Miguel de Eguía
Miguel de Eguía (Estella, 1495-1546) fue uno de los introductores de la imprenta en Navarra y en España y uno de los mayores impresores de su época.[1]
Miguel de Eguía | ||
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Enchiridion de Erasmo de Róterdam editado en Alcalá de Henares "en casa de Miguel de Eguía", 1528 | ||
Información personal | ||
Nacimiento |
1495 Estella | |
Fallecimiento |
1546 Estella | |
Nacionalidad | español | |
Familia | ||
Cónyuge | María Brocar, Lucía de Rojas y Verio | |
Información profesional | ||
Ocupación | impresor | |
Años activo | 1521-1546 | |
Sucesor | Adrián de Amberes | |
Biografía
editarArnao Guillén de Brocar se casó con la pamplonesa María de Zozaya, con la que tuvo tres hijos: Pedro (que murió joven), Juan (gran humanista) y María, que en 1518 formó matrimonio con el estellés Miguel de Eguía.[2]
Impresor
editarEguía conoció a Brocar hacia 1512, cuando se exilió en Logroño, y todo indica que desde aquella fecha fue su financiero y, al casarse con su hija, su socio y heredero.
De familia adinerada, con gran educación y fortuna personal, financió los trabajos de su suegro que posteriormente heredaría. Además, y gracias al apoyo que brindó al rey Fernando de Aragón en la conquista de Navarra, desde 1513 recibía una pensión de 5.000 maravedíes, por lo que podía hacerse cargo de la financiación muy cómodamente.
Como comercial, supo vender sus trabajos de forma notable, llegando a firmar en 1525 un acuerdo de colaboración con la imprenta Cromberger de Sevilla. Adaptó sus publicaciones a los gustos de la época y a los cambios políticos y eclesiásticos, imprimiendo a Erasmo y, cuando la ocasión lo exigía, a los antierasmistas. Tenía también los contactos políticos que le permitieron alcanzar una notable riqueza, mientras que la mayoría de los impresores se empobrecían.
Junto a su suegro y su cuñado editaba los libros producidos en sus imprentas de Logroño, Toledo, Valladolid, y Alcalá de Henares, y en talleres de Burgos y Salamanca que trabajaban para ellos. En 1511, obtuvieron un extensísimo privilegio real para imprimir la Bula de Cruzada, lo que hacen desde 1513 en la imprenta que instalan en el monasterio de Nuestra Señora del Prado de Valladolid, y desde 1518 en la del monasterio de San Pedro Mártir, de Toledo. También obtuvieron el monopolio de impresión de la Gramática de Nebrija.
Es considerado como uno de los mejores impresores de su época y sus obras, que conservan el estilo de su suegro, son selectas y embellecidas por la letra de Tortis (nombre de un impresor veneciano del siglo XV). Las lujosas portadas renacentistas, las iniciales de adorno de carácter artístico, la utilización de tintas roja y negra, la pureza de los tipos, y la buena calidad del papel hacen de sus impresos ejemplos de la renovación de la imprenta hispana. Utiliza tipografías góticas y redondas y, aun sin ser el primero en usar la letra cursiva o itálica, máxima expresión de la latinidad clasicista durante esa centuria, será quien más la emplee de forma sistemática. Renueva el concepto de ilustración de los libros, especialmente en las portadas, utilizando orlas arquitectónicas de estilo renacentista, todo lo cual coloca sus obras a la altura de lo mejor de Europa.
Desde sus inicios en el mundo editorial se propone imprimir libros de carácter científico y de arquitectura. Eguía fue el mayor divulgador de Erasmo, cuyas obras editó, entre ellas la primera traducción al español (Enchiridion, 1529). Estos hechos lo montaron en una gran ola de popularidad, la cual no obcecó su mente: compaginó el ser uno de los mayores difusores de las obras de Erasmo, con la edición, cuando los vientos empezaron a cambiar, de la obra Pedro Ciruelo, principal antierasmista.
