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Guerra civil paraguaya de 1911-1912 | ||||||||
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Fecha |
Primera fase: febrero de 1911 - 17 de marzo de 1911 Segunda fase: 23 de noviembre de 1911 - 15 de mayo de 1912 | |||||||
Lugar | Paraguay | |||||||
Casus belli |
Sublevaciones armada debido a la división dentro del Partido Liberal con los regímenes de Albino Jara y Liberato Marcial Rojas luego del derrocamiento del presidente electo Manuel Gondra | |||||||
Resultado |
Victoria gondrista Ver lista Victoria gubernamental jarista en la primera fase
Ejecución de Adolfo Riquelme Ver lista Victoria gondrista en la segunda fase
Derrocamiento del gobierno de Pedro Pablo Peña Represión de la insurrección jarista | |||||||
Consecuencias |
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Comandantes | ||||||||
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Cerca de 5.000 muertos Un sinnúmero de heridos |
La guerra civil paraguaya de 1911-1912, también conocida como guerra civil del centenario fue un conflicto armado civil multilateral y multifacético ocurrido en Paraguay entre 1911 y 1912 en la que se pujo el control del gobierno paraguayo entre diferentes caudillos, principalmente entre los seguidores de Albino Jara y Manuel Gondra. Fue unos de los procesos históricos más caóticos en la historia del Paraguay en la que en apenas 18 meses se sucedieron seis gobiernos, afectando las celebraciones del centenario de la independencia del país.
Antecedentes
editarLa conflictividad política
editarDesde la década de los 70 a la del 90 de finales del siglo XIX, en la República del Paraguay se veía una disputa por el poder entre el Partido Liberal (otrora Centro Democrático) y la Asociación Nacional Republicana (conocida como Partido Colorado).
Hacia finales del siglo XIX se crearon condiciones de entablar un diálogo acerca de las posibilidades que ofrecían las alianzas partidarias entre colorados y liberales. Esto trajo un quiebre dentro del Partido Liberal entre dos sectores: los liberales "cívicos", partidarios de alianzas y conformada por antiguos afiliados y los liberales "radicales", reacios a cualquier coalición y conformado generalmente por afiliados jóvenes. Con el tiempo, las facciones irían reagrupándose constantemente en diversas situaciones, pero se haría tradición la pertenencia a una facción. En la Revolución de 1904 el Partido Liberal depondrá a los colorados del poder y los cívicos y radicales del Partido concretaría una unión política.[1]Juan Bautista Gaona, un liberal cívico fue investido provisionalmente a la presidencia de la república según lo convenido en el Pacto de Pilcomayo, gobernó desde el 19 de diciembre de 1904 hasta el 9 de diciembre de 1905[2]Juan Bautista Gaona fue destituido y remplazado por el liberal radical Dr. Cecilio Báez, el cambio causo malestar general y en el 25 de noviembre los radicales y cívicos escogieron conjuntamente al General Benigno Ferreira.[1]
Había descontentos hacia el gobierno cívico de Benigno Ferreira dentro de todas las facciones liberales hasta que el golpe final fue dado el 2 de julio de 1908, El Coronel Duarte organiza un golpe de estado en Asunción. El coronel Albino Jara llegó a ordenar el bombardeo del Cuartel de la Policía. Benigno Ferreira renuncia a la presidencia, asumiendo en su reemplazó su vicepresidente, Emiliano González Navero, quien respondía a los liberales radicales.
