Español chileno

dialecto del español en Chile
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El español de Chile,[2][3]castellano chileno o dialecto chileno[4]​ (es-CL)[n 1]​ es la variedad del español propia de dicho país que suele considerarse una unidad independiente en los estudios para establecer las zonas dialectales americanas.[1][3][5]​ Presenta ciertas diferencias a lo largo de su área de distribución geográfica,[6][7][8][9]​ y entre las distintas clases sociales y generaciones.[10][11][12]

Mapa esquemático donde se representan, sin sus variantes regionales, los tres dialectos del español presentes en la mitad austral de América del Sur, según uno de varios esquemas.[1]
Se advierten las mixturas entre las variantes chilena —en color pardo—, rioplatense o argentina —en fucsia—, y andina —en amarillo—.

El español es el idioma oficial de facto y la lengua administrativa de Chile,[n 2]​ donde también recibe el nombre de «castellano»,[13]​ reminiscencia de la denominación original del español, y hablado por el 99,3 % de los chilenos (2002).[14]​ En el país también se hablan, en menor medida, el español andino y el español chilote.[15][16]

En zonas limítrofes de Argentina con Chile, se puede escuchar a los habitantes expresarse hablando con una pronunciación y entonación similares a las del español chileno y utilizando algunas palabras de él; sin embargo, pese a las semejanzas, el uso del idioma, gran parte del léxico y las estructuras utilizadas corresponden totalmente al español rioplatense. Esta situación se registra principalmente en la región geográfica argentina de Cuyo,[17]​ particularmente en la ciudad de Mendoza, mientras que en la Patagonia chilena se mezclan rasgos chilenos con otros chilotes y rioplatenses.

Pese a que en el ámbito doméstico se registran simultáneamente casi todas las particularidades que se describen más adelante, en situaciones formales las diferencias con el «español estándar» son menores y suelen restringirse a la pronunciación y al léxico.

Formación del español de Chile

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Antecedentes

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Áreas del dominio del español que presentan seseo y yeísmo

De acuerdo con la teoría andalucista, la más aceptada desde las últimas décadas del siglo XX en adelante,[18]​ el español de Chile —tanto como el del resto de Hispanoamérica— es fruto de la convergencia de diversos dialectos del español de España hacia una lengua común o koiné, entre los que el andaluz fue el más influyente.

Los argumentos que fundamentan esta teoría son tanto externos (sociodemográficos) como internos (lingüísticos):

  • Sobre los aspectos sociodemográficos, de acuerdo a datos aportados por Peter Boyd-Bowman, los españoles venidos a América procedían mayoritariamente de la zona sur de España, con un abrumador 60 %; respecto de las mujeres, dos de cada tres procedían específicamente de Sevilla.[19][20]
[...] el 60% de los españoles venidos a América entre 1493 y 1508 son andaluces. Aunque en la década siguiente este grupo se reduce al 37%, continúa siendo mayoritario [...]. Si a este número agregamos los extremeños y castellanos nuevos, los oriundos del sur de España suben al 80% de los pobladores blancos de América.[21]
  • En lo relativo a los aspectos lingüísticos, los fenómenos característicos del «español koiné» (el seseo, el yeísmo, la aspiración de /-s/ implosiva, la síncopa de /-d-/ intervocálica, la glotalización de /x/, la neutralización de la oposición de las líquidas /-l, -r/ implosivas, y la neutralización de los pronombres «vosotros/ustedes», entre otros)[22]​ han sido documentados en el dialecto andaluz antes del siglo XV, lo que indica que no surgieron en América en evolución paralela al andaluz —como propugnaba la tesis antiandalucista— ni son fruto del contacto con las lenguas de sustrato —como defendían los sustratistas a principios del siglo XX—, sino que fueron importados a América por hablantes del sur de España.

Desarrollo

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El período inicial de convergencia hacia una variedad koiné comenzó en Chile con la llegada de los españoles y tuvo una duración aproximada de sesenta años, según estimaciones de Germán de Granda. Luego, en Hispanoamérica se inició una etapa de regionalización, marcada por la divergencia del «español koiné» hacia distintas variedades dialectales. En el caso de Chile, esta etapa implicó:

  • un proceso de vernacularización, que hizo que el «español koiné» se tiñera de características particulares fruto de la especial composición demográfica de la región y, más tarde,
  • un proceso de estandarización tardía, que hizo retroceder fenómenos poco valorados socialmente, reemplazándolos por variantes de prestigio. En el caso de Chile, la estandarización tardía explica, por ejemplo, el retroceso de la glotalización de /x/ hacia una variante velar palatalizada y la restricción de la neutralización de líquidas a zonas rurales o a variedades sociolectales bajas.[23]

