Los enfoques de la ESI[editar código · editar]

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Existen distintos modelos pedagógicos para el abordaje de la sexualidad en la escuela. Cada uno nos trae una mirada particular acerca de la sexualidad, el rol de los distintos actores de la comunidad educativa y el proceso de enseñanza y aprendizaje.

Existen enfoques que tienen muchos elementos en común con la ESI y otros que se alejan más de esta propuesta. Entre los abordajes más distantes podemos mencionar los enfoques tradicionales o moralistas que se basan en una pedagogía mecanicista centrándose en lo que “es correcto” y lo que “se debe hacer”, así como también el enfoque biomédico que entiende el abordaje de la sexualidad desde una mirada centrada en la genitalidad y la reproducción humana.

Los enfoques que más se aproximan a la propuesta de la ESI son:

  • La sexología, la misma se basa en promover la enseñanza de las “buenas prácticas” sexuales cómo percibimos nuestro cuerpo sexuado, qué nos sucede en las relaciones sexuales dándole importancia a la subjetividad, de manera individual lo cual en cierto modo lo aleja de la ESI, ya que las dimensiones sociales y colectivas no son tenidas en cuenta.
  • El Enfoque Judicializante hace hincapié en un abordaje que contempla los derechos humanos y pone especial énfasis en las situaciones de vulneración que viven NNyA como por ejemplo los abusos. Aquí se propone la inclusión de una sólida formación en derechos humanos. Es un enfoque que regula la sexualidad desde el derecho, para garantizar el respeto a lo más íntimo y personal de las niñas, niños y adolescentes, generando mecanismos para protegerlas/os y al mismo tiempo, valorarlos como sujetos.  
  • El enfoque de género, pone su énfasis en las demandas de los organismos de derechos humanos y los movimientos de mujeres y de disidencia sexual (llamadas LGTTBIQ: lesbianas, gays, travesti, transexual, bisexuales, intersexual y queer). Tiene un enfoque fuertemente pedagógico, ya que se respeta la situación y realidad de cada persona, su capacidad de construir conocimiento crítico, y pone en relación esa experiencia particular con la sociedad. Busca develar las tramas de relaciones sociales en las que se encuentran los cuerpos humanos y dar cuenta del uso, disfrute y cuidado del mismo; influyen el sector socioeconómico y educativo de pertenencia, las costumbres y valores del grupo social que la integran, y particularmente por las relaciones de género. [1] 

Los ejes de la ESI[editar código · editar]

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La propuesta de la ESI entiende la sexualidad de manera amplia, no restringida únicamente a cuestiones relacionadas con la genitalidad sino que abarca también los pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, actividades, prácticas, roles y relaciones. Es decir de forma integral, atravesada por cinco ejes:

Reconocer la perspectiva de género[editar código · editar]

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Con perspectiva de género, se refiere a la manera de ver las relaciones de poder, entre personas de distintos géneros para evitar situaciones de vulnerabilidad de derechos.

Este eje propone analizar estos casos de desigualdad, problematizar aquello etiquetado como femenino o masculino, identificando estereotipos de género y así promover la igualdad social.

Por otra parte la perspectiva de género, da lugar a dos dimensiones que son de mucha utilidad, por un lado una que propone que el género es una construcción social y no una cuestión anatómica, y por otro lado una dimensión que da lugar a una perspectiva relacional que tiene en cuenta a los varones,las mujeres, y a otras identidades en las que se plantean relaciones de poder.

Respetar la diversidad[editar código · editar]

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Este eje implica reconocer y valorar las infinitas diferencias que existen como seres humanos teniendo en cuenta que todos tienen los mismos derechos. Abordar este eje conlleva reconocer y valorar positivamente las diferencias entre las personas, ya sean de origen étnico, religiosas, políticas, edad, etc.

La identidad de género y la orientación sexual de cada individuo también forma parte de esta diversidad, y es por esto que abordar dichos temas en las escuelas implica respetar la identidad sexual, es decir, con la cual se presenta cada persona.

Para la ESI lo fundamental del eje “Respetar la diversidad” es:

● Rescatar el significado profundo de convivir en una sociedad plural y poner en

valor la diversidad.

● Cuestionar la “presunción de heterosexualidad”.

● Respetar la identidad de género y la orientación sexual de todas las personas.

● Rechazar la violencia y la estigmatización por orientación sexual e identidad de género ya que no puede haber silencio pedagógico frente a la discriminación de cualquier tipo. [2]  

Valorar la afectividad[editar código · editar]

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En este eje se busca recuperar el lugar que tienen las emociones y los sentimientos a la hora del aprendizaje y hacer hincapié en la empatía, la solidaridad y el respeto, volviéndose fundamental para la hora de tomar decisiones sobre el cuerpo propio y del otro, y para trabajar diferencias en las relaciones sociales de pareja.

Destaca que las emociones están presentes en toda interacción humana, que pueden sumar o restar a dichas interacciones. A su vez, promueve la posibilidad de generar condiciones en las que todas las personas puedan manifestar sus puntos de vista, siempre con respeto, y repudiando cualquier tipo de violencia y/o cohesión.