A finales de noviembre, el Gobierno de Emiliano González Navero ante un supuesto complot para derrocar a su gobierno organiza una dura represión, se allanar viviendas en busca de opositores al Gobierno, poco importa si son liberales y menos colorados, civiles o militares. Las cárceles se llenan y muchos buscan refugio en el litoral argentino. Militares que habían sido leales al gobierno de Ferreira son torturados. El estado de sitio continuará hasta marzo de 1909.[3]
La insurrección de 1909
editarEn septiembre de 1909, los colorados tomaban forma en el exilio. En Buenos Aires se encontraba el general Bernardino Caballero, y acampados en Corrientes, los colorados José Gill y Alejo Ramírez. Así la Asociación Nacional Republicana organiza una insurrección también conocida como la Revolución de Los Laureles, con los colorados del sector ''caballerista'' alzandose en armas y con el respaldado económico del líder de los cívicos y expresidente, Benigno Ferreira, está revolución es aplastada brutalmente por el gobierno, los rebeldes cautivos son torturados y ejecutados y José Gill huye hacia Argentina.[4][5]
La crisis presidencial
editarEn 1910, Manuel Gondra se perfilaba como posible candidato a las elecciones presidenciales de ese año con el favor del liberalismo radical por otro lado, Albino Jara, Jefe del Ejército y autor físico del derrocamiento de Ferreira tenía una fuerza notable. En un principio Albino Jara había prometido apoyar la candidatura de Manuel Gondra, Gondra estaba pasando por unas dificultades con su estatus legal ya que este había nacido en Argentina y según la constitución paraguaya, el electo debería haber nacido en el país. El Coronel Jara intentó formar una chapa presidencial junto al Ministro de Hacienda, Víctor Soler, pero ambos no levantaban muchas simpatías en el Partido Liberal. Finalmente el congreso proclama la chapa presidencial Manuel Gondra como presidente y Juan Bautista Gaona como vicepresidente de la República el octubre de 1910.
La toma presidencial se hacía siempre un 25 de noviembre. Hasta ese momento muchos "Gondristas" veían la posibilidad de enviar a Albino Jara a Europa en calidad de representante muchos ante una misión ya que veían en el como lograba formar aliados en el ejercito. Gondra planteó la oferta y Albino Jara lo tomó de mala manera. EI día de la asunción al mando, el coronel se acuarteló y exigió su reposición en el Ministerio de Guerra.
Una vez repuesto como Ministro, los consejeros políticos de Gondra, especialmente Adolfo Riquelme, elaboraron un plan por el cual podrían "limpiamente" separar a Jara del Gabinete. Gondra tardó en Ilevarlo a cabo por indecisiones, pero Jara se logró enterar del movimiento mucho antes de que el mandatario firme, el dia 15 de enero de 1911, un decreto por el cual nombraba a Jara ministro plenipotenciario. En la noche del 16 de enero de 1911, el coronel Albino Jara subleva los cuarteles y a la amanecer envió una intimación a Manuel Gondra para una reestructuración completa de su Gabinete apartando a todos sus partidarios de lo contrario, Jara haría un golpe de estado. El 17 de enero, Gondra presenta su renuncia al Congreso y Jara, apoyado por los legisladores, asume la presidencia luego de la votación en ambas cámaras.
La irrupción de Albino Jara en la presidencia generará una nueva escisión en el Partido Liberal, en estos años dentro del Partido existían los cívicos, los "liberales democráticos", los radicales gondristas, y los "radicales jaristas" (partidarios de Albino Jara). Resignado y defraudado, Manuel Gondra se retira y se exilia en Argentina.[6]
Organización de la revolución
editarAdolfo Riquelme, una importante figura dentro del radicalismo había visto su relación con Albino Jara verse deteriorada significativamente desde 1908 por lo que este empezaría a buscar apoyos para enfrentarlo sin disimulo mediante las armas. Encontrándonos en políticos radicales como Eduardo Schaerer y los militares Adolfo Chirife, Pedro de Mendoza, Patricio Alejandrino Escobar, Alfredo Aponte, Manuel Rojas, Manlio Schenone, Justo Escobar entre otros, mayormente dados de baja por Jara con excepción de Francisco Brizuela y Alfredo Medina, que estaban en servicio.
