Martín de Mújica y Buitrón

Gobernador de Txile en el siglo XVII
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Martín de Mújica y Buitrón, también reseñado como Martín de Mogica o Muxica (Villafranca, Guipúzcoa, ¿?-Santiago de Chile, abril de 1649) fue un militar español que, designado por el rey Felipe IV, desempeñó el cargo de capitán general y gobernador de Chile, además de presidente de su Real Audiencia. Su gobierno en aquella destinación colonial se extendió entre mayo de 1646 y abril de 1649, cuando murió aparentemente envenenado.[nota 1]​ A menudo ha sido descrito como un administrador honesto. Buscó la paz con los mapuches, celebrando el accidentado Parlamento de Quilín (1647).

Martín de Mújica y Buitrón

"Martín de Muxica del hábito de Santiago[1], imagen de la obra de Alonso Ovalle, contemporánea al gobierno de Mujica (1646).[2]

Gobernador de Chile
mayo 1646-abril 1649
Predecesor Francisco López de Zúñiga
Sucesor Alonso de Figueroa y Córdoba

Información personal
Nombre de nacimiento Martín de Mogica o Muxica
Nombre en español Martín de Mujica y Buitrón Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento I milenio Ver y modificar los datos en Wikidata
Villafranca, Guipúzcoa
Fallecimiento Abril de 1649
Santiago de Chile
Causa de muerte Asesinato por envenenamiento
Nacionalidad Española
Religión Católica
Lengua materna Castellano
Euskera
Información profesional
Ocupación Militar Ver y modificar los datos en Wikidata
Lealtad Imperio español Bandera del Imperio español
Rango militar General Ver y modificar los datos en Wikidata
Conflictos Conquista de Chile

Antes de ser gobernador

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Era miembro de una familia señorial vasca. Tras ingresar muy joven en el Ejército de España, hizo carrera militar escalando los grados de capitán y sargento mayor en las guerras de Flandes y de Italia. En este último país se destacó especialmente durante la lucha contra los franceses por el control del Piamonte. El 15 de junio de 1638 dirigió un asalto nocturno contra la plaza fortificada de Vercelli, que lo reputó ante sus superiores.

Llamado de vuelta a España, es destinado como maestre de campo de Pedro Antonio de Aragón, marqués consorte de Povar, a participar en la represión de la rebelión catalana, conocida como la Guerra de los Segadores. En abril de 1642 su división fue sorprendida, y hecha completamente prisionera en Granata, por tropas francesas que apoyaban la revuelta local. Hay dos versiones sobre este incidente. Una dice que el percance sucedió al acatar órdenes desaprobadas por Mújica y su superior, el marqués.[3]​ La otra, que la Corte responsabilizó a este último, puesto en el cargo de Lugarteniente de Cataluña por influencia de su madre, Catalina Fernández de Córdoba, duquesa de Cardona.[4]​ Sin saberse con certeza cómo, en 1644 Martín de Mújica ya había recobrado su libertad y estaba reincorporado en las filas españolas de Cataluña. Ostentaba el hábito de la Orden de Santiago.

Según la versión del cronista Diego de Rosales,[5]​ su fama de buen soldado influyó en que el rey lo eligiera, entre muchos otros, para ejercer el gobierno de Chile, el 30 de diciembre de 1644.

Contactos familiares en Chile

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En dicho país, desde hacía unos años se hallaba el capitán Alonso de Mújica y Buitrón, aparente hermano de Martín, quien había participado en Chiloé en operaciones tardías en contra de la incursión holandesa del general Elías Herckmans. Pero sobre todo nombrado, en su época, por ser quien desenterró en la abandonada ciudad del Valdivia el cadáver del corsario Hendrick Brouwer y «por ser hereje lo quemó».

A este antecedente se suma la presencia en Chile, en la primera mitad del siglo XVII, de un capitán llamado Antonio Buitrón Mújica. Habría que entender que ya existía una larga conexión familiar con la colonia, lo cual podría haber influido en la destinación del gobernador.

Gobernador de Chile

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Indisciplina del ejército

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Llegó a Chile por la vía de Panamá y el Callao y desembarco en Concepción el 8 de mayo de 1646. Venía especialmente advertido del peligro de una invasión holandesa, pero sus primeras preocupaciones debieron ser más domésticas. El ejército se encontraba en un notable estado de desmoralización, la administración pública venía de un período de corrupción y el bandidaje rural se había incrementado notablemente. El problema, según la evaluación de los contemporáneos, se centraba en el mal comportamiento del ejército, que potenciaba los demás aspectos:

«Los soldados, sin temor de Dios, vivían de puertas adentro con sus mancebas y tenían por gala la picardía, por donaire la libertad y por bizarría el hurto; y el que más caballos, bueyes, mulas e indios hurtaba, era el más bizarro»[6]

La simple medida de prohibir a la soldadesa permisos para pasar períodos de descanso en Santiago, habría evitado que ésta aprovechara los trayectos entre la frontera y la capital para cometer robos contra indígenas y hacendados. El agradecimiento popular fue tal, que una multitud salió de Santiago para vitorearlo por esta medida cuando se dirigía a dicha ciudad.

