Usuario:Pedrocaro/Taller
Astucias por heredar un sobrino a un tío fue escrita en 1789 por Fermín de Reygadas. Fermín de Reygadas fue un polemista político, poeta y dramaturgo nacido en Santander, España en 1754. Los personajes principales de esta obra son Don Pedro y Don Lucas (sobrino y tío del título), Crispín y Lucía (criados de Don Pedro y Don Lucas respectivamente), Doña Isabel y Doña Teresa (la novia de Don Pedro y su madre). La obra es una comedia neoclásica dividida en tres jornadas con una compleja trama de enredo familiar entorno a la herencia de un anciano moribundo.
Fermín de Reygadas escribió Astucias posiblemente en la Ciudad de México o en sus alrededores. Se trata de una adaptación versificada en español de la obra Le légataire universel (El heredero universal) de 1708 del dramaturgo francés Jean-François Regnard que había conocido una [http://fondosdigitales.us.es/fondos/libros/5402/2/el-heredero-universal-comedia-en-prosa-en-cinco-actos-jean-francoise-regnard/ traducción intermedia] por parte de José Clavijo y Fajardo.[1] Sin embargo, no hay evidencia que la obra de Reygadas circulara en México ni en España. Se cree que solamente existe una copia del manuscrito original, no hay evidencia de que fuera imprimido. Las razones por las que el texto no se dio a la imprenta son varias, pero son resultado del tumultuoso ambiente sociopolítico que existía tanto en Nueva España como en España tras la Revolución francesa.
Contexto histórico
El contexto preciso para entender este texto es el Despotismo Ilustrado de las coronas borbónicas activas en Francia, Italia, y España, y sus dominios coloniales. La composición de la obra coincide con algunas fechas muy importantes: por un lado, el año 1789 marca el comienzo de la Revolución francesa, que tuvo un impacto profundo en el ambiente sociopolítico en Europa y el continente americano. Por eso, había una represión tanto en España como en sus colonias, generalmente para apagar algunos fuegos revolucionarios, y también como resultado del pánico inculcado por el Conde de Floridablanca, quien intentaba atajar el posible contagio revolucionario. El Virrey Revillagigedo endureció a partir de comienzos de 1790 la censura teatral y de todo tipo de publicaciones periódicas en el territorio novohispano. Este acontecimiento impondría un nivel más de represión sobre la población.
La censura
La lectura de la obra es provocativa por su modernidad, y por eso fue censurada en 1790 en la Ciudad de México. Algunos de los temas que provocaron la censura de la obra son el debate acerca de la modernidad, los temas proto-feministas como la autonomía de la mujer, la crítica del patriarcado, la conexión entre riqueza y poder, y la creciente secularización y el declive de la influencia religiosa. El censor de ese tiempo, el padre Ramón Fernández del Rincón, sacerdote criollo fue encargado con la tarea de censurar las obras teatrales, que tuvieron que someterse a su inspección, por lo menos un mes antes de ponerse en escena. Además de la censura moral católica que ya existía, añadió dictámenes académicos a la censura de las obras, las normas del “buen gusto” y las tres unidades del arte dramático (tiempo, lugar, y acción). Sugirió el cambio de títulos, la corrección profunda de textos, y a veces su destrucción. Por ejemplo, en 1790 mandó que el texto de Astucias se devolviera al autor para que lo corrigiera. Lo que le preocupó el censor sobre Astucias fue que en muchas escenas había una falta de verosimilitud de la interacción social y una representación de las posibles fracturas del orden social establecido.
Aunque la obra fue censurada en la Ciudad de México, hay evidencia de que se representó en la pequeña colonia de Alta California, en la recién constituida Villa de Branciforte. La [http://www.villadebranciforte.org/ Villa de Branciforte] fue establecida en 1796 en la zona este de la actual ciudad de Santa Cruz, California. El gobernador vasco de ese tiempo, Diego de Borica, estableció que Branciforte habían de poblarla soldados veteranos de los Voluntarios catalanes, que eran destacados en Nueva España desde 1767. En Branciforte, vivía una población muy mezclada: familias de soldados y artesanos vivían cerca de vecinos indígenas, neófitos de la Misión de Santa Cruz. Este hecho, junto con el anuncio de la tendencia secularizadora de la villa, fue recibido con resistencia de misioneros franciscanos de la vecina Misión de la Exaltación de Santa Cruz. Branciforte es un lugar de interés porque allí vivía Francisco de Sales Rodríguez, soldado veterano y ranchero que poseía el manuscrito de Astucias, lo prestó a Mariano Guadalupe Vallejo. Por eso, según Pedro García-Caro es Branciforte el espacio donde permaneció el manuscrito a lo largo de 70 años del siglo XIX, cuando fue trasladado desde México a Alta California.