Riquelme quedo como líder del ejército revolucionario mientras que Eduardo Schaerer viajo a Buenos Aires a buscar apoyos. El plan era, en corto tiempo, sublevar las zonas militares a cargo de los dos oficiales y hacer un ataque conjunto de fuerzas para no darle tiempo a Jara a combatirlas. El mayor Alfredo Medina se encontraba encargado de Concepción y el capitán Francisco Brizuela en la zona de Misiones. Riquelme viaja con recursos suficientes al norte a fines de febrero y Pedro Mendoza viaja a Misiones como jefe de operaciones.[7]
Primera Fase del Conflicto
editarLa sublevación de Riquelme
editarEn Concepción, a los insurgentes, los aguardaban Alfredo Medina y Francisco Brizuela en el Sur, con la certeza de la sublevación de sus fuerzas. En el tiempo que les toma preparar a los hombres para entrar en acción, lanza Adolfo Riquelme un manifiesto público insurgente, exigiendo la renuncia del Presidente y el regreso de Manuel Gondra como tal. Una vez declarada la rebelión, ambas fuerzas marchan decididamente hacia Asunción. Manuel Gondra y otros exiliados paraguayos en Buenos Aires, montan presencia en la antigua estancia Bouvier, un poblado cercano a la ciudad de Clorinda, Formosa.
El Presidente Albino Jara moviliza rápidamente a guardias nacionales y reservistas con el fin de despacharlos por el rio para alcanzar a Riquelme. Es designado comandante el coronel Manuel Rojas comandante de la flota. A último momento antes de zarpar, Jara duda de la lealtad de los hombres de Rojas y decide bajarlos a tierra. Descubierto o al menos, sospechoso, Rojas cruza el rio y en el Chaco se declara junto a sus hombres partidarios de la sublevación.[8]
Jara envía por precaución a Américo Benítez a controlar las Misiones. Cae este preso por los sublevados en San Ignacio, ello toma a Jara por sorpresa, ya que recién ahí se entera de la sublevación de la zona de Alfredo Medina. Mientras hace esperar la contención a Riquelme, despacha a dos mil hombres por vía férrea bajo órdenes del teniente. Carlos Goiburú quien viaja con el militar chileno Maximiliano Joffré, asesor del estado mayor.
El ferrocarril y el telégrafo cortaron inmediatamente su servicio regular para ponerse enteramente a disposición del Gobierno.[9]
Combate de Loma San Antonio
editarFrancisco Brizuela se hallaba en un lugar llamado loma San Antonio, en Kai Puente (hoy Coronel Bogado) atrincherado con unos cuatrocientos hombres cuando divisa al contingente gubernista. En camino se encontraba Pedro Mendoza con los restantes. Maximiliano Joffré era partidario de un ataque rápido y no dejar tiempo a los rebeldes unirse.
El 6 de marzo de 1911 el combate estalla y las mayores bajas se producen en las filas gondristas, la operación termina exitosamente para los jaristas cuando los oficiales huyen hacia el rio Paraná. El saldo aproximado es de cien muertos y un mismo número de heridos que esperaron el socorro de la Cruz Blanca, con el doctor Luis Miigone a la cabeza, que llevaba vagones de sanidad.
Bajo el pretexto de salvaguardar los intereses de sus ciudadanos, Argentina envió a Asunción una cañonera, dos torpedos y un crucero con vistas a la práctica común en la epoca en la que los gubernistas tomarán por asalto las casas comerciales para proveerse de diversos artículos en medio de la rebelión. Eduardo Schaerer fue puesto en calidad de detenido en Villa del Pilar.[10]
Las tropas de Riquelme llegaron sin obstáculos hasta los límites de Asunción con fuerzas por agua comandados por el y por tierra, al mando de Donato Alonso. Los gondristas llegan hasta Paso Ñandejara -entre los partidos de Limpio y Santísima Trinidad-, y se encontró con el militar gubernista, mayor Enrique Oliver con una fuerza superior en artillería e infantería, cuya refriega resultante acabaría con el repliegue rebelde tratando de ganar de nuevo el camino norte. Una vez que Carlos Goiburú alcanza las aguas del río Paraguay a la altura de Emboscada, el coronel Albino Jara decide comandar el mismo las operaciones contra la tropa de Adolfo Riquelme.
