Usuario:Periodista historiador/Taller/Museo Escolar de Puçol

El Museo Escolar de Puçol es un colegio público de enseñanza primaria que se encuentra en la pedanía rural de Puçol, a 5 km de Elche.

Museo Escolar Puçol

Patrimonio de la Humanidad de la Unesco
Localización
País EspañaBandera de España España
Comunidad Comunidad Valenciana Comunidad Valenciana
Provincia AlicanteAlicante
Localidad Elche
Datos generales
Tipo Museos

El proyecto Educativo-Museístico de esta institución ha sido reconocido a nivel internacional por sus prácticas para proteger y conservar el patrimonio inmaterial.

Estas prácticas se caracterizan por una gestión que se apoya en tres pilares fundamentales, el colegio, la comunidad y el museo, que están interrelacionados y colaboran entre sí. El Museo Escolar de Puçol es un museo que muestra a sus visitantes cómo era la vida antiguamente, hecho que nos permite saber cómo vivían nuestros abuelos y abuelas, a qué se dedicaban y con qué herramientas hacían su trabajo, así como, averiguar en qué lugares hacían la compra, cómo se divertían o qué comían y bebían.[1]

En Puçol resaltan dos aspectos importantes, por un lado, el uso educativo y social que se le otorga a sus colecciones y, por otro, la trayectoria que le ha llevado a ser desde 2009, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, el tercero del municipio de Elche.

La principal característica del museo es la recuperación, conservación y difusión del patrimonio material e inmaterial de carácter tradicional del Camp d’Elx, un entorno densamente poblado que atesora un rico paisaje natural y cultural que utiliza el valenciano como lengua vehicular.

Una comunidad que ha conservado vivos ritos, tradiciones, festividades y artesanías propias, como, entre otros, el trenzado de palma blanca, la preparación de los “mayos” en primavera, la elaboración de les “atxes” en la festividad de los Reyes Magos o la preparación de una gastronomía específica de la zona.[2]

Historia

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La historia de esta institución empezó a mediados del siglo XX, concretamente en el año 1968, cuando Fernando García Fontanet aterrizó en este pequeño colegio y pronto empezó a intentar mantener la cultura ilicitana tradicional, que estaba en peligro de extinción. Los alumnos y alumnas de la escuela, desafortunadamente, no conocían mucha de las costumbres tradicionales de la zona, sobre todo, en relación con el mundo agrícola. Ante esta situación, el recién llegado maestro decidió que era el momento para comenzar lo que él denominaba como el proyecto “La escuela y su medio” que tenía como principal objetivo la recuperación de las tradiciones a través de la educación del alumnado. Fernando García implicó en esa iniciativa tanto al alumnado como las familias, vecinos y vecinas de la pedanía, quienes no tardaron en identificarse con el mismo.[2]

El proyecto ideado por Fernando García llegó a las aulas a finales de los años sesenta y primeros setenta, unos años más tarde, en el año 1976, el colegio de Puçol participó, junto a otros centros educativos de la provincia, en el programa ‘Edinte' que estaba auspiciado por la Caja de Ahorros de Alicante y Murcia.[3]​ Para este programa, el alumnado de Puçol desarrolló un proyecto titulado “La vida del agricultor” en el que estuvieron trabajando durante dos cursos académicos, es decir, hasta 1978, para poder realizar este trabajo, los alumnos tuvieron la ayuda de la comunidad rural que resultó decisiva.

Además de las asignaturas ordinarias que establecían los planes de estudios generales, los maestros y maestras de esta singular escuela, incorporaron enseñanzas relacionadas con la salvaguarda del patrimonio. La metodología consistía en que el maestro alentaba a los jóvenes estudiantes a a pedir a sus padres y madres, abuelos y abuelas, aquellas herramientas del campo que ya no utilizaban. De esta mantera, el colegio empezó el colegio a llenarse de colecciones relacionadas con las labores del campo. Esto viene reflejado en el número 0 del periódico que elaboraban los propios estudiantes de Puçol, titulado “Els Escolars” y en el que se puede leer en el artículo “El Museo” cómo en 1979 se estaba creando ese primer espacio expositivo y qué apariencia tenía.[4]

