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Descripción de los dos postulados que pretenden explicar el fenómeno nacional: primordialistas o perennistas y modernistas o constructivistas.

(Esquema de ideas)

Al margen de la variedad de definiciones y conceptos del término nación, las cuales versan sobre convenciones lingüísticas y no de realidades, existen dos corrientes que intentan explicar la naturaleza y surgimiento del fenómeno. Estas son la perennista o primordialista y la modernista o constructivista. Esta segunda surge en relación a una crítica sobre la primera.


Perennistas o primordialistas

Hasta mediados del siglo XX la única visión consagrada que trataba de explicar el surgimiento de las naciones y el nacionalismo establecía que estas habían existido desde siempre, puesto que el sentimiento de pertenencia a una colectividad nacional era natural en el ser humano. Por ellas se entendía a los pueblos con una determinada lengua, raza, religión o cultura, de los cuales surgirían espontáneamente unos sentimientos de pertenencia a una colectividad y solidaridad entre los integrantes, para más tarde con el moderno despertar de los derechos políticos desencadenar unas reivindicaciones de autogobierno. (Alvarez Junco, capitulo 1)

De esta manera por ejemplo, el ensayista británico Walter Bagehot escribió en el siglo XIX que las naciones son «tan viejas como la historia» (Alvarez Junco, capítulo I)

La concepción primordialista cree por tanto que la nación es lo natural e inherente al ser humano, mientras que el estado, entendido como la estructura política, es lo artificial, una construcción humana. (Álvarez Junco, capítulo 1)

Críticas a los postulados primordialistas

(Esquema de ideas, revisar y cambiar)

Tan integrados estaban estos conceptos primordialistas hasta mediados del siglo XX, que el presidente Woodrow Wilson pensaba que la falta de ajuste entre los estados y las naciones era la causa de los problemas europeos en los últimos siglos. Por ello, este planteamiento conducía inevitablemente a adecuar las fronteras de los estados a las realidades étnicas. No obstante, la universalización de estas ideas y su intento de ponerlas en práctica supuso multitud de problemas a lo largo del siglo XX, puesto que los límites culturales son en realidad difusos, habiendo una abigarrada red cultural humana que no se podía circunscribir a compartimentos políticos nítidos. Esta imposibilidad práctica, el hecho de que existan comunidades con una fuerte conciencia nacional pero que están constituidas por poblaciones con diferentes lenguas, religiones y culturas (EE.UU o Suiza por ejemplo), la configuración de los fascismos europeos y los horrores de la segunda guerra mundial que se originaron en parte como consecuencia de las ideas nacionales, llevaron a diferentes pensadores a cuestionarse si realmente esta concepción explicaba la verdadera naturaleza del problema. (ALvarez Junco, Capítulo I, como cambia la manera de explicar un problema)

Varios autores determinaron que el fenómeno nacional se explicaba mejor si se entendía como un fenómeno moderno, creación humana o "invención". De esta manera el historiador y politólogo Elie Kedourie en su libro de 1961 llamado Nacionalism, explicaba que existía una dificultad en determinar de forma objetiva los ingredientes esenciales que componían las identidades nacionales. Sus conclusiones fueron que no había ningún factor objetivo universalizable ni suficiente por si mismo para fundamentar el hecho nacional. Este autor también señaló que si el sentimiento nacional era natural, no tendría que ser inculcado y sin embargo es el estado el que lo inculca, por lo cual es el estado el que crea las naciones y no a la inversa. La configuración de los estados es imprescindible para el surgimiento de las naciones.(Avarez Junco, Capítulo I, como cambia la manera de explicar un problema)

En parecidos términos hablaba el antropólogo social Ernest Geller en los años 70. Este definía la nación como un producto moderno consecuencia de la industrialización, es decir, la sociedad estaba inicialmente compuesta por grupos humanos rurales ligados por fliaciones familiares y aislados del mundo exterior por falta de comunicaciones y por la existencia de múltiples dialéctos locales. Con la industrialización y el nuevo modelo mercantil hubo una necesidad práctica de crear espacios culturalmente homogéneos. También esto provocó una nueva estratificación social y una nueva organización política. Los dirigentes encontraron en el nacionalismo el instrumento que facilitaba el crecimiento económico, la integración social y la legitimación de la estructura de poder.(Alvarez Junco, capítulo Icomo cambia la manera de explicar un problema)