Apelando al derecho de angaria, Jara manda a requisa barcos de la empresa Mihanovich, algunos uruguayos y brasileños. La empresa protesta enérgicamente con el apoyo de la embajada Argentina en Asunción, lo que obliga a devolverlos. El ejército de Jara dispone de además del barco Libertad, de dos vapores y tres chatas gracias a un acuerdo entre el Poder Ejecutivo y la firma Vierci Hnos.[11]
Batalla de Puerto Rosario
editarAdolfo Riquelme instalará el cuartel de sus fuerzas en el Puerto Rosario (al sur de la Villa del Rosario) utilizando la posibilidad geográfica del barranco para instalar piezas de artillería y aprovechando los esteros del Bonete, para hacer trincheras de resguardo. El resto de las tropas de Donato Alonso logró alcanzar esas posiciones y un número de oficiales al mando de Adolfo Aponte que venían subiendo el rio por las costas del Chaco.
Para el 17 de marzo de 1911, Albino Jara al comando del buque Libertad se encuentra con sus tropas lealistas en las cercanías de Puerto Rosario. Carlos Goiburu desembarca al sur para tomar la retaguardia y se encuentra con que la laguna anterior al Estero estaba completamente inundada, el avance del ejército gubernamental-jarista es descubierto sobre este terreno dificil y el ejercito insurgente-gondrista inicia los primeros disparos contra estos. El grueso de las tropas (dos mil hombres gubernistas), se lanzan al Estero para tomar las trincheras, les frena la marcha y la laguna empezó a llenarse de cadáveres. La trinchera es tomada finalmente por los jaristas, todos los prisioneros de guerra fueron fusilados.
Con una superioridad numérica, Jara inicia una serie de bombardeos contra los quinientos hombres de la artillería del capitán Rojas. Las tropas de Carlos Goiburu se suman desde la retaguardia este y Rojas no tiene más opción que abandonar su posición con sus hombres e intentar una huida. Jara hace fusilar a los oficiales que llegan como prisioneros.[12]
La ejecución de Adolfo Riquelme
editarAdolfo Riquelme es prendido por la infantería jarista mientras esté trataba de huir (aparentemente intentando cruza el rio Kuarepoty) es tomado prisionero junto al periodista argentino de El Diario, Pedro Castaing y junto a varios jóvenes liberales más que los acompañaban que son conducidos a Villa del Rosario. A Riquelme, por su rango se le asigna la torre de la iglesia como prisión. Estando reunidos los gubernistas Carlos Goiburú, Mendoza, Enrique Oliver y Maximiliano Joffré, despachan la noticia de los sucesos a Albino Jara, quien se encontraba en el navío Libertad.
Al caer la tarde de ese mismo día, subió a la torre el teniente Francisco Escobar diciendo a Riquelme que lo conduciría a la presencia de Jara. Cuando bajaron, Escobar entregó al detenido al sargento (algunos decían que era el comandante Hipólito Núñez y otros, Giret), emprendieron marcha acompañados de un grupo de soldados. En algún momento del camino, Adolfo Riquelme fue comunicado que lo fusilarían, y sin mediar palabra lo fusilaron por la espalda mientras estaba detenido. Posteriormente lo arrastraron y luego de cavar una fosa, lo enterraron ahí misma, el resto de los cautivos rebeldes fueron conducidos hasta el Libertad y llevados a la capital Asunción. Cuando la noticia de la ejecución de Riquelme llegó hasta Asunción, la sociedad reacciono con tristeza, estupor y miedo ante un acto de barbarie impune y el quebrantamiento de una ley tácita entre caballeros que se creía que existía en el tumúltoso Paraguay.[13]
Periodo de Paz
editarLa caída del gobierno de Jara
editarSofocada la rebelión, Albino Jara estaba en abril de 1911, más seguro que nunca que sus fuerzas debían concentrarse en la creación de un partido presidencial para verse respaldado, sin embargo, los cívicos, radicales y colorados ya no le brindaban el mismo apoyo que recibía antes, en el Senado no existía mayoría jarista aunque actuaban con precaución para no ser disueltos. En mayo existían en Asunción dos periódicos abiertamente opositores al régimen de Jara: El Nacional dirigido por Gómez Freire Esteves y El Diario, de propiedad de Eduardo Schaerer. El primero de ellos empezó una campaña en contra de la creación del partido único y a favor de una ley de amnistía a los exiliados. En la noche del 3 de mayo, su director fue obligado a retirarse del Paraguay. Para junio, las oficinas y su imprenta fueron clausuradas.
