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Ánfora de Formello
editarLa ánfora de Formello o ánfora de bucchero de Formello es una ánfora funeraria etrusca de finales del siglo VII a. C., actualmente preservada en el Museo Nacional Etrusco en Roma. El artefacto fue fabricado con un tipo de cerámica negra muy presente en la arqueología etrusca conocida como bucchero. En su superficie están grabados dos ejemplares de un alfabeto etrusco temprano, llamado alfabeto de Formello.
La ánfora fue hallada en 1882 durante la excavación de una tumba en montículo en el monte Aguzzo, cerca de Formello, en la región de Lacio. Esta tumba del siglo VII a. C. fue el lugar de entierro de una notable aristocrática etrusca: los Chigi, razón por la que este lugar es conocido como Túmulo Chigi. De este mismo yacimiento proviene el Olpe de Chigi, un recipiente decorado con escenas de guerra y episodios mitológicos, que también se exhibe en el Museo Nacional Etrusco.
Descripción de la cerámica
editarMide 18 cm de altura y tiene un diámetro de 15 cm en su punto más ancho. El recipiente fue elaborado entre el 625 y el 600 a. C. con arcilla cocida. Su coloración negra y brillante se obtuvo mediante una cocción en atmósfera reductora, en la cual se reduce el suministro de oxígeno a través del estrechamiento de las aberturas de ventilación y el aumento del combustible. Este proceso genera un óxido de hierro de un color negro profundo.
El diseño y la inscripción fueron grabados en la cerámica posterior a la cocción.
Inscripción
editarLa ánfora presenta una inscripción en idioma etrusco distribuida en cinco líneas de letras, sin separaciones o espacios entre ellas; disposición conocida como scriptio continua.
- URUR
- A B C D V E Z H TH I K L M N X O P Ś Q R S T U X PH CH SAURUASZUAZ
- UARARZUASUAUZS A B C D E V Z H TH I K L M N X O P Ś Q R S T U X PH CH AUSAZSUAZUSAUASZUSA
- MI ATIANAIA ACHAPRI ALICE VENELUSI
- VELTHUR ZINACE AZARUAZARUAZARUAS.
Interpretación de la inscripción
editar- En la primera línea, «URUR» podría ser el plural de «URU», que significa «vacío» y podría interpretarse como «vasos vaciados» en un contexto de celebración o júbilo.
- La segunda línea contiene la totalidad del alfabeto etrusco seguido de una serie de letras que, en su mayoría, forman palíndromos o casi palíndromos, como «SAURUAS» y «ZUAZ», cuyas secuencias simétricas sugieren una posible función decorativa o mística, aunque su significado exacto permanece incierto.
- En la tercera línea, se encuentra «UARAR ZUASUAUZ S». Si se modifica o agrega una «S», se forma el palíndromo «ZUASU(S)AUZ».
- Tras el alfabeto, agregando una letra, es posible leer el palíndromo «AUSAZ(A)SUA».
- Al final de la tercera y quinta línea, se observan repeticiones llamativas, como «ZUSA UAS ZUSA» y «AZARU AZARU AZARUAS», que refuerzan la hipótesis de una finalidad mística..
- La cuarta línea contiene una frase parcialmente descifrada: «MI» significa «yo», y «ATIANAIA» es probablemente el genitivo del nombre femenino Atiana o Atianai. «ATI» y «ANAIA» pueden separarse y leerse como «madre Anai», haciendo referencia a Atianai como madre.
- «ACHAPRI» podría denominar al propio recipiente o ser el apellido, familia o gens de Atianai. «ALICE» parece ser una forma pasada del verbo «dar» en tercera persona singular. «VENELUSI» es el dativo del nombre masculino Venel, interpretándose la línea de la siguiente forma:
En las inscripciones funerarias etruscas era común que los objetos «hablaran» directamente al observador, sugiriendo que la madre podría haber dedicado la ánfora a un hijo fallecido prematuramente, leyéndose:Yo [soy el] recipiente de Atinai. Ella lo dio a Venel [como regalo].
La quinta línea menciona claramente al alfarero de la pieza. «VELTHUR» es un nombre masculino en nominativo, seguido de «ZINACE», que es la forma pretérita del verbo «hacer» o «fabricar» en tercera persona singular. La interpretación sería:«Yo, el recipiente de madre Anai. Ella lo dio a Venel».
«Velthur hizo [este recipiente]».
El alfabeto de Formello
editarEn la segunda y tercera línea de la ánfora está grabado un alfabeto etrusco temprano. Los 26 caracteres están dispuestos de izquierda a derecha y provienen de un alfabeto griego occidental, que los etruscos adoptaron en el siglo VII a. C. a partir de las colonias griegas en la región de Campania.
Es probable que el escriba cometiera un error al transcribir las letras, ya que en la primera versión las letras «E» y «V» están intercambiadas. En la segunda versión, la letra «S» aparece invertida. En inscripciones de esta época, es común encontrar la «S» en ambas variantes. Las letras «B», «D» y «O» no se usaban en las inscripciones, ya que los sonidos correspondientes no existían en el idioma etrusco.
Asimismo, tampoco aparece el signo rectangular en forma de «ventana» para el fonema /s/, que sí tenía presencia en algunas escrituras antiguas arcaicas griegas o fenicias. Las variantes curvadas o en zigzag, al parecer, fueron las adoptadas por los etruscos para representar el fonema /s/, que sobrevive en nuestro abecedario actual.
Relevancia
editarLa ánfora es uno de los primeros y más antiguos ejemplos de cerámica etrusca de tipo bucchero, así como también de alfabetos grabados en alfarería.
Los etruscos produjeron cerámica de tipo bucchero desde mediados del siglo VII hasta principios del siglo IV a. C., desarrollando una gran variedad de formas, desde simples cuencos y vasijas hasta figuras de cerámica con formas de animales y cuerpos humanos. Este tipo de cerámica se elaboraba mediante un proceso complejo y laborioso que requería un alto grado de habilidad. Por tanto, una pieza de bucchero no estaba destinada al uso diario, sino que servía como objeto de representación en el hogar o como ofrenda funeraria de prestigio.
De la temprana época etrusca han sobrevivido otros artefactos con alfabetos modelo, además de la ánfora de Formello, tales como el bucchero con forma de gallo de Viterbo, un alabastrón de la tumba Regolini-Galassi en Cerveteri, y otro recipiente de bucchero de la necrópolis de Sorbo, también cerca de Cerveteri. Los alfabetos en estos artefactos, al igual que en la ánfora, están escritos de derecha a izquierda. Durante el siglo VII a. C., los etruscos escribían sus inscripciones de esta manera, pero a partir del siglo VI a. C. empezaron a escribir de izquierda a derecha, con letras invertidas. Por ejemplo, en la tablilla de Marsiliana d’Albegna, las letras están grabadas de izquierda a derecha y en posición invertida. Estas letras son las mismas que las del alfabeto de Formello.
Es evidente que los etruscos valoraban la representación de estos alfabetos en gran medida por su aspecto decorativo. Además, estas inscripciones demostraban el conocimiento de sus propietarios de la recién desarrollada técnica de la escritura, lo que también les servía como símbolo de estatus. Es probable, además, que las inscripciones en artefactos etruscos poseyeran un carácter místico, como sugieren las repeticiones de fórmulas en la ánfora de Formello. La escritura se convertía así en un acto ritual. No se sabe con certeza si eran los propios fabricantes de la cerámica bucchero o sus ricos comitentes quienes realizaban las inscripciones.