Conocido es el autor Benedict Anderson que consideraba la nación no como algo natural si no como una construcción humana, las llamaba comunidades imaginadas solo existentes en la mente de sus seguidores. (Benedict Anderson, Comunidades imaginadas)

El autor Benedict Anderson creía que el nacionalismo creaba a las naciones y que al contrario de lo que pueda parecer no contribuía a conservar la diversidad cultural, si no que por el contrario la eliminaba estableciendo unos cánones de homogeneidad y uniformidad cultural. (Benedict Anderson, Comunidades imaginadas)

Por su parte el historiador Eric Howsband analizó todas las características en las que dice sustentarse la nación para acabar concluyendo que no existe ninguno que pueda ser aplicado a los distintos casos de nación con un mínimo de rigor y generalidad siendo todos borrosos. Una sociedad que sea homogenea desde elpunto de vista racial, lingüistico, con permanencia histórica es un mero sueño. (Alvarez Junco, capítulo I, como cambia la manera de explicar un problema)

Por tanto para howsban las naciones eran construcciones artificiales. Modernistas o constructivistas

(Esquema de ideas, revisar y cambiar)


Todos estos autores críticos con la idea nacionalista afirmaban de manera común que el ser humano ha vivido a lo largo de la historia en muy diversas organizaciones políticas (tribus, imperios reinos etc...) y que ninguna de ellas se correspondía con naciones. Tampoco la identificación de sus integrantes correspondía con estas. Ellos se sentían pertenenciéntes a otras entidades diferentes (parroquias, comarcas, linajes, estamentos...) insertas a su vez en comunidades más grandes religiosas. Tampoco se consideraba antinatural que el monarca fuera extranjero al contrario de lo que sucedería en el mundo contemporáneo. (alvarez Junco, capítulo I, Fin de la etapa. Que creemos saber hoy sobre naciones y nacionalismos)

Pertenecer a una nación no es un rasgo permanente ni esencial en la especie humana.(alvarez Junco, capítulo I, Fin de la etapa. Que creemos saber hoy sobre naciones y nacionalismos)

Es el surgimiento del romanticismo en el siglo XIX el que dio lugar al nacimiento del nacionalismo y el intento de adecuar las fronteras políticas a realidades étnicas.(alvarez Junco, capítulo I, Fin de la etapa. Que creemos saber hoy sobre naciones y nacionalismos)

Es en este momento cuando se realiza una reinterpretación de la historia y de la cultura en clave nacional, creándose distintos relatos con diferentes símbolos que son transmitidos y aprendidos por la comunidad, o en otras palabras, se crea la nación. (alvarez Junco, capítulo I, Fin de la etapa. Que creemos saber hoy sobre naciones y nacionalismos) Como decía Frederick Bath los elementos que definen una identidad colectiva no son el conjunto de características objetivas que diferencian a un grupo de otro, si no solo aquellas que son puestas en valor por el grupo. De esta manera por ejemplo un idioma tiene unicaménte un valor comunicativo hasta que con el surgimiento de la nación se le da un valor en estos términos.(Los grupos étnicos y sus fronteras, Mexico D.F. fondo de cultura económica 1978, pagina 15)

Es por tanto para estos autores la nación es una construcción social, como lo es en realidad el conjunto de la realidad social y es reciente creada por el nacionalismo. Las identidades naciones son por tanto entes construidos culturalmente, están por tanto en constante cambio y acabarán por desaparecer puesto que nada es eterno. ( Los militantes del nacionalismo creen que existirán para siempre)(alvarez Junco, capítulo I, Fin de la etapa. Que creemos saber hoy sobre naciones y nacionalismos)

La nación es un sujeto del mismo tipo que el resto de identidades colectivas y todas incluso las basadas en elementos biológicos objetivos tienen mucho de construido.(alvarez Junco, capítulo I, Fin de la etapa. Que creemos saber hoy sobre naciones y nacionalismos)

La nación como sujeto colectivo nace en el momento en el cual la soberanía política de un territorio es trasladada al conjunto del pueblo, que se ve legitimado para ser sujeto de la soberanía por ser la nación.(alvarez Junco, capítulo I, Fin de la etapa. Que creemos saber hoy sobre naciones y nacionalismos)

Pero esta debe construirse sobre unas características de base como una historia propia o unos elementos culturales que puedan ser reinterpretados en clave nacional como la religión o el folklore.