Reconocimiento de la UNESCO

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Con el paso del tiempo, el colegio fue incrementando sus recursos con la urbanización que estaba sufriendo a la ciudad de Elche y que significó una llegada de colecciones procedentes del casco urbano que permitió una diversificación de sus materiales. De esta manera, a partir de los años noventa la institución fue ampliando su objeto de estudio, incorporando piezas procedentes de sectores diversos asentados en la ciudad y ajenos, en principio, al medio rural, con el que solía tratar el museo.[5]

1992 fue un año decisivo para el proyecto, el museo había crecido tanto que necesitaba un órgano de gestión que controlase este crecimiento de forma equilibrada y que procurase su continuidad, así nació la Asociación Centro de Cultura Tradicional Museo Escolar de Puçol, formada por el mismo vecindario que había colaborado en el inicio y posterior desarrollo del proyecto pedagógico. Por otro lado, el museo recibió su primer reconocimiento de manos de la Generalitat Valenciana como Museo Escolar Agrícola de Puçol.

El mayor hito de la historia del museo de Puçol ocurrió sucedió en 2009, cuando la UNESCO incluyó al proyecto pedagógico del Museo Escolar en el listado: el Registro de Buenas Prácticas para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.[1]​ Desde entonces, Elche contaría con tres patrimonios en tres listas diferentes de la UNESCO.

En 2022 se produjo un cambio en el órgano gestor del museo, después de 30 años de gestión por parte de la asociación. Este relevo era necesario debido a la envergadura que había alcanzado el proyecto, en este sentido, se creó la Fundación de la Comunitat Valenciana Proyecto Puçol para la Educación y la Cultura, cuya puesta en marcha vino a significar el triunfo del voluntariado y de lo comunitario, una fundación mixta compuesta por la iniciativa privada, la asociación y el Ayuntamiento de Elche.

Administración

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El museo está gestionado por el director de la Fundación proyecto Puçol, Rafael Martínez García, mientras que la coordinación y comunicación del museo corresponden a Marian Tristán Ricarte.

Borja Guilló Soler se encarga de la gestión cultural, en tanto que Javier Beltrá Maciá ocupa el cargo de conservador y artista. José Julio López Alemany, se encarga del mantenimiento del Museo y Ana M.ª Marcos junto con Rosa Vicente se ocupan de recibir a los visitantes.

Por otro lado, la dirección del colegio de educación infantil y primaria de Puçol corresponde a Isabel Picó Ledesma.

Colecciones

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En los últimos dos años, el Museo Escolar ha experimentado importantes transformaciones, entre las que destacan la modificación de la museografía y la ampliación de la exposición permanente, en la que se ha incorporado un espacio destinado a los cambios sobrevenidos en los sesenta y a la mecanización de la agricultura. En este aspecto también destacan la mejora de la seguridad de las instalaciones y la restauración de la maquinaria industrial conservada en el museo, gracias a un convenio firmado con la Asociación Española de Empresas de Componentes y Maquinaria para el Calzado y Marroquinería (AEC). En este sentido, también se ha llevado a cabo la reanudación de la publicación “El Setiet”, interrumpida desde 2015 o la utilización de ‘Museia’, el programa de inventario público de la Conselleria de Educación, Cultura y Deporte.[1]

La colección del Museo Escolar de Puçol está dividida en siete categorías en las que encontramos objetos que tienen un alto valor a la hora de explicar a las nuevas generaciones los usos y costumbres de los ilicitanos de antaño.  La subdivisión está realizada de la siguiente manera:

-       Agricultura y ganadería

-       Fondo documental

-       Infancia

-       Indumentaria y complementos

-       Sociedad

-       Oficios

-       Vida doméstica

Dentro de cada una de estas categorías se encuentran objetos que cuentan las historias de los ilicitanos e ilicitanas del siglo XX, como, por ejemplo, un abanico, un calendario de 1946 o incluso un tractor.[6]