Durante toda la vida política de Albino Jara este se había visto involucrado en algunos problemas de índole sexual que a veces tomaban estado público en forma de rumor, casos que nunca llegaron a afectar el estatus a un hombre político en el Paraguay.
El 27 de junio, Guerra Duval, representante brasileño en Asunción, envió una correspondencia al ministro brasileño de asunto exteriores, José Maria da Silva Paranhos Junior (Barón de Río Branco) relatando que la madre la actriz de teatro Lidia Panisi se había presentado y le había conta do en forma confidencia que el día 25 de junio, a las 19 horas, madre e hija, invitadas, se presentaron en el Palacio Presidencial. Cuando ambas mujeres entraron, la madre fue reducida por un grupo de soldados y la hija (quien sufrió un desmayo) aseguró haber sido sometida sexualmente por el presidente Albino Jara. La madre exigía intervención y resguardo diplomático brasileño ya que se decía, ella y la hija, habían nacido en el Brasil. El encargado de negocios en el Paraguay cerraba la correspondencia apuntando que ninguna de las mujeres hablaba portugués y no poseían otra documentación que el pasaporte italiano y quedaba esperando instrucciones sobre que acciones tomar.
Al día siguiente, la policía se presentó en las oficinas de El Diario, y con violencia se procedió a confiscar toda la edición del día que ya estaba siendo distribuida y que publica el testimonio de la madre de Lidia Panisi con detalles y como prueba, una hoja oficial con membrete de la Presidencia y la firma de Jara en invitación a que lo visitará dirigida a la actriz. La ocupación militar y represión al periódico implicó una movilización estudiantil, que en número de varias centenas, salió a la calle a protestar, el Congreso cuya mayoría era colorada y radical también presentó su malestar al gobierno, por la noche los legisladores fueron puestos bajo detención, la libertad sólo la obtendrían únicamente si renunciaban a su cargo.
La minoría legislativa leal a Albino Jara aprueba el estado de sitio y el desgobierno culminaron el 5 de julio de 1911. Ese día el comandante de la Artillería, Tomás Mendoza convocó al presidente al cuartel que esos momentos estaba sublevado. Cuando Jara arriba este es puesto bajo detención y obligado a renunciar para aceptar un cargo en el exterior del gobierno que se constituya. El coronel Jara acepto, no sin antes negociar su ascenso al grado de General y obtener la promesa de ser electo presidente del Paraguay para el período 1914-1918.[14] El nuevo presidente electo por el Congreso Nacional sería el liberal, Liberato Marcial Rojas, uno de los hombres leales al jarismo, Albino Jara, ya un tiempo Buenos Aires, viendo el incumplimiento de promesas y que el pago de dinero mensual no se hacía realidad, empezó a elaborar un plan de retorno.[15]
La administración de Liberato Rojas
editarLa situación que enfrentaba el presidente Liberato Rojas estaba lejos de creerse estable, pues con el acuerdo de amnistía a exiliados políticos, Asunción se lleno de cabecillas civiles y militares de cada facción.
Veintiséis días luego de asumir la presidencia, Rojas enfrentó la primera insurgencia de los gondristas. Los sublevados contaban con varios soldados y el navío, el Triunfo que se había rebelado y piezas de artillería distribuidas por Eduardo Schaerer, líder indiscutible del radicalismo liberal. Los soldados se atrincherado en Asunción exigiendo a Rojas como condición para apoyarlo en sus tareas de gobierno, la incorporación efectiva de los oficiales del Ejército que se había sublevado cuando el coronel Jara era presidente y la incorporación de gondristas ocupando cargos ministeriales.
