o incluso una «procedencia moral» adscrita a los sentimientos del individuo respecto a una localidad o país.

Todos estos problemas deben llevar a una especial atención en cuanto al uso de unos u otros gentilicios, acompañados en su caso de las aclaraciones que sean pertinentes para especificar su sentido o, en algunas ocasiones, a aconsejar su omisión en favor de otras formas más específicas de identificación de las nacionalidades o lugares asociados a un artículo.

Ubicación

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La información debe ser proporcionada sin demora. Si el artículo trata sobre la persona, cosa o lugar a describir, el primer párrafo de la introducción es el lugar adecuado para explicar su procedencia o localización. Muchos usuarios de Wikipedia se limitan a leer la introducción de los artículos, sobre todo cuando son extensos. Por ello, demorar la información hasta la llegada a una sección específica —«nacimiento», «nacionalidad», «ubicación geográfica»— puede suponer que el lector no llegue a disponer del dato. Contar con la información desde el principio puede ayudar a la persona que realiza la consulta a decidir entre seguir adelante con la lectura o buscar en otro artículo.

Un ejemplo de información pronta puede ser la siguiente redacción en el artículo sobre Salvador Dalí: «Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech, marqués de Dalí y de Púbol (Figueras, 11 de mayo de 1904 – ibídem, 23 de enero de 1989), fue un pintor, escultor, grabador, escenógrafo y escritor español, considerado uno de los máximos representantes del surrealismo». En la primera frase del artículo se ha indicado lugar y fecha de nacimiento y fallecimiento, principales actividades por las que fue conocido, nacionalidad, estilo artístico, nombre completo y título nobiliario —modalidad de sobrenombre— que ostentó.

La información tampoco debe ser redundante. Tomando el ejemplo anterior, sería inadecuado decir Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech, marqués de Dalí y de Púbol (Figueras, España, 11 de mayo de 1904 – Figueras, España, 23 de enero de 1989), fue un pintor, escultor, grabador, escenógrafo y escritor español. No solo sería innecesariamente repetitivo, sino que se podría interpretar como una postura militante.

Enlaces

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Aunque no es imprescindible, es recomendable que la información geográfica esté enlazada con el correspondiente artículo explicativo. Así, al decir que Jorge Negrete fue «un cantante mexicano», resulta muy conveniente enlazar el adjetivo «mexicano» con el artículo «México». Aunque nos pueda parecer que cualquier lector sabe qué quiere decir «mexicano», lo cierto es que Wikipedia es consultada por personas de distintas edades y con distintos grados de conocimiento de la lengua española. Por tal motivo, el enlace proporcionará una explicación a quien la precise.

En ocasiones, el enlace puede servir para especificar la información aportada. Tanto Yuan T. Lee como Zhou Qifeng son químicos chinos. Sin embargo, mientras el primero es de la República de China, el segundo es de la República Popular China. El enlace con el artículo correspondiente al Estado permite ofrecer más información sin dejar de usar el gentilicio «chino», igualmente válido en ambos casos. La opción de calificar al primero como taiwanés es válida, pero se refiere más a la isla de Taiwán como accidente geográfico que como Estado.

En otros casos, el enlace permitirá ofrecer más información desde un punto de vista histórico. Así, León Tolstói fue un escritor ruso, Mijaíl Shólojov fue un escritor ruso —o soviético— y Aleksandr Solzhenitsyn fue un escritor ruso. El enlace permite distinguir la época y la entidad política en la que cada uno ha vivido al tiempo que se mantiene el gentilicio común.

Evitar el localismo

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Puesto que Wikipedia es consultada en todo el mundo, por personas con bagajes culturales muy diversos y que incluso pueden no tener el español como lengua materna, es importante proporcionar una primera información amplia. Aunque el editor del artículo sepa perfectamente dónde está Oaxaca, sería muy limitado describir a Benito Juárez como «un político oaxaqueño». Numerosos lectores podrían tener dificultades para comprender el texto sin recurrir a la lectura de otro artículo. Sin embargo, si decimos que Juárez fue «un político mexicano», la mayoría de los lectores dispondrán de una información suficiente para situar al personaje desde un punto de vista geográfico sin ampliar información. Ello no quiere decir que no se pueda y deba profundizar posterior o simultáneamente en la procedencia geográfica de la persona en cuestión, ya que puede haber sido un factor determinante en su trayectoria vital.

