Pierre-Joseph Proudhon

político y filósofo anarquista francés
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Pierre-Joseph Proudhon (Besançon, 15 de enero de 1809 - Passy, 19 de enero de 1865), fue un filósofo, político y revolucionario anarquista francés y, junto con Bakunin, Kropotkin y Malatesta, uno de los padres del movimiento anarquista histórico y de su primera tendencia económica, el mutualismo.

Pierre-Joseph Proudhon

Proudhon en 1862 fotografiado por Nadar
Información personal
Nacimiento 15 de enero de 1809
Besanzón, Francia
Fallecimiento 19 de enero de 1865 (56 años)
París, Francia
Sepultura Cementerio de Montparnasse Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Francés
Religión Ateísmo Ver y modificar los datos en Wikidata
Lengua materna Francés Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
Cónyuge Madame Proudhon
Información profesional
Ocupación Teórico político, filósofo, tonelero, tipógrafo
Cargos ocupados Diputado francés Ver y modificar los datos en Wikidata
Obras notables
Partido político The Mountain (1849–1852) Ver y modificar los datos en Wikidata
Firma

Biografía

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Nació en Besanzón, en el seno de una familia de artesanos y campesinos. Su padre, Claude Proudhon, era tonelero y cervecero, y consideraba que la cerveza que fabricaba debía venderse por un valor que agregaba al precio de costo, tan solo el salario de su trabajo, ya que «habría creído robar si hubiese cobrado más al comprador».[1]​ Esta conducta paterna influirá a Pierre-Joseph, en cuya obra se evidenciará esta búsqueda del justo precio como estricta remuneración del trabajo, considerando toda «ganancia» como «ingreso no ganado».[2]​ Su madre era cocinera y sirvienta. Él mismo trabajó toda su vida manualmente: primero, como guardador de vacas y boyero hasta la edad de 12 años, y después como tonelero, junto a su padre; después, como mozo de labranza, luego, como tipógrafo.

Originario, como Charles Fourier, del Franco Condado, en el que, como dice G. Lefranc, «hasta la revolución de 1789, hubo siervos al servicio de las abadías, pero que desde la Edad Media iba orientándose hacia fórmulas cooperativas, mediante la constitución de fruterías», sus concepciones económicas y sociales tienen una primera y profunda raíz en las observaciones de su infancia sobre el trabajo, la propiedad, la venta, el valor.

Estudios

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Gracias a una beca en 1820 pudo ingresar a estudiar durante algún tiempo en el Colegio de Besançon, pero razones económicas le impidieron concluir allí su bachillerato. A los 19 años ingresó a una importante imprenta de Besanzón, trabajando de corrector, mientras aprendía el arte de la tipografía. Como la casa editorial preparaba una edición de la Biblia, aprovechó la ocasión para aprender el idioma hebreo, nociones de teología y también iniciarse en filología comparada y lingüística.[3]​ Básicamente se le debe considerar, pues, como a Fourier, un autodidacta. El carácter no sistemático, las contradicciones (reales o aparentes), el vuelo grandioso y el brillante rigor de su estilo son el resultado de su genio, campesino-artesanal, autodidáctica.

Entre 1831 y 1832 hizo un viaje por Francia en busca de trabajo, recorriendo París, Lyon, Neuchâtel (Suiza), Marsella y Tolón. De regreso a Besanzón, el fourierista Just Muiron le ofreció trabajo como redactor jefe del periódico El Imparcial. Durante todo este tiempo no cesó de instruirse y profundizar sus conocimientos de los clásicos como Descartes o Rousseau. Luego de otro breve viaje por Francia, fundó con otros dos socios una pequeña imprenta. La primera obra que Proudhon escribió fue un Ensayo de gramática general (1837), publicado como apéndice a una obra de lingüística del abate Bergier. En 1838 tuvo que cerrar la imprenta por sus dificultades económicas y el suicidio de su socio. El 23 de agosto de ese año obtuvo la beca Suard de la Academia de Besanzón, que le permitió disfrutar durante 3 años de una renta de 1500 francos. En 1839 publicó un trabajo de carácter histórico-sociológico, De la utilidad de celebrar el domingo, que, igual que el primero, no llamó mucho la atención, aunque obtuvo una mención académica.[4]​ Pero su tercera obra, ¿Qué es la propiedad?, aparecida en 1840, lo hizo repentinamente famoso en París, en Francia y en el mundo. Al año siguiente, en 1841, y luego en 1842, completó las teorías allí expuestas con una Segunda y Tercera memoria.