Corrieron rumores de que la flota extranjera argentino-brasileña abriría fuego contra los insurrectos debido a una reunión de urgencia del cuerpo diplomático para designar representantes de Brasil y Argentina para mediar entre el Poder Ejecutivo y los gondristas. Asi los sublevados se rinden y abandonan Asunción. Posteriormente el gobierno nacional decreta la ley de amnistía a exiliados políticos de modo que para agosto, toda la oposición se concentraba de nuevo en la capital.
En septiembre de 1911, con vista a las elecciones destinadas a octubre, todas las facciones liberales empezaron a dialogar y elegir al nuevo directorio liberal que daría firmeza a la base política del gobierno próximo electo. Por falta de acuerdo, cada facción liberal realizó su propia convención para elegir a su directorio.[16]Los radicales gondristas eligieron a Emiliano González Navero, los liberales cívicos (o democraticos) eligieron a Antonio Taboada Zarza y los radicales jaristas-situacionistas (la faccion gubernista) nombraron presidente a Víctor Soler. Liberato Marcial Rojas se sentía seguro en su gobierno con el apoyo de colorados, sus propios aliados radicales-jaristas y con los cívicos. El Presidente intentó buscar una conciliación con los cívicos-democráticos que tenían su centro de operaciones en Buenos Aires. Como prueba de ello, Rojas nombró a Carlos Isasi ministro de relaciones exteriores
Los gondristas mediante las columnas de El Diario empezaron una violenta campaña de oposición al gobierno provisional, con burlas, sarcasmos, noticias infundadas y lo más importante: su editor, Belisario Rivarola, justifica abiertamente la necesidad de una revolución para poner orden en el país.
La campaña opositora (tanto si está era su intención o fue accidental) consiguió que Liberato Rojas declarase el estado de sitio y expulsase de Paraguay a los cabecillas civiles y a sus jefes militares (Manlio Schenone y Adolfo Chirife) antes de las elecciones de octubre bajo el cargo de conspiración. Los diputados gondristas protestaron, alegaron inocencia y culparon a los cívicos.
El Congreso, en sesión, discute sobre la renuncia de Rojas quien pretendía ser habilitado como candidato en las próximas elecciones. Una comisión designada para ello acepta la renuncia, pero la mayoría radical-civico-colorada propone votar para una prórroga del mandato hasta cumplir el periodo constitucional. La propuesta gana por 19 votos a favor contra 16 en contra.[17] Luego del acuerdo entre los rebeldes y el gubernista Manuel Rodríguez durante el intento de golpe de estado dirigido por Eduardo Schaerer. Los radical gondristas comenzaron a encargar armamento de Europa, ello significaba no sólo equipar a sus tropas (cinco mil hombres bien armados según estimaciones) sino también obtener una artillería potente y dominar los ríos con una flota propia.[18]Los conspiradores adquirieron municiones, cañones y ametralladoras de último modelo, destaca la adquisición del cañonero mejor equipado para el Paraguay de inicios del siglo XX. El Constitución, dotado de un cañon Vickers de 190mm. Este navío cruzó el Océano Atlántico e ingresó al Rio de la Plata y se encaminó remontando el Río Paraguay navegando bajo bandera brasileña de encubierto. Más tarde se le unirían otros barcos menores como el Adolfo Riquelme, el Capitán Bado y el Concepción, este último llevaba 250 toneladas de pólvora, cuatro cañones, una ametralladora, 6.000 rifles, uniformes y otros diversos utensilios militares.[19]
Segunda Fase del Conflicto
editarLa insurreción de Gondra
editarEl 22 de noviembre de 1911, el navió Constitución se adentro en el río Paraguay con Eduardo Schaerer, José Pedro Montero, Manuel Franco y demás miembros de su núcleo de partidarios civiles y militares. El 23 de noviembre, instalaron su cuartel revolucionario en Pilar y se declararon insurgentes al gobierno de Liberato Marcial Rojas, los radical-gondristas no llegaron a amasar una mayor fuerza como se esperaban que harían asi que hicieron valer su poder bélico con el reclutamiento de montoneras de los departamentos de Cordillera, Villarica, Concepción, Misiones y otros tanto