Los motivos para recurrir a la nacionalidad fáctica o real para describir a una persona contemporánea van más allá de facilitar la comprensión del texto. En la actualidad, casi todas las personas disponen de una nacionalidad o ciudadanía de un Estado. Utilizar siempre esta en la descripción parece un criterio más objetivo y neutral que elegir subjetivamente si aplicamos en cada caso el gentilicio nacional, el regional o el local. Aunque casi todo el mundo sabe dónde está Escocia, parece inadecuado definir a Gordon Brown meramente como «un político escocés» pese a que este sea un rasgo importante en su personalidad. La descripción como «un político británico» resulta igual de comprensible o más, es más neutral al seguir un criterio uniforme para todos los biografiados y se ajusta mejor a la trayectoria del personaje. Por supuesto eso no impide explicar adecuadamente su condición de escocés a lo largo del artículo. Incluso podríamos incorporar el dato a un mismo nivel desde la misma introducción diciendo algo así como «es un político británico nacido en Escocia», si bien también puede resultar inadecuado recargar excesivamente la introducción.

En algunos casos, será casi imprescindible añadir una información de tipo regional o local para que el lector comprenda el texto. Por ejemplo, el artículo sobre Günter Grass no se limita a decir que es un escritor alemán, sino que dice que es «casubo alemán». El motivo es que Grass nació en lo que entonces era la ciudad libre de Dánzig, hoy ciudad polaca de Gdansk, y pertenece a una minoría étnica muy particular. La información es necesaria para comprender la trayectoria vital de Grass e, incluso, parte de su obra narrativa.

Nacionalismos

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Algunos editores tienden a exceptuar de este tipo de tratamiento a los líderes políticos nacionalistas que propugnan la independencia o cambio de Estado de un determinado territorio. Otros editores, simpatizando abiertamente con el planteamiento nacionalista, van más lejos y extienden ese tratamiento a todos los habitantes del territorio en cuestión. Sin embargo, ese tipo de distinción selectiva puede chocar con el principio de neutralidad que rige en Wikipedia. Abdullah Öcalan es un «político turco» porque esta es su nacionalidad hasta la fecha, y no hay motivo para silenciar esa realidad. No hay ninguna razón objetiva para calificar como turco a Recep Tayyip Erdoğan y, sin embargo, limitarse a calificar como kurdo a Öcalan. Del mismo modo, el dirigente tamil Velupillai Prabhakaran fue un político tan ceilanés como pudo serlo la cingalésa Sirimavo Bandaranaike, aunque su ideología nacionalista tamil le diferencie de ella. Por supuesto, eso no significa que haya que dejar de informar de las respectivas ideologías de Öcalan y Prabhakaran, ni de su pertenencia a unas determinadas minorías.

El tratamiento debe ser diferente cuando la realidad política llegó a cambiar en vida del personaje. Vicente Guerrero nació en el Virreinato de la Nueva España y, por consiguiente, era novohispano. Pero participó en la independencia del territorio y contempló el nacimiento de México, por lo que lo correcto es calificarlo como un «político y militar mexicano».

Evitar la retroactividad

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El hecho de que en la actualidad tanto la nacionalidad o ciudadanía de las personas como los límites fronterizos suelan ser claros —con excepciones— hace que muchos editores tiendan a proyectar tal realidad hacia el pasado. De esta forma, se tiende a aplicar el gentilicio propio de un Estado actualmente existente a personas nacidas en el territorio que hoy forma parte de dicho Estado pero antes del nacimiento de este. Tal aplicación retroactiva de la nacionalidad es desaconsejable, pues proporciona una información inexacta al usuario y constituye una variante de lo que denominamos recentismo. Tiende a considerar que los estados son eternos —lo que la Historia desmiente— y olvida que sus fronteras son muchas veces cambiantes (como bien demuestra la Historia de Polonia). Con carácter general, procede aplicar el gentilicio correspondiente a la época a la que se refiere el texto. De esta forma, Adriano no fue un emperador «español» por haber nacido en la provincia Bética; debe quedar claro que fue dirigente del Imperio Romano y su procedencia geográfica puede ser definida como «hispana», «hispanorromana» o «bética».

