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Historia de naufragios entre los siglos XVI y XIX | Relación con la expansión de la moneda hispanoamericana
editarA partir de la llegada de Cristóbal Colón a América en 1492, España inició un período de exploración y colonización que incluyó la explotación de recursos naturales y el establecimiento de rutas comerciales. Entre los siglos XVI y XIX, el comercio transatlántico se intensificó, facilitando el intercambio de bienes, culturas y monedas entre Europa y América. De esta manera la expansión marítima impulsada por las potencias europeas, especialmente España, resultó en una gran proliferación de rutas comerciales que conectaron los territorios de Europa, sus respectivas colonias y otras partes del mundo. En este sentido, la moneda hispanoamericana, especialmente el “real de a ocho” o “peso”, se convirtió en una de las principales monedas utilizada en el comercio global durante estos siglos. Su amplia circulación facilitó el comercio y el intercambio, no solo en el Imperio español, sino también en Asia y otras regiones, debido a su aceptación como moneda de referencia.
Sin embargo, esta expansión también estuvo marcada por numerosos naufragios, que no solo impactaron la economía de las naciones implicadas, sino que también tuvieron repercusiones en la circulación de la moneda hispanoamericana. Los naufragios, aunque trágicos, llevaron a la pérdida de grandes cantidades de estos metales preciosos que impactó en la disponibilidad de moneda en el mercado global. Gracias al aporte de la arqueología subacuática y las recuperaciones de pecios se logró una aproximación al estudio de la economía y el comercio interoceánico en esta época.
La historia de los naufragios entre los siglos XVI y XIX está intrínsecamente relacionada con la expansión de la moneda hispanoamericana y el comercio global. A través de estos eventos trágicos se revela la importancia económica que implicó el desarrollo de las rutas marítimas, como también los riesgos a los cuales las grandes flotas de galeones estaban expuestas, como la exposición a condiciones climáticas adversas (huracanes y tifones), el ataque de piratas o choques contra arrecifes de coral por desconocimiento del territorio subacuático, lo que provocaba el inmediato hundimiento.
Naufragios recuperados gracias a la arqueología subacuática
editar- Naufragio del navío "Nuestra Señora de Atocha": la embarcación, construida en La Habana en 1620, fue un galeón de la "Flota de las Indias" que transportaba valiosos cargamentos de oro y plata provenientes de América. Este galeón constituye un testimonio excepcional de la importancia de los navíos para la expansión de la moneda virreinal. En septiembre de 1622, partió desde Cuba hacia España junto con otros barcos, pero un huracán lo sorprendió frente a las costas de Florida, provocando el naufragio del "Atocha". La embarcación se hundió con 265 personas a bordo, de las cuales sólo cinco sobrevivieron: tres marineros y dos esclavos que lograron aferrarse a una parte del barco que no se sumergió. Los esfuerzos de los españoles por recuperar el valioso cargamento fueron en vano, y su localización por siglos, fué un misterio. No fue sino hasta 1985[1] cuando se descubrió el naufragio y comenzó la extracción de su contenido. El caso del "Atocha" es, sin duda, el más renombrado de los trágicos naufragios, en gran parte por la extraordinaria cantidad de objetos de valor histórico y cultural hallados en sus bodegas. Entre los tesoros recuperados se encuentran más de 1.000 lingotes de plata, 125 barras y discos de oro, 100.000 monedas de plata y oro, además de joyas, artículos personales, piezas de orfebrería religiosa y otros objetos. Curiosamente, la carga extraída resultó ser mayor a la registrada en los archivos del galeón.