En 1843 escribió dos obras importantes: La creación del orden en la humanidad y El sistema de las contradicciones económicas o la Filosofía de la miseria. Esta última dio lugar a una dura respuesta de Marx, quien escribió su La miseria de la filosofía, precisamente un año después de publicada Filosofía de la miseria (1844).

Proudhon conoció a Marx en París; luego de la muerte de Proudhon, Marx escribiría una carta a Herr Schweitzer comentando sobre sus apreciaciones a la obra del francés, la carta concluía:

Proudhon tenía una inclinación natural por la dialéctica. Pero como nunca comprendió la verdadera dialéctica científica, no pudo ir más allá de la sofística. En realidad, esto estaba ligado a su punto de vista pequeño burgués. Al igual que el historiador Raumer, el pequeño burgués consta de «por una parte» y de «por otra parte». Como tal se nos aparece en sus intereses económicos, y por consiguiente, también en su política y en sus concepciones religiosas, científicas y artísticas. Así se nos aparece en su moral y en todas las cosas. Es la contradicción personificada. Y si por añadidura es, como Proudhon, una persona de ingenio, pronto aprenderá a hacer juegos de manos con sus propias contradicciones y a convertirlas, según las circunstancias, en paradojas inesperadas, espectaculares, ora escandalosas, ora brillantes. El charlatanismo en la ciencia y la contemporización en la política son compañeros inseparables de semejante punto de vista. A tales individuos no les queda más que un acicate: la vanidad; como todos los vanidosos, sólo les preocupa el éxito momentáneo, la sensación. Y aquí es donde se pierde indefectiblemente ese tacto moral que siempre preservó a un Rousseau, por ejemplo, de todo compromiso, siquiera fuese aparente, con los poderes existentes.

Tal vez la posteridad distinga este reciente período de la historia de Francia diciendo que Luis Bonaparte fue su Napoleón y Proudhon su Rousseau-Voltaire.

Ahora hago recaer sobre usted toda la responsabilidad por haberme impuesto tan pronto después de la muerte de este hombre el papel de juez póstumo.[5]

Estas apreciaciones, sin embargo, chocan con lo que el propio Marx reconocía años antes a Proudhon en su obra La sagrada familia, donde había escrito:

Todo desarrollo de la economía nacional considera la propiedad privada como hipótesis inevitable; esta hipótesis constituye para ella un factor incontestable que ni siquiera trata de investigar y al cual sólo se refiere accidentalmente, según la ingenua expresión de Say. Proudhon se ha propuesto analizar de un modo crítico la base de la economía nacional, la propiedad privada, y ha sido la suya la primera investigación enérgica, considerable y científica al propio tiempo. En eso consiste el notable progreso científico que ha realizado, progreso que revolucionó la economía nacional, creando la posibilidad de hacer de ella una verdadera ciencia. ¿Qué es la propiedad? de Proudhon tiene para la economía la misma importancia que la obra de Say ¿Qué es el tercer estado? ha tenido para la política moderna.

(...)

Proudhon no solamente escribe en favor de los proletarios, sino que él es también un proletario, un obrero; su obra es un manifiesto científico del proletariado francés.[6]

Política

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Miembros de La Montaña en la Asamblea Nacional en 1848. Proudhon el tercero a la esquina superior izquierda.