El redescubrimiento del manuscrito
En los cien años después de su finalización, el manuscrito pasó por una cadena de colonos hispanos de Alta California, incluso Mariano Guadalupe Vallejo, quien relató que los Voluntarios catalanes presentaron Astucias como la primera representación de una obra teatral en la historia de California. Vallejo envió el manuscrito al historiador estadounidense Hubert Howe Bancroft con instrucciones “para copiar.” Por más de un siglo, el manuscrito quedó sin estudiar en la Bancroft Library de la Universidad de California en Berkeley. Este acto es parte del proceso de marginalización y expropiación de la cultura hispana por los estadounidenses después de la anexión de California en 1848. En 201, comenzó trabajo para reclamar la obra para el repertorio hispanoamericano. La editorial Arte Público Press publica Astucias por heredar un sobrino a un tío en formato digital en 2018.[2]
La introducción de la primera edición publicada de Astucias por heredar un sobrino a un tío (1789) ofrece mucha información para contextualizar esta comedia satírica. Explica la importancia de esta obra de teatro como evidencia de la cultura secular en California durante este tiempo: el lenguaje, la trama, los personajes, y los temas que eran demasiado seculares y escandalosos para el ambiente religioso de su época. García-Caro discute el contexto histórico, el autor Fermín de Reygadas, el estilo neoclásico, y además, las razones par el olvido de la obra hasta este punto. La obra circuló solamente en los presidios militares durante la tercera década de la colonización española de California antes de la censura por el Virrey Revillagigedo, después de que no se pudiera presentarla debido a sus violaciones de la moral católica, el buen gusto, y las “reglas del arte.” Entonces, narra cómo el manuscrito único que se transcribió por esta edición viajó a la zona de Santa Cruz-Branciforte con Reygadas, a la posesión de Francisco de Sales Rodriguez, a Mariano Guadalupe Vallejo, y más tarde, a su hogar final en la colección de Bancroft en Universidad de California en Berkeley. Finalmente, discute el papel de esta obra y los temas de secularización, desafío de censura, y ocio crítico en el reconocimiento de la historia cultural y la gente del territorio californio durante la colonización hispano-mexicano.
Temas Centrales de Astucias
Aunque la obra es una comedia, Reygadas (y el original de Jean-François Regnard) demuestra claramente en contraste entre clases sociales y cómo funciona el poder del estatus social en el periodo colonial. He aquí algunos ejemplos del lenguaje descarado con respeto a las críticas sociales:
En la primera escena, Lucía dice a Crispín que, “En desquite he logrado el privilegio, / de decirle mil cosas en las barbas…. Éste sólo es el fruto que he sacado / en diez años que sirvo a este Tenaza” (60-65). Llama la atención la inversión de la relación entre amo y criada, es decir la capacidad de Lucía para ofrecer sus pensamientos honestos, crea una consciencia del típico silencio de los criados. Además, la falta de respeto con que habla Lucía sobre su amo en este momento constituye una disrupción de las normas sociales. Tal vez el ejemplo del funcionamiento de la clase social sea el poder absoluto del patriarca, Don Lucas, especialmente con respeto a su deseo sexual por la joven, Doña Isabel. Lucía le dice directamente a Don Lucas que “Una niña de quince años / no puede querer a un viejo” (656-57). Aquí, no solamente refiere a la imposibilidad del romance, sino también el desequilibrio de poder entre el viejo y la joven. Isabel también reconoce este desequilibrio cuando dice, “pero temo que frustradas / las esperanzas se vean / de ambos, si yo me resigno / a la ley cruel y severa / que vuesa merced me impone” (838-42). Esta “ley cruel” es la ley de estatus. Es la ley patriarcal. Isabel también está sujeta a su mamá. Por ejemplo, Doña Teresa dice que, “Casar mi hija con un pobre no he de hacerlo” (118-19). Esta declaración refleja la necesidad de casarse a un hombre con dinero para elevar la estatus social. Otro ejemplo es cuando Don Pedro obedece a los mandatos y deseos de Don Lucas: “Que estoy tan lejos / de oponerme a él…” que refiere a la complacencia de Don Pedro con respeto ala intención de Don Lucas casarse a su novia (608-09).
