Usuario:Lacasadeljotta/Terremoto de Chillán de 1939

Terremoto de Chillán de 1939
7,8 en potencia de Magnitud de Momento (MW)
Parámetros
Fecha y hora 24 de enero de 1939
Tipo Falla normal, intraplaca (Nazca)
Profundidad 60; 80-100 km.
Duración 45s
Consecuencias
Zonas afectadas Provincias de Talca, Maule, Linares, Ñuble, Concepción, Arauco y Biobío, en Chile
Mercalli X (Extremo)
Víctimas Más de 30 000 muertos según cifras de prensa,
5648 según cifras oficiales.


El Terremoto de Chillán de 1939 fue un sismo ocurrido en la zona central de Chile, un día 24 de enero de 1939.[1]​Tuvo por epicentro en la comuna de Quirihue, a 82 kilómetros al noreste de Concepción y 72 kilómetros al oeste de Chillán.[1]​ Su duración fue de cuarenta y cinco segundos.[2]

La gran destrucción ocasionada por el sismo, ocasionó el cambio de las políticas públicas durante el gobierno de Pedro Aguirre Cerda.[1]

Antecedentes

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La ciudad en ese entonces, contaba con 39.500 habitantes.[2]

El alcalde de la época era Ernesto Arrau,[2]​ mientras que el intendente de la Provincia de Ñuble, fue Pedro Poblete Vera.[2]

Consecuencias

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Impacto inmediato

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Tras el sismo, aquellos que lograron sobrevivir experimentaron una situación sumamente desafiante, con la desaparición de la ciudad conocida y la pérdida de seres queridos.[2]​ La atmósfera estaba marcada por los sonidos de los heridos, los gritos de los sobrevivientes en medio del silencio y las luces intermitentes de los incendios,[2]​ así como por el polvo generado por los edificios derrumbados.[2]​ Los testimonios de la época coinciden en que describir la situación que siguió a la catástrofe resulta casi imposible.[2]

A partir del día posterior al sismo y hasta finales de mayo de 1939, los esfuerzos se enfocaron en la búsqueda de supervivientes, heridos y fallecidos, al mismo tiempo que se llevaban a cabo labores de limpieza de calles y remoción de escombros.[2]​ Posteriormente, las autoridades chilenas dirigieron sus acciones hacia la recuperación de las ciudades y pueblos afectados.[2]

Durante la madrugada, la Plaza de Armas de Chillán se convirtió en un punto de reunión central,[2]​ una situación que se mantuvo durante los meses posteriores al sismo. Sin embargo, algunos optaron por quedarse en sus viviendas a pesar de las condiciones precarias.[2]​ Para la noche del 25 de enero, ya habían surgido grupos espontáneos dedicados a la remoción de escombros y a la búsqueda y asistencia de heridos.[2]

Impacto político

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La Fuerza Aérea de Chile y el Ministerio del Interior y de Relaciones Exteriores utilizaron sus aviones Junkers para realizar vuelos sobre la zona entre las ciudades de Linares y Los Ángeles, y más tarde se sumaron las empresas comerciales Lan y Panagra. Estos vuelos posibilitaron la toma de fotografías y ofrecieron una vista aérea de la extensión del desastre. Desde el aire, todavía se podía observar el diseño de manzanas de las ciudades, aunque había pocas estructuras en pie. A principios de febrero, el tráfico aéreo entre Chillán y Santiago aumentó con la llegada de ayuda de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y la Fuerza Aérea Argentina.

Apoyo militar

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Liceo de Hombres de Cauquenes tras el terremoto

La primera medida del gobierno de Pedro Aguirre Cerda fue declarar el estado de sitio en varias ciudades afectadas por el sismo y poner la zona bajo mando militar, lo que permitió mantener el orden y establecer un régimen de funcionamiento inusual en las ciudades. El Ejército de Chile tuvo plaza militar en las ciudades de Bulnes, Cauquenes, Chillán, Concepción, Los Ángeles, Parral y San Carlos. En la ciudad de Chillán quedó a cargo el teniente coronel Ricardo Saavedra, pero días después, posteriormente sería reemplazado por el coronel Galvarino Zúñiga.[2]

