Pintura de España

aspecto de la cultura y del arte español
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Pintura de España es la producción pictórica a lo largo de la historia de España. Al igual que todo el arte español, es una parte destacada del arte universal en todas sus épocas, desde las pinturas rupestres del Paleolítico cuya máxima expresión son las de Altamira (hacia el 14 000 a. C.) hasta la pintura contemporánea, que tiene uno de sus grandes referentes en Pablo Picasso (cuya extensa obra cubre buena parte del siglo XX).[1]

Las meninas, de Diego Velázquez.

Bajo el nombre de escuela española de pintura se engloba un vasto conjunto de figuras y tradiciones que, a pesar de sus muy distintos estilos y planteamientos, se caracteriza por la tendencia al realismo (a menudo adjetivado como "trágico") a lo largo de los sucesivos periodos artísticos e identificable en rasgos de artistas muy diferentes. Muchos de ellos, especialmente los de los siglos XV al XVII (el llamado "de Oro" que marca la madurez de la escuela), testimonian en su biografía (incluso algunos en el propio nombre con el que son conocidos)[2]​ la influencia de las escuelas flamenca e italiana en la conformación de la española: Rodrigo de Osona, Jaume Huguet, Martín Bernat, Fernando Gallego, Bartolomé Bermejo,[3]Pedro Berruguete, Juan de Flandes, Luis de Morales, Juan Correa de Vivar, Juan de Juanes, El Greco (de origen griego y con experiencia italiana, pero que se "hispaniza" profundamente), Juan Bautista Maíno, José de Ribera (cuya biografía es inversa, de España a Italia), Francisco de Zurbarán, Diego Velázquez, Alonso Cano, Antonio de Pereda, Bartolomé Esteban Murillo, etc. Tras ese periodo áureo, la pintura española del siglo XVIII produjo maestros de altísimo nivel (Luis Egidio Meléndez, Luis Paret, Francisco Bayeu) que fueron eclipsados por la dimensión universal de Francisco de Goya.[4][5]​ Lo mismo ocurrió con los de la mayor parte del siglo XIX (Vicente López, Federico de Madrazo, Mariano Fortuny). Los de finales del siglo XIX y comienzos del XX sufren un destino equivalente frente a Picasso (Joaquín Sorolla, Ignacio Zuloaga, Darío de Regoyos, Ramón Casas, Hermenegildo Anglada Camarasa, Julio Romero de Torres, Daniel Vázquez Díaz, José María Sert, José Gutiérrez-Solana);[6]​ únicamente pueden ser comparados en cuanto a impacto en las vanguardias Juan Gris (co-fundador del cubismo), Salvador Dalí (el de mayor éxito social de los surrealistas) y Joan Miró.[7]​ En la segunda mitad del siglo XX alcanzan una gran proyección internacional los pintores españoles que se alejan de la figuración, aunque explícitamente mantienen una profunda conexión con la tradición española (Antoni Tàpies, Modest Cuixart, Josep Guinovart, Joan-Josep Tharrats, Albert Ràfols-Casamada, Pablo Palazuelo, César Manrique, Manolo Millares, Fernando Zóbel, Gerardo Rueda, Gustavo Torner, Antonio Saura, Rafael Canogar, Miquel Barceló, etc.),[8]​ además de los que siguen cultivándola (Benjamín Palencia, Eduardo Arroyo, Antonio López, Guillermo Pérez Villalta, etc.) Significativamente, se ha intentado la superación de la autoría individual en colectivos de pintores (Equipo Crónica), aunque más habitual ha sido la agrupación de pintores que producen por separado (Grupo El Paso, Dau al Set, Grupo Pórtico, Equipo 57, Escuela de Vallecas, Esquizos, etc.)< Se ha denunciado la invisibilización de las pintoras españolas, muy importantes al menos desde la primera mitad del siglo XX, entre las que destacan María Blanchard, Maruja Mallo o Rosario de Velasco.[9][10]

Prehistoria y protohistoria

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Réplica de las pinturas rupestres de Altamira.