El gentilicio debe ser enlazado con el artículo más apropiado a la época a la que se refiere el artículo. Por ejemplo, si hablamos de Leonardo da Vinci no solo debemos evitar definirlo como un pintor «italiano» y enlazar el adjetivo con el artículo Italia, que hace referencia a una realidad política inexistente en la época. Atendiendo a la realidad histórica del momento, debemos decir que fue «florentino». Sin embargo, enlazar dicho gentilicio con el artículo relativo a la ciudad de Florencia sería una información correcta pero insuficiente. Sería más apropiado enlazar el adjetivo con el artículo República de Florencia, que explica mejor a qué entidad política perteneció el biografiado. Por la misma razón, sería un flagrante error enlazar el gentilicio con el artículo Ducado de Florencia, ya que esta entidad política nació con posterioridad a la muerte del polifacético personaje.

Por supuesto, lo anterior no quiere decir que no se pueda explicar que la localidad natal del personaje pertenece hoy a determinado Estado. Antonín Dvořák nació en Bohemia, que entonces formaba parte del Imperio austrohúngaro. Sin embargo, limitarse a definirlo como «austrohúngaro» o como «austríaco» sería insuficiente dado que no fue propiamente ninguna de esas dos cosas y, además, es un compositor que está considerado representante del nacionalismo checo. Tan empobrecedor como resultaría denominarlo tan solo como «checo» sin mencionar que era súbdito del Imperio.

Casos especiales

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Imperios multinacionales

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El concepto de «nación» tal como lo entendemos hoy ha sido muy influido por el prerromanticismo y su concepto de «Espíritu del pueblo». No es extraño que el siglo XIX fuera abundante en movimientos nacionalistas muy diversos que pretendían alterar las fronteras existentes, tanto en un sentido disgregador como unificador. Sin embargo, con anterioridad era frecuente la existencia de imperios o estados multinacionales con gran diversidad lingüística, religiosa y étnica. El Imperio otomano, el Imperio bizantino, el Imperio austrohúngaro, el Imperio mongol, el Imperio ruso y el mismo Imperio romano son ejemplos claros. En las correspondientes biografías y artículos conexos puede ser necesario añadir el gentilicio explicativo de la específica procedencia étnica o geográfica, aunque sin dejar de indicar la pertenencia al imperio como unidad política superior. De esta forma, en el artículo sobre Gyula Andrássy se explica que fue un político noble húngaro de la época del Imperio austrohúngaro.

Estados compuestos

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A lo largo de la historia han existido diversos estados compuestos en los que los diferentes territorios conservaban sus instituciones, legislación y personalidad propia pero estaban unidos por la personalidad de un soberano común. El caso más notable, por su extensión geográfica y discontinuidad territorial, puede ser el de la Monarquía Hispánica o Monarquía Católica hasta el reinado de Felipe V. Dado el inevitable sesgo hispanocéntrico que tiene Wikipedia, esta monarquía está presente en numerosos artículos. Aunque existe una tendencia muy arraigada a calificar como «español» todo lo relativo a este período, la realidad es mucho más compleja. Los territorios que luego compondrán el Reino de España tienen un monarca común a partir de la entronización de Carlos I, pero este es también soberano de otros territorios difícilmente calificables como «españoles», como Nápoles, Flandes, Austria o el Franco Condado. Algunos de los territorios hispanos estaban vinculados con territorios no hispanos desde hacía tiempo; es el caso de la Corona de Aragón. Importantes colaboradores de la Corona difícilmente pueden ser considerados españoles, como ocurre con Ambrosio Espínola, el cardenal Granvela, Alejandro Farnesio, Ruy Gómez de Silva o Andrea Doria.