En 1848 Proudhon es elegido diputado a la Asamblea Nacional al proclamarse la Segunda República. En el seno de ese cuerpo legislativo, combate la propuesta del reformista «cuyos talleres nacionales adormecen a los proletarios sin concederles nada de lo esencial». En ese medio republicano-burgués, aparece como un extraño disidente. Él mismo escribe en sus Carnets:

«Estos diputados se asombran de que yo no tenga cuernos y garras».

Sin embargo, sus ideas, a través del periódico que publica, Le representant du peuple, llegan a tener entonces gran influencia en los estratos populares de París. Cuando el general Louis-Eugène Cavaignac reprime violentamente la revuelta popular del 23 de junio, 691 de los 693 diputados de la Asamblea aprueban su conducta mientras que Proudhon es uno de los dos que la condena.

Cárcel, exilio y libros

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Dibujo de la prisión de Sainte-Pélagie por Jean-Louis Talagrand (1899), una vez ocupada por Proudhon y otros.
 
Retrato de Proudhon por Gustave Courbet, 1865.

El 10 de diciembre de aquel mismo año, Luis Napoleón es proclamado Presidente de la República por la Asamblea Nacional. Dos años y medio después este Presidente se convertiría en Emperador, del mismo modo que el primer Napoleón había pasado del Consulado al Imperio.

Proudhon ataca duramente a Luis Napoleón en su periódico La voix du peuple, y lo considera como el peor enemigo del proletariado y del socialismo. Por esta razón es condenado, en 1849, a varios años de cárcel. Huye a Bélgica, donde vive en el anonimato durante un tiempo, ganándose la vida como profesor particular de matemáticas.

En una ocasión, al regresar por motivos privados a Francia, es descubierto, y encerrado en la famosa prisión de Santa Pelagia. Allí se dedica con apasionado fervor al estudio y escribe, entre otros libros, La idea general de la revolución. Mantiene también una nutrida y clandestina correspondencia con muchas figuras de la oposición, y propicia una alianza del proletariado con la clase media para derrocar a Luis Napoleón, actitud que le será reprochada por algunos socialistas, los cuales recordaban que pocos años antes Proudhon había contrapuesto de un modo tajante el proletariado y la burguesía.

En 1858 escribe, contra el católico Mirecourt, una de sus más extensas e importantes obras histórico-filosóficas: Sobre la Justicia en la Revolución y en la Iglesia, la cual le vale una nueva condena, por su ataque contra la religión del Estado, y un nuevo exilio en Bélgica. Una amnistía le permite retornar a su país, donde en 1863 publica otra de sus obras fundamentales: El Principio federativo. En ella desarrolla ampliamente su concepción del federalismo integral, que pretende no solo descentralizar el poder político y hacer que el Estado central se disgregue en las comunas o municipios, sino también, y ante todo, descentralizar el poder económico y poner la tierra y los instrumentos de producción en manos de la comunidad local de los trabajadores. Este concepto del federalismo es quizá el que mejor resume esa totalidad móvil que es el pensamiento de Proudhon.

En los últimos dos años de su vida escribe otra obra de gran importancia doctrinal, que influye decisivamente en la formación ideológica de los fundadores de la Primera Internacional: De la capacidad política de la clase obrera, aparecida en 1865.

Muerte

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Litografía Proudhon en su lecho de muerte, titulada Mort de Proud'hon de Courbet a partir de una fotografía realizada por Étienne Carjat el 19 de enero de 1865.

Proudhon murió en Passy, el 19 de enero de 1865 siendo enterrado en París, en el cementerio de Montparnasse.

Pensamiento

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El pensamiento de Proudhon parte, ante todo, de la filosofía de la Ilustración. Los empiristas ingleses (Locke, David Hume, etc.) y los enciclopedistas franceses, como Voltaire, Helvetius, y particularmente Diderot, son con frecuencia el presupuesto tácito o explícito de sus desarrollos doctrinales. Ataca duramente a Rousseau (como antes Godwin y después Bakunin), pero toma de este algunas de sus ideas básicas.

También influyen sobre Proudhon las agudas críticas de los socialistas utópicos, como Saint-Simon y Fourier, aunque nadie más renuente que él a las construcciones ideales y al trazado de brillantes cuadros futurísticos.