El realismo de las pinturas de Altamira provocó, al principio, un debate en torno a su autenticidad. Su reconocimiento como una obra artística realizada por hombres del Paleolítico supone un largo proceso en el que, también, se van a ir definiendo los estudios sobre la Prehistoria. Actualmente forman parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

 
Vaso de la danza guerrera procedente del Tossal de Sant Miguel (Liria, actual provincia de Valencia), siglo III-II a. C.[11]

Edad Antigua

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La presencia de cerámica griega y sus representaciones pictóricas es muy importante en la cultura ibera.[12]

La profunda romanización de Hispania hace que en sus provincias se hayan conservado algunos de los mejores ejemplos de mosaicos romanos.[13]​ La conservación de otros soportes, también existentes, es mucho más problemática.[14][15][16]

Edad Media

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Pintura andalusí

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El aniconismo de imposición religiosa hace que la pintura islámica se limite habitualmente a decoraciones geométricas, que en Al-Ándalus llegan a ser muy sofisticadas, como los alicatados de la Alhambra de Granada.[17]​ Aunque hay algunos casos de representaciones figurativas, en la España musulmana fueron, en todo caso, muy poco frecuentes y limitadas a espacios privados, como las existentes en la Sala de los Reyes de la Alhambra.

El arte mudéjar (producido por artistas y artesanos musulmanes en los reinos cristianos peninsulares) presenta decoraciones pictóricas, frecuentes en cerámicas y artesonados.

Visigodo, prerrománico, mozárabe

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La existencia de una pintura visigoda es problemática. Se ha propuesto un posible origen visigótico para el Pentateuco de Tours o de Ashburnham. El libro más difundido, que fue Etimologías (redactado por San Isidoro en el siglo VII, su manuscrito más antiguo conservado es del siglo IX) contiene algunas ilustraciones muy esquemáticas (como el famoso mapamundi "T en O" o una personificación de los cuatro elementos). Lo que sí es indudable es la fuerte personalidad de las ricas ilustraciones de los Beatos (producidos en talleres peninsulares a partir del texto de Beato de Liébana, redactado en el siglo VIII -y que contiene su propio mapamundi, evolución del de San Isidoro-). La continuidad entre los talleres monásticos visigodos y los mozárabes es una posibilidad que no puede probar pervivencias estilísticas-) en el contexto de la pintura prerrománica del occidente europeo. Son muy escasos los restos de pintura del prerrománico asturiano; aunque se sabe que el interior de San Julían de los Prados (siglo IX) estaba cubierto de decoración pictórica (arquitecturas vistas en perspectiva, pórticos, frontones y cortinajes).[18]​ Los frescos de San Baudelio de Berlanga, a pesar de corresponder a una cronología correspondiente al primer Románico (hacia 1112), se han identificado como mozárabes.[19]

Románico

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En España no se conocen vidrieras pintadas con anterioridad al siglo XIII, pero sí notables pinturas murales de estilo románico y otras sobre tabla desde el siglo XI aparte de las miniaturas de códices de anteriores fechas. Siguió el estilo de tales miniaturas con poca diferenciación aunque mejorando un tanto el dibujo desde el siglo XII y disminuyendo la ornamentación fantástica como se puede observar en el libro de los testamentos de la catedral de Oviedo y en algunos otros códices de dicha centuria.

Como ejemplares de pintura mural románica se citan entre otros los siguientes:

 
Fresco en el ábside de San Clemente de Tahull.

Las pinturas sobre tabla se admiran en varios antipendios o frontales de altar (antependium, el precedente de los retablos) pertenecientes a los siglos XI, XII y XIII que se guardan en los museos de Vich, Barcelona y Lérida. Suelen tener en el centro un medallón o compartimiento con la imagen de Jesucristo en majestad, o sea, sentado de frente y en actitud de bendecir (o de la Virgen con el Niño) y a sus lados, otros compartimentos con varias escenas de la vida del santo titular de la iglesia o figuras de apóstoles. Se conservan también algunas arquetas (o fragmentos de ellas) con pinturas, como el arca-sepulcro de San Isidro[25]​ (de madera y forrada de cuero pintado, cuyas pinturas alusivas al santo datan de finales del siglo XIII y pueden considerarse todavía como románico-góticas de transición).

Gótico

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Santo Domingo de Silos, de Bartolomé Bermejo.