El ministro de relaciones exteriores brasileño, el baron de Río Branco, envió tres cañoneras (elevado posteriormente a cuatro naves mas) desde Corumba hasta la capital paraguaya, Asunción con el fin de apoyar a la legación brasileña, Argentina tomó una identifca acción y ambos gobiernos se pusieron de acuerdo en exigir a través de sus cuerpos diplomáticos a los gondristas no realizar un bombardeo a la capital paraguaya para salvaguardar a la población (especialmente a sus ciudadanos extranjeros) y de hacerlo, ambos países responderían con fuego.[20]
Los intentos del gobierno paraguayo de Rojas para adquirir armamento en el extranjero fueron infructuosos. El comité revolucionario en cambio, para apoyar su sublevación, lograra firmar un contrato con un agente francés para otorgar exclusividad a esa banca en el próximo gobierno (el futuro gobierno desconocería el pago de esos bonos)[21]
En el gobierno de Liberato Rojas, los liberales del sector cívico, exigen al presidente el ministerio de guerra, para uno de sus adherentes, el coronel Elías Ayala. El presidente acepta la propuesta y además nombra al cívico, Víctor Soler como diplomático ante Buenos Aires cuya función debía ser conseguir el apoyo necesario de los exiliados y sus contactos y buscar armamento para organizar una flota que remonte el río Paraguay para enfrentar a los rebeldes. Mientras Soler viajaba a la capital Argentina, Rojas cambia de parecer y cuando Elías Ayala arriba a la capital, el presidente le comunica que lo hara comandante de la flota y no ministro de guerra. Esto se convirtió en una pérdida de confianza de la corriente cívica del Partido Liberal y el consiguiente retiro de apoyo se hizo inaplazable, lo que significó la renuncia de los ministros liberal cívicos. Sin respaldo liberal, Liberato Marcial Rojas se vuelca por completo al apoyo de Ricardo Brugada Arrúa y la Asociación Nacional Republicana (ANR). El doctor Antolín Irala ocupará el ministerio de Relaciones Exteriores y Eduardo López Moreira lo hará con la cartera de justicia.
El tiempo transcurre sin ataques entre ambos bandos, algo propicio para los rebeldes ya que debían juntar un número importante de soldados, y para los gubernistas, fue provechoso también ya que iban descubriendo conspiradores dentro de su propio ejército. Saneada la situación, los colorados de la ANR diseñaron la táctica de ataque poniendo toda su experiencia al respecto: desde estrategia militar hasta el reclutamiento de sus correligionarios de todo el país.
A Encarnación fue despachada una tropa jarista compuesta de 1.500 soldados al mando del mayor José Sosa para sorprender a los gondristas por la retaguardia. En un lugar próximo a Villeta llamado Barranco Mercedes, se colocó el grupo gubernista para la defensa de Asunción, y al mando del mayor Eugenio Alejandrino Garay y el mayor José Valenzuela se encontraban en la artillería, la caballería y la infantería. Los primeros días de enero de 1912 el comandante del navío Triunfó y su tripulación pasa a enfilar al grueso insurgente.
En Asunción la situación era tensa. Internamente corrían rumores de que gran cantidad de los jefes políticos se plegaban por la revolución y de que el Gobierno tramitaba préstamos en nombre de la defensa, pero con el fin verdadero de enriquecerse y luego huir. Existía una tensión internacional, ya que los barcos brasileños y argentinos en pie de alerta empezaron con entredichos diplomático entre sí y el gobierno de Rojas, especialmente Argentina, que estaba acusada de disponer su flota para la guarda y traslado de sublevados a filas gondristas.[22]
El golpe de estado del 15 de enero de 1912
editarConsecuencias
editarLa guerra civil arrojó cerca de cinco mil muertos y un sinnúmero de heridos y las finanzas del país quedaron maltrechas. Manuel Rodriguez cargo un enorme crédito para la sublevación radical gondrista, una vez asumido el gobierno de Eduardo Schaerer los gastos se pagaron con deuda externa y deuda interna paraguayo (lo que tomo unos años en ser pagada)
Emiliano González Navero sería sucedido por una década de gobiernos estables de los presidentes Eduardo Schaerer (1912-1916) y Manuel Franco (1916-1919). Por su parte, los cívicos dentro del Partido Liberal y los colorados de la Asociación Nacional Republicana fueron desplazados de la política paraguaya.