La propiedad es un robo

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Pierre Joseph Proudhon pronunció su célebre frase que "¡La propiedad es un robo!" en un tiempo que muchos franceses se sentían frustrados por los resultados de las revoluciones de las décadas anteriores. Cuándo publicó ¿Qué es la propiedad? habían pasado 10 años de la Revolución de 1830 que acabó con los Borbones. Se esperaba que la nueva monarquía de julio hiciese realidad los ideales de libertad e igualdad de la Revolución de 1789. Sin embargo, hacia 1840, el conflicto de clases se había extendido, con una élite enriquecida junto a un pueblo que seguía en la pobreza. Muchos vieron que el resultado de tanta lucha no había sido la libertad y la igualdad, sino una corrupción y desigualdad crecientes.

 
"La caída y la muerte de las sociedades se debe al poder de acumulación que se posee la propiedad." Pierre-Joseph Proudhon

Proudhon sostuvo que los derechos a la libertad, la igualdad y la seguridad eran naturales, absolutos e inviolables y formaban el sustrato mismo de la sociedad. Pero también añadió que no pasaba lo mismo con el aparente derecho a la propiedad, al contrario que Locke. De hecho, en opinión de Proudhon, la propiedad socavaba los derechos fundamentales anteriormente mencionados: Así como la libertad de los ricos y la de los pobres pueden coexistir, los ricos tienen propiedades a costa de la carencia de muchos. Así pues, la propiedad es intrínsecamente antisocial. Y ese era el principal problema de la clase trabajadora y de los movimientos socialistas que surgían en la Europa del siglo XIX, por lo que la contundente declaración de Proudhon fue el fermento revolucionario de la época.[7]

Yo creo que ni el trabajo, ni la ocupación, ni la ley, pueden engendrar la propiedad, pues ésta es un efecto sin causa. ¿Se me puede censurar por ello? ¿Cuántos comentarios producirán estas afirmaciones?

¡La propiedad es un robo! ¡He aquí el toque de rebato del 93! ¡La turbulenta agitación de las revoluciones!...

La dialéctica serial

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La dialéctica serial o equilibrio de fuerzas es un método lógico y una noción filosófica que afirma que las antinomias (tesis y antítesis) no se resuelven por medio una síntesis superadora de ambas, y en cambio se complementan mutuamente generando un equilibrio sin perder cada una su autonomía y contradicción de la otra.​

Esta noción dialéctica, originada por Proudhon en sus observaciones del pluralismo de la naturaleza o de la sociedad, se prolonga a la economía y la política, especialmente en torno al concepto de principio federativo del anarquismo. Proudhon no acepta la absolutización aislada de un elemento de la realidad social cuya verdad sólo puede aprehenderse dentro de sus relaciones dialécticas con los demás elementos integradores de aquella.

Principio Federativo

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El principio federativo o federalismo social es un concepto desarrollado por Proudhon en el libro homónimo de 1863. Un tratado sobre la unión de comunidades autogobernadas y soberanías a través de diferentes niveles de federaciones y confederaciones locales, comarcales, regionales o nacionales de tal manera que el poder político se distribuye y fluye de lo particular hacia lo general,​ es decir, de la base que es la comuna a la confederación máxima con el propósito de evitar el centralismo de poderes.

La pornocracia y su concepción de la mujer

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Pierre-Joseph Proudhon y sus hijas por Gustave Courbet, 1865.