La pintura gótica en España se divide en cuatro fases.

Del estilo gótico lineal o francogótico destacan algunas vidrieras, como las de la catedral de León. Perviven algunos frescos en muros de las iglesias, así como pintura sobre tabla. Destacada es la labor de los miniaturistas, cuya obra maestra son las que ilustran el códice de El Escorial de Las Cantigas.

Durante el estilo italogótico o trecentista (segunda mitad del siglo XIV) influye la escuela sienesa en la Corona de Aragón y la escuela florentina en el reino castellano y leonés. En esta fase es particularmente destacada la pintura catalana: Ferrer Basa, Ramón Destorrents y los hermanos Serra: Jaume, Joan y Pere.

Ya en el siglo XV España se adscribe al estilo internacional (Gótico internacional), con autores como los catalanes Lluís Borrassà y Bernat Martorell. En Castilla destacan Dello Delli y Nicolás Francés.

El estilo flamenco llega a España a mediados del siglo XV, con diversas escuelas regionales: Lluís Dalmau y Jaume Huguet en Cataluña; Jacomart y Joan Rexach en Valencia; Bartolomé Bermejo en Aragón; Jorge Inglés y Fernando Gallego en Castilla.

Renacimiento

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El entierro del conde de Orgaz, obra del Greco.

Se inicia en Valencia, con los pintores Fernando Yáñez de la Almedina y Fernando de los Llanos, de influencia leonardesca. De influencia rafaelesca es Juan de Juanes.

En Castilla, Juan de Flandes y Pedro Berruguete. Su hijo, Alonso Berruguete, es ya manierista. A esta corriente manierista se adscribe el pintor extremeño Luis de Morales (1509-1586), llamado «el Divino».

En Toledo, Juan Correa de Vivar (h. 1510-1566).

En Andalucía, las principales figuras son Alejo Fernández (m. 1545) y el toledano Pedro Machuca (m. 1550)

En tiempos de Felipe II destaca la influencia de la pintura veneciana con pintores como Juan Fernández de Navarrete (1526-1579), el mudo. En su corte, además, destacaron los retratistas Alonso Sánchez Coello (1531-1588) y su discípulo Juan Pantoja de la Cruz (1553-1608).

La maestría del Renacimiento se divide en dos pintores:

  • El Greco (Domenico Theotocopuli) originario de Creta, pero considerado pintor español es la principal figura en la pintura española del siglo XVI y de todo el Renacimiento. Pintó en Toledo sus principales obras, lugar que fue su residencia.
 
El mendigo o Joven mendigo de Murillo h. 1650.

Barroco

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El barroco supone el momento culminante tanto de la actividad pictórica como en todas las otras artes, conocido también como el Siglo de Oro. La pintura Barroca de España se caracteriza por los bodegones o los retratos, teniendo un magnífico plantel de pintores. Su máximo exponente fue el maestro Diego de Silva y Velázquez un genio de la luz y la oscuridad y el máximo retratista del Barroco actualmente considerado uno de los mejores pintores tanto de su época como de todos los tiempos.

También cabe destacar otros pintores contemporáneos a Velázquez, como por ejemplo a Bartolomé Esteban Murillo gran realista e impresionista, destacado por pintar la realidad del momento.

Dentro de la pintura religiosa, el máximo exponente es sin duda Francisco de Zurbarán junto con José de Ribera, autores de un tenebrismo típicos del Barroco y una religiosidad en sus obras.

 
Finis gloriae mundi de Valdés Leal.

Dentro de los retratistas, los más importantes son:

Sin embargo, hay que nombrar a dos pintores con gran renombre y estilo propio:

El primero fue padre del segundo y maestro de Alonso Cano y Velázquez, fue uno de los pintores de transición desde el Manierismo hasta el Barroco e impulsor de este último. El segundo se marchó muy temprano a estudiar a Italia, pero al volver se convirtió en el copresidente de la Academia de Sevilla, presidida por Murillo.

Otros autores que cabe destacar son:

Siglo XVIII

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El Olimpo: batalla con los gigantes (boceto), 1764.