Solicita rebaja de impuestos

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Mújica pronto se formó una imagen de la colonia que le tocaba gobernar. Le sorprendió la pobreza local y escribió al rey buscando un reducción de los impuestos.[7]

Segundo parlamento de Quilín

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En agosto de 1646 convocó una asamblea militar en Concepción para decidir el camino a seguir respecto de la ya casi centenaria Guerra de Arauco. En esa reunión se resolvió intentar pactar nuevas paces. Para ello se realizó el Parlamento de Quilín (1647), que resultó muy accidentado e ineficaz, pues culminó con el gobernador ejecutando a una serie de caciques mapuches, según la versión española, por complotar para matarlo.

Terremoto

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Santiago fue destruido por un terremoto el 13 de mayo de 1647, con gran devastación de la ciudad.[8][9]​ Este infortunio ayudó a que el rey, finalmente, y tras muchas solicitudes reiteradas, librara de impuestos a Chile por el lapso de seis años, el 1 de julio de 1649. Mújica, por su parte, trató de desgravar a la población eliminando algunos cobros y suspendiendo el funcionamiento de la Real Audiencia.

Muerte

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Después de pasar casi todo el año de 1648 en operaciones militares contra los mapuches, con la esperanza de pacificar la frontera, y de celebrar la Semana Santa de 1649 en Concepción, volvió a Santiago en abril de dicho año, donde murió repentinamente. Los contemporáneos opinaron que había sido envenenado. Incluso existió un sospechoso, de profesión abogado, cuyo nombre no ha llegado hasta nuestros días:

«Bajó a Santiago el Gobernador, y a los tres días de su llegada murió con sentimiento de todos, menos de un togado que depuso de su empleo y lo confirmó el Rey».[10]

Lo cierto es que apenas probó una ensalada, que le sirvieron durante una recepción en la capital, comenzó a botar espuma por la boca «enajenado de sus sentidos».[6]

Véase también

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Referencias y notas

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  1. Historica relacion del Reyno de Chile y de las missiones y ministerios que exercita en el la Compañía de Jesus / por Alonso de Ovalle. Roma : Por Francisco Cavallo, 1646. 445,
  2. Martín de Muxica del hábito de Santiago, 1646|
  3. Tió y Noé, Jaime (1842). Historia de los movimientos de Cataluña en tiempo de Felipe IV, terminada por Jaime Tió. Barcelona. OCLC 249615797. .
  4. Molas Ribalta, Pere (2014). «La Duquesa de Cardona en 1640». Cuadernos de historia moderna (Universidad Complutense de Madrid) (29): 133-143. ISSN 0214-4018. 
  5. Rosales, Diego, Historia General de el Reyno de Chile, libro X.
  6. a b Diego de Rosales, Historia General de el Reyno de Chile, libro IX.
  7. Que contiene el descubrimiento i conquista del Reino de Chile: el establecimiento de su Gobierno secular i eclesiástico: un compendio de la historia de sus Gobernadores: i una breve noticia de sus Obispos.
  8. «13 mayo 1647 Terremoto Santiago». Sismo24.CL. Archivado desde el original el 23 de mayo de 2016. Consultado el 1 de junio de 2016. 
  9. Gobierno de don Martín de Mujica (1646-1648): el terremoto del 13 de mayo
  10. Jerónimo de Quiroga, Compendio histórico, citado por Diego Barros Arana.
  1. Los contemporáneos opinaron que había sido envenenado. Incluso existió un sospechoso, de profesión abogado, cuyo nombre no ha llegado hasta nuestros días: «Bajó a Santiago el Gobernador, y a los tres días de su llegada murió con sentimiento de todos, menos de un togado que depuso de su empleo y lo confirmó el Rey». Lo cierto es que apenas probó una ensalada, que le sirvieron durante una recepción en la capital, comenzó a botar espuma por la boca «enajenado de sus sentidos».

Bibliografía

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Precedido por:
Francisco López de Zúñiga, marqués de Baides
1639-1646
Gobernador de Chile
1646-1649
Sucedido por:
Alonso de Figueroa y Córdoba
1649-1650