Ejercer los derechos[editar código · editar]

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Este eje explicita que los niños, niñas y adolescentes son sujetos de derecho, con capacidad participativa, para ser escuchados y no sufrir ningún tipo de discriminación, considerando a personas adultas y al Estado como garantes de dichos derechos, escrito dentro de un marco de políticas públicas en relación a la inclusión, igualdad y ejercicio de los mismos. A su vez, plantea incluir a los mismos a la hora de la construcción de normas para así evitar sanciones que perjudiquen sus derechos.

En este eje se destaca también la importancia tanto del docente como del resto del equipo educativo como garante de los derechos del niño.

Cuidar el cuerpo y la salud[editar código · editar]

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Este eje pone al cuerpo más allá de los conceptos socioculturales y busca trabajarlo desde un concepto más amplio que el de salud sexual, incluyendo también la historia personal, los discursos científicos, los derechos humanos, las ofertas de los medios masivos de comunicación y la representación de los cuerpos a través de las distintas manifestaciones artísticas. Además promueve la reflexión sobre los mensajes de “belleza” que la sociedad impone y cómo esto puede influir de manera negativa en la vida. Este eje plantea eliminar los estereotipos de los cuerpos y las sexualidades, dando un valor positivo a la diversidad, el disfrute y el placer. En la escuela es importante reconocer que el cuerpo sexuado y la salud no abarcan sólo la dimensión biológica. Tambien considerar que el cuerpo puede trabajarse desde distintas disciplinas, tales como el arte, la educación física, los medios de comunicación, etc. [3]

Puertas de entrada a la ESI[editar código · editar]

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Existen distintas formas de acercarse al trabajo de la ESI dentro de la institución y que involucran a los diferentes actores de la comunidad educativa.​ [4]

La reflexión sobre nosotros/as mismos/as[editar código · editar]

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Plantea la necesidad de que todos los docentes revisen su historia escolar a fin de identificar miedos, vergüenzas y perjuicios que los interpelen a la hora de abordar la ESI. Poner en palabras las dificultades para el abordaje integral de la sexualidad es esencial a la hora de transmitir contenidos validados científicamente sin vulnerar los derechos de los niños.

La enseñanza de la ESI[editar código · editar]

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Dimensiones fundamentales para pensar estrategias de implementación que involucren el desarrollo curricular, la organización de la vida institucional y los episodios que irrumpen en la vida escolar.

El desarrollo curricular propone un enfoque transversal en todos los niveles educativos, teniendo en cuenta diferentes disciplinas y talleres.

En cuanto a la organización de la vida institucional se hace referencia a las tareas, rituales y actividades que se llevan a cabo en la escuela que impliquen formas de relacionarnos y comunicarnos, y que transmitan visiones e ideas de la sexualidad.

Finalmente, los episodios que irrumpen en la vida escolar tienen que ver con situaciones que modifican la cotidianeidad y que por consiguiente demandan atención. [5]

La escuela, la familia y la comunidad, en su relación con la ESI[editar código · editar]

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Necesidad fundamental de crear consensos, vínculos y estrategias entre la escuela, las familias y la comunidad para un abordaje integral. Para esto es necesario generar espacios de participación donde sea posible el diálogo,para pensar, acompañar e intervenir en conjunto entre la familia y la escuela, siendo los adolescentes los protagonistas. ​ ​​

La Psicóloga Emilse Quiroga en su artículo "ESI: Una obligación que empieza en las familias" menciona que son los padres los que tienen la primera responsabilidad en la tarea de formación.​ Deben asumir un papel que durante años no era abordado por ellos y reconocen que es en el núcleo íntimo de sus hogares donde los niños aprenden a  respetar, disfrutar, expresar sus experiencias de vida y por sobre todo a amar. Por otro lado, la escuela tiene la tarea no sólo de educar brindando información, sino que además ayuda a socializar y potenciar capacidades, es garante de derechos y oportunidades. En este sentido, el docente asume su responsabilidad bajo una mirada neutral.

Así mismo, es importante que en estos espacios de debate, haya una formación previa, de manera que podamos ser capaces de explicar que la ley prevé la necesidad de vincular más estrechamente la escuela y la familia, porque ellas deben estar incluidas. ​

Los programas de los EMPA (Los embarazos, maternidades y paternidades en la adolescencia) permiten visualizar problemáticas

  1. Morgade, G., Baez, J., Zattara, S. Díaz Villa, G. (2011). Pedagogías, teorías de género y tradiciones en “educación sexual. 
  2. Morroni, Laura (2007). «“Generando géneros”. El Monitor de la Educación. Nº 11.». Revista "El monitor". 
  3. García Suárez, Carlos Iván (2001). La pedagogía del cuerpo como bastión del género. 
  4. «¿Cómo implementar la ESI con equidad de género?, un libro que busca ampliar herramientas para su aplicación.». La Voz. 23 de mayo de 2019. 
  5. «Desafíos, miradas y temores en el abordaje de la, Educación Sexual Integral.».