Casi todo el siglo XVIII español está dominado por la presencia de artistas extranjeros, muchos de ellos cultivando aún un estilo barroco: Corrado Giaquinto, Louis Michel Van Loo, Jacopo Amiconi, Tiépolo y Rafael Mengs, con quien llega el pleno Neoclasicismo.

Bajo la influencia de Mengs trabajan pintores como Mariano Salvador Maella (1739-1819), Francisco Bayeu y Subías y sus hermanos, Manuel y Ramón, así como José del Castillo.

Luis Egidio Meléndez nacido en Nápoles hizo casi toda su carrera en Madrid y se le considera uno de los mejores pintores de naturalezas muertas del siglo XVIII. A pesar de su reputación, conoció una gran miseria.

Luis Paret, de estilo muy personal, estuvo desterrado unos años en Puerto Rico, donde creó escuela. Trató tanto el paisajismo como las escenas de interior.

A finales de siglo, comienza a trabajar uno de los genios de la pintura española, Francisco de Goya y Lucientes, que se sitúa a caballo entre los siglos XVIII y XIX formado principalmente en el movimiento artístico rococó, experimentó todas las corrientes artísticas de su tiempo (rococó, neoclasicismo, prerromanticismo), para finalmente utilizar en un estilo personal, inclasificable en ninguna de ellas.

 
El tres de mayo de 1808 en Madrid: los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío, de Goya.

Siglo XIX

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Neoclasicismo y romanticismo

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El comienzo de siglo está dominado por Goya y sus obras influidas por la Guerra de la Independencia. De sus seguidores, destaca Eugenio Lucas Velázquez.

La pintura oficial de todo el siglo XIX y XX se identifica con el academicismo, por lo que las convenciones neoclásicas serán las predominantes durante todo el periodo. El rupturismo que caracterizó al romanticismo francés de Delacroix no es tan evidente en España, donde no se podía ser más rupturista que el propio Goya, plenamente aceptado. Aun así, pueden identificarse rasgos más propios del neoclasicismo, con criterios casi más cronológicos que estilísticos, en los pintores de la primera generación del siglo XIX, como José de Madrazo (1781-1859), que se suelen etiquetar como neoclásicos; mientras que la generación siguiente, a la que pertenece su hijo Federico Madrazo (1815-1894) suele ser etiquetada como romántica o incluso como realista. Se pueden identificar con el romanticismo pintores como Jenaro Pérez Villamil, Antonio María Esquivel y Valeriano Domínguez Bécquer, hermano del poeta Gustavo Adolfo Bécquer.

Realismo, costumbrismo, preciosismo y pintura de historia

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La vicaría (1870), de Mariano Fortuny.

Además de Federico de Madrazo y las siguientes generaciones de esta familia, con la que se relacionó estrechamente Mariano Fortuny (1838-1874), pintor que representa la elegancia artística típica de academia y recupera el género de pintura de batallas que tuvo gran desarrollo en el Barroco), se identifican con la etiqueta realismo a los pintores de la segunda mitad del siglo XIX, como Eduardo Rosales (1836-1873) cultiva la pintura de historia. Este género, cultivado por muchos otros pintores, fue especialmente protegido por los encargos de instituciones y los concursos académicos, con lo que es sin duda el más destacado a lo largo de todo el siglo XIX. Con su difusión pública se quería construir una visión de historia nacional española (véase La construcción de la historia nacional)[26]​ Otros pintores identificados con el realismo son Ramón Martí Alsina o el paisajista Carlos de Haes (1826-1898).

Impresionismo y postimpresionismo

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Marina (1880), de Sorolla.

El impresionismo español es una etiqueta de definición problemática. Se identifican con ella pintores como Agustín Riancho (1841-1929), Aureliano de Beruete (1825-1912) y Darío de Regoyos (1857-1913).

A finales de siglo, se produce una pintura regionalista con:

Los andaluces Manuel Gómez-Moreno González y su amigo Francisco Muros Ubeda representantes de este período, reproducen la vida íntima de la clase media y artesana y algunos paisajes románticos como la Alhambra de Granada.

Siglo XX

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En esta época aparecen muchos de los artistas españoles de más proyección internacional de todos los tiempos. Dentro del siglo XX aparecen cuatro movimientos con gran repercusión en España:

 
Son Moragues, por Rusiñol.