Proudhon fue un importante detractor del acceso de las mujeres a la educación y de su deseo de participar en la vida pública.[8]​ declarando la inferioridad física e intelectual de la mujer.[9]​ Consideraba que el papel clave de la mujer estaba en el hogar donde prevalecía la autoridad del varón. Así escribe en su libro "La pornocracia, o las mujeres en los tiempos modernos (1875)

Digo que el reinado de la mujer está en la familia; que la esfera de su irradiación es el domicilio conyugal; que de esta suerte el hombre, en quien la mujer debe amar no la belleza, sino la fuerza, desarrollará su dignidad, su individualidad, su carácter, su heroísmo y su justicia"

Proudhon posee una visión conservadora de los roles de los sexos, y remarca cómo ambos sexos se necesitan para ser felices. Así escribe en 1846 en La filosofía de la miseria:

La casa es la primera cosa con que sueña la joven, y los que hablan de atracción y quieren suprimir el gobierno de la casa, deberían explicar esta depravación del instinto del sexo. Por mi parte, (...) menos me explico el destino de la mujer fuera de la familia y del hogar. Cortesana o ama de llaves (ama de llaves digo, y no criada); yo no veo término medio; pero... ¿qué tiene de humillante esta alternativa? ¿En qué la misión de la mujer, encargada de la dirección de la casa, de todo lo que se refiere al consumo y al ahorro, es inferior a la del hombre, cuya función propia es la dirección del taller, es decir, el gobierno de la producción y del cambio? El hombre y la mujer se necesitan mutuamente como los dos principios constitutivos del trabajo: el matrimonio, en su dualidad indisoluble, es la encarnación del dualismo económico que se expresa con los términos generales, consumo y producción. Para este objeto se arreglaron las aptitudes de los sexos; el trabajo para el uno, el gasto para el otro; y... ¡desgraciada unión aquella en que una de las partes falta a su deber! ¡La felicidad que se habían prometido los esposos, se cambiará en dolor y en amargura, y sólo podrán acusarse a sí mismos!... Si sólo existiesen mujeres en el mundo, vivirían reunidas como una compañía de tórtolas; si no hubiese más que hombres, no tendrían motivo alguno para elevarse sobre el monopolio y renunciar al agiotaje; se los vería a todos, amos o criados, rodeando la mesa de juego o encorvados bajo el yugo del trabajo. Pero el hombre es varón y hembra, y de aquí la necesidad de la casa y de la propiedad. Que los dos sexos se unan, y al instante, de esta unión mística, la más asombrosa de todas las instituciones humanas, nace la propiedad y la división del patrimonio común en soberanías individuales. El hogar: he ahí, en el orden económico, el más deseado de todos los bienes para la mujer; la propiedad, el taller, el trabajo por su cuenta: he ahí lo que el hombre ambiciona más, después de la mujer. Amor y matrimonio, trabajo y hogar, propiedad y domesticidad: todos estos términos son equivalentes.

Su posición generó numerosas reacciones en defensa de los derechos de las mujeres incluso desde las propias filas del anarquismo, como en el caso de Joseph Déjacque o André Léo, respondiendo a las tesis de Proudhon, demostraron hasta qué punto los ámbitos políticos y privados estaban indisociablemente ligados y afirmaron que no se puede uno considerar anarquista si no es feminista señala Caoline Ganier en Le Monde Libertaire y explica cómo en una carta dirigida a Proudhon en mayo de 1857, Déjacque demuestra cómo Proudhon, al negar los derechos de las mujeres, se muestra "igual que sus amos".[10][11]

La escritora feminista Jenny d'Héricourt, quien en 1848 recibió un grado de medicina homeopática en la Universidad de París también polemizó con él y argumentó que es falso que la naturaleza hiciera al hombre racional y a la mujer emocional y que es la educación y la moral las que los hizo así, en su obra La Femme affranchie, réponse à MM. Michelet, Proudhon, É. de Girardin, Legouvé, Comte et autres novateurs modernes de 1860.

En el primer número del periódico L'Opinion des Femmes, publicado el 28 de enero de 1849 la periodista y política Jeanne Deroin firma una "Carta a M. Proudhon" en la que le pide que reconosidere su posición dado que «ninguna reforma seria puede lograrse de manera duradera sin la aplicación de gran principio del derecho de las mujeres a la igualdad civil y política».[12]

Elvira López (1901) afirma que Proudhon tuvo que compartir con Clemencia Roger un premio de Economía Política en la Universidad de Lausana, hecho que seguramente no debió haber sido de agrado ya que no confirmaba sus apreciaciones sino todo lo contrario.[9]

Discusiones entre Marx y Proudhon

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Karl Marx en 1861.