Critica social
Durante el siglo XVIII, había tensión entre los criollos y la gente indígena en los territorios de California. Las elites tenían todo el poder y usaban el racismo contra los indígenas para mantener su control. Obras como Astucias por heredar, descubrían la realidad y sacaban a la luz la importancia de la igualdad social. Esta obra de teatro tiene un tono satírico que critica los asuntos sociales del siglo XVIII, mientras rompe estereotipos sobre grupos minorías. Los ideas provocativos de Astucias por heredar fueron amenazas a la jerarquía social del tiempo porque ilustraron la potencial de la gente minoría.Desafortunadamente, la obra fue censurada por los elites en 1790 a causa de estas ideas modernas y el miedo de cambio social.
Otro tema importante es la Herencia (derecho). La trama se centra en la voluntad indecisa de Don Lucas. Todos quieren una parte de su testamento: los personajes, Don Pedro, Isabel, Lucia y Crispín tienen motivos diferentes para querer figurar como herederos en el testamento de Don Lucas. Don Pedro, el sobrino de Don Lucas, quiere la riqueza de Don Lucas para asegurar su casamiento con Isabel. La raíz de sus astucias es el amor de Isabel. Desde una perspectiva tradicional, Don Pedro es el epítome de la herencia por una familia. También, Don Pedro es el dueño patriarchal de la herencia, que habla a forma tradicional. Por el otro lado, Isabel está atascado en el medio de su amor por Don Pedro y el plan de su madre. La madre de Isabel quiere que su hija sea rica; por eso, su madre arregla el matrimonio de Isabel a Don Lucas por la riqueza después su muerte. Sin embargo, todos de estos planes van mal debido a los esquemas de Lucía y Crispín. Lucía y Crispín, una pareja, trabajan por Don Lucas y son de la clase baja. Ellos necesitan dinero de Don Lucas para perdonar la deuda de Crispín y casarse. Lucía y Crispín resultan en muchos esquemas, como en cuando Crispín se viste como Don Lucas, pero no tienen suceso. En el fin, Don Pedro es victorioso en su motivo en la voluntad de Don Lucas. Los personajes y sus motivos son importante para crear el tema de herencia en la obra. La herencia es crítica en esta época porque hay un sentido de superioridad. En esta época, riqueza es una relación del estatus en la clase social. Es claro que la riqueza significa el poder en este momento. Entonces, la herencia es muy importante. Durante la conquista y la colonización, la idea de herencia estaba perdido; hay una disrupción de la tradición. Hay un sentido de hacer su lugar en la sociedad, cual es la razón para Lucía y Crispín en sus motivos de adquirir una parte de la voluntad de Don Lucas. En general, la herencia es una cuestión de derechos, especialmente en la obra Astucias por heredar un sobrino a un tío. La herencia abre la puerta por otros temas tales como la clase social y género.
Papeles de género, las mujeres, y la sexualidad
Los temas de Astucias por heredar contribuyeron a porqué el texto fue censurado en la Ciudad de México y sus alrededores; uno de estos temas se centran en las mujeres, el papel del género, y la sexualidad. Un análisis profundo del texto revela cómo se veía la mujer y la sexualidad en la época de colonización californiana. Los personajes de Lucía e Isabel proveen un ejemplar excelente para analizar estos temas, porque podemos considerarlas una pareja dramática, pero los personajes machos también reflejan los ideales populares de la sociedad colonizadora. Por un lado, Isabel representa la mujer ideal de sociedad: bella, joven, sexualmente pura, y quizá lo más importante, retraída. Por ejemplo, don Pedro dice que Isabel es el “objeto y única prenda de [sus] amantes deseos,” una frase que despersonaliza a Isabel (309-310). No obstante, parece que don Pedro ama a Isabel verdaderamente, mientras que don Lucas usa el amor para justificar casarse con ella. Para él, la mano de Isabel es una cuestión del dinero y la herencia, y no del amor; dice que le va a comprar un “regalo nuevo, exquisito…pero barato,” que muestra la avaricia de don Lucas y que no valora Isabel mucho (1311-1314). Isabel está consciente de “la ley cruel y severa” que le oprime, pero no da la voz a su infeliz públicamente (841). Sólo expresa sus quejas en los apartes a la audiencia, como cuando dice que “llena voy de penas” (1063). La única vez que da la voz libremente a sus pensamientos es cuando don Lucas intenta tomar su mano, y aquí dice que “vive mi decoro en centinela de mi proceder, e impide esas osadas licencias” (870-872). Muestra que tanto Isabel como la sociedad valoran la pureza de una mujer, y para ella es muy importante proteger la reputación, para que otros pretendientes no se repelan.