La pintura de entreguerras durante la guerra civil española o las Guerras Mundiales tienen un buen ejemplo en la pintura española.

 
Chicos en la playa[27]​ (1910), Sorolla.

Modernismo

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En el paso del XIX al XX destacan en España una serie de pintores muy ligados al mundo cultural barcelonés, destacando entre los otros pintores catalanes agrupados en distintos bares y ferias modernistas, destacando en concreto al grupo que se reunía en el local de Els Quatre Gats, situado en los bajos de la Casa Martí, obra del arquitecto Josep Puig i Cadafalch.

  • Santiago Rusiñol (1861-1931) aparte de pintor destaca en sus obras teatrales, novelas y sus papeles como actor.
  • Ramón Casas, es reconocido por sus carteles y retratos de personajes catalanes ilustres y por sus pinturas expuestas en la Exposición Mundial de París el año 1900.
  • Antoni Utrillo (1867-1944) muy ligado al mundo catalán, cuenta con un estilo modernista muy propio, son muy característicos de él sus retratos y carteles.
  • Joaquín Sorolla y Bastida (1863-1923), fue el más grande pintor y artista gráfico español. Fue uno de los pintores españoles más prolíficos, con más de 2200 obras catalogadas

Hay que recordar también a figuras como Isidro Nonell (1873-1911), Joaquim Mir (1873-1940) o Néstor Martín Fernández de la Torre (1887-1938).

Novecentismo

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Noia estirant-se [Chica estirándose] (1916), óleo de Joan Llimona.

El Novecentismo surge a principios del siglo XX como una derivación del Modernismo. Fue acuñado por el escritor Eugenio D'Ors, y tuvo muchísima importancia en Cataluña. Al igual que el Modernismo, el Novecentismo intenta poner la cultura catalana a un nivel más amplio. Contiene muchas características del Modernismo, como el que un artista debe cultivar más de una expresión artística. Es difícil distinguir los pintores del Novecentismo y del Modernismo, ya que muchas de las obras son muy parecidas.

Destacan entre muchos:

Entre otros podríamos mencionar a Joan Llimona.

Cubismo

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Retrato de Picasso por Juan Gris.

Este nuevo movimiento sale en Francia de la mano de tres artistas, dos de ellos españoles: Pablo Picasso (español), Braque (francés) y por último otro español Juan Gris.

El cubismo trata las formas de la naturaleza por medio de figuras geométricas, representando todas las partes de un objeto en un mismo plano. Es considerada la primera vanguardia ya que rompe con el último estatuto renacentista vigente a principios del siglo XX, la perspectiva.

Por sobre de todos los cubistas destacan dos muy importantes:

  • Pablo Ruiz Picasso, uno de los artistas que más han influenciado en la historia y uno de los grandes maestros del siglo XX. Quizás el artista que más fama alcanzó fuera del ámbito profesional, ya que existen más de 1500 obras suyas en museos que reciben el nombre de Museo Picasso. Su carrera artística se divide en etapas, desde el periodo de Barcelona hasta el periodo azul.
  • Juan Gris, gran difusor del cubismo y uno de los grandes maestros junto con Picasso. Hace su primera aparición colectiva en el Salón de Independientes de 1911. Del Cubismo derivan otros estilos como el «purismo» o el «orfismo». En torno a los años veinte, los artistas de la primera vanguardia usaron un estilo que se dio en llamar neocubismo.

Surrealismo

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Salvador Dalí.

En España el surrealismo aparece en torno a los años veinte no en su vertiente puramente vanguardista sino mezclado con acentos simbolistas y de la pintura popular. Durante las primeras décadas de este siglo se desarrolla la obra de dos de los tres pintores españoles más universales de la centuria, el tercero siendo Picasso con su máximo surrealismo neocubista.

