Usuario:Lalvarezu/Taller


Marco Teórico

editar

En 1996 Jack Delors Publicó “Los cuatro pilares de la educación” en La educación encierra un tesoro en un Informe a la UNESCO de la Comisión internacional sobre la educación para el siglo XXI, donde se mostraban las cuatro competencias clave (aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos, aprender a vivir con los demás y aprender a ser) que la educación debía tener para responder a los retos del siglo XXI. Como se explica en la introducción de este informe, el XXI plantea nuevos retos en la sociedad, a los individuos que la componen y a los y las trabajadores por lo que educación debe adaptarse y desviarse de su visión instrumental para ser motor del desarrollo integral de los alumnos y alumnas.[1]​.

Desde entonces la comunidad Europea sigue dando pasos en la promoción de las competencias clave en los ciudadanos europeos para dar respuesta a la transición de nuestras sociedades de sistemas industriales basados en el trabajo a otros basados en el conocimiento, donde el trabajo, la formación y la educación se orientan a la adquisición de competencias, más que a cualificaciones específicas para tareas prescritas.[2]

En 1997 la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) inició el Proyecto DeSeCo (Definition and Selection of Competencies) con el objetivo de identificar un conjunto de competencias necesarias para el desarrollo integral y la completa participación en la sociedad de jóvenes y adultos. Para la evaluación y el seguimiento de la adquisición de estas competencias por parte de los estudiantes que se encuentran al final de la escolaridad obligatoria, se lanzó el Programa para la Evaluación Internacional para Estudiantes más conocido por sus siglas en inglés PISA. [3]

La OCDE en su publicación en España de 2015 del documento "Estrategia de competencias resumen ejecutivo" define el concepto de competencia como el conjunto de conocimientos, capacidades y atributos que toda persona puede adquirir y le permiten desempeñar de forma adecuada y consistente una determinada actividad o tarea, susceptibles de desarrollarse y ampliarse ulteriormente a través del aprendizaje. Esta no es la única definición que podemos encontrar, otro referente como lo es el Proyecto Tuning, se indica que las competencias “representan una combinación dinámica de conocimientos, habilidades, capacidades y valores [4]

1999, con la Declaración de Bolonia en el Espacio Europeo de Educación Superior se produce un cambio en el ámbito universitario europeo e influyente en la educación superior a nivel mundial. Esta declaración plantea una unificación de la educación superior durante la primera década del siglo XXI, transforma el rol de los docentes y pone a los estudiantes como foco de atención de su propio aprendizaje.[5]

En 2006, el Parlamento Europeo y del Consejo propuso un marco de referencia europeo sobre las competencias necesarias para el aprendizaje permanente estableciendo ocho competencias clave:[6]

1. comunicación en la lengua materna

2. comunicación en lenguas extranjeras

3. competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología

4. competencia digital

5. aprender a aprender

6. competencias sociales y cívicas

7. sentido de la iniciativa y espíritu de empresa

8. conciencia y expresión culturales.

En 2009, El Consejo de la Union Europea recomienda seguir trabajando en las competencias transversales clave de 2006 y tener más en cuenta estas competencias en los planes de estudio, la evaluación y las cualificaciones.[7]

Desde esta base, La Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOE) introduce el término competencias básicas por primera vez en la normativa educativa Española.[8]

Evaluación

editar

La evaluación es un proceso sistemático mediante el cual se obtienen datos, que en el proceso educativo se realiza desde el inicio, ya que ofrece información continua y significativa sobre el modo en que se produce el proceso de enseñanza-aprendizaje, lo que permite valorar los resultados, y tomar las decisiones más adecuadas para poder mejorar la calidad educativa de manera progresiva.[9]

En el aprendizaje basado en competencias, la evaluación debe de ser una oportunidad de aprendizaje y se debe utilizar para promover las competencias en todo el alumnado, no para seleccionar a quienes ya las poseen. Es decir, debe ser una evaluación formativa, que sea a la vez el efecto y la causa de los aprendizajes.[10]​ En este sentido, la evaluación cobra gran importancia, pues para que el diseño formativo sea válido, la evaluación debe ser coherente con los objetivos de enseñanza pero también con las competencias a desarrollar.[11]​ Es decir, para que la evaluación sea eficaz, tiene que estar integrada en el diseño formativo, interrelacionarse con la planificación y el desarrollo de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje.[12]