- En 1656, el galeón "Nuestra Señora de las Maravillas" lideraba la flota que regresaba a España en 1656. En la medianoche del 4 de enero, se dio la alarma por riesgo de colisión con un banco de arena. Aunque el "Maravillas" cambió de rumbo de forma abrupta para evitar el accidente, el último barco de la formación no logró maniobrar a tiempo y chocó contra él, provocando un gran agujero debajo de la línea de flotación que inundó rápidamente sus compartimentos. Tras el impacto, el "Maravillas" golpeó un arrecife de coral y se hundió en un fondo arenoso a una profundidad de 10 metros. Aún hoy, las mareas continúan llevando monedas a las playas de la Isla de la Gran Bahama.[2][3]
- Naufragio del barco "Vergulde Draak": esta nave, adquirida en 1653 por la Cámara de Comercio de Ámsterdam para la "Compañía Holandesa de las Indias Orientales", zarpó en enero de 1656 desde el cabo de Buena Esperanza, en África, con destino a Batavia, en Indonesia. A bordo viajaban 198 tripulantes y en sus bodegas transportaban ocho cofres con monedas de plata, además de una valiosa carga de bienes y mercancías. Sin embargo, un error en el cálculo de la longitud y la latitud llevó a la embarcación a mantenerse rumbo al este durante demasiado tiempo, lo que provocó que chocara contra un arrecife en la costa occidental de Australia el 28 de abril de 1656. Solo 75 tripulantes lograron llegar a la costa con vida.[4]
- Naufragio del navío "Hollandia": ocurrió el 13 de julio de 1743. Este barco, construido en Ámsterdam y perteneciente a la "Compañía Holandesa de las Indias Orientales", se hundió tras chocar contra las "Rocas de los Artilleros" en las cercanías de las islas Scilly, Inglaterra. No se registraron sobrevivientes en este trágico incidente.[5]
- El barco portugués "Nuestra Señora de la Luz", autorizado por la corona española para realizar actividades comerciales, partió de Buenos Aires rumbo a Cádiz, haciendo escala previamente en Montevideo. Su carga oficial incluía monedas valoradas en 1.071.000 pesos de la época, de las cuales una sexta parte correspondía a monedas de oro acuñadas en Perú y doblones de cordoncillo provenientes de la nueva fábrica de monedas de Chile. Además, transportaba de forma clandestina 200.000 pesos en monedas no declaradas, ocultas dentro de barriles de pólvora que serían desembarcados ilegalmente en Lisboa. En julio de 1752, el navío estaba anclado frente a Montevideo, listo para continuar su travesía tras recibir provisiones finales de ganado en pie, alimentos, pasajeros y la llegada de su capitán, Felicio Da Fonseca. Sin embargo, un cambio repentino en las condiciones climáticas provocó una violenta tempestad, conocida como “Pampero”, que arrastró al barco y lo hizo naufragar cerca de la playa "La Mulata" en Montevideo. El desastre dejó un saldo de 132 personas fallecidas a bordo.[6]
- Naufragio del navío "Rosswijk": perteneciente a la "Compañía Holandesa de las Indias Orientales", esta embarcación fue construida en 1737. En enero de 1740, sufrió un naufragio en el banco de arena conocido como "Goodwin Sands", cerca de Ramsgate, Inglaterra. No se registraron sobrevivientes de este incidente. Entre su cargamento se encontraron monedas de transición acuñadas en México en los años 1733 y 1734. Estas monedas se fabricaban con una máquina de prensa volante, pero los cospeles eran recortados manualmente con tijeras. Los anglosajones las han denominado “klippe type”, término que en español se ha traducido como “tipo clípe”.
- Naufragio del navío “Jesús María de la Limpia Concepción”: conocido popularmente como “La Capitana” fue uno de los galeones más grandes de la época. Esta embarcación fue designada como la capitana de los "Mares del Sur" en referencia al Océano Pacífico. Construida íntegramente en América del Sur, fue botada en 1644 en la isla Puná, en Guayaquil, Ecuador. Según registros oficiales de 1653, transportaba cerca de 3 millones de pesos en plata, expresados en 2212 lingotes, 216 cofres con monedas y 22 piezas de plata labrada. Sin embargo, también se le atribuían grandes cantidades de oro en lingotes y otras mercancías no declaradas. Estas cargas no declaradas provocaban una sobrecarga que complicaba la maniobrabilidad del navío. A pesar de ello, la causa de su naufragio no fue el exceso de peso, sino los errores en las mediciones y cálculos del piloto Miguel Benítez de Alfara, quien dirigió la nave hacia un arrecife. El impacto ocurrió en la madrugada del 27 de octubre de 1654, causando su hundimiento.
- ↑ «Nuestra Señora de Atocha, otro Galeón cargado de tesoros hundido frente a las costas de Florida».
- ↑ «Así es el Maravillas, el galeón lleno de tesoros encontrado en las Bahamas».
- ↑ «Arqueólogos recuperaron el tesoro de un galeón hundido hace más de 350 años en las Bahamas.».
- ↑ «Vergulda Draeck (1656). Antecedentes de la pérdida. MUSEO DE AUSTRALIA OCCIDENTAL.».
- ↑ «El "Hollandia": historia de un trágico naufragio (julio de 1743)».
- ↑ «Hallan en Uruguay los restos y el tesoro del navío español «Nuestra Señora de la Luz»».