Oración de San Juan Vianney a Jesús
San Juan Vianney, patrón de los párrocos, compuso su oración a Jesús en el siglo XIX. La oración refleja los profundos sentimientos religiosos de Vianney, que fueron elogiados por el papa Juan XXIII en su encíclica Sacerdotii nostri primordia de 1959: "Lo que nos impide a los sacerdotes alcanzar la santidad -decía el Cura de Ars- es la irreflexión. Nos molesta apartar la mente de los asuntos externos; no sabemos lo que realmente debemos hacer. Lo que necesitamos es una reflexión profunda, junto con la oración y una unión íntima con Dios". El testimonio de su vida deja claro que siempre fue devoto de sus oraciones y que ni siquiera el deber de oír confesiones o cualquier otro oficio pastoral pudo hacerle descuidarlas. "Incluso en medio de tremendos trabajos, nunca cejó en su conversación con Dios".
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La oración está citada en el Catecismo de la Iglesia Católica.
Palabras de la oración
editar- Te amo, oh Dios mío, y mi único deseo es amarte hasta el último suspiro de mi vida.
- Te amo, oh mi Dios infinitamente amable, y prefiero morir amándote, que vivir sin amarte.
- Te amo, Señor y la única gracia que te pido es amarte eternamente...
- Dios mío, si mi lengua no puede decir en cada momento que Te amo, quiero que mi corazón Te lo repita tantas veces como respire.[1]
Referencias
editar- ↑ Aciprensa (2023). «Oración de San Juan Vianney a Jesús». Especial de San Juan María Vianney. ACI prensa. Consultado el 17 de febrero de 2023.