El español de Chile es considerado una unidad independiente en los estudios para establecer las zonas dialectales americanas[1][3][5]​ y «un producto genuino e inimitable por el resto del universo lingüístico del español».[24]​ En 2021 el periódico español El Mundo lo describió como «el más difícil de clasificar, el más reconocible por su melodía, por sus modismos y por lo que tiene de disruptivo».[25]

Variantes

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Teniendo en cuenta el vocabulario —que presenta ciertas diferencias a lo largo de su área de distribución geográfica,[6][7][8][9]​ y entre las distintas clases sociales y generaciones—,[10][11][12]​ el español de Chile se divide en cuatro zonas:[26][n 3]

  • nortina («[donde] existe una leve influencia del quechua»).[9]
  • central (donde se encuentra la capital chilena, Santiago, «principal centro de irradiación cultural»).[28]
  • sureña («[donde] proliferan las voces de origen mapuche, poco conocidas, o desconocidas, en la zona central»).[28]
  • chilota («la más relevante [...] por el carácter arcaico de su lengua»).[28]

Existen diferencias sobre todo de entonación en el nivel fónico, mientras que no hay mayor variación en el nivel morfosintáctico.[29]

Fonética y fonología

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Áreas del dominio del español que presentan aspiración de /-s/ implosiva
Fenómenos compartidos con la mayoría de las variedades del español
  • El seseo;[30]​ es decir, no se hace distinción entre los sonidos /s/ y /θ/, representados por las grafías «s» y «ce/ci, z», respectivamente:[2]​ se pronuncia como /s/ en todos los casos, lo que produce algunos homófonos («abrasar - abrazar», «casa - caza», «cima - sima», «cocer - coser», por ejemplo). Este fenómeno lingüístico se originó en el reajuste de las sibilantes ocurrido entre los siglos XVI y XVII.
  • El yeísmo;[31]​ es decir, no se hace distinción entre /ʎ/ y /ʝ/, representados por las grafías «ll» y «y», respectivamente.[2]​ La primera, pronunciada en su forma estándar de consonante aproximante lateral palatal, /ʎ/, aparece solo en un número muy reducido de hablantes bilingües (las lenguas autóctonas aimara, mapuche y quechua cuentan con este fonema) y entre personas de edad avanzada de la Región de Ñuble. En el resto del país se ha neutralizado la diferencia entre ambos fonemas, y la realización más frecuente es la de una fricativa central palatal sonora [j], lo que produce algunos homófonos («baya - valla - vaya», «calló - cayó», «aya - halla - haya», «holló - oyó», por ejemplo). Entre las otras pronunciaciones encontradas, abunda la de una palatal central sonora muy abierta [ʝ], encontrada en todo Chile, pero más frecuente en el norte del país.[32]
Fenómenos compartidos con algunas variedades
  • La aspiración de «-s» en posición implosiva; es decir, al final de una sílaba.[2]​ Por ejemplo, «estas manos» se pronuncia ['eh.tah 'mã.noh ].[3]​ La aspiración, evitada a veces en el habla formal, tiene un sonido como en la mitad sur de España.
  • La síncopa de la «-d-» intervocálica, como en la mitad sur de España y en otras de las llamadas «hablas de las tierras bajas», sobre todo en las terminaciones «-ado, -ada», en el lenguaje coloquial:[2][3]​ «salado» se pronuncia [sa'la.ð̞o] o [sa'la.o] y «salada», [sa'la.ð̞a], [sa'la:] o [sa'la].
  • Pese a ser una de las «hablas de las tierras bajas», la «-n» final se pronuncia alveolar, /n/, como en los Andes o el norte de España y no velar, /ŋ/, como en otras zonas costeras de América.[cita requerida]
Fenómenos compartidos con pocas variedades
  • El grupo «tr-» se pronuncia como una postalveolar retrofleja áfona [t͡ɹ̝̥],[2]​ sonido que se considera inculto, pero que a principios del siglo XXI ya se registra en amplios sectores de la sociedad.[3]​ Lingüistas como Rodolfo Lenz postulaban que este rasgo se debía a la interferencia del mapudungun, que tiene este sonido como un fonema aparte; sin embargo, la teoría en boga, defendida por Amado Alonso en tiempos de Lenz, afirma que se trataría de un fenómeno no propio, ya que se puede encontrar también en el español paraguayo, el español del nordeste argentino y, menos estridentemente, en el español andino, español costarricense y español mexicano.[33]
  • La fricativización del fonema africado postalveolar sordo; es decir, el sonido /t̠͡ʃ/, «ch», se pronuncia [ʃ], «sh»,[2]​ como en la región meridional de Andalucía occidental, zonas ribereñas del Caribe y el noroeste de México. Ocurre en los estratos menos educados de la población y en zonas rurales de todo Chile de forma general y está fuertemente estigmatizado.[3]​ El sonido fricativo se evita incluso al decir palabras originadas en otras lenguas cuya pronunciación correcta es [ʃ] —por ejemplo, muchos dicen «suchi» (sut̠͡ʃi) por «sushi» (suʃi), para no ser clasificados como pronunciadores de [ʃ] y evitar el estigma asociado— o al pronunciar otros idiomas, como el inglés «show» o el francés «Michelle».[34]
Otros fenómenos
  • La prótesis de [ɣ] (fricativa velar sonora) ante los diptongos /wa/ y /we/, por ejemplo: «huaso», ['ɣwa.so] ('guaso'), «huevo», ['ɣwe.β̞o] ('güevo').
  • Además de [b] y [β̞], el fonema /b/ tiene un alófono fricativo labiodental sonoro, [v], según se ha registrado en el habla de Concepción, cuya existencia ha sido negada en el idioma español.[35]
  • La palatalización de las plosivas y fricativas velares áfonas y sonoras; es decir, los sonidos /k/, /g/, /x/ y /ɣ/ se pronuncian [c], [ɟ], [ç] y [ʝ], respectivamente, delante de e/i: «queso», ['ce.so], «guitarra», [ɟi't̪a.ɹa], «jefe», ['çe.fe], «mi guitarra», [mi.ʝi't̪a.ɹa] (en este último caso, la g intervocálica en las sílabas gue y gui, al pronunciarse fuertemente con el paladar, se parece mucho a la y común castellana).[36]
    Otras fuentes indican que es un fenómeno general debido a la distribución complementaria o coarticulación (en el español chileno, las consonantes velares suelen realizarse palatalizadas; cuando estas se combinan con las vocales palatales e/i, el resultado es una variante más adelantada de lo que se puede encontrar en otras variedades dialectales).[37]
  • Por ultracorrección, y para evitar el poco prestigioso sonido /ʃ/, hay quien pronuncia la africada postalveolar sorda, /t̠͡ʃ/, como una africada sorda con oclusión prolongada [tt͡ʃ].[38]