Miguel de Eguía simpatizó con Juan de Valdés, al que editó su primer libro Diálogo de doctrina cristiana, de carácter filoerasmista, así como con el movimiento de los «alumbrados» de Escalona, por lo que algún autor sostiene la teoría de que el impresor y sus sucesores (Juan de Brocar y Atanasio Salcedo) intervinieron en la edición de La vida de Lazarillo de Tormes, que según esta misma opinión fue escrita por Juan de Valdés.[3]
Cuando llegó la represión al movimiento erasmista, todos los del "Movimiento de Alcalá" fueron acusados, y la lista de herejes o sospechosos incluyó más de 60 nombres. A finales de julio de 1530 es encarcelada Francisca Hernández, una "iluminada", que se gana la clemencia de los jueces a base de delaciones y acusaciones falsas. Cuando es encarcelado Bernardino Tovar, sobre el que se centraba el movimiento erasmista, todos se dispersan. La mayoría va al extranjero, pero Eguía, que nunca dejó de estar avecindado en Estella, viene a la ciudad navarra, en donde es citado para comparecer en Valladolid. Allí lo interroga la Inquisición, y en el otoño de 1531 ingresa en la cárcel, donde permanece dos años hasta que es puesto en libertad sin cargos. Al salir del encierro se desquita de Erasmo imprimiendo (sus imprentas se mantuvieron activas mientras estuvo preso) el único libro dedicado a atacarlo que se conoce en España (Alcalá, 1 de enero de 1536). A partir de entonces olvida las enseñanzas de Erasmo y, al sentir cercana su muerte, redacta un testamento en el que muestra ideas opuestas a las del famoso filósofo[cita requerida].
Regreso a Estella (1546)
editarEn 1530 ya estaba viudo, y al llegar a Estella firmó contrato de matrimonio con Lucía de Rosas, pamplonesa de familia influyente. Al salir de la cárcel levanta en la ciudad de Estella todo un emporio[4]: presta dinero, comercia con lana, especias, paño y otros artículos, compra y vende casas y tierras, arrienda molinos y carnicerías, posee rebaños, levanta industrias, comercia con Flandes… y se dedica a la política: en 1535 y 1541 es alcalde de la ciudad; en 1537 y 1539 regidor; y en 1544 jurado por la Parroquia de San Miguel. En la Rúa mayor de esta parroquia construye un hermoso palacio renacentista que hoy es sede de la Biblioteca Municipal.
Cerrado el taller de su excuñado en Logroño (1543), en 1545 expone al Consejo Real de Navarra la necesidad de establecer una imprenta en el reino, y solicita la exención total de impuestos. Obtenida la exención, en 1546, sin renunciar a sus derechos sobre las imprentas de Toledo y Alcalá, abre imprenta en Estella, para lo cual contrata a Adrián de Anvers (Amberes) como primer oficial. Miguel de Eguía muere al año siguiente y es enterrado en un lugar preferente de la parroquia de San Miguel a la que pertenecía. El negocio lo continuó Adrián de Amberes, con 36 años, en calidad de arrendatario puesto que los siete hijos de Eguía, dada su relevancia social y económica, renunciaron a un trabajo mecánico[5].
En su memoria lleva su nombre una calle del barrio de Remontival de la ciudad de Estella. Dicho barrio fue promovido por una conocida editorial nacional que acababa de abrir imprenta en la localidad.[6]
Véase también
editarReferencias
editar- ↑ De la Fuente Arranz, F. «Miguel de Eguía». Diccionario Biográfico Español. Real Academia de la Historia. Consultado el 9 de julio de 2020.
- ↑ «Miguel de Eguía». Gran Enciclopedia de Navarra. Consultado el 9 de julio de 2020.
- ↑ Calvo, Mariano (2020). Lazarillo de Tormes, una novela en busca de autor. Toledo: Almud Ediciones de Castilla La Mancha. pp. 20-22. ISBN 978-84-121504-4-5.
- ↑ Itúrbide, (2015), p. 67.
- ↑ Itúrbide, (2015), p. 69.
- ↑ Hermoso de Mendoza, J. «Miguel de Eguía y la imprenta en Estella en el siglo XVI». Estella.info. Consultado el 9 de julio de 2020.
Bibliografía
editar- Itúrbide Díaz, Javier (2015). Los libros de un reino: historia de la edición en Navarra (1490-1841). Historia. Gobierno de Navarra. ISBN 978-84-235-3393-0.
- Pérez Goyena, Antonio (1947-1964). Ensayo de bibliografía navarra, desde la creación de la imprenta en Pamplona hasta el año 1910. 9 tomos. Pamplona: Institución Príncipe de Viana, Diputación Foral de Navarra.