Las cordiales relaciones entre Proudhon y Marx no duraron mucho. Marx, que rompió con cuantos lo precedieron, quiso atacar, en cierto momento, al alemán Grün, representante del llamado "verdadero socialismo", y quiso arrastrar consigo a Proudhon, el cual, lo mismo que Bakunin, no se prestó a ello. He aquí lo que en tal ocasión escribe el "padre del socialismo francés" al "padre del socialismo alemán":

Después de haber demolido todos los dogmas a priori, no caigamos, a nuestra vez, en la contradicción de vuestro compatriota Lutero; no pensemos también nosotros en adoctrinar al pueblo; mantengamos una buena y leal polémica. Demos al mundo el ejemplo de una sabia y previsora tolerancia, pero, dado que estamos a la cabeza del movimiento, no nos transformemos en jefes de una nueva intolerancia, no nos situemos como apóstoles de una nueva religión, aunque ésta sea la religión de la lógica.[13]

Marx ataca a Proudhon cuando este publica su Sistema de las contradicciones económicas en La miseria de la filosofía, tres o cuatro años después de haberlo alabado por su ¿Qué es la propiedad?

El señor Proudhon tiene la desgracia de verse incomprendido de singular manera en Europa. En Francia se le reconoce el derecho de ser un mal economista, porque tiene fama de ser un buen filósofo alemán. En Alemania se le reconoce el derecho de ser un mal filósofo, porque tiene fama de ser un economista trances de los más fuertes. En nuestra calidad de alemán y de economista a la vez, hemos querido protestar contra este doble error.[14]

Proudhon no podía ir más allá de la respuesta de Jacques Pierre Brissot a ¿Qué es la propiedad?: «La propiété c'est le vol». Pero "el «robo» como violación de la propiedad, presupone la propiedad" y "Proudhon se enredó en toda clase de sutiles razonamientos, oscuros hasta para él mismo, sobre la verdadera propiedad burguesa". Para Marx, Proudhon "comparte las ilusiones de la filosofía especulativa" al "exponer dialécticamente el sistema de las categorías económicas". En lugar de considerarla "como expresiones teóricas de relaciones de producción formadas históricamente [...] las convierte en un modo absurdo en ideas eternas, existentes de siempre, y cómo, después de dar este rodeo, retorna al punto de vista de la Economía burguesa". "En lugar de las insolubles «antinomias» de Kant, ahora tenía que aparecer la «contradicción» hegeliana como medio de desarrollo". Marx coloca Proudhon con los socialista utópicos Henri de Saint-Simon y Charles Fourier por criticar y querer abolir "la propiedad". Proudhon "critica la sociedad a través del prisma y con los ojos del campesino parcelario francés (más tarde del petit bourgeois), y de otra, le aplica la escala que ha tomado prestada a los socialistas".[15]

Proudhon tenía una inclinación natural por la dialéctica. Pero como nunca comprendió la verdadera dialéctica científica, no pudo ir más allá de la sofística. En realidad, esto estaba ligado a su punto de vista pequeñoburgués. [...] Es la contradicción personificada.[15]

Bakunin escribió:

Proudhon, a pesar de todos sus esfuerzos por deshacerse de la tradición del idealismo clásico, siguió siendo durante toda su vida un idealista incorregible, inmerso en la Biblia, en el derecho romano y en la metafísica. Su gran desgracia fue que nunca había estudiado las ciencias naturales ni se había apropiado de su método. Tenía instintos de genio y vislumbró el camino correcto, pero obstaculizado por sus patrones de pensamiento idealistas, siempre cayó en los viejos errores. [...] Marx como pensador está en el camino correcto. [...] Por otra parte, Proudhon comprendía y sentía la libertad mucho mejor que él.[16]

