COLONIA AGRICOLA DE TUREN La Colonia agrícola de Turén en Turen fue una colonia de immigrantes europeos (inicialmente algunos alemanes y luego en su mayoría italianos, y españoles), fundada en 1949 en el estado Portuguesa de Venezuela.

Historia

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La colonización europea -en forma programada- empieza en Venezuela inmediatamente después de las guerras de independencia, que habían depopulado enormemente la nación suramericana. Codazzi creó en 1843 la primera colonia, con Alemanes que fundaron la Colonia Tovar en la Cordillera Central. Hubo sucesivamente otras colonias, como la Colonia Bolívar fundada en 1877 en el estado Miranda.

Posterior al derrocamiento del General Isaías Medina Angarita, la Junta Revolucionaria de Gobierno comienza a materializar los proyectos existentes que diseñaron los anteriores gobernantes sobre el desarrollo agrícola sustentable basado en la colonización de grandes extensiones.

El gobierno venezolano decidió dar nuevo impulso a la inmigración europea en las región andina. En enero de 1947, el director del "Instituto Técnico de Inmigración y Colonización", Manuel P . Graterol, escribió la carta de presentación a un proyecto de colonización en el distrito de Turén, elaborado por un grupo de técnicos italianos. Este contenía un anexo con cinco plantas de casa y un esquema de la zona donde hubiera surgido, en 1949, la "Unidad Agrícola de Turén", la más ambiciosa experiencia de este tipo jamás realizada en un país caribeño.

Dentro de esta realidad se adoptó un modelo desarrollista con evidente influencia de los Estados Unidos. Dicho modelo hizo posible el establecimiento de relaciones sociales de producción en el sector agrícola basados en el capitalismo. En este orden de ideas, a finales de la década de 1940 y comienzos de 1950, se inicia un "Proyecto de Estado" que se concretizó sucesivamente en la Colonia agrícola de Turén. Para tal fin, el gobierno a través de la diplomacia itinerante hizo uso de los convenios internacionales suscritos durante la postguerra sobre ayuda a refugiados y puso en práctica la política de fronteras abiertas de inmigración selectiva impulsada por el general Marcos Pérez Jiménez, en donde ingresaron europeos (en su mayoría italianos, españoles y alemanes) con tradición agrícola que compartieron labores con ciudadanos venezolanos provenientes de diversas regiones de la República.

En 1949, la Unidad o Colonia Agrícola de Turén, la más ambiciosa experiencia de este tipo jamás realizada en un país caribeño, fue iniciada a ser realizada. Ubicada, así como la colonia Tovar, en una zona de montañas, el futuro Granero de Venezuela abrigó, junto a una minoría de agricultores locales, una babel de inmigrantes de varios países. Inicialmente fueron sobretodo Europeos orientales, llegados por medio de la "International Refugee Organization", pero ya en el comienzo de los años ’50 los italianos pasaron a constituir la mayoría relativa de la población.

Esto se debió al hecho que el presidente Pérez Jiménez, sabiendo que Mussolini, para bonificar los pantanos pontinos, había hecho llegar del pobre Véneto centenas de familias de agricultores, envió en Latina un emisario, que a través de diapositivas, películas cortas y promesas, convenciera algunas familias para que tentaran la experiencia en Venezuela.

En efecto para estimular aquellos que deseasen trasladarse en esas tierras, el gobierno había hecho construir casas, una iglesia, un ambulatorio, una secadora de grano y algunos silos. Adhirieran al proyecto 54 familias italianas que se embarcaron en el transatlantico “Amerigo Vespucci” y llegaron a Puerto Cabello el 19 febrero de 1952[1]​. Cuatro años después, de las 582 familias establecidas en Turén, 313 eran de origen extranjera. Entre estas, el 30% eran italianas, el 17% españolas, el 16% yugoslavas y el 14% rumanas; el otro 23% incluía representantes de 20 nacionalidades diferentes (sobretodo alemanes).

La colonia de Turén – donde, en los años de 1952-53, funcionaba una estación experimental para la cría bovina, con aplicación de la practica de la fecundación artificial y servicio veterinario, y habían vastas plantaciones de sisal, sésamo y bananas – no fue, sin embargo, la única destinación para los emigrantes italianos que se dirigían a los campos venezolanos. Hubo otras - pero de muy pequeñas dimensiones- en varias regiones venezolanas.

En los años sesenta y setenta la colonia creció enormemente con un desarrollo económico calificado entre los mejores de toda LatinoAmerica.

  1. G. F . Benedini: "Las Misiones de Asistencia Técnica y la emigración rural italiana en Latinoamérica (1950-1952)"

Véase también

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Bibliografía

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