Una competencia implica los siguientes aspectos:[10]

  1. Integrar conocimientos: no solo saber los conocimientos, habilidades, capacidades, actitudes,etc., sino saberlos seleccionar y combinar de forma adecuada.
  2. Realizar actividades.
  3. Actuar de forma contextual: analizar cada situación concreta (espacio, momento, circunstancias) para seleccionar qué combinación de conocimientos y habilidades es necesario utilizar.
  4. Aprender de manera constante: la competencia se adquiere progresivamente, con formación inicial, permanente y/o experiencia.
  5. Actuar de forma autónoma, con “profesionalidad”, haciéndose responsable de las decisiones que se tomen y adquiriendo un rol activo en la adquisición de las propias competencias.

A la hora de evaluar se deben tener en cuenta todas estas características, y en base a ello crear los instrumentos de evaluación más adecuados en cada proceso de enseñanza-aprendizaje.

Los criterios de evaluación son el referente para la valoración del proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que indican el nivel de logro de las competencias y objetivos. Cada criterio de evaluación debe estar bien definido, ser concreto, claro y especificar o describir detalladamente cuándo se considera que un alumno ha alcanzado el aprendizaje esperado.[12]

Un ejemplo de evaluación por competencias es la evaluación alternativa o auténtica, que intenta averiguar no sólo qué sabe el alumno, sino qué es capaz de hacer, y la actitud que asume en ese hacer, utilizando múltiples procedimientos y técnicas, diferentes. O sea, evaluar cómo de competente es un alumno. Este enfoque convierte a la evaluación en un principio de reflexión para la mejora de la práctica docente y para el progreso del alumno.Sus principales características son las siguientes:[12]

  • Se realiza a lo largo de todo el proceso educativo.
  • Proporciona retroalimentación tanto a los alumnos sobre sus logros de aprendizaje como a los docentes respecto de su enseñanza y de las situaciones didácticas que plantean.
  • Se centra fundamentalmente en procesos más que en resultados.
  • Su foco de interés consiste en que el alumno asuma la responsabilidad de su aprendizaje y la utilice como un medio para aprender.
  • Integra un proceso colaborativo y multidireccional en el cual los alumnos se autoevalúan, son evaluados por sus pares y por el docente.
  • Permite evaluar niveles de desempeño de las competencias.
  • Es de carácter integrador y coherente al evaluar todo el proceso de aprendizaje del alumnado (habilidades, actitudes, destrezas y conocimientos).
  • Incluye actividades que reflejan situaciones de la vida real (aprendizajes contextualizados).
  • Emplea diferentes instrumentos como portfolios, rúbricas, proyectos, estudio de casos, observaciones, etc.
  • El objetivo principal es aumentar la probabilidad de que todos los alumnos aprendan a partir de su diversidad.

Este modelo de evaluación implica a todos los agentes de la comunidad educativa, y dependiendo de la forma en que se relacionan estos agentes podemos encontrar tres tipos de evaluación:

  1. La autoevaluación consiste en que el alumno se evalúa a sí mismo. De esta manera, valora su actitud, su esfuerzo,sus capacidades o habilidades, los objetivos que ha superado, etc. Los alumnos son capaces de valorar su labor y el grado de satisfacción que les produce y les permite tomar conciencia de su propio aprendizaje y son capaces de conocer sus capacidades y también sus limitaciones. Para que la autoevaluación sea correcta y objetiva, se debe proporcionar a los alumnos los indicadores y aspectos que deben evaluar, para que puedan observar, examinar su trabajo continuo y, así, llegar a conclusiones válidas al final del proceso.[13][12]
  2. La coevaluación consiste en la evaluación entre iguales. Después de trabajar en grupo, cada alumno valora lo que le ha parecido más interesante de los demás. Es decir, los alumnos se evalúan entre ellos, valorando diferentes aspectos de cada integrante del grupo, como la actitud, el grado de implicación, etc, lo que fomenta la participación y la motivación.[13][12]
  3. La heteroevaluación: es la evaluación que realiza una persona sobre el trabajo,actuación, rendimiento, etc. de otra. Es la evaluación que habitualmente realiza el docente con los alumnos. Sin embargo, en este tipo de evaluación también se pueden incluir los demás agentes como las familias, el profesorado que imparte otras materias, profesorado de otros centros u otros agentes externos.[13][12]

En conclusión, la evaluación es muy importante en el proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que determina lo que el alumnado aprende y de que manera lo hace.