Morfología y sintaxis

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Características

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  • Como en toda Hispanoamérica, el pronombre de segunda persona plural es «ustedes», acompañado por las conjugaciones en tercera persona plural: «Ustedes saben lo que podría pasar».
  • Un rasgo común a la mayoría de las variedades actuales del español es el escaso uso de las conjugaciones en futuro, reemplazadas por la construcción perifrástica «ir a + verbo en infinitivo». Por ejemplo, una frase como «iré al cine mañana» se reemplaza por «voy (a ir) al cine mañana». Las conjugaciones en el futuro del modo indicativo se usan para indicar una duda o conjetura: «¿será esa la micro que nos sirve?» o «ahí viene el Martín con una mochila: me pregunto si traerá lo que le encargué».
  • El queísmo es socialmente aceptado y se usa en los medios de comunicación mientras que el dequeísmo es socialmente evitado.[39]
  • Repetición innecesaria de los pronombres personales me, te y se y los pronombres clíticos lo(s) y la(s), antes y después del verbo: me voy a irme, te las voy a dártelas, se va a caerse y lo(s) vine a buscarlo(s) / la(s) vine a buscarla(s). Este modo de hablar es considerado propio de personas con escasa educación formal.
  • En el habla popular, las conjugaciones del modo imperativo de un pequeño número de verbos tienden a ser homogéneas y coincidir con la tercera persona singular de indicativo —el imperativo de «hacer» es «haz» o «hace»; el de «poner», «pon» o «pone»; y el de «salir», «sal» o «sale»—. Un caso particular, común a todos los hablantes del castellano de Chile, ocurre con el verbo «ir», cuyo imperativo es «anda» y no «ve» (el imperativo «ve» se reserva para el verbo «ver»: ve la hora). Por ejemplo: «ándate de aquí».
  • No existe el laísmo ni el loísmo.[cita requerida]
  • La poca utilización del posesivo nuestro(a), que se suele reemplazar por de nosotros. Por ejemplo: «ándate a la casa de nosotros», en vez de «vete a nuestra casa».[cita requerida]

Antecedentes

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Mapa del voseo. En celeste, las zonas donde coexisten voseo y tuteo, como el territorio chileno

El voseo era generalizado en Chile hasta que Andrés Bello, nacido en la capital venezolana y rector de la Universidad de Chile (1843-1865), condenó su empleo y llevó a cabo una campaña normativa en favor del tuteo; desde entonces, el sistema educativo lo ha ignorado y ha colaborado para su progresiva extinción.[40]​ Sin embargo, el voseo verbal continuó siendo norma rural o subestándar y parte del registro informal —o incluso vulgar[2]​ si se emplea con el voseo pronominal,[41]​ considerado o mucho más coloquial o mucho más despectivo que el voseo verbal—, cuyo uso se ha extendido entre personas de todas las edades y clases sociales.[41]

