Revuelta árabe de Palestina de 1936-1939

Revuelta del pueblo palestino contra británicos y sionistas

La revuelta de 1936 en Palestina (abril 1936- octubre 1939) se inicia cuando el Alto Comité Árabe declara la huelga general y promueve el boicot a cualquier intercambio económico con la comunidad yishuv. Se organizan manifestaciones en todo el país que se van tornando en acontecimientos más violentos con la represión de una de las manifestaciones en Jaffa por parte de la policía británica. Las revueltas empiezan a tomar forma de insurrección armada y surgen líderes militares populares.[10]​ Se producen ataques contra convoyes e instalaciones eléctricas y contra las fuerzas británicas y los colonos judíos, actos que son represaliados de forma generalizada. Entre 1936 y 1940, alrededor de 2000 casas son demolidas, se crean campos de concentración en los que son encerrados más de 9000 palestinos, y se sentencia a muerte a más de 100. La revuelta es aplastada en el otoño de 1939 con más de 5.000 árabes palestinos muertos y 10 000 heridos.[11]

Revuelta árabe de Palestina de 1936-1939
Parte de Conflicto intercomunitario del mandato de Palestina

Rebeldes Palestinos durante la revuelta en 1936
Fecha Abril de 1936 - agosto de 1939.
Lugar Mandato Británico de Palestina
Resultado Victoria británica.
Revuelta sometida.
Beligerantes
Bandera del Reino Unido Reino Unido
Mandato británico de Palestina
Ejército Británico

Irgún
Haganá
Fosh
POM
Milicias de Defensa Beduinas


"Bandas de Paz" Palestinas
Palestinos del Alto Comité Árabe (hasta octubre de 1937) y el Comité Central para la Yihad Nacional en Palestina (desde octubre de 1937)
Comandantes
Cmdte. en Jefe y
Alto Comisionado de Palestina
:
Arthur G. Wauchope
(1932-1938)
Harold MacMichael
(1938-1944)
Comandante en Jefe
Abd Muhammad
F. Qawuqji
A. Husayni
R. Nashashibi
Fuerzas en combate
25 000[1]​ -50 000[2]​ británicos
20 000 policías judíos[3]​ 15 000 de la Haganá[4]
2883 policías palestinos (1936)[5]
2000 del Irgún[6]
1000-3000 (1936-37)[7]
En 1938:[7]
2500-7500 regulares
6000-15 000 irregulares
Bajas
Británicos:[8]
262 muertos
c. 550 heridos
Judíos:
c. 300 muertos[9]
4 ejecutados[8]
c. 5000 muertos[1]
c. 15 000 heridos[1]
108 ejecutados[8]
12 622 detenidos[8]
5 líderes exiliados[8]

Esta situación se produjo como respuesta de la sociedad palestina a la política del mandato británico de apoyo al proyecto sionista y a la ausencia de una política de desarrollo efectiva en la Palestina rural que tuvo como consecuencia el deterioro de vida de los campesinos palestinos y su pauperización progresiva.[12]​ Dos factores determinaron el desarrollo de estas tensiones en la población palestina desde los comienzos del mandato: el incremento de los asentamientos de oleadas de inmigrantes judíos llegados del este de Europa y de Rusia, y la compra intensiva de tierras por parte de los líderes del yishuv que desplazaron y expulsaron a los trabajadores palestinos que venían trabajando la tierra en calidad de aparceros durante generaciones.

Las consecuencias de la colonización agrícola y la expansión de los colonos sionistas no solo territorialmente sino también en las instituciones políticas, sociales y gubernamentales, generaron una tensión creciente que llevó en 1936 a los principales partidos árabes, unidos en el Alto Comité Árabe, a convocar una huelga general de los trabajadores árabes y de los empleados del gobierno, y a llamar al boicot económico de la comunidad yishuv.

Orígenes

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Palestina había sido concedida a Gran Bretaña como mandato por la Sociedad de Naciones en 1920, en la Conferencia de San Remo, en un régimen similar a un régimen colonial directo. A diferencia de los otros mandatos coloniales, en Palestina no se trataba de facilitar la creación de órganos de autogobierno para un desarrollo nacional autónomo sino que, orientado por la Declaración Balfour (1917), los británicos debían trabajar para la creación de un Estado viable en el que conviviesen las comunidades indígenas con un “hogar nacional judío”.[cita requerida] No se tuvieron en cuenta con anterioridad las recomendaciones del informe de la Comisión King-Crane[13]​ (1919) ni tampoco el hecho de que los recursos limitados de Palestina no podían dar cabida al proyecto sionista sin perjudicar a estas comunidades indígenas,[14]​ lo que inevitablemente iba a generar conflictos entre las comunidades.