Por otro lado, no se puede negar la existencia de un sentimiento común de «españolidad» entre los territorios hispanos de la monarquía, así como la existencia de instituciones e intereses comunes. Un ejemplo puede ser la Inquisición española, creada por los Reyes Católicos para todos sus reinos. Por tal motivo, los gentilicios habrán de ser aplicados con prudencia y flexibilidad tanto a personas como a instituciones, buscando la mayor precisión en función del contexto y atendiendo a lo expuesto en las fuentes. Cabe usar el gentilicio común «español» en determinadas situaciones, pero debe ser usado con prudencia en el período anterior a la Guerra de Sucesión.

Igualmente, pudo existir un sentimiento de pertenencia común entre los habitantes de los Países Bajos, que primero algunos llaman Países Bajos Borgoñones y luego Países Bajos Españoles. Estos comprendían territorios diferenciados y con sus propias instituciones: los ducados de Bravante, Baja Lotaringia, Limburgo, Luxemburgo y Güeldres; los condados de Flandes, Artois, Henao, Holanda, Zelanda, Namur y Zutphen; y los señoríos de Frisia, Malinas, Utrech, Overijssel y Groninga. Según el contexto, podría usarse un único gentilicio para englobarlos a todos, tal como «neerlandeses» o «flamencos». Sin embargo, el uso de este gentilicio global debe ser todavía más prudente que el de «español». En primer lugar porque «flamenco» es también el gentilicio de los naturales de uno de dichos territorios, el Condado de Flandes, mientras que «neerlandés» ha quedado más ligado a los habitantes de la zona más septentrional y de mayoría protestante que ha devenido en los actuales Países Bajos; en segundo lugar porque a las diferencias lingüísticas e institucionales se fueron sumando profundas discrepancias religiosas que acabaron dividiendo a las mencionadas provincias.

Otros ejemplos de monarquías compuestas o uniones personales pueden ser Brandeburgo-Prusia, la República de las Dos Naciones que unió a Polonia y Lituania y la mencionada Corona de Aragón.

Colonias

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En el pasado —y en menor medida en el presente— han existido potencias coloniales que mantenían extensas posesiones en zonas muy alejadas de la metrópoli. España, Francia, Inglaterra-Reino Unido, Portugal y otros países han poseído extensos imperios coloniales que se extendían por varos continentes. Aunque todos los súbditos estuvieran sometidos a un mismo soberano, resultaría impreciso calificarlos a todos con el mismo gentilicio. De esta forma, sería incorrecto denominar a todos los súbditos del Imperio español en América como «españoles», término que se debe reservar para los procedentes de la metrópoli. Resulta más preciso denominarlos usando el gentilicio de la unidad territorial a la que pertenecieran: novohispano, rioplatense, peruano, neogranadino, etc. En determinadas ocasiones puede ser lícito recurrir a subdivisiones más precisas, como guatemalteco, cubano o chileno. Sin embargo, tales términos deben ser usados con prudencia. Denominar «guatemalteca» a una persona procedente de la Provincia de San Salvador puede ser conflictivo pese a que el enlace deje claro que no nos referimos a la actual república sino a la antigua capitanía. En un caso así, puede resultar menos polémica la utilización del adjetivo más amplio «novohispano».

Estados discutidos y territorios en litigio

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En la actualidad existen estados cuya existencia no ha sido reconocida de forma generalizada por la comunidad internacional. Por ejemplo, Kosovo es considerado un Estado independiente por gran número de países y como una provincia de Serbia por otros. Si el artículo correspondiente a este territorio informa adecuadamente de tal circunstancia, puede ser suficiente la calificación de un determinado lugar o persona como «kosovar», pues el gentilicio existe tanto si entendemos que hace referencia a un Estado como si creemos que es relativo a una provincia. Mucho más polémico puede ser utilizar el gentilicio «serbio». En algunos contextos, una forma de evitar el conflicto puede ser recurrir a un gentilicio meramente geográfico como «balcánico». Otras veces puede ser imprescindible explicar someramente la existencia de dos puntos de vista.