Las naciones no son elementos naturales y no son objetivos como las montañas o los ríos, son elementos subjetivos construidos por un grupo humano y su existencia en términos científicos se sitúa unicamente en la mente de sus participantes.(alvarez Junco, capítulo I, Fin de la etapa. Que creemos saber hoy sobre naciones y nacionalismos)

La nación da autoestima, te dice quien eres y te entronca en un marco territorial que se muestra como eterno, anterior al nacimiento y posterior a la muerte y te integra en un colectivo en el que prima una camaradería a pesar de haber diferencias evidentes entre personas.(alvarez Junco, capítulo I, Fin de la etapa. Que creemos saber hoy sobre naciones y nacionalismos)

Anderson ha comparado a la religión con las naciones por lo que cubre preocupaciones y problemas emocionales humanos perrennes como la debilidad, la enfermedad y la muerte en la misma medida que lo hacen las religiones. Anderson ha comparado a la religión con las naciones puesto que ofrece un relato sagrado, un marco temporal eterno que va más allá de la muerte y una serie de rituales.(alvarez Junco, capítulo I, Fin de la etapa. Que creemos saber hoy sobre naciones y nacionalismos)

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Al margen de la variedad de definiciones y conceptos del término nación, las cuales versan sobre convenciones lingüísticas y no de realidades, existen dos corrientes que intentan explicar la naturaleza y surgimiento del fenómeno. Estas son la perennista o primordialista y la modernista o constructivista. Esta segunda surge en relación a una crítica sobre la primera.

Perennistas o primordialistas

Hasta mediados del siglo XX la única visión consagrada que trataba de explicar el surgimiento de las naciones y el nacionalismo establecía que estas habían existido desde siempre, puesto que el sentimiento de pertenencia a una colectividad nacional era natural en el ser humano. Por ellas se entendía a los pueblos con una determinada lengua, raza, religión o cultura, de los cuales surgirían espontáneamente unos sentimientos de pertenencia a una colectividad y solidaridad entre los integrantes, para más tarde con el moderno despertar de los derechos políticos desencadenar unas reivindicaciones de autogobierno. (Alvarez Junco, capitulo 1)

De esta manera por ejemplo, el ensayista británico Walter Bagehot escribió en el siglo XIX que las naciones son «tan viejas como la historia» (Alvarez Junco, capítulo I)

La concepción primordialista cree por tanto que la nación es lo natural e inherente al ser humano, mientras que el estado, entendido como la estructura política, es lo artificial, una construcción humana. (Álvarez Junco, capítulo 1)

Tan integrados estaban estos conceptos primordialistas hasta mediados del siglo XX, que el presidente Woodrow Wilson pensaba que la falta de ajuste entre los estados y las naciones era la causa de los problemas europeos en los últimos siglos. Por ello, este planteamiento conducía inevitablemente a adecuar las fronteras de los estados a las realidades étnicas. No obstante, la universalización de estas ideas y su intento de ponerlas en práctica supuso multitud de problemas a lo largo del siglo XX, puesto que los límites culturales son en realidad difusos, habiendo una abigarrada red cultural humana que no se podía circunscribir a compartimentos políticos nítidos. Esta imposibilidad práctica, el hecho de que existan comunidades con una fuerte conciencia nacional pero que están constituidas por poblaciones con diferentes lenguas, religiones y culturas (EE.UU o Suiza por ejemplo), la configuración de los fascismos europeos y los horrores de la segunda guerra mundial que se originaron en parte como consecuencia de las ideas nacionales, llevaron a diferentes pensadores a cuestionarse si realmente esta concepción explicaba la verdadera naturaleza del problema. De esta aqui surgirían diversos autores, los llamados modernistas o constructivistas, que aportarían una explicación diferente al origen de las naciones y el nacionalismo. (Alvarez Junco, Capítulo I)

Modernistas o constructivistas

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