Pedro Colomer

obispo católico

Pedro Colomer y Mestres[1]​ (Gerona, 30 de enero de 1822-Vich, 30 de agosto de 1881) fue un religioso español.[2]

Pedro Colomer
Información personal
Nombre de nacimiento Pedro Colomer y Mestres Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 30 de enero de 1822 Ver y modificar los datos en Wikidata
Gerona (España) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 30 de agosto de 1881 Ver y modificar los datos en Wikidata (59 años)
Vich (España) Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Española
Religión Iglesia católica Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Sacerdote católico (desde 1845) y obispo católico (desde 1876) Ver y modificar los datos en Wikidata
Cargos ocupados Obispo de Vic (1875-1881) Ver y modificar los datos en Wikidata

Biografía

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Nació en uno de los arrabales de la ciudad de Gerona, de padres labradores.[3]​ Siguió la carrera eclesiástica y recibió las sagradas órdenes en Roma en 1845.[3]​ De vuelta a España, fue nombrado catedrático del Seminario Conciliar de Gerona, donde impartió primero Filosofía y Teología Dogmática después.[3]

Fue preconizado obispo de Vich en 1875 y tomó posesión de aquella diócesis el 16 de enero del año siguiente.[3]​ Murió después de cinco años de espiscopado, el 30 de agosto de 1881.[3]

Compuso en latín varias poesías y un poema extenso, titulado este Maria Virgo seu De Vita Beatæ Maria Viriginis Libris Quinquaguita.[3]​ Sobre este poema, emitió Marcelino Menéndez Pelayo el siguiente juicio crítico:[3]

Lo extenso del poema, y la alta y trabajosa dignidad del autor, muestran ya suficientemente que sólo una muy encendida devoción a la celestial Señora y una extraordinaria facilidad y soltura en la versificación latina han podido sostenerle en tan larga y dificilísima tarea. Quizá una crítica nimia pudiera tildar alguna vez prosaísmos y durezas, o bien un excesivo desleir de las ideas, o tal cual frase violenta. Pero estos lunares quedan oscurecidos y más que de sobras compensados con la armonía y la belleza del conjunto, donde a cada paso se tropieza con fáciles y graciosas descripciones, con versos elegantes, cadenciosos y perfectamente torneados, con rasgos y efusiones hermosas de sentimiento y con una facilidad narrativa que suspende y enamora. De tal suerte, que el poema, con ser tan largo y tan exento de profanos adornos, se deja leer rápidamente y sin esfuerzo, y debe merecer a su ilustrísimo autor el título, en estos tiempos concedidos a tan pocos, de eminente latinista.

En la Revista Teresiana se publicaron en 1882 los himnos latinos que había compuesto en honor de Santa Teresa de Jesús.[3]

Referencias

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  1. Llin Cháfer, Arturo. «Tomás Costa Fornaguera». Diccionario biográfico español. Consultado el 5 de julio de 2019. 
  2. Elías de Molins, 1889, pp. 485-486.
  3. a b c d e f g h Elías de Molins, 1889, p. 486.

Bibliografía

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