  • Salvador Dalí pintor junto a Picasso de gran fama en el siglo XX. Nacido en Figueras hizo varios viajes a Madrid y París. Dalí fue expulsado de la Academia en 1926, poco antes de sus exámenes finales, tras afirmar que nadie en la Academia era lo bastante competente para examinarle. Dalí fue el máximo representante del surrealismo.
  • Joan Miró seguidor de Dalí y Picasso su estilo es más bien una abstracción del surrealismo, destacando sus collages y sus esculturas. Miró manifestó su deseo de abandonar los métodos convencionales de pintura, en sus propias palabras de «matarlos, asesinarlos o violarlos», para poder favorecer una forma de expresión que fuese contemporánea.
  • Remedios Varo fue sin duda uno de los máximos exponentes de la pintura española surrealista.
  • Antonio Saura junto a Remedios Varo está dentro del canon artístico español y es una pieza clave de la pintura del siglo XX.

Pertenecientes asimismo a este movimiento fueron los pintores canarios; Óscar Domínguez inventor de una técnica propia de la decalcomanía y Juan Ismael.

También cabe mencionar a Maruja Mallo, Moreno Villa y Aurelio Suárez. Otros pintores como José Caballero y Benjamín Palencia tuvieron una época surrealista.

Arte pop

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En España, el arte pop se estudia asociado a la nueva figuración surgida a raíz de la crisis del informalismo. Eduardo Arroyo podría encuadrarse en esta tendencia por su interés en el entorno y su crítica de nuestro medio cultural, utilizando iconos de los medios de comunicación de masas y de la historia de la pintura, y por su desprecio manifiesto por cualquier estilo establecido. El que se puede considerar como más auténticamente Pop es Alfredo Alcaín, por el uso que hace de las imágenes populares y por el vacío que confiere a sus composiciones.

También el Equipo Crónica formado en Valencia por Manolo Valdés, Juan Antonio Toledo , por su utilización de historietas y de imágenes publicitarias, por la simplificación de las imágenes y las composiciones fotográficas, pueden considerarse de tendencia pop.

Arte actual

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Conviviendo con el Pop y la abstracción se da en España el hiperrealismo, sobre todo en Madrid y Sevilla. En la capital destaca Antonio López, pero también hay que nombrar a pintores como José Hernández, Matías Quetglas, Isabel Quintanilla y Amalia Avia. En Sevilla sobresalen las figuras de Cristóbal Toral y Eduardo Naranjo. El realismo de Antonio López García crea escuela en Madrid denominada "realismo madrileño", y representada en los años 90 por un grupo de pintores entre los que figuran los nombres de Roberto González Fernández y Consuelo Hernández. Dentro del posmodernismo español son significativas las obras de Miquel Barceló. También son populares, en cierta medida, las del andaluz Guillermo Pérez Villalta.

Durante los años 80 y 90 del siglo pasado se produce en la pintura española la aparición de varias corrientes estéticas, que en ocasiones resultan contradictorias, pero que conviven perfectamente en la trayectoria artística de algunos pintores dando lugar a una suerte de postmodernismo ajeno a la preocupación de unicidad estilística. En la línea de pintura abstracta de contenido lírico, abierta a una iconografía de signos suaves y orgánicos, estaría situada la obra de Juan Uslé y Antonio Murado. En un terreno pictórico neofigurativo emparentado con imágenes neo pop y espacios próximos al mundo onírico surrealista, tendríamos las obras de Ángel Mateo Charris, Juan Ugalde, Dis Berlín y Joel Mestre. Otra característica que define la pintura española de los años 90 es la puesta en duda de los materiales tradicionalmente pictóricos, introduciéndose una pintura que se extiende por todo el espacio expositivo y borra sus fronteras con la escultura. En esta última tendencia estarían situadas las obras del artista leonés Daniel Verbis. En el nuevo siglo se produce la aparición de nuevas abstracciones como las de Pablo Rey, la pintura llevada al extremo de su propio cuestionamiento en artistas como Perejaume.