Inmigración judía

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En 1882, la población palestina estaba compuesta por un 85% de musulmanes, un 9% de cristianos y una comunidad judía que suponía un 3% del total de la población. La primera Aliyá (1882-1903) se produce como consecuencia de los pogromos del Zar Alejandro III de lleva a Palestina a unos 26 000 inmigrantes judíos. Ya en esta época, la nueva ideología, el sionismo, empieza a influir en estos movimientos migratorios. También influye la negativa de EE. UU. a aceptar más inmigración judía y la resistencia de Gran Bretaña que está recibiendo a muchos judíos que huyen de los pogromos rusos y de Centroeuropa. Con la segunda Aliyá (1904-1914), se instalan en Palestina 35.000 inmigrantes judíos más. En los tres primeros años del mandato británico llegan más de 18.500 y desde 1922 a 1929, los colonos judíos que llegan son alrededor de 70.000.[15]

En 1935 la población judía en Palestina había pasado a ser un 27% de la población. Con posterioridad y como consecuencia del nazismo en Europa, continuarán llegando pero en contingentes inferiores.

Según el Ministerio israelí de Absorción e Inmigración, entre 1933 y 1936 más de 160 000 inmigrantes llegaron legalmente y miles de personas más llegaron clandestinamente.[16]​ Según Chaim I. Waxman, en 1931-1939 llegaron 225 000 personas.[17]​ En 1931, la población total de Palestina era de 1 011 000 personas, de las que unas 174 000 eran judías, el 17 % de la población total.[18]

Compra de tierras

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El régimen de propiedad de la tierra  del sistema otomano (Iltizán), favoreció la compra de tierras por parte de los colonos sionistas.[cita requerida] Este sistema sostiene que la propiedad de la tierra solo le pertenece a Dios y, en la práctica, es el Sultán quien delega el usufructo otorgando títulos de explotación, generalmente a familias notables y militares. Al desaparecer el Imperio otomano, se genera una situación de indeterminación de la propiedad, en la que los notables terratenientes, que ejercían un sistema semi feudal y a menudo residían fuera de Palestina, comienzan a vender sus títulos de “propiedad” al Fondo Nacional Judío. La prioridad de gasto de la Agencia Judía en 1930 es la tierra y la colonización agrícola, a la que dedica el 75% de las inversiones.[19]​ Muchos campesinos son expulsados de las tierras que habían cultivado durante generaciones y de sus hogares.

Liderazgo árabe

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Amin al Husseini es nombrado muftí de Jerusalén por sir Herbert Samuel, el primer alto comisionado del mandato británico, siendo una figura clave en la política palestina de la época, a pesar de no contar con el apoyo ni de las élites locales ni de muchos de los miembros de su propio clan. En 1922 se crea el Supremo Consejo Musulmán, que él preside y que va a ser la plataforma política y religiosa bajo la cual se crearán y organizarán los organismos nacionales.

Samuel, nombra prefecto de Jerusalén a uno de los miembros del clan de los Nachachibi. Se crean diferentes facciones políticas entre los que apoyan al muftí, Majlisiyyun (coalición) y al-Mu´arada (oposición).

Hasta mediados de los años 30, los notables urbanos y terratenientes que encabezan el movimiento nacionalista palestino, según E. Rogan “fragmentados e ineficaces grupos de líderes salidos de las clases urbanas acomodadas”, están muy alejados de la gente del campo, que es la más afectada por la inmigración judía, y entre los campesinos surge un líder que promueve la lucha armada contra británicos y sionistas desde comienzos de los años 30 y que, en octubre de 1935 protagonizará una efímera pero trascendente revuelta, Izzedin al-Qassam. Esta revuelta será una de las consecuencias de la Carta Negra de 1931 publicada por MacDonald, y aunque será aplastada por las fuerzas británicas, podría haber servido como revulsivo para los líderes de los partidos nacionalistas palestinos que en noviembre de 1935 presentan un Memorándum al Alto Comisario Arthur Wauchope solicitando “la inmediata suspensión de la inmigración, la prohibición de la venta de tierras a los extranjeros y un gobierno democrático con un parlamento de representación proporcional”[20].

Ante la negativa de los judíos y la inacción del mandato, en abril de 1936 el Alto Comité Árabe, representando a los principales partidos nacionalistas, declara la huelga general.

Revuelta

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La huelga va acompañada de manifestaciones en todo el país, muy numerosas en muchos lugares como en Jerusalén, a la que acuden 2000 manifestantes. En algunos lugares se vuelven violentas como en Jaffa, cuando la policía abre fuego contra los manifestantes. Se producen ataques violentos contra las fuerzas británicas y los colonos judíos.

