Vulvitis de Zoon

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La vulvitis de Zoon o vulvitis crónica plasmacelularis es una inflamación crónica de la mucosa vaginal.[1]​ Es una enfermedad inflamatoria poco común que afecta la piel y la mucosa de la vulva, de causa desconocida aunque puede ser una reacción alérgica o inmunitaria que causa picazón. Se trata de una inflamación benigna, crónica y rara de la mucosa vulvar. Se diagnostica histológicamente y sus respuestas terapéuticas son variables.[2]​ Su etiopatogenia es desconocida y aún no se ha encontrado ningún tratamiento efectivo.[1]​ Su curso es crónico y sin progresión a la malignidad.[2]

Descripción

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La denominada vulvitis crónica plasmacelularis es una inflamación crónica de la mucosa vaginal.[1]​ Fue descripta por primera vez por Zoon y Garnier en 1954.[1]

Esta, también llamada vulvitis de Zoon, consiste en lesiones en la mucosa vulvar, tipo pápulas eritematosas brillantes y con un leve matiz anaranjado, normalmente en los labios menores, bien definidas y a veces erosionadas, que producen prurito vulvar. Estas lesiones aparecen en la mucosa periuretral y menos frecuentemente en los labios mayores de la vulva femenina. Se trata de una inflamación benigna, crónica y rara de la mucosa vulvar. Se diagnostica histológicamente y sus respuestas terapéuticas son variables.[2]​ La vulvitis de Zoon es considerada una enfermedad rara. Se han descripto menos de 40 casos en toda la literatura médica.[3][4]​ Es una enfermedad inflamatoria poco común que afecta la piel y la mucosa de la vulva, de causa desconocida aunque puede ser una reacción alérgica o inmunitaria que causa picazón.[2]

Algunos autores la describen como una respuesta inflamatoria inespecífica a un factor exógeno no determinado, asociada a diversos factores favorecedores: escasa higiene, calor y sudor excesivos, traumatismos o fricción continuada.[3][4]

Etiopatogenia

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Su etiopatogenia es desconocida y aún no se ha encontrado ningún tratamiento efectivo.[1]

Se han propuesto diversas teorías como la viral, la autoinmune, la hormonal y la irritativa.[3][4]

Es fundamental diagnosticarla correctamente porque su presentación puede confundirse con otras afecciones genitales, como el liquen plano y el carcinoma de células escamosas, enfermedades graves que requieren un tratamiento específico.[2]

La sintomatología es diversa, con prurito, escozor, dolor e incluso dispareunia. Incluso han sido descritos casos asintomáticos. Su curso es generalmente crónico y sin progresión a la malignidad.[2]

Referencias

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  1. a b c d e Dermatol. Argent., 2011, 17(3): 243-245 «Vulvitis de Zoon». 
  2. a b c d e f Damiani, Leandro; Quadros, Maurício de; Posser, Váruna; Minotto, Renan; Boff, Ana Letícia (2017). «Zoon vulvitis». Anais Brasileiros De Dermatologia 92 (5 Suppl 1): 166-168. ISSN 1806-4841. PMC 5726712. PMID 29267481. doi:10.1590/abd1806-4841.20175622. Consultado el 13 de diciembre de 2022. 
  3. a b c Fuertes, L.; Monsálvez, V.; Rivera, R. (1 de agosto de 2009). «Prurito vulvar de larga duración». Actas Dermo-Sifiliográficas 100 (6): 509-510. ISSN 0001-7310. doi:10.1016/S0001-7310(09)71600-X. Consultado el 13 de diciembre de 2022. 
  4. a b c Santonja, Carlos; Suárez-Peñaranda, José Manuel; Carrasco, Loreto; Fariña, María Del Carmen; Requena, Luis (2019-04). «Mucinous Metaplasia of the Vulva in Zoon Vulvitis and Lichen Sclerosus et Atrophicus. Description of 3 Additional Cases of a Rarely Reported Histopathologic Finding». The American Journal of Dermatopathology 41 (4): e39-e42. ISSN 1533-0311. PMID 30252696. doi:10.1097/DAD.0000000000001277. Consultado el 13 de diciembre de 2022.