Características

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En el registro formal, el pronombre «usted» se reserva para las relaciones de mayor respeto, poder o distancia.[34]​ En cambio, en el registro informal, con diferencias de acuerdo al estrato social y a la zona geográfica de Chile, la forma de tratamiento para la segunda persona singular fluctúa entre «tú» y «vos» con el uso de conjugaciones verbales especiales y la correspondiente aspiración o elisión del fonema /s/:[2]​ aunque el pronombre «tú» se usa con las conjugaciones comunes del tuteo,[41]​ lo más frecuente es que, en un contexto de mayor familiaridad, se combine con el voseo verbal, es decir, con las conjugaciones del voseo chileno.[40][41]​ El pronombre «vos» se utiliza en un contexto o de mucha confianza o para mostrar desdén.

Las conjugaciones del voseo verbal de Chile —en que las desinencias verbales «-áis»/«-ais»/«-íais» eliden el fonema /s/ y se vuelven «-ái»/«-ai»/«-íai», respectivamente; la que finaliza en «-éis» monoptonga en «-ís» y aquella que termina en «-ís» se conserva, a lo que debe añadirse la correspondiente aspiración del fonema /s/—[2]​ son diferentes a las del voseo más extendido en Argentina, Bolivia, Centroamérica, Colombia, Paraguay y Uruguay. Además, no se restringe tan solo al presente de indicativo; de hecho, se trata de la variante en que el uso del voseo verbal está más distribuido por los distintos modos y tiempos verbales, si bien es la única donde el voseo en modo imperativo se da solo de forma marginal.[41]​ Las conjugaciones del voseo verbal chileno también se utilizan en el noroeste argentino y son similares a aquellas usadas en el sur peruano.[41][42]

En esta forma, el presente indicativo del verbo «ser» se conjuga como «soi» pues procede del voseo reverencial «vos sois», aunque también, por ultracorrección, se conjuga «erís».[43]

Flexión verbal

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En la tabla siguiente, se presenta una comparación entre los diferentes modos de conjugar verbos en voseo (reverencial, chileno e internacional) y tuteo:[41]

Nota: se excluyen el modo imperativo y los tiempos compuestos.

Forma de tratamiento Conjugación Modo indicativo Modo subjuntivo
Presente Pretérito imperfecto Futuro Condicional Presente Pretérito imperfecto
Voseo reverencial -ar
-er
-ir
cantáis
coméis
vivís
cantabais
comíais
vivíais
cantaréis
comeréis
viviréis
cantaríais
comeríais
viviríais
cantéis
comáis
viváis
cantarais
comierais
vivierais
chileno -ar
-er
-ir
cantái
comís
vivís
cantabai
comíai
vivíai
cantarís†
comerís†
vivirís†
cantaríai
comeríai
viviríai
cantís
comái
vivái
cantarai
comierai
vivierai
internacional -ar
-er
-ir
cantás
comés
vivís
cantabas
comías
vivías
cantarás
comerás
vivirás
cantarías
comerías
vivirías
cantés*
comás*
vivás*
cantaras
comieras
vivieras
Tuteo -ar
-er
-ir
cantas
comes
vives
cantes
comas
vivas

† Raramente usadas; se prefieren las formas correspondientes del tuteo.
* El rioplatense prefiere las formas correspondientes del tuteo.

Léxico

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Léxico básico

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El léxico básico del español de Chile, compuesto por los vocablos de mayor uso en el país, consta de 4831 vocablos, según indica el diccionario Léxico básico del español de Chile de María Natalia Castillo Fadic (2021).[44]

Al cotejar nuestros resultados con los que obtuvo Morales (1986, págs. 31-32) en Puerto Rico hace ya más de un cuarto de siglo, basándose en parámetros similares, observamos 72 coincidencias entre los cien vocablos más usados en Chile y los cien más usados en Puerto Rico. Algunas de estas divergencias se explican por lematizaciones diversas, por lo que sería precipitado suponer que dan cuenta por sí solas de diferencias dialectales o diacrónicas; más aún cuando constatamos que los cien vocablos de mayor uso en Puerto Rico que no están dentro de nuestros cien más usados, sí forman parte de nuestro léxico básico, en otros rangos. De aquí se desprende que el léxico que conforma el núcleo estadístico del español de Chile no cabe dentro de la categoría de chilenismo, entendido este desde una perspectiva diferencial.[44]