Véase también

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Referencias

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  1. Miguel Tanco, «Desde Altamira todo es decadencia…» en Proyectos Ilustrados
  2. Algunos de los que no se han incluido aquí serían Jorge Inglés, Nicolás Francés, Juan de Borgoña y Melchor Alemán. Entre los italianos puede destacarse a Paolo de San Leocadio. Ya en el siglo XVI, tuvieron breves estancias en España Antonio Moro y Sofonisba Anguissola; además de los que mandó venir Felipe II para la decoración de El Escorial (Luca Cambiaso, Federico Zuccaro y Pellegrino Tibaldi).
  3. Francisco Calvo Serraller, Bartolomé Bermejo y su época
  4. Javier Portús Pérez, Definiciones y redefiniciones de la "escuela española" de pintura, en La Historia del Arte en España: devenir, discursos y propuestas (Alvaro Molina Martín, coord.), 2016, ISBN 978-84-16335-24-4. - Javier Portús, Periferia y periferias - Escuela española y escuelas locales en el Museo del Prado (XIX), Libros de la Corte, 2017, ISSN 1989-6425:
  5. Pintura española hasta 1800 en la web del Museo del Prado
  6. La coincidencia en 2023 del centenario de la muerte de Sorolla y el cincuenta aniversario de la de Picasso produjo la revisión de ese indudable eclipse. Sorolla en su centenario: el pintor que 'ignoró' a Picasso y consideraba "holgazanes" a los vanguardistas (reseña del libro de César Suárez, Cómo cambiar tu vida con Sorolla, en Europa Press).
  7. Para aclarar el "misterio Miró")
  8. El arte español de los años cincuenta y su proyección internacional,reseña de la exposición "Caminos de la abstracción, 1957-1978",Una historia de la abstracción en España
  9. Artistas femeninas en El arte es peligroso, abrígate (preparación del programa de la EVAU 2023).
  10. Proyecto El Prado en femenino (web del Museo del Prado).
  11. Ficha en el Museo de Prehistoria de Valencia
  12. Cristina Martínez Gálvez (tutorada por Luis Mª Gutiérrez Soler y Francisco Pérez Alba), El uso de la cerámica como medio de transmisión de los mitos griegos: La cerámica ática en la cultura ibera, Universidad de Jaén, 2021.
  13. Antonio Blanco Freijeiro y otros, Corpus de Mosaicos Romanos de España (trece fascículos), Instituto Español de Arqueología "Rodrigo Caro", CSIC, 1978.
  14. Alicia Fernández Díaz y Gonzalo Castillo Alcántara (coordinadores), La pintura romana en Hispania, del estudio de campo a su puesta en valor, Universidad de Murcia, 2020, ISBN: 978-84-17865-72-6].
  15. Reseña de la exposición Hispaniae pictum
  16. Lorenzo Abad Casal, La pintura romana en Hispania, Universidad de Alicante y Universidad de Sevilla, 1982.
  17. La geometría matemática de los alicatados, Blog del patronato de la Alhambra y Generalife, 15 de abril de 2017.
  18. Lafuente Ferrari, 0p. cit., pg. 35.
  19. Web del Museo del Prado: "... un conjunto de ... pinturas, destinadas originalmente a ornar los muros de la ermita mozárabe del siglo XI de San Baudelio. ... Al principio, las diferencias temáticas y formales entre las distintas pinturas -las profanas muestran actitudes más dinámicas, lejos del estatismo y el grafismo de las sacras, propios del Románico- sugirieron fechas distintas. Sin embargo, cuando se comparan con otras pinturas románicas similares -francesas, italianas y españolas-, se juzgan coetáneas, realizadas por dos talleres del mismo círculo, activos en tierras fronterizas entre Castilla y Aragón, e integrantes de un conjunto unitario en el que las escenas profanas están dotadas de un simbolismo sacro "
  20. Manuel Antonio Castineiras González,Mosaico del presbiterio de Santa Maria de Ripoll en Románico Digital (Fundación Santa María la Real).
  21. turismomelide
  22. Web del Museo Diocesano de Jaca
  23. Web del Museo Diocesano de Jaca
  24. Web del Museo Diocesano de Jaca
  25. El arca de san Isidro en la Catedral de la Almudena en Arte de Madrid, 10 de julio de 2022.
  26. José Luis Díez García (dir.); textos de Alfonso Pérez Sánchez y otros: La pintura de historia del siglo XIX en España, catálogo de la exposición (salas del antiguo museo de Arte Contemporáneo). Madrid: Museo del Prado. ISBN 84-604-4019-2.
  27. Ficha en Enciclopedia online Museo del Prado. Consultado el 7 de enero de 2013.

Enlaces externos

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