Si queremos definir a Derviş Eroğlu, político que desarrolla su actividad en la denominada República Turca del Norte de Chipre, tenemos que tener en cuenta que la mayoría de los estados consideran que el territorio de esta entidad forma parte de la República de Chipre. El uso del gentilicio político —«norchipriota» o «chipriota»— y, sobre todo, del enlace con uno u otro artículo, puede resultar polémico. Como en otros casos, puede ser útil eludir la controversia recurriendo a un gentilicio meramente geográfico como «chipriota» o, simplemente, evitar el uso de gentilicios.

Otros casos de estados con reconocimiento no generalizado son los de la República Árabe Saharaui Democrática, la República de China, Abjasia u Osetia del Sur. El caso no debe ser confundido con el de las llamadas micronaciones, auténticas ficciones carentes de todo reconocimiento internacional.

En los territorios en litigio entre dos estados habrá que intentar reflejar la realidad fáctica más que las subjetivas posturas de las partes en conflicto. Afirmar que Gibraltar es «una localidad española» proporcionaría una información incorrecta y no sería neutral. Por ello, es mejor decir que es un territorio británico de ultramar, bajo soberanía del Reino Unido pero reclamado por el Reino de España. En casos en los que el territorio no tenga ni siquiera una posesión clara, puede ser útil recurrir a gentilicios meramente geográficos o eludir el uso de adjetivos. En cualquier caso, la existencia de la controversia debe estar siempre convenientemente explicada al menos en el artículo principal.

Cambio de nacionalidad

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Hay personas que, tras nacer en un determinado país, emigran a otro y asumen la nacionalidad del segundo. En tales casos, es conveniente explicarlo en sus biografías. De esta forma, el artículo sobre Hannah Arendt informa de que fue primero alemana y luego estadounidense. Ambos datos son necesarios para conocer su personalidad y su obra. Hay casos más complejos. El artículo sobre Ernst Lubitsch afirma que fue un director de cine judío nacido en Alemania, de nacionalidad rusa, aunque naturalizado alemán y, más tarde, estadounidense.

También conviene comentar los casos en los que ha sido el territorio natal el que ha cambiado de nacionalidad posteriormente. Así evitaremos posibles confusiones por parte de los lectores. En el caso de Billy Wilder, la introducción del artículo explica sucintamente que su localidad natal (Sucha), hoy situada en Polonia, formaba entonces parte del Imperio Austrohúngaro; esa es la razón de que naciera con la nacionalidad austríaca.

Doble nacionalidad

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En la actualidad, es común que haya personas que tienen dos nacionalidades de forma simultánea. Esta situación es muy corriente en el ámbito hispano. De esta forma, Lionel Messi es un futbolista argentino que también posee la nacionalidad española desde el año 2005. La relevancia del primer dato es manifiesta, pues Messi juega con la selección argentina; pero el segundo dato también es importante dado que permite que Messi no ocupe plaza de extranjero en ningún equipo de la Unión Europea. En estos casos es conveniente informar de la circunstancia desde el primer párrafo. Habitualmente se mencionará en primer lugar la nacionalidad de nacimiento y en segundo lugar la adquirida con posterioridad, pero si el personaje es más conocido por su segunda nacionalidad puede ser lícito alterar el orden.

Gentilicios geográficos

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Cuando la geografía política resulte controvertida y dé lugar a guerras de ediciones puede ser útil sustituir el uso de gentilicios políticos por los meramente geográficos. En ocasiones, ambos pueden ser distinguibles únicamente por el enlace que les acompaña. Las referencias pueden ser a islaschipriota, taiwanés, irlandesa, japonés—, penínsulasbalcánica, californiano, coreana, escandinavo—, continentes o subcontinentescentroamericano, africana, indio, sudamericana—, mares y océanoscaribeño, mediterráneo, atlántico— regiones históricas —sirio, centroeuropea, mesopotámica, centroafricano— u otro tipo de denominaciones. El empleo de estos gentilicios más «asépticos» deberá ir acompañado de las precisiones necesarias para aclarar la situación que ha obligado a su uso. En ocasiones puede llegar a ser necesario introducir una sección específica encaminada a explicar el conflicto.

