Usuario discusión:Copi13/La resurrección de Jesús: teorias que la refutan

La resurrección de Jesús: teorias que la refutan, son aquellas explicaciones que rechazan la resurrección de Jesús de Nazaret como un hecho histórico que cuente con respaldo científico. La Biblia anotada de C. I. Scofield menciona la resurrección de Cristo como la primera de siete resurrecciones, que fue profetizada en el libro del Antiguo Testamento: Salmo 16:9-10 [1]​. Es en el nuevo testamento donde se puede ver de observar de manera teológica este pilar de la fe Cristiana. Este punto es tratado extensamente en el 1ra. Corintios 25:17 por el autor bíblico Pablo[1]​.

La resurrección de Jesús: teorias que la refutan

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Son todas aquellas que niegan el regreso de Cristo a la vida como un hecho histórico y comprobable. La base de la religión cristiana se centra en el hecho históricamente aceptable de la resurrección de Cristo o Jesús de Nazaret. Es un hecho que guarda un profundo significado y que se ha convertido en una de las piedras angulares de la religión cristiana y sin el cual se torna difícil concebirla como la conocemos hoy en día [1]​. Se considera a la resurrección como el máximo milagro ejecutado por Jesús y es tomada como prueba irrefutable de su naturaleza divina. "Si Jesús, nuestro señor hubiera fallado en su promesa de regresar de los muertos al el tercer dia después de su muerte en la cruz, se le hubiera podido acusar de impostor" [2]​ .

El sepulcro

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En concordancia con las costumbres de la región judía, se uso un lienzo mezclado con especias aromáticas para envolver el cuerpo de Jesucristo. El cuerpo fue colocado en un nuevo sepulcro que fue después sellado con una enorme roca que pesaba varias toneladas.

Guardias romanos fueron asignados para custodiar el sepulcro. En aquellos tiempos el temor al castigo por el incumplimiento del deber, produjo una perfecta atención por parte de los guardias, especialmente en las vigilias de la noche. Un sello romano fue colocado en la tumba como signo de poder y autoridad, dicho sello tenía como propósito impedir la profanación de la tumba. Pese a lo anterior hay quienes afirman que la resurrección de Jesús no es más que producto de la fantasía de algunos y se han creados teorías que refutan este acontecimiento.

La teoría de la tumba equivocada

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Está teoría es defendida por el autor Kirsopp Lake, la misma explica que las mujeres que dieron a conocer la información sobre la falta de cuerpo en el sepulcro se habían equivocado de lugar. Si los sucesos se dieron de ésta manera, Pedro y el otro discípulo que lo acompañaba a comprobar el anuncio debieron cometer el mismo error. Sin embargo, resulta evidente que las autoridades judías que habían estado vigilando la tumba no se equivocaron en lo que respecta a la ubicación del sepulcro y este error tampoco pudo haber sido repetido por los guardias romanos.

Si esto fuera cierto, las autoridades judías no hubieran dudado ni un instante en exponer el cuerpo que se encontraba en el sepulcro verdadero. De está manera habrían logrado acallar para siempre y de manera definitiva cualquier rumor sobre el regreso a la vida de Jesús.

Se dan explicaciones como: ilusiones o alucinaciones colectivas a las apariciones de Jesús posteriores a la resurrección. Todas estás alimentan está teoría, pero no logran coincidir con el entorno histórico, ni con el estado psicológico en el que se encontraban los apóstoles.

La teoría del desvanecimiento

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La teoría plantea que Jesucristo no falleció en la cruz, más bien sufrió de un desmayo que fue causado debido al cansancio y a la lenta pérdida de sangre que sufrió en la cruz. Todos los presentes en la crucifixión lo creyeron muerto, pero después de un tiempo regreso en sí, y todos los creyentes pensaron que se había alzado de entre los muertos.

Samuel Vila, autor de varios escritos de carácter apologético, rebate la teoría y afirma: “Esta hipótesis sólo tiene la ventaja de ser un poco más absurda que las anteriores porque participa de los inconvenientes como alucinación, robo del cuerpo, fraude, etc. sin aportar algún dato novedoso”.[3]

No es posible pensar de manera racional que un cuerpo con graves heridas, perdida considerable de fluidos vitales y que ha pasado por los tormentos físicos y psicológicos de un castigo como la crucifixión pueda volver a la vida, desplazar una pesada piedra y caminar por si mismo.

La teoría estaba destinada a fracasar desde su formulación por el hecho de que ninguno de los seguidores de Cristo estaría dispuesto a dar la vida por un Jesús agotado que necesitaba de su ayuda y auxilio para regresar a su vigor natural. “Sólo la visión del Hijo de Dios con poder podría llenar de un heroísmo hasta la muerte el corazón atribulado de los desalentados apóstoles”.[3]

La teoría del cadáver robado

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Otra teoría afirma que fueron los mismos discípulos de Cristo quienes robaron el cadáver, aprovechándose del sueño de los guardias asignados a salvaguardar la tumba. Las fallas más obvias de ésta teoría se encuentran en el hecho que ninguno de los seguidores de Jesucristo estaba en las condiciones necesarias de hacer algo semejante por medio de la cautela o el sigilo y mucho menos enfrentando a los entrenados y disciplinados soldados que vigilaban el sepulcro, escapando con toda impunidad y con el cadáver de su Mesías.

El decano de la Facultad de Derecho para la Universidad de Londres y presidente del Departamento en Derecho Oriental en la escuela de Estudios Orientales y Africanos, J. Anderson comenta: “Esto hubiera sido totalmente contrario a todo lo que sabemos acerca de los discípulos; su enseñanza ética, la calidad de sus vidas, su firmeza en el sufrimiento y la persecución”.[3]

Otros más osados llegan al punto de afirmar que los responsables del acto se encuentran entre las filas de las autoridades judías o romanas. Según estas afirmaciones fueron ellos quienes movieron el cuerpo de Jesús de su lugar original de descanso. El comentario no resulta más creíble o razonable que el que involucra a los discípulos. Si esto se hubiera podido comprobar de alguna forma habría significado el fin de la joven religión.

La mayor falla que se puede encontrar en todas y cada una de estás teorías es el hecho de que carecen completamente de raíces o fundamentos que sirvan para explicar dos hechos de naturaleza ineludible: el sepulcro vació que fue encontrado por las mujeres y los discípulos, y el surgimiento del cristianismo como religión.


Referencias

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  1. a b c Cyrus Ingerson, Scofield (2005). Biblia anotada por Scofield. Spanish Pubn. INC.  Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «Cyrus» está definido varias veces con contenidos diferentes
  2. John, MacArthur (2004). Biblia de estudio MacArthur. Portavoz. 
  3. a b c Josh, McDowell (1997). Más que un carpintero. UNILIT. 

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