La evaluación por competencias pretende que los alumnos vayan construyendo su propio aprendizaje pero de manera que sepan aplicarlo en diferentes contextos y cuando finalicen la etapa educativa tengan capacidades para desenvolverse en el entorno que les rodea.

Cómo las metodologías pedagógicas potencian las competencias clave

editar

Uno de los principales desafíos a los que se enfrenta el docente es a la elección de la metodología adecuada para potenciar el aprendizaje de las competencias clave. Existen metodologías de amplio rango que permiten de manera simultánea trabajar diferentes competencias. Por el contrario otras de menor espectro, sólo permiten trabajar unas pocas competencias de manera muy específica. Así pues, cabria esperar que el docente debería elegir las metodologías de amplio espectro para así poder trabajar de manera simultánea el mayor número de competencias. Pero, los resultados demuestran que una buena adquisición competencial requiere no sólo de abordaje, sino de cómo este se realiza. De esta manera, metodologías más específicas generan un desarrollo superior de las propias competencias, mientras que metodologías de amplio espectro producen un desarrollo competencial más superficial. A continuación repasaremos las diferentes metodologías pedagógicas para analizar que competencias consiguen desarrollar. El aprendizaje basado en proyectos consiste en la obtención de un producto final por parte de los estudiantes a partir de unas premisas definidas. Es una metodología de aprendizaje colaborativo con reparto de funciones y establecimiento de un plan de trabajo, objetivos y procedimientos. Los alumnos se responsabilizan de su propio aprendizaje, participando de forma activa en la toma de decisiones del proyecto a realizar, la estrategia del proceso y la evaluación del aprendizaje. Este tipo de aprendizaje estimula el reparto de funciones por habilidades, la creación de pactos, la adquisición de responsabilidades y la colaboración para un fin mayor. Todo ello potencia el desarrollo de competencias social y ciudadana, así como competencias de emprendimiento, autonomía y aprender a aprender El aprendizaje basado en tareas es una modalidad del aprendizaje basado en proyectos, en el que el resultado final va a sufrir un proceso de difusión. Si bien el aprendizaje basado en proyectos el objetivo final es la generación de un producto final. En el caso del aprendizaje por tareas el objetivo final es la difusión de esa producción. Así pues, esa producción debe adaptarse al mecanismo fundamental de difusión, así como al público al que va dirigido. Por todo ello, además de las competencias desarrolladas por el aprendizaje bajado en proyectos, se potencia competencias del ámbito comunicativo.[14]​ El aprendizaje basado en casos enfrenta al estudiante con ‘circunstancias’ de la vida real aplicadas a las materias de cada nivel educativo y que tiene que resolver a través del análisis, el pensamiento crítico y el trabajo colaborativo. Todo ello estimula por una parte a la competencia social y ciudadana, al analizar situaciones sociales reales. Por otro lado estimula competencias basadas en el pensamiento crítico y el pensamiento hipotético-deductivo. Hablamos pues de la competencia matemática, científica y tecnológica.[15]​ El aprendizaje por descubrimiento consiste en que el estudiante debe deducir y descubrir de manera activa los conceptos, contenidos y sus relaciones. Este tipo de aprendizaje se basa en el método inductivo y en desarrollo de destrezas de investigación. De esta manera se están potencias competencias en el desarrollo personal, en la iniciativa y el autoaprendizaje. El aprendizaje por descubrimiento va ayudar a desarrollar principalmente la competencia matemática, científica y tecnológica así como la de aprender a aprender, sentido de la iniciativa y espíritu emprendedor.[16]