Las primeras ordenes del teniente coronel Saavedra, fueron:

  • El reclutamiento de los hombres civiles sobrevivientes, entre 18 y 40 años
  • La entrega obligatoria de herramientas e iluminación de empresas, para la remoción de escombros
  • La prohibición de expendio de alimentos y bencina
  • La obligación de entrega gratuita de medicamentos
  • La prohibición de circulación civil después de las 20:00.
  • Los fallecidos pasaron a ser enterrados con prontitud.
  • Toda comunicación con el exterior, debía ser fiscalizada y aprobada por el jefe de plaza del Ejército.

Para el día 29 de enero, las comandancias de zona del Ejército quedan a disposición del Ministerio del Interior, lo cual no evita que el Ejército de Chile mantenga su contribución en la ciudadanía, la cual se mantiene hasta el 1 de marzo, y las plazas del ejército son levantadas por decreto el 16 de junio. Galvarino Zúñiga se mantuvo hasta el 5 de junio.

El Ejército de Chile movilizaría sus tropas del Regimiento de Artillería de Chorrillos de Talca, Regimiento de Infantería Maipo de Valparaíso y el Regimiento de Infantería Chillán, junto a los batallones de Buín, Ferrocarrileros de San Fernando, Zapadores de Quillota, Zapadores de Curicó y el Tren N°2 de Santiago de Chile,[2]​ aglomerando un total de 1.200 hombres.[2]

Apoyo privado

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El apoyo de la empresa constructora Guillermo Franke fue de un conjunto de cuadrillas especializadas con más de 700 obreros y diez camiones para la extracción de escombros.[2]

Impacto geográfico

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Portada del periódico La Mañana de Talca, el día siguiente al sismo.

Hasta la actualidad, no existe una cifra exacta de las víctimas del sismo. [2]​ Tampoco existe una cifra exacta de la cantidad de personas que posteriormente participarían en el proceso de reconstrucción.[2]

Desde los primeros días posteriores al desastre, la prensa informaba cifras dispares sobre la cantidad de víctimas mortales, lo que generaba confusión y dificultaba la evaluación precisa de la tragedia.[2]

La Dirección General de Estadísticas de Chile, en un intento por arrojar luz sobre la situación, informó inicialmente que el número de fallecidos ascendía a 5.695 personas.[2]​ Sin embargo, esta cifra fue cuestionada por muchos autores, quienes pusieron en duda su veracidad y la consideraron inexacta. De hecho, algunos estudiosos llegaron a sugerir que la cantidad real de muertos podría ser similar a las diversas estimaciones proporcionadas por la prensa en los primeros días después del terremoto.[2]

Un ejemplo revelador de esta discrepancia se encuentra en el diario La Nación, que el 29 de enero mencionó que el número de fallecidos era de 15.000, una cifra considerablemente mayor que la reportada por las autoridades.[2]​ Además, en el mismo periódico, el corresponsal estimó que la cantidad de muertos no superaba los 7.000,[2]​ lo que evidencia la falta de consenso y la dificultad para determinar el verdadero alcance de la tragedia.

Reacciones internacionales

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Controversias

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Además de la situación que ya se había presentado, con la gran cantidad de fallecidos y escombros producto del sismo, la propagación de noticias falsas y alarmantes también se presentaba entre los ciudadanos, entre ellas se anunciaba no solamente la discrepancia de número de fallecidos, si no que también, la posibilidad de incendiar toda la ciudad, para evitar propagación de enfermedades.[2]

Dentro de las brigadas sanitarias que ayudaron a los heridos, también se presentaron brigadas ligadas a partidos políticos, como el Partido Socialista y el Partido Liberal, quienes utilizaron la situación para enfrentamientos entre ambos bandos. La situación fue resuelta con la llegada e intervención de la Cruz Roja, ocupándose de los heridos.

