Vicente Camarón

pintor español

Vicente Camarón Torra[1]​ (Madrid, 1803-Madrid, 1864) fue un dibujante y pintor paisajista y de género español.

Biografía

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Antera Baus (V. Camarón f.t 1829)

Nacido en 1803[2]​ en Madrid y discípulo de la Real Academia de San Fernando, cultivó la pintura paisajista y de género.[3]​ Durante su carrera pintó un considerable número de cuadros, que le valieron una gran reputación, y ocupó el puesto de profesor en dicha Academia.[3]​ En el Liceo Artístico y Literario, Camarón fue en un principio profesor, y posteriormente presidente de su sección de pintura, promoviendo bajo este concepto las Exposiciones públicas con tanta brillantez celebradas en el mismo en los años de 1845 y 1846.[3]​ También alcanzó la distinción de ser individuo de número de la Real Academia de San Fernando[3]​ y pintor honorario de cámara del rey.[2][3]​ En las diferentes exposiciones públicas celebradas en las salas de la Academia de San Fernando en los años de 1838 a 1849, en la del Liceo Artístico de 1846 y en la Nacional de Bellas Artes de 1848, presentó diferentes paisajes y marinas, que fueron muy elogiados por la crítica y celebrados por el público.[3][a]​ En las mismas exposiciones presentó también varios cuadros de historia y de género religioso. También es obra suya un lienzo titulado Vista del Tajo tomada a la espalda de la fábrica de espadas de Toledo, en el sitio llamado la Pesquera, propiedad del Museo del Prado.[3][4]

Fue también un notable dibujante: realizó ochenta dibujos vendidos poco antes de su muerte a la Academia de San Fernando, el retrato litográfico de Infante Francisco de Paula de Borbón, y las láminas de la Colección de cuadros publicada por José de Madrazo, en que reprodujo los siguientes asuntos: San Juan Bautista niño, El Apóstol Santiago y Jesús y San Juan, niños, de originales de Murillo, La Divina Pastora, de Tovar, El Señor muerto sostenido por un ángel, de Alonso Cano, y una Vista del Real Museo.[3]​ Realizó obras al fresco como los arabescos y alegorías de los cuatro gabinetes de lectura y descanso en el Congreso de los Diputados, y la bóveda del salón de conferencias del mismo.[3][b]​ Tuvo un hijo también artista, llamado Fernando Camarón, que falleció prematuramente y que sería autor de un busto de Quevedo, presentado póstumamente en la Exposición del Liceo celebrada en 1846.[3]​ Vicente Camarón fallecería en Madrid el 8 de abril de 1864.[3]

  1. Según un crítico, «Si el Sr. Camaron, en vez de buscar sus paisajes en el áspero clima del Norte y en regiones donde el cielo está siempre envuelto en aplomadas nieblas, y la tierra siempre mojada con la lluvia, se resolvieses algun dia á estudiar los variadísimos accidentes de luz que ofrece la campiña de Madrid, la prodigiosa escala de sus sombras diáfanas y azuladas, la límpida degradación de sus tonos, y procurara penetrarse de la solemne poesía que inspiran al que los medita esos llanos que, sólo á un ojo vulgar pueden parecer monótonos, y en los cuales solamente puede encontrarse la indefinible mágia de las distancias, estamos seguros de que su imaginación encontraría una fuente original, fecunda de ideas estéticas, y que satisfecho cuanto puede satisfacerse el alma insaciable de un artista de sus nuevos estudios, olvidaría su pincel las imitaciones de los países flamencos, para consagrarse únicamente á los países de su tierra y de su clima, y en cuyo género muy pocos le igualarían atendidas sus relevantes cualidades artísticas».[3]
  2. La descripción de esta última, según una memoria oficial, era: «Está dividida en varios compartimentos que hacen juego con la ordenación de pilastras, etc. Un cuadro adorna el centro de cada una de las cabeceras, y en los costados hay seis simétricamente distribuidos. Los que corresponden al medio en cabeceras y costados, significan las cuatro partes del mundo. A la derecha del ingreso, desde el vestíbulo, aparece la Europa, al frente del mismo el Asia, á la izquierda el Africa y en el último cuadro la América. Los cuatro cuadros que acompañan á los ya referidos de los costados por medio de hermosas matronas simbolizan La Religion, La Justicia, La Abundancia y La Ley. La primera, colocada á la derecha de la Europa, está revestida con túnica blanca, en testimonio de pureza, y la cubre un rico manto. La tiara que ciñe sus sienes y la cruz que empuña con la diestra, son emblema de la suprema autoridad de los Sumos Pontífices. A ña derecha de esta magestuosa matrona hay un ángel con un cáliz en la mano, y otro á la izquierda enseña un corazón, geroglíficos de la Fé y la Caridad. Al otro lado de la Europa está la Justicia, bajo la figura de una mujer que en su rostro manifiesta reunidas la belleza con la severidad. Muestra el libro de la ley, y los ropajes denotan su integridad. Dos génios la acompañan, sosteniendo el uno las fasces consulares, insignia de la magistratura romana y geroglífico de la fuerza, y el otro una corona, premio de la virtud. A la derecha del Africa, una graciosa ninfa coronada de flores significa la Abundancia. Las espigas dfuentee trigo que sostienen un génio, y las flores que derrama el del lado opuesto al primero, son atributos de la prosperidad pública. En el costado izquierdo, como la anterior, se vé otra bizarra matrona de noble aspecto, cubierta con severos ropajes, en representación de la ley. A semejanza de las ya referidas, tiene á cada lado un génio con una corona y una espada, símbolos el premio y del castigo. Bajo el manto y corona real, hay en los cuatro ángulos tablas que expresan con letras negras sobre fondo de oro, las principales épocas de la historia parlamentaria española. Por tenantes de las indicadas tablas hay ángeles vestidos de reyes de armas, con sus cotas de las reales. La faja general en el arranque de la escocia y la que circunda el lucernario, están pintadas con gusto, así como los atributos de las Ciencias, Artes é Industria, los niños, flores y frutos, y todos los demás adornos, ya de claro oscuro, ya coloridos».[3]

Referencias

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Bibliografía

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Enlaces externos

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