Tras la intervención en octubre de los líderes árabes de Transjordania, Arabia Saudí, Irak y Yemen, cesa la huelga y el gobierno británico envía de nuevo una comisión, la Comisión Peel, que emite un nuevo informe en julio de 1937. Los palestinos no aceptán esta propuesta como respuesta legítima a su lucha nacional y se reavivan las revueltas. Esta segunda fase de la revuelta va a durar dos años, desde el otoño de 1937 hasta 1939 y será devastadora para los palestinos. Muchos de los líderes son deportados y la revuelta se convierte en una insurgencia descoordinada y sin liderazgo. Se produjeron ataques contra vías férreas e instalaciones eléctricas, el oleoducto TAP que iba de Kirkuk a Haifa construido solo unos años antes, es volado en varios puntos de su trayecto, algunos funcionarios británicos son asesinados (asesinato en Nazareth del comisionado Andrews) y se atacan violentamente asentamientos de colonos (verMasacre de Tiberíades).

Por parte del gobierno británico se declara una “normativa de emergencia” para aplastar la revuelta con el ejército y  se llevan a cabo actos de represalia cruenta y generalizada:[21]​ torturas en interrogatorios, palestinos como escudos humanos para protección contra las minas colocadas en las carreteras, ejecuciones en la horca, destrucción de viviendas de insurgentes o colaboradores, más de 9000 palestinos en campos de concentración (ver Masacre de al-Bassa).

Resultado

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La Gran Revuelta Árabe continuó durante tres años. Poco después el Imperio Británico comenzaría a ser desmembrado, con lo que se crearían todas las actuales naciones del lugar.

Se produce una absoluta derrota que deja una campiña Palestina devastada y a más del 10% de la población palestina afectada por las secuelas de la revuelta entre fallecidos, heridos, deportados y encarcelados. Más de 5000 palestinos muertos, y 14.000 heridos. Tanto en el ejército británico como entre los colonos judíos se cuentan cientos de muertos.

Una nueva comisión redacta el Libro blanco de 1939, que no va a satisfacer ni a los árabes ni a los judíos. Los grupos extremistas del movimiento sionista, los miembros del Irgún y de la Banda Stern, declararán a Gran Bretaña enemiga de los judíos y recurrirán al terrorismo para la consecución de un Estado judío en Palestina[22]

Véase también

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Referencias

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  1. a b c Hughes, M. (2009) The banality of brutality: British armed forces and the repression of the Arab Revolt in Palestine, 1936–39, English Historical Review Vol. CXXIV No. 507, 314–354.
  2. Black, 2006, p. 128.
  3. Swedenberg, 2003, p. 220.
  4. Kimmerling & Migdal, 2003, p. 103.
  5. Millman, 1998, p. 22.
  6. Bowyer Bell, 1996, p. 44.
  7. a b Morris, 1999, p. 145.
  8. a b c d e Levenberg, 1993, pp. 74–76.
  9. Morris, 1999, pp.159–160
  10. Hourani, Albert (1991). «La culminación del poder europeo (1914-1939)». La historia de los árabes. Ediciones B, S.A. p. 404. ISBN 978-84-96778-77-1. 
  11. Rogan, Eugene (2010). «El Imperio británico de Oriente próximo». Los árabes. Del Imperio Otomano a la actualidad. Crítica S.L. p. 321. ISBN 978-84-9892-138-0. 
  12. Pappé, Ilan (2007). «El mandato británico: Colonialismo, nacionalismo y cohabitación». Historia de la Palestina moderna. Un territorio, dos pueblos. Akal S.A. p. 145. ISBN 978-84-460-2255-8. 
  13. «King-Crane Commision Digital Collection. Oberlin College Archives». 
  14. López García, Bernabé (1997). «El Medio Oriente de entreguerras. El nacimiento de los Estados Nación.». El mundo árabo-islámico contemporáneo. Una historia política. Editorial Síntesis S.A. p. 144. ISBN 84-7738-488-6. 
  15. McCarthy, Justin (1990). Columbia University Press, ed. The population of Palestine (en inglés). New York. p. 10. ISBN 978-0-231-89638-2. 
  16. Ministerio israelí de Absorción e Inmigración, Quinta Aliá (1929-1939)
  17. Enciclopedia del moderno Oriente Medio y África del Norte, Aliyá, en inglés.
  18. Zionism and the Arabs, 1882-1948: a study of Ideology, Yosef Gorny, Oxford University Press, 1987, ISBN 0-19-822721-3, p. 5.
  19. Pappe, Ilan (2007). «El Mandato británico: Colonialismo, nacionalismo y cohabitación». Historia de la Palestina moderna. Un territorio, dos pueblos. Akal S.A. p. 142. ISBN 978-84-460-2255-8. 
  20. López García, Bernabé (1997). «El Medio Oriente de entreguerras. El nacimiento de los Estados Nación». El mundo árabo-islámico contemporáneo. Una historia política. Editorial Síntesis S.A. p. 147. ISBN 84-7738-488-6. 
  21. Hughes, Matthew (2009). «The banality of brutality: British armed forces and the repression of the Arab Revolt in Palestine, 1936–39». The English Historical Review, Volume CXXIV, Issue 507, April 2009, pages 313–354,. 
  22. Rogan, Eugene (2010). Los árabes. Del Imperio Otomano a la actualidad. p. 323. 

Enlaces externos

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