El tejido secretor es el tejido que "tapiza" el cáliz y por el cual se emanan las secreciones volátiles, básicamente aceites esenciales, desechadas por el osmóforo,[1]​ y que dan el perfume de una flor. Está formado por células vivas especializadas en producir secreciones que se originan del metabolismo celular y que pueden ser eliminadas al exterior o retenidas en cavidades de canales. Este tejido, de una o varias capas de profundidad, comprende las siguientes partes:

  • Células secretoras: células oloríferas, p. ej. el laurel.
Cáliz de una Myosotis
  • Cavidades o bolsas de secreción, cavidades lisígenas del -clavo de olor-, cáscara de la naranja.
  • Tubos laticíferos: amapola, caucho, cardenal, etc.

Referencias

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