Léxico diferencial

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Las palabras que se usan en Chile que no aparecen en el Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española —o lo hacen con diferencias gramaticales, léxicas o semánticas—, han sido registradas por distintos diccionarios de chilenismos: Diccionario de chilenismos (1875, el primero de ellos),[45]​ de Zorobabel Rodríguez; Diccionario etimológico de las voces chilenas derivadas de lenguas indígenas americanas (1904-1910), de Rodolfo Lenz; Diccionario de chilenismos y de otras voces y locuciones viciosas (1916), de Manuel Antonio Román; y Chilenismos: apuntes lexicográficos (1928), de José Toribio Medina, por ejemplo. El más actualizado y el que presenta mayor número de entradas es el Nuevo diccionario ejemplificado de chilenismos y de otros usos diferenciales del español de Chile (2010), de Félix Morales Pettrorino, Óscar Quiroz Mejías y Patricia Arancibia Manhey,[46]​ elaborado por lingüistas y fundamentado en lingüística de corpus.[47]

Palabras comunes en el lenguaje coloquial chileno

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En la vigesimotercera edición del Diccionario de la lengua española (2014), se cuentan 2214 chilenismos o términos propios del español chileno.[48]​ Algunas características palabras coloquiales de esta variedad son:

 
Panfleto dirigido a los jóvenes durante el plebiscito de 1988: «NO te pesco cachái» (‘NO te tomo en cuenta, ¿sabes?’)
  • al tiro[2][49]​ o altiro,[50]​ que quiere decir «en el acto», «de inmediato» (también, en tono humorístico y con rima, al tirante, mi comandante).[51]
  • Antártica (del adjetivo latino antarcticus, y este a su vez del griego ανταρκτικως, antarktikōs, 'opuesto al Ártico'), aunque no es una palabra coloquial, es mayoritario el uso del término etimológico Antártica por sobre Antártida para designar ese continente.[52]
  • ¿cachái? (forma de la segunda persona singular del presente indicativo en forma voseante (tipo 2) del verbo «cachar», probablemente del verbo inglés to catch[53]​ o de una evolución del vocablo en desuso «catar», según los estudiosos de la evolución histórica del español en Chile), expresión, más frecuentemente usada por la juventud, para significar «¿comprendes?», «¿entiendes?», «¿sabes?», «¿te das cuenta?» o «¿ves?».
  • de repente, locución propia del español, pero que en Chile adopta también el significado de «a veces» y, al igual que en otros países como Uruguay y Venezuela, de «posiblemente».[54]
  • denante (del latín de in ante)[55]​ o denantes (de denante con la s de detrás)[56]​ (también endenante[s], enenantes,[57]​ considerado vulgar), término desusado en otros países que quiere decir «antes», «hace un momento».
  • fome, voz que quiere decir «aburrido» o «sin gracia».[58]
  • huevón (del sustantivo vulgar «hueva», ‘testículo’),[59]​ término que, originalmente, era peyorativo y una palabrota usada para calificar a alguien de «flojo y torpe»,[60]​ pero que se ha convertido en una palabra con multiplicidad de connotaciones y significados;[34]​ dependiendo del contexto y la prosodia, abarca desde un insulto [a las capacidades intelectuales de alguien] hasta un sinónimo de «persona» e incluso se utiliza como muletilla.[60]
    Del sustantivo «hueva», también derivan «ahuevonado» [usado para significar ‘estúpido, idiota, poco atento o inoportuno’ pues «huevón» ha perdido parte de su carácter despectivo], «huevada, huevear, hueveo, huevinca, huevonaje, huevoncete, huevoncito, huevonear y hueveta».[61]
  • po o pos (monoptongación de ‘pues’ pronunciada con elisión o aspiración del fonema /s/), coloquialismo usado al final de una frase como enfatizador. En el caso de este término, además de Chile, es solamente en el dialecto andaluz en donde se pronuncia de una manera muy similar («po'»), o también de una manera más o menos abierta (también se dice «pué'»), pero no se utiliza como coletilla final de la frase, sino como sustituto de la palabra original 'pues'.
  • ya, con el significado de «sí» o «bueno» ante una invitación o sugerencia.[2]

Préstamos léxicos

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Origen
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Esta variedad ha recibido aportes mayormente de tres fuentes distintas:

Préstamos léxicos de origen mapuche
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En la vigesimosegunda edición del Diccionario de la lengua española (DRAE), se cuentan 302 términos de origen mapuche que abarcan distintos campos semánticos.[64]​ Algunas palabras —excluyendo aquellas que se refieren a comidas típicas, a plantas y a animales endémicos— comúnmente usadas de origen mapuche son:

Voz Mapuche Significado original Significado
apercancar[se] perkan[65] llenar la ropa de hongos; ponerse la ropa amarillenta y de mal olor (también percanearse)[66]
cahuín kawiñ banquete con ocasión de rogativas; fiesta, a veces enredada con borracheras[67][68] ha tomado el sentido de un chisme, un enredo de «dimes y diretes» o, también, una fiesta algo clandestina o una batahola
chalcha, charcha chalcha papada papada, capa de grasa subcutánea que cuelga; cosa de mala calidad[69][70]
chamanto chamall manta de lana[68] manta de dos caras finamente tejida
chape chape, trapel; trapelün trenza, trenzado; trenzar, amarrar[67][68] trenza[71]
cuncuna kungkuna oruga[72] oruga
curiche kurü + che negro + gente persona de piel oscura o negra
funa funa, funan podrido, pudrirse[68] ruina, lo que arruina o echa algo a perder; boicot, cancelación
guarén waren[67] rata noruega
guata wata o watra estómago, vientre[73]
huifa wifilün contonearse con elegancia, sensualidad y donaire[67] interjección para expresar alegría
laucha lawcha o llawcha ratón[74]
malón malon saqueo[67]​ el ataque sorpresivo de los mapuches con propósitos de saqueo por analogía durante el siglo XX, la fiesta en que los invitados llegaban de sorpresa a la casa del anfitrión con bebidas y comestibles
pichintún pichi o pichin pequeño, poco[67] un poco
pichiruchi pichi o pichin + rumen + che pequeño, poco + ser delgado + gente[67][68] gente diminuta; algo despreciable, insignificante
pilcha pelcha; pülcha o pülta montón de varias cosas; arruga ropa, vestimenta, vestuario pobre o en mal estado.[75]
piñén pigen o piñeñ[76] asperezas de la piel al restregarla; mugre, suciedad
pololo 1. pülulun, 2. pololo[77] 1. revolotear como mosca, 2. «moz[o] que acos[a] a las niñas casaderas galanteándolas, i que carec[e] de los medios, o [...] de la voluntad de llegar al casorio»[78] novio;[79]​ nombre común dado a varios coleópteros (Astylus trifasciatus, Golofa minutus, Hylamorpha elegans, o Sulcipalpus elegans, Ligyrus villous y Oogenius virens),[79]​ trabajo ocasional o temporal
puelche puel + che este + gente[80] viento cálido que baja desde la cordillera de los Andes a la depresión intermedia
quiltro kültru, kültro o kiltro originalmente: perro pequeño a mediano y lanudo, con los ojos tapados por el pelo; una de las dos razas de perros autóctonos[81][82][83] perro mestizo, perro callejero
ruca ruka[84] vivienda Mientras en mapudungun el término alude a cualquier vivienda, en castellano se usa para denotar la casa tradicional mapuche; además, se emplea en Chile para ciertas viviendas precarias
trapicarse trapi ají; es decir atorarse con saliva como si tuviera ají[67][68] atorarse con saliva o con comida
Préstamos léxicos de origen quechua
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La siguiente lista ilustra el gran número de palabras —excluyendo aquellas que se refieren a comidas típicas, a plantas y a animales endémicos— de uso cotidiano o rural de origen quechua sureño:

Voz Quechua Significado original Significado
chala zapato rústico que deja partes del pie al descubierto
champa ch'ampa tepe, pedazo de pasto o hierbas con tierra adherida; también cantidad considerable de pelo
chasca, -quilla ch'aska pelo desarreglado): flequillo
chaucha antigua moneda de escaso valor, moneda de poco valor
chaya chaya llegada confeti
chicote correa usada para azuzar al ganado
chupalla sombrero artesanal de paja (achupalla) usado por los huasos
cocaví qukawi colación ligera para viaje
concho qunchu sedimento al fondo de un recipiente; último hijo de una pareja o muy menor a los demás
coronta qurunta el zuro o marlo de la mazorca
encachar k'acha bonito, también se transforma en verbo embellecer; hacer bonito, atractivo
guagua wawa hijo niño pequeño, bebé, lactante, sin distinción del sexo
guaraca warak'a honda cuerda que se enrolla al trompo o peón, zumbel
huasca waska cuerda correa usada para azuzar al ganado
huincha tira delgada de algún material flexible; originalmente cuerda de un largo estandarizado, usada para medir (también usado en Argentina)
llevar al apa apay llevar cargar a alguien en la espalda
nanay dolor caricia para calmar el dolor; también se usa para describir algo adorable
ñeque ñiq'iy músculo energía, fuerza, vigor
pita cuerda, soga
pitearse una cosa pit'ay romper algo en forma brusca, como se corta una cuerda tensa o un palo seco romper una cosa
poto putu < mochica poto, testículo:[85] nalga
pucho puchu sobrante originalmente referido a la colilla del cigarrillo y, por extensión, cigarrillo
suche suchiy[86] enviar presentes, encargar a alguien una encomienda para que la entregue a otro empleado de última categoría[87]
tincar t'inkay[88][89] intuir,[90]​ presentir, entrever, sospechar; tener una corazonada; dar la impresión, parecer
Préstamos léxicos de origen no hispano
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Hay expresiones de origen no hispano y algunos términos provenientes del inglés británico, que fueron arraigándose poco a poco en el vocabulario chileno con la llegada de los inmigrantes europeos no españoles y con la influencia de la televisión:[63]

