Partido de notables
Los partidos de Los Notables son un tipo de partido político caracterizados por estar encabezados por personas de cierta relevancia social, cultural o económica a los que se denomina «notables». Según Weber,[1] un notable es una persona que por su situación socioeconómica, se encuentra en posición de dirigir y administrar de forma continua un grupo, siempre como profesión secundaria sin recibir un salario por ello o recibiendo un salario simbólico.
Nacen entre principios y mediados del siglo XIX en Europa, en el marco de regímenes semidemocráticos y de sufragio censitario, aunque no faltan ejemplos posteriores a la aparición del sufragio universal.[2] Este tipo de partido político, es característico de sistemas políticos modernos poco desarrollados en los que el notable, de hecho, o de derecho cuenta con una relación especial con el poder que es utilizada para servir de vínculo entre dicho poder político y la sociedad.
Características
editarLos partidos de notables no tratan de obtener apoyos masivos de forma directa, ya que el censo electoral en el que están inmersos suele ser por lo general muy reducido, por el contrario, tratan de atraer el apoyo de personajes influyentes o prestigiosos que sirvan de apoyo.
Contaban con estructuras mínimas, asentadas sobre redes interpersonales en el seno de un ámbito geográfico reducido. Débilmente ideologizados, sus apoyos se basan en la distribución de beneficios particulares a los residentes. Redes clientelares basadas en una relación de conveniencia y no de clase o ideológica.
Los notables, no tenían la necesidad de hacer campaña política, eran votados en función de su autoridad social natural. Su legitimidad proviene según Weber de la tradición o del carisma.
Desaparición
editarLos partidos de notables, a medida que se democratiza y profesionaliza la política, van desapareciendo de los sistemas democráticos debido a una serie de factores relacionados con la profesionalización de la política; el aumento de la complejidad del Estado; el cambio del paradigma de legitimidad, que pasa a ser predominantemente legal-racional; la burocratización y normalización de la política, con una legitimidad basada en los resultados de la lucha electoral, aparecen nuevos perfiles de profesionales de la política.
Según Michel Offerlé la imagen de los notables pasa a ser poco práctica desde un punto de vista electoral, aparecen nuevas entradas en el mercado político que van a valorizar su proveniencia del pueblo, de la misma masa que les elige y por otra parte van a ser capaces de denunciar a los notables tradicionales de corrupción, de entorpecer la libertad de voto, de provenir de una oligarquía opresora, etc.
La aparición del aparato informativo y propagandístico sentencia las relaciones clientelares que sustentan a los partidos de notables; la entrada en el sistema político de los medios de comunicación de masas va a provocar la obsolescencia de los medios de persuasión de los partidos de masas, Alain Garrigou habla de la generalización del vínculo entre el voto y una elección puramente política en vez de una persuasión basada en un intercambio de favores.
Limitaciones del término «partido de notables»
editarEs conveniente resaltar que toda clasificación de una realidad, tiene necesariamente alguna limitación. El término «notable» se refiere a una tipología teórica, pueden darse casos de notables y partidos de notables que no se ajusten al modelo teórico.
El barón Armand de Mackau, siendo un notable, se servía de agentes electorales, de elementos que claramente no se ajustan al modelo de «notable». Se habla de una protoprofesionalización[3] de la actividad de los notables.
Además, es posible encontrar casos de profesionales de la política que se «notabilizan» como es el caso de Alexandre Millerand (presidente de la III República Francesa de 1920 a 1924), que gestionaba su circunscripción de forma clientelar.
Por otra parte, en España en el sistema de Restauración borbónica personalidades como Antonio Cánovas del Castillo o Práxedes Mateo Sagasta lideraban partidos notables que se alternaban mediante un sistema de turnos.
Véase también
editarReferencias
editar- ↑ Max Weber, "Economía y Sociedad", Fondo de cultura económica. Mexico, 1983
- ↑ "Diccionario de política: A-J", Norberto Bobbio, José Aricó, Nicola Matteucci, Gianfranco Pasquino, Martí Soler, Jorge Tula. Duodécima edición, editorial Siglo XXI, 2000. ISBN 968-23-1669-3, 9789682316692
- ↑ Jean Joana "pratiques politiques des deputés francais au XIXème siecle, du dilettante au specialiste"