Para muchos marxistas, Proudhon es un ideólogo de la pequeña burguesía, y particularmente de las clases artesanas y campesinas. Los proudhonianos responden a esto recordando los orígenes de Proudhon como trabajador manual. Algunos autores como Jean Touchard, en su Historia de las ideas políticas, prefieren definir al proudhonismo como "un socialismo para artesanos"; otros han hablado de "un socialismo para campesinos". Los proudhonianos responden a esto diciendo que tales definiciones solo pueden aceptarse si se tiene en cuenta que, en el momento en que Proudhon pensaba y escribía, la mayoría de los trabajadores asalariados eran artesanos y agricultores más que obreros industriales. También hay quienes han optado llamarlo como Léon Bourgeois, "padre del socialismo francés", como con Stekloff, "padre del anarquismo" y como Dolléans, "gran filósofo y tribuno de la plebe europea".

Principales obras

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  • ¿Qué es la propiedad? (1840)
  • De la creación del orden en la humanidad ó principios de organización política. (1843) Traducción de Marcial Busquets
  • Sistema de contradicciones económicas o Filosofía de la Miseria. (1846)
  • Idea general de la revolución en el siglo XIX (1851)
  • El manual del especulador de la Bolsa (1853)
  • De la justicia en la Revolución y en la Iglesia (1858)
  • La Guerra y la Paz (1861)
  • El principio federativo. (1863)
  • De la capacidad política de la clase obrera. (1865)
  • Teoría de la Propiedad. (1866)
  • Del principio del arte y su destino social. (1875)
  • La Pornocracia, o las mujeres en los tiempos modernos. (1875)
  • Correspondences (1875)
  • Amor y matrimonio. (1876)
  • Cesarismo y cristianismo. (1883)
  • Jesús y los orígenes del cristianismo. (1896)
  • Comentarios sobre las memorias de Fouché. (1900)

Véase también

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Notas y referencias

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  1. Edouard Droz; P.J.Proudhon. Librairie des "Pages libres", París, 1909, p. 97.
  2. Armand Cuvillier, Proudhon. FCE, México, 1986, p.21.
  3. Armand Cuvillier, Proudhon. FCE, México, 1986, p.23.
  4. Armand Cuvillier, Proudhon. FCE, México, 1986, p.26.
  5. http://www.marxists.org/espanol/m-e/1860s/sp65s.htm#fnB0
  6. http://es.theanarchistlibrary.org/library/rudolf-rocker-marx-y-anarquismo
  7. Paul, Kelly (2014). EL LIBRO DE LA POLITICA (Juan Andreano Weyland, trad.). AKAL. p. 183. ISBN 9788446040033. 
  8. Pons Irazazábal, María (2021). El hombre prehistórico es también una mujer : una historia de la invisibilidad de las mujeres. Lumen. ISBN 978-84-264-1009-2. OCLC 1268515285. Consultado el 9 de noviembre de 2021. 
  9. a b Palermo, Alicia Itatí (1 de diciembre de 2006). «El acceso de las mujeres a la educación universitaria». Revista argentina de sociología 4 (7): 11-46. ISSN 1669-3248. Consultado el 26 de diciembre de 2016. 
  10. Caroline Granier. «Peut-on être anarchiste sans être féministe?». monde-libertaire.net. Consultado el 26 de diciembre de 2016. 
  11. Caroline Granier. «¿Se puede ser anarquista sin ser feminista? Carta de Déjacque a Proudhon - Portal Libertario OACA». www.portaloaca.com. Consultado el 26 de diciembre de 2016. 
  12. «Lettre à M. Proudhon». archives.calvados.fr (en francés). Consultado el 15 de mayo de 2023. 
  13. D. Halévy, La vies de Proudhon, Paris, 1948.
  14. «Karl Marx (1846): Miseria de la filosofía - Prólogo.». www.marxists.org. Consultado el 9 de febrero de 2024. 
  15. a b «Sobre Proudhon - Wikisource». es.wikisource.org. Consultado el 26 de junio de 2024. 
  16. Mikhail Bakunin. «Recollections on Marx and Engels». Marxists Internet Archive. 

Bibliografía

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Enlaces externos

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