La expresión madre autónoma alude de manera precisa a cualquier mujer que ha tenido uno o varios hijos fuera del matrimonio. Se denomina así generalmente a un tipo de familia monoparental, en la que una mujer lleva a cabo la crianza de los hijos y el manejo del hogar sin la compañía o apoyo de una pareja, por decisión propia o circunstancias de su entorno. Puede referirse también a la madre que no se encuentra unida o casada con su pareja. En caso de que exista convivencia con el padre de sus hijos, los psicólogos no la consideran una madre autónoma, sino una pareja no conyugal, más parecido a un matrimonio que a un hogar monoparental y si ya no están juntos pero los hijos reciben visitas y ayuda monetaria, algunos psicólogos prefieren hablar de hijos de una expareja, puesto que las emociones y problemas de los niños más se parecen a los hijos de un matrimonio divorciado que a los de un hogar monoparental.

Muchas veces las madres autónomas son objeto de burlas y prejuicios, en especial muy relacionados con su actividad sexual.

Maternidad en autonomía

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La maternidad en autonomía ha sido una constante a lo largo de la historia de la humanidad dado que tradicionalmente dependía del varón el reconocimiento del hijo. Los estudios realizados por la CEPAL en 2001 hablan sobre la problemática de los varones que tienden a no utilizar métodos anticonceptivos, a restringir su uso por parte de las mujeres y que se involucran en múltiples experiencias sexuales pero desconocen su responsabilidad en los embarazos no deseados. En dichos caso, las madres, frecuentemente adolescentes, quedan a cargo exclusivamente de la responsabilidad durante los distintos momentos del nacimiento y la crianza de los hijos.[1]

En muchos países el reconocimiento del hijo continúa siendo un derecho discrecional del padre, incluso en los que la ley protege a los niños nacidos fuera del matrimonio. Actualmente, en muchas sociedades existe un cuerpo legal que elimina la discriminación hacia las "madres solteras" y sus hijos, e incluso algunos países cuentan con programas de ayuda institucionalizada para hogares donde las mujeres son las jefas, que incluyen ayuda estatal, becas de estudio para los hijos, créditos bancarios para que las mujeres inicien pequeñas y medianas empresas, y otros.

Maternidad sin matrimonio

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Desde los años 70 en algunos países, como Francia o los países nórdicos, se ha ido produciendo un descenso en el número de matrimonios y a la par, un aumento en el número de nacimientos en parejas no casadas, es decir, de madres cuyo estado civil continúa siendo el de soltera.[2]​ Según datos del INE, más de un tercio de los nacimientos en España son de madre soltera,[3]​ aunque no todos estos nacimientos se dan en el marco de familias monoparentales, ya que muchos de ellos son reconocidos por ambos progenitores a pesar de no haber contraído matrimonio. Los expertos en familia insisten en llamar a estos niños hijos de parejas y no de madres solteras, puesto que su desarrollo psicológico es más parecido a los hijos de matrimonios que a los monoparentales. Considerando que los niños no entienden la diferencia entre una pareja casada y una que no lo está, solo distinguen en caso de existir un adulto ausente.

Madres autónomas por elección

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De la misma forma, es común que una mujer decida establecer una familia sin la presencia de un hombre. Cada año, en España, más de 80.000 mujeres dan a luz en esa situación, un porcentaje muy elevado de los aproximadamente 470.000 nacimientos anuales.[4]

La mayoría de ellas recurren a técnicas de reproducción asistida como la inseminación artificial con semen de donante, la fecundación in vitro o la ovodonación. También pueden acudir a la adopción.[5]

Estudios

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Con respecto a las llamadas madres autónomas por elección, en 2001 la doctora Luisa Barón, directora de la Fundación para la Investigación Médica Psicológica (IMPSI), presentó en la 'American Society for Reproductive Medicine' de los Estados Unidos una investigación realizada entre 1997 y 2000 con Stella Lancuba: «Mujeres solteras que recurren a bancos de esperma. Un seguimiento psicológico en pacientes y niños”».[6]

Todas las mujeres de dicho estudio indican que hubieran preferido la concepción con un hombre, pero no quisieron mentirle a una pareja ocasional ni forzar a nadie a la paternidad. Varias habían intentado adoptar pero desistieron después de años de espera por numerosas trabas burocráticas. Los niños y madres estudiados e involucrados en este estudio presentaron una evolución normal. Según la doctora Barón:

Los chicos que evaluamos tienen una excelente relación con la madre, y se están desarrollando bien. No hay ninguna razón para pensar que las cosas puedan salir mal.[7]


Véase también

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Referencias

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  1. «Propuesta de indicadores de paternidad responsable». Archivado desde el original el 21 de febrero de 2014. Consultado el 9 de mayo de 2014. 
  2. «Estadísticas de matrimonios y nacimientos» (en inglés). Eurostat. 
  3. «Más de un tercio de los nacimientos en España son de madre soltera, según el INE». Consultado el 24 de octubre de 2015. 
  4. «Más de 80.000 mujeres sin pareja estable son madres cada año en España». Consultado el 24 de octubre de 2015. 
  5. «Madres solas por elección: un nuevo modelo de familia». El País. 5 de febrero de 2018. 
  6. «Mujeres solteras que recurren a bancos de esperma». Archivado desde el original el 2 de febrero de 2012. Consultado el 23 de marzo de 2012. 
  7. «Banco de semen: La última posibilidad». Consultado el 23 de marzo de 2012.