La metodología de aprendizaje por cambio conceptual, es una metodología que tiene como objetivo la eliminación de las ideas previas erróneas. Para ello es necesario enfrentar a las ideas previas a situaciones de controversia y no aplicación, para después, mostrar una idea alternativa. Por último, esta nueva idea debe ser enfrentada a otras situaciones donde es también aplicable. Este tipo de metodología se basa en el uso hipotético-deductivo e inductivo. Estamos potenciando el espíritu crítico, así como empatizar al estudiante con alternativas no propias. Por todo ello, este tipo de metodología ayuda al desarrollo de las competencias social y cívica así como al pensamiento lógico propio de las matemáticas, las ciencias y la tecnología.[17]

La gamificación es el uso de técnicas, reglas, estrategias, elementos y dinámicas propias de los juegos con el fin de resolver un problema. Esta metodología ayuda al desarrollo de las competencias Digitales y lingüísticas, dado que es necesario un alto nivel de alfabetización para el entendimiento de las pruebas y habilidades tecnodigitales para el desarrollo de las mismas.[18]

  1. Delors, Jack (1996). «LOS CUATRO PILARES DE LA EDUCACIÓN». El Correo de la UNESCO: pp. 91-103. 
  2. Bolivar, Antonio (2008). «El discurso de las competencias en España: educación básica y educación superior». Red U. Revista de Docencia Universitaria, núm. monogr. 2. 
  3. «LA DEFINICIÓN Y SELECCIÓN DE COMPETENCIAS CLAVE». Definition and Selection of Competencies. 
  4. López Gómez, Ernesto (2015). «EN TORNO AL CONCEPTO DE COMPETENCIA: UN ANÁLISIS DE FUENTES». Profesorado. Revista de currículum y formación del profesorado. 
  5. «DECLARACIÓN DE BOLONIA». Declaración conjunta de los ministros europeos de enseñanza. 1999. 
  6. «RECOMENDACIÓN DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO de 18 de diciembre de 2006 sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente». L 394/1 Diario Oficial de la Unión Europea. 30 de diciembre de 2006. 
  7. «Conclusiones del Consejo de 12 de mayo de 2009 sobre un marco estratégico para la cooperación europea en el ámbito de la educación y la formación («ET 2020»)». C 119/2 Diario Oficial de la Unión Europea. 28 de mayo de 2009. 
  8. «Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación.». BOE-A-2006-7899. 2006. 
  9. Casanova, A (2002). Manual de evaluación educativa. Madrid: La Muralla. 
  10. a b Cano García, Mª Elena (2008). «La evaluación por competencias en la educación superior.». Profesorado. Revista de Currículum y Formación de Profesorado 12(3),1-16. Consultado el 13 de octubre de 2021. 
  11. «Aprendizaje basado en competencias: Una propuesta para la autoevaluación del docente.». Profesorado, Revista de currículum y formación del profesorado 16(2), 373-386. 2012. Consultado el 14 de octubre de 2021. 
  12. a b c d e f «Evaluación del aprendizaje basado en el desarrollo de competencias». ContactoS, 76, 31-37. 2010. Consultado el 13 de octubre de 2021. 
  13. a b c «Agentes de evaluación: autoevaluación, coevaluación y heteroevaluación». Thinkö. Consultado el 13 de octubre de 2021. 
  14. Vicerrectoría Académica, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. «El aprendizaje basado en problemas como técnica didáctica». Dirección de Investigación y Desarrollo Educativo. Consultado el 3 de mayo de 2021.
  15. Yin, R. K. (2002) Case Study Research, Design and Methods, 3rd ed. Newbury Park, Sage Publications
  16. Barrón Ruiz, A. (2012) «Aprendizaje por descubrimiento: principios y aplicaciones inadecuadas». Universidad de Salamanca.
  17. Mirna C. Mahmud y Oscar A. Gutiérrez (2010) Teaching Strategy Based on Conceptual Change for the Transformation of Misconceptions in Learning Science. Formación Universitaria Vol. 3(1), 11-20
  18. Hairol Romero Sandí (2013) La Gamificación como participante en el desarrollo del B-learning. Latin American and Caribbean Conference for Engineering and Technology