Voz Origen Significado original Significado
afiche francés affiche, del verbo afficher mostrar, exhibir cartel, póster
bifé francés buffet banco [para sentarse], taburete, aparador[91] aparador o gabinete, mueble con cajones
bistec inglés beefsteak: beef + steak carne de res + filete trozo de carne de vaca, ternera o buey
budín inglés pudding
chao italiano ciao hola, adiós [informal] adiós
chomba inglés jumper jersey[92]
chucrut francés choucroute < alsaciano sürkrüt < alemán sauerkraut: sauer + Kraut ácido, agrio + col o repollo
chutear inglés to shoot disparar, lanzar, tirar disparar (usado en el fútbol)
clóset inglés < francés < latín clausum cerrado armario, ropero, guardarropa, placard o placar
confort de la marca de un papel higiénico, < francés confort < inglés comfort comodidad papel higiénico, papel sanitario o papel toilette
école, école cua italiano eccole qua acá están, aquí están tal cual, exacto; así es, claro
futre francés foutre acomodado, bien vestido, lechuguino, «cuico»[93]
hacer zapping inglés to zap coloquial o informal], borrar, eliminar, suprimir [en computación e informática]; cargarse a, destruir, liquidar
huaipe o guaipe inglés to wipe limpiar o secar tela desmenuzada en fibras usada en talleres mecánicos como absorbente, estopa
jaibón inglés high + born alto, elevado + nacido nacido en noble cuna o aristócrata; cuico, cursi, encumbrado, esnob, pituco, siútico[94]
jeep léase yip de la marca registrada por la empresa estadounidense Willys MB de vehículos todo terreno Jeep
kuchen alemán; léase cujen una especie de tartaleta de frutas
living inglés living room sala de estar cuarto de estar, sala de estar, salón
lobear inglés to lobby cabildear, ejercer presión para obtener algo; instar, presionar
lobby inglés lobby < latín medieval laubia o lobia < antiguo alto alemán louba entrada, salón, tejado[95] vestíbulo, foyer
lumpen alemán Lumpenproletariat población urbana marginal
luquear inglés to look mirar echar una mirada, un vistazo
marraqueta francés Marraquette o Teran-Marraquett[96][97] apellido de los inmigrantes franceses que la habrían inventado tipo de pan, también llamado «pan batido» en Valparaíso y Viña del Mar, y «pan francés» en el Sur del país[7]
overol inglés overalls pantalón con peto [Estados Unidos], pantalón con mangas [Gran Bretaña] mameluco, mono, overol
panqueque inglés pancake masa dulce o salada
parka inglés < aleutiano < ruso < samoyedo[98] chaqueta hecha de piel
ponche inglés punch < hindi pãč cinco —número original de sus ingredientes—[99]
queque inglés sponge cake bizcochuelo
ranking inglés ranking, del verbo to rank clasificación, escalafón, lista, orden o tabla clasificatoria, del verbo clasificar, poner cosas en un orden determinado[100]
rating inglés rating índice de audiencia [en radio y televisión] cuota de pantalla
récord inglés record testimonio escrito de algún evento, mejor logro en deportes[101]
rosbif inglés roast + beef asado + carne de res
short inglés shorts o short trousers pantalones cortos pantalón corto, pantaloncillo
strudel alemán postre típico tradicional de las cocinas alemana y austriaca
suéter inglés sweater
tic inglés tic < francés tic douloureux tirón o movimiento nervioso doloroso[102]
tsunami,[103]​ sunami[104] japonés 津, tsu, + 波, nami puerto o bahía + ola[105] maremoto
vestón francés veston < veste[4] chaqueta
Préstamos léxicos de origen cuestionado
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Voz Origen Significado original Significado
achunchar
  • mapudungun chuchu o chunchu
  • aimara o quechua ch'unchu
  • especie de búho que se encoge cuando se le enfrenta;[67]
  • plumaje[106]
avergonzar, turbar[107]
aguaitar
  • vigía, centinela
  • observar, asomarse, vigilar
  • esperar
cuidar, guardar; acechar, aguardar cautelosamente; mirar, ver; atisbar, espiar; aguardar, esperar[108]
cachar
  • inglés to catch[53]
  • (los estudiosos de la evolución histórica del español en Chile lo suelen asociar a una degeneración del vocablo en desuso catar; catear)
  • agarrar, asir, atrapar, coger, comprender, pescar, pillar, tomar
  • buscar, descubrir[109]
captar, comprender, entender, saber, ver
poncho
  • mapudungun pontro
  • quechua punchu
  • español «poncho»

Otras particularidades

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Por lo general, y como en otros países, en Chile no se cambia la composición de una palabra ya determinada por uso y no es afectada en el uso cotidiano por la sintaxis o gramática; sin embargo, una parte de la jerga juvenil suele asemejarse al argot francés coloquial de los jóvenes o al lunfardo rioplatense. Se da, sobre todo en el área metropolitana de Santiago, donde, en casos como los de las palabras para denominar el metro y la micro, dos medios de transporte en Chile, se invierten las sílabas de cada palabra dando origen a «trome» y «cromi». Este tipo de modificación se utiliza en la jerga informal como imitación burlesca de la jerga hablada por los delincuentes, conocida como «coa»,[114]​ posiblemente derivada de, y equivalente a, el vesre, en la que se invierten las sílabas de muchas palabras, por ej: «broca cochi» es «cabro chico» (niño).