La muerte del caudillo Albino Jara fue el punto final que le puso al periodo anárquico en el Paraguay, Jara generaba suficientes simpatías y lealtades como para poner en jaque cualquier gobierno civil por lo que su muerto fue significativa en poner fin al conflicto.[23]
El 14 y 15 de mayo de 1911 se deberían haber celebrado los festejos del centenario de la independencia nacional del Paraguay, sin embargo las finanzas públicas estaban comprometidas, existía una carga social en la sociedad debido a las persecuciones políticas, los arrestos y el exilio. Había también un temor dentro del régimen de Albino Jara hacia nuevas revueltas. La estabilidad política llego recién a finales de Abril de 1911 con una amplia amnistía a opositores.
En un acto inesperado, el gobierno resuelve por decreto establecer la fecha del centenario de la independencia en el 12 de octubre de 1913, rompiendo décadas de tradición en el Paraguay, la justificación histórica fue defendida por el entonces Ministro de Instrucción Publica durante el jarismo, el político colorado Manuel Domínguez, quien argumentó que la revolución de mayo de 1811 fue un simple golpe de estado en nombre del Rey de España y que en el congreso general del 12 de octubre de 1813 se proclamó la república como independiente políticamente. Igualmente, el gobierno declaró una semana de festejos el domingo 14 de mayo de 1911, hubo manifestaciones esporádicas y particulares además de un desfile militar donde atendieron miles de personas.[24][25][26]
Referencias
editar- ↑ a b Ana Barreto Valinotti (2013), p. 16-17
- ↑ «Los presidentes del Paraguay». Archivado desde el original el 24 de julio de 2013.
- ↑ Ana Barreto Valinotti (2013), p. 25-26
- ↑ «En el centenario de la “Revolución de Los Laureles”». Ultima Hora. 11 de diciembre de 2009. Archivado desde el original el 5 de marzo de 2018.
- ↑ Ana Barreto Valinotti (2013), p. 28-29
- ↑ Ana Barreto Valinotti (2013), p. 31-33
- ↑ Ana Barreto Valinotti (2013), p. 34-35
- ↑ Ana Barreto Valinotti (2013), p. 35
- ↑ Ana Barreto Valinotti (2013), p. 35-36
- ↑ Ana Barreto Valinotti (2013), p.36
- ↑ Ana Barreto Valinotti (2013), p. 36-37
- ↑ Ana Barreto Valinotti (2013), p. 37-38
- ↑ Ana Barreto Valinotti (2013), p. 38-39
- ↑ Ana Barreto Valinotti (2013), p. 43-45
- ↑ Ana Barreto Valinotti (2013), p. 46
- ↑ Ana Barreto Valinotti (2013), p. 47-48
- ↑ Ana Barreto Valinotti (2013), p. 48-49
- ↑ Ana Barreto Valinotti (2013), p. 50
- ↑ Ana Barreto Valinotti (2013), p. 51
- ↑ Ana Barreto Valinotti (2013), p. 51-52
- ↑ Ana Barreto Valinotti (2013), p. 53
- ↑ Ana Barreto Valinotti (2013), p. 54-56
- ↑ Ana Barreto Valinotti (2013), p. 75
- ↑ Ana Barreto Valinotti (2013), p. 40-41
- ↑ «Cómo se vivió el Centenario de la Independencia Nacional». Ultima Hora. 14 de mayo de 2021.
- ↑ «El centenario que no fue». El Nacional. 14 de mayo de 2021.
Bibliografía
editar- Ana Barreto Valinotti (2013). La Guerra Civil del Centenario 1911-1912, Colección: Guerras y violencia política en el Paraguay, Editorial: El Lector. ISBN 978-999531337-1.