Por ejemplo, desde la Edad Media hasta la Unificación, la península itálica estuvo dividida en múltiples estados. Si bien es fácil adscribir a algunos personajes históricos a una determinada entidad política, hubo artistas o soldados que desarrollaron su carrera con gran movilidad, desplazándose de un principado a otro con frecuencia. En tales casos puede ser conveniente definir a dichas personas de forma genérica como «italianas», dado que la voz «itálico» parece más utilizada para describir a los pueblos de la Edad Antigua. Lo más correcto en tal caso sería enlazar el gentilicio con el artículo dedicado a la península, y no al Estado nacido en el siglo XIX.

Omisión de gentilicios

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Finalmente, si el uso del gentilicio plantea más inconvenientes que ventajas, el sentido común nos puede hacer prescindir de él. Una biografía puede limitarse a señalar la función realizada por el personaje, sin entrar a considerar si tiene una u otra nacionalidad. Así, el artículo sobre Derviş Eroğlu se puede limitar a afirmar que es el Presidente de la República Turca del Norte de Chipre desde 2010, lo que ya ubica suficientemente al biografiado en el espacio y en el tiempo. De esta forma se desvía la conflictiva cuestión de la legitimidad de tal república al artículo enlazado que informa sobre ella; artículo que puede y debe examinar esa cuestión con mayor amplitud. También puede seguirse el mismo criterio simplemente para evitar la redundancia. Así, podemos decir que Bill Clinton fue el 42º presidente de los Estados Unidos, evitando incluir repetitivamente la nacionalidad y el nombre de la nación en la misma frase.

Otro motivo para eludir el uso del gentilicio puede ser evitar una ambigüedad. Si afirmamos que Antonín Dvořák fue un compositor bohemio, posromántico y nacionalista el lector puede interpretar que se trataba de un artista que llevaba una forma de vida bohemia, esto es, alejada de los convencionalismos. Por ello es preferible decir que fue un compositor natural de Bohemia.

En cualquier caso, hay escasa diferencia entre emplear el gentilicio o indicar el lugar de procedencia con otras fórmulas diversas. Podemos decir Marco Polo fue un mercader veneciano, pero también podemos decir Marco Polo fue un mercader natural de la República de Venecia, Marco Polo fue un mercader originario de la República de Venecia o Marco Polo fue un mercader nacido en la República de Venecia. Todas estas variantes proporcionan la misma información, con la única posible diferencia de que el uso del gentilicio permite acortar un poco el texto (algo que puede ser importante en una introducción que acumula muchos datos en poco espacio).

Lo que nunca es recomendable es evitar el conflicto omitiendo información. Aunque el origen de Cristóbal Colón sigue siendo discutido y hay multitud de teorías al respecto, sería poco enciclopédico limitarse a decir Cristóbal Colón fue un navegante, cartógrafo, almirante, virrey y gobernador general de las Indias al servicio de la Corona de Castilla. Para empezar porque muchos lectores podrían inferir equivocadamente de ese texto que Colón era castellano (precisamente la posibilidad más remota porque si algo está claro es que Colón era un extranjero en Castilla). Podría ser admisible no informar en la introducción de la concreta localidad de nacimiento, pero resulta difícil ignorar el hecho de que la mayoría de las fuentes fiables señalan a la República de Génova como lugar de procedencia del famoso navegante. Lo especial de este caso hace imprescindible la existencia de una posterior sección dedicada expresamente al delicado tema del origen.

La excepción a la norma de indicar la procedencia será, obviamente, el caso de un personaje de quien se ignora su lugar de nacimiento; quizá por desconocerse, incluso, su propia identidad. Es el caso de Jack el Destripador, por ejemplo.

Por último, hay que respetar la convención sobre títulos, que establece que Cuando el nombre de un artículo alude a su procedencia geográfica, como regla general no se usarán gentilicios. Se usará por ejemplo Historia de Cuba en lugar de Historia cubana.