Hipótesis del tejido costoso

La hipótesis del tejido costoso (ETH, por sus siglas en inglés) relaciona el tamaño del cerebro y del intestino en la evolución (específicamente en la evolución humana). Sugiere que para que un organismo desarrolle un cerebro grande sin un aumento significativo en la tasa metabólica basal (como se observa en los humanos), el organismo debe utilizar menos energía en otros tejidos costosos. El artículo científico que presenta la ETH sugiere que en los humanos esto se logró comiendo una dieta fácil de digerir y desarrollando un intestino más pequeño y con un menor consumo de energía. La ETH ha inspirado muchos proyectos de investigación para probar su validez en primates y otros organismos.

El cerebro humano destaca entre los mamíferos por su tamaño relativo en comparación con el resto del cuerpo. El cerebro de un Homo sapiens es aproximadamente tres veces más grande que el de su pariente vivo más cercano, el chimpancé. Para un primate de su tamaño corporal, el tamaño relativo del cerebro y el del tracto digestivo humano es bastante inesperado, siendo que el tracto digestivo es más pequeño de lo que se esperaría para un