La criada “bachillera,” Lucía, es muy diferente que Isabel, en el aspecto que es de clase inferior y es muy vocal, aunque no es apropiado para su estatus social. En muchos casos, parece que Lucía es la voz de razón o justicia, y defiende a Isabel, en contra de casarse con don Lucas. Por ejemplo, dice a don Lucas que “un testamento en favor de estos jóvenes [don Pedro e Isabel] prevenga amor, familia, deseos a la razón, no a la necia voluntad de vuesa merced” (929-933). Además, cuando don Lucas dice que “Lucifer… [se] ha afilado la lengua” de Lucía, responde que “la Justicia me ha empeñado en tal defensa” (935-938). Esta interacción entre don Lucas y Lucía habría presentado un “doble palo” a la audiencia del teatro; no solo es ejemplar de una criada hablando muy libremente a su amo, sino también una mujer hablando sin reservas a un hombre. Además, Lucía a veces desobedece a don Lucas, como cuando toma y lee su carta de doña Teresa: “Espera…” dice don Lucas, “no hay que esperar, lo que ella dice veamos,” dice Lucía (1357-1360). Esta instancia en la obra es especialmente significativa porque muestra que Lucía puede leer, una capacidad que era escaso entre las mujeres de esa época, aún más entre los criados. Sin embargo, aunque Lucía mejor representa la tema de revolución entre los papeles de género, hay evidencia que se ha interiorizado un poco de la misoginia de su sociedad: dice que “verdad es que la mujer es una prenda que sin ella, apenas vive y en penas vive con ella” (262-265).
Personajes Principales
Lucía: Lucía es de la clase baja y es la criada de Don Lucas. Su vestuario es un uniforme de servicio o ropa sencilla. Lucía tiene quizás treinta unos años y tiene una personalidad fuerte. Es muy independiente y es experta en medicina. Ella es orgullosa pero intelectual, es criada bachillera. Hay tensión sexual entre Lucía y la personaje Crispín que es evidente en las conversaciones de ellos.
Crispín: Un joven que está vestido con la ropa de sirviente y él es el criado de Don Lucas. Su edad exacta es desconocida, pero parece ser un poco más joven que Lucía. largo de la obra, hay una tensión sexual que se desarrolla entre Crispín y Lucía que es evidente en su conversación entre ellos. Crispín tiene el pelo rizado y piel oscura o morena. Crispín usa una forma de hablar que revela que es un pícaro sin mucha educación, inteligencia o astuto. Él usa vocabulario de un registro vulgar, el sociolecto del hampa, las germanías, y de la fraternidad del crimen.
Don Pedro: Don Pedro es el sobrino de Don Lucas. Él tiene un propósito fundamental de heredar todo la riqueza de su tío. Desigualmente de su tío, él no tiene un criado. En orden a impresionar a Don Lucas, él habla con él con humilde y cariñoso ésta vestido en ropas finas que les parecen ricas, pero en realidad, su apariencia física es solo para ganar la herencia, y no tiene mucho dinero. Además de su deseo a conseguir la herencia de Don Lucas, él quiere conseguir el amor de Doña Isabel porque ella es más joven de Don Lucas, aunque él quiere quien quiere casarse con ella.
Don Lucas: Don Lucas es un personaje principal de este cuento. Don Lucas es un hombre con mucha riqueza, lo cual ha venido por su gusto de ahorrar dinero y no gastar. Además, él se encuentra en los últimos años de su vida y también está soltero. Por este razón, Don Lucas quiere encontrar una esposa. En el cuento se encuentra buscando la mano de Doña Isabel, quienes una joven de 18 años. Esto crea una complicación entre la relación de Don Lucas, Don Pedro y Doña Isabel.
Primera jornada La primera jornada de la obra de teatro empieza con Lucía, la sirvienta de don Lucas, y Crispín, el sirviente de don Pedro, hablando de cómo don Pedro planea ser el único heredero de la herencia del tío don Lucas. Los criados tienen esperanzas de recibir una parte de la herencia. Hay muchas personas en la familia interesadas en la herencia, y es por esto que don Pedro está muy nervioso de quizá no llegar a ser heredero. La herencia es crucial para poder tener la mano de Isabel. Doña Teresa, la madre de Isabel, no va a dejar que su hija se case con un hombre pobre. Y es por eso que da la mano de Isabel al rico don Lucas, porque está tan enfermo que no tardará mucho tiempo en que Isabel se convierta en una viuda rica. Este acto asombra a don Pedro, porque es el novio de Isabel, y a Lucía, porque ella es una persona de razón que habla sobre la unión de personas que tienen más de 50 años de diferencia como un problema. Y es al final de la primera jornada que don Pedro usa el truco de mandar una nota falsa de Isabel que menciona cómo ella no ama a don Lucas, lo cual hace que don Lucas cancele el matrimonio y proponga dejar la herencia a don Pedro con la condición de dejarle a dos sobrinos 10 mil pesos a cada uno.