Aunque es poco frecuente, también se practica el «rimbombeo» de las palabras para darle más interés a una frase, por ejemplo «caracho» por ‘cara’ y «tontorrón» por ‘tonto’.

Existen palabras que tienen relación con hechos relevantes en la historia del país, tales como «mandarse un condoro» (relacionado al exfutbolista Roberto Cóndor Rojas y al personaje de historietas Condorito)[115]​ y «clotear» (referido al dirigente sindical Clotario Blest, que era detenido por la policía en todas las manifestaciones; se acuñó el verbo «clotear» para significar «ser detenido», hoy es usado para significar «salir mal algo»).

Según el filólogo Rodolfo Oroz, «uno de los rasgos más sobresalientes del habla chilena [es] el pródigo uso de diminutivos[; e]ste hábito es propio de todas las clases sociales en el lenguaje corriente, pero siempre algo mayor en las mujeres y niños y en la gente del pueblo, en general, y en los campesinos en particular».[116]​ Los diminutivos son usados afectuosa o amablemente en el lenguaje coloquial, por ejemplo: «chiquitito, despacito, pancito, poquito, ratito, tecito» y «vinito», entre otros.[117]

Asimismo, es común el uso de nombres de animales en dichos y expresiones.[118]​ Por ejemplo, «por si las moscas» (‘por si acaso’), «mandarse un condoro» (‘cometer un error’), «pasarlo chancho» (‘pasarlo bien’), «darse una manito de gato» (‘arreglarse, maquillarse’), «ser pavo» (‘ser desatento/estúpido’), «estar pato» (‘estar sin dinero’), «ech[ársele] la yegua» (‘sentir un cansancio repentino y fulminante’), «hacer una vaca» (‘donar dinero para un fin común entre varias personas’), «ser avispado» (‘ser listo/sagaz/vivo’) y «estar como piojo» (‘estar drogado’).[115]​ Otras expresiones son «ser caballo» (‘ser magnífico’), «ser chancho» (‘ser sucio/desaseado/glotón’), «ser choro» (‘ser alguien notable por alguna razón’) —dependiendo del contexto, la palabra «choro» también puede significar ‘altanero’, ‘ladrón’ o ‘simpático’; también es un término vulgar para denominar la vagina—, «ser ganso» (‘ser desatento/estúpido’), «ser pollo» (‘tener poca experiencia’) y «ser un buen gallo» (‘ser un buen hombre’); «cabro, -a» (‘muchacho, -a’), «estar cabreado, -a» (‘estar harto, -a’), y «pollo» (en los sectores bajos, ‘un cobarde’).

Empleo en los medios de comunicación

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Mensaje «Previene el contagio del virus HANTA» en un afiche del Ministerio de Salud de Chile para la prevención del virus hanta en 2015

Medios de comunicación escritos como El Mercurio y La Tercera utilizan prioritariamente un lenguaje sin localismos coloquiales. Sin embargo, las campañas dirigidas a un público joven tienden a usar voseo verbal y términos coloquiales, aunque sin caer en el vulgarismo.

Por el contrario, el periódico La Cuarta, considerado un ícono de las formas populares de expresión, que incluyen léxico de origen indígena,[62]​ está íntegramente escrito en lenguaje informal y familiar, dirigido a los estratos bajo y medio-bajo de la sociedad chilena y con una importante tirada. Por su parte, el semanario The Clinic, que analiza la sociedad y la política del país en forma satírica, está escrito mezclando distintos registros de habla.

Las radios y los canales de televisión alternan los registros según el tipo de programas y su público objetivo.

Véase también

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  1. es-CL es el código de idioma para el español chileno, definido por el estándar ISO (ver ISO 639-1 e ISO 3166-1 alpha-2) y STD.
  2. El español es la lengua administrativa de Chile por haber sido parte de la Corona de Castilla durante la publicación de los Decretos de Nueva Planta.
  3. Francisco Moreno Fernández indica que cada zona posee nombres específicos para las hablas que la conforman: zona norte (tarapaqueño y coquimbano), centro (colchagüino), sur (pencón) y sur-austral (chilote).[27]

Referencias

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Bibliografía

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Bibliografía adicional

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Enlaces externos

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