Relación con la comunidad

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Cuando a mediados de los setenta el Museo de Puçol participó en el programa ‘Edinte’, surgió una suerte de alianza con el vecindario, que siempre ha sido el protagonista activo de la marcha de la institución desde sus inicios. Así, la comunidad de Puçol y de Elche donó piezas al colegio y colaboró con el alumnado en la documentación de las mismas.[3]​ Los/as mayores explicaban a los/as jóvenes cómo se manipulaban objetos y maquinaria; cómo eran la gastronomía y repostería de sus antepasados o las costumbres “antiguas”. Todo ello era transmitido de generación en generación y conservado en un centro educativo que pronto necesitó dotarse de un espacio acorde a la generosidad mostrada por la pedanía.

Este primer voluntariado lo formaban personas que donaban y documentaban objetos; abrían las puertas de sus casas a escolares, a los que mostraban sus animales y explicaban sus cultivos y tradiciones; con los que hacían talleres culinarios o de artesanía.[6]​ Un voluntariado activo que constituía la esencia del Museo Escolar y formaba la asociación que lo gestionaba.

La historia del proyecto demuestra que esta es una iniciativa erigida sobre el voluntariado y asentada en él. El propio Fernando García, primer profesor que apostó por esta idea, es un claro ejemplo de docente que se salió de la enseñanza habitual e inició el camino para recuperar la memoria oral de sus mayores, cómo funcionaba una trilladora o cómo se catalogaban las colecciones de un museo.[5]​ Y nada de esto podría haber sido posible sin el apoyo de los vecinos y vecinas de Puçol, quienes arrimaron el hombro para arreglar la escuela de sus hijos e hijas y conservar sus raíces.

Se podría decir que el proyecto ha atravesado distintas fases en lo que respecta al concepto de voluntariado. El primer grupo de voluntarios y voluntarias fueron los maestros y maestras que sabían de educación, pero poco conocían del mundo de los museos y tampoco tenían la ayuda de profesionales del patrimonio. En definitiva, el profesorado, el alumnado, sus familias y el vecindario iniciaron un proyecto educativo que derivó en un museo de carácter autodidacta.[6]

En los años noventa se realizaron las primeras contrataciones de personal especialista, tendencia que ha llegado hasta nuestros días, pero los cargos de la asociación gestora, responsable del desarrollo y toma de decisiones del proyecto, continuaban en manos de voluntarios y voluntarias. Los cargos más importantes del proyecto, es decir, director, subdirector, presidente y archivera/bibliotecaria estuvieron cubiertos durante años por personas voluntarias, es decir, personas que no recibían salario alguno, liberando, por tanto, a la asociación de esa partida de gasto. El voluntariado de aquellos años ochenta y noventa solo estaba regulado por un compromiso verbal. Con el tiempo, el museo ha establecido una serie de protocolos tanto para estas como para otras actuaciones, cuya gestión se ha profesionalizado. Lo más destacable es que se atiende a la formación y a la experiencia de la persona interesada, y que, en función de este dato, se le otorga la “responsabilidad” de unas tareas u otras: por ejemplo, la licenciada en Historia del Arte o Humanidades pasará por el departamento de donaciones y se centrará, sobre todo, en la catalogación de colecciones; y la jubilada con intereses en la lectura continuará con el registro de la biblioteca etnográfica y del fondo documental. Es un voluntariado centrado en el perfil que llega y siempre bajo la supervisión de los/as técnicos del museo.[6]

Voluntariado en la actualidad

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El Museo Escolar de Puçol, centrado en sus funciones esenciales de conservación, investigación, educación y difusión, constituye un centro dinámico en el que el voluntariado continúa representando un elemento fundamental en su devenir. En los últimos siete años, el museo ha recibido un total de 48 voluntarios y voluntarias, durante distintos períodos de tiempo e implicados en diversas tareas de la institución.