Segunda Jornada Lucía y Crispín están conspirando para asegurar que Don Pedro vaya a heredar la hacienda de Don Lucas y que los sobrinos no reciban nada. Crispín y Lucía decidan que tienen que actuarse muy rápido, antes de que los sobrinos lleguen de España. Tienen un interés en una parte de la herencia porque quieren casarse y Crispín tiene deudas. El boticario de Don Lucas, un señor Emeterio, trata de convencer a Don Lucas que sería bueno casarse con Isabel, aunque ella es mucho menor que él, pero vemos que Lucia trata de convencerle que no sería bueno. El complot de Crispín y Lucía nace cuando Crispín se viste de un caballero de España y llega a visitar a Don Lucas, fingiendo que es su sobrino. Se pone muy necio, insultando a su “tío,” y el tío decide que no va a dejar su dinero a este hombre. Mientras tanto, Don Pedro lleva una carta a Isabel y su madre diciendo que Don Lucas va a dejar toda su hacienda a Don Pedro. Y la madre decide que tal vez sería mejor que Isabel case con Don Pedro. Luego Crispín entra vestido como la sobrina de Don Lucas, otra vez se porta mal, y Don Lucas decide desheredar a la sobrina. Y Don Pedro está feliz pensando que él va a heredar todo. Pero en ese momento, Don Lucas se muere. Y se muere intestado, y por eso Don Pedro y sus aliados Crispín y Lucía tiene miedo porque Don Lucas no había finalizado su plan de desheredar a los sobrinos. Tampoco se resolvió la idea del matrimonio entre Don Pedro e Isabel. Ahora, los conspiradores no tienen mucho tiempo para resolver la situación de la falta de un testamento. Los escribanos han llegado, pero no saben todavía Don Lucas está muerto. Ellos deciden mantener la muerte como un secreto, y Crispín pide que Lucía traiga la ropa de su amo, para su siguiente truco.
Tercera Jornada Imitando a Don Lucas, con la sospecha que la ropa de anciano le puede pagar los males, Crispin comienza la jornada engañando a los escribanos dictando un testamento como si fuera su amo. Como Don Lucas, el menciona que la edad y la falta de salud lo hacen hacer testamento. En el, Crispín como Don Lucas ordena los siguiente legados; que lo entierren donde sea más barato, 100 pesos al vinatero a cual lo debe, Don Pedro como heredero universal, 500 pesos a Lucía y por fin, una renta de cuatro-mil reales para Crispin. Faltando la ortografía de Don Lucas, Crispin con una astucia logra que los escribanos le crean y a lo que se van, él se revela dirigiendo la palabra a Don Pedro quien lo reclama por demandar tal cosas. Mientras Don Lucas se recuperaba de su letargo, Don Pedro va donde Dona Teresa a verificar la herencia; el la encarga como depositaria pero ella reconoce que en algo se hallan. Con el despertamiento de Don Lucas, el busca a los escribanos cuales previamente fueron engañados y Crispín se arrepiente de lo que ha hecho. Sin memoria de haber ya hecho testamento, Don Lucas es convencido en su estatus débil y enferma que ya ha hecho testamento con Lucía y Don Pedro de testigos. Proponiendo unas preguntas para medir la falta de memoria, Don Lucas razona que el accidente le trastornó la memoria. Al oír el testamento y al reconocer algo, él lo afirmaría y no su letargo. Negando las herencias de Lucía y Crispin, Don Lucas sospecha que algo pasa hasta que Don Pedro razona con él, diciendo que si puede salvar a pobres, entonces por qué no. Don Lucas lo afirma con un agradecimiento grandioso de Don Pedro quien se casará con Isabel al gasto de Crispín, y se adueña de cómo lo tratan sus sobrinos por ser un tío egoía.st
Esta entrada fue desarrollada como parte del trabajo de análisis y discusión sobre Astucias por heredar en el curso de US Hispanic Literature (SPANISH348) en la Universidad de Oregon bajo la dirección y edición del profesor Pedro Garcia-Caro.