Reconstrucción

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La primera intención del gobierno y el ejército chileno, fue despejar las calles y el entierro de los fallecidos. Posteriormente, recién en el mes de marzo se dio inicio a la recuperación de aceras, proceso que finalizó antes de iniciar el mes de mayo. La remoción de escombros en sitios particulares estuvo a cargo de la Dirección de Obras Públicas de la Municipalidad de Chillán.[2]​ A mediados del mes de mayo de 1939, se informaba que la cantidad de escombros removidos era de 210.541 metros cúbicos, y que aún quedaba 35.000 más por retirar. Muchos de estos escombros serían reutilizados por ejemplo, para la restauración del Camino El Calvario o para encausar el Estero Las Toscas.

Las primeras viviendas que se levantaron, fueron de materiales precarios, derivados de los escombros, muchas se instalaron en medio de las calles, con el fin de convertirse en un punto de encuentro entre familias. Los servicios públicos, como el correo o los sitios donde se repartían víveres, eran construcciones improvisadas con tablas y planchas de zinc.[2]

Las primeras viviendas fueron denominadas Pabellones de Emergencia, cuales se instalaron en Parque Schleyer, Avenida Ecuador con calle Yerbas Buenas, Chillán Viejo, Escuela Normal, Plaza Santo Domingo, Plaza Sánchez, Avenida O'Higgins y Avenida Palermo.[2]

 
Catedral de Chillán

La antigua Catedral de Chillán inició su demolición el 3 de febrero de 1939.[2]

El periódico La Discusión, retomó sus actividades a finales de marzo de 1939.[2]

Patrimonio

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El proceso de reconstrucción de la ciudad, es también llamado como la quinta fundación de la ciudad de Chillán.[3]

Dentro de las fotografías existentes de la época, se encuentran las realizadas por Manuel Tello, médico de la actual Posta Central de Santiago de Chile, que retrató las consecuencias del sismo en Chillán,[4]​ y su proceso de colaboración en la reconstrucción. Sus fotografías retratan las labores realizadas en el Hospital San Juan de Dios, como también en la Catedral de Chillán, la Capilla del Hospital San Juan de Dios y el Cementerio Municipal de Chillán.

Patrimonialización

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Portada del diario El Mercurio de 1939, proyectada en el frontis de la Catedral de Chillán, como parte del aniversario del sismo en 2022.

A la llegada del siglo XX, la Municipalidad de Chillán realiza una serie de actividades cada año, con el fin de conmemorar la tragedia.[1]​ Posteriormente, tras la creación de la Región de Ñuble y la instalación de la Seremi de Cultura, las conmemoraciones de aniversario quedan a responsabilidad compartida.[1]​ Esto derivó a que en 2019, las conmemoraciones también fueran realizadas en Quirihue, por ser zona del epicentro del sismo.[1]

Referencias

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  1. a b c d e f Castro Martínez, María Soledad (2019). «En la memoria de Ñuble». 24/01 a ochenta años del terremoto de 1939. Chillán, Chile: Unidad de Patrimonio de la Municipalidad de Chillán. p. 3. 
  2. a b c d e f g h i j k l m n ñ o p q r s t u v w x y z aa ab ac ad ae Benavides, Anabella; Bonomo, Umberto; Cárdenas, Karin; Crispiani, Alejandro; Díaz de la Fuente, Soledad; Quezada, Ivette; Molinos, Francisca; Vera, Rodrigo (2022). «Catástrofe». En Bonomo, Umberto; Cárdenas, Karin; Crispiani, Alejandro, eds. Chillán 1939, catástrofe, memorias y patrimonialización. Santiago de Chile: Ediciones UC. pp. 22-79. ISBN 978-956-14-3059-4. 
  3. Zarzar Andonie, Sergio (2019). «A 80 años del terremoto de 1939». 24/01 a ochenta años del terremoto de 1939. Chillán, Chile: Unidad de Patrimonio de la Municipalidad de Chillán. p. 5. 
  4. Unidad de Patrimonio de la Municipalidad de Chillán (2019). «Auxilio, la Asistencia Pública en los días posteriores al terremoto de 1939». 24/01 a ochenta años del terremoto de 1939. Chillán, Chile: Unidad de Patrimonio de la Municipalidad de Chillán. p. 9.