Desde el año 2014 y hasta 2019, los técnicos del Museo Escolar trabajaron con la investigadora Lorena Sancho Querol, de la Universidad de Coimbra (Portugal), dentro del proyecto de sociomuseología, basado en la definición de los modelos de gestión participativa de cuatro museos situados en diferentes países de Europa. Con la doctora Lorena Sancho se trabajó, entre otros, el concepto de “participación recíproca” con respecto a los tres agentes sociales, el colegio, la sociedad y el museo.[5]

Reconocimientos

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Desde el año 2000, el Museo de Puçol ha recibido una importante cantidad de premios y certificados, en dicho año, recibió el premio Maximiliá Thous de manos de la Diputación de Valencia. 9 años más tarde, la UNESCO le concedió su reconocimiento por el Registro de las Buenas Prácticas de Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial. En ese mismo año la organización ‘Europa Nostra’ le otorgó una mención Especial de Educación, Formación y Sensibilización del Patrimonio Cultural.[7]

También en el 2009 la Generalitat Valenciana le concedió la Medalla del Mérito Cultural. Una muestra del reconocimiento local de esta institución, es la entrega en el año 2011 de la Medalla del Bimil.lenari.[7]

Los últimos dos premios otorgados al Museo Escolar de Puçol han sido en el año 2014, cuando la institución recibió el I Premio Iberoamericano de Educación y Museos por parte de ‘Ibermuseos’ y cuando en el 2016 el Ministerio de Turismo le otorgó el Compromiso de Calidad Turística.[7]

Véase también

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Referencias

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  1. a b c Un proyecto singular. (2009). Muesta. http://revista.muesca.es
  2. a b Martínez García, R. (2019). APROXIMACIÓN A LA HISTORIA DEL MUSEO  ESCOLAR DE PUSOL. Crevillent, la Etnografía de un Pueblo,.
  3. a b Museo Escolar de Puçol. (2022). El Museo Escolar de Puçol: un museo comunitario  superviviente en el tiempo. Cabás, 29. https://doi.org/10.35072/CABAS.2023.62.14.010
  4. Ayuntamiento de Crevillente. (2018). Crevillent, la etnografía de un pueblo. Concejalía de Cultura del Excmo. Ayto. De Crevillent.
  5. a b c UMU. (2012). ESTRATEGIAS Y RECURSOS PARA LA  INTEGRACIÓN DEL PATRIMONIO Y LOS  MUSEOS EN LA EDUCACIÓN FORMAL. Universidad de Murcia, 45-59.
  6. a b c d Bjac Quevedo, A. M. (2014). Museo Escolar, eje transversal para la didáctica. La Saeta Universitaria, Académica y de Investigación.
  7. a b c Actes de les V jornades de museus i col-leccions museogràfiques permanents de la Comunitat Valenciana. (2020). Conselleria D’Educació, Cultura I Esport – Direcció General de Cultura I Patrimon, 93.

Bibliografía

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  • ACTAS DEL II CONGRESO INTERNACIONAL  DE EDUCACIÓN PATRIMONIAL. (2014). Instituto del Patrimonio Cultural de España.
  • Actes de les V jornades de museus i col-leccions museogràfiques permanents de la Comunitat Valenciana. (2020). Conselleria D’Educació, Cultura I Esport – Direcció General de Cultura I Patrimon, 93.
  • Ayuntamiento de Crevillente. (2018). Crevillent, la etnografía de un pueblo. Concejalía de Cultura del Excmo. Ayto. De Crevillent.
  • Bjac Quevedo, A. M. (2014). Museo Escolar, eje transversal para la didáctica. La Saeta Universitaria, Académica y de Investigación.
  • Martínez García, R. (2019). APROXIMACIÓN A LA HISTORIA DEL MUSEO  ESCOLAR DE PUSOL. Crevillent, la Etnografía de un Pueblo,.
  • UMU. (2012). ESTRATEGIAS Y RECURSOS PARA LA  INTEGRACIÓN DEL PATRIMONIO Y LOS  MUSEOS EN LA EDUCACIÓN FORMAL. Universidad de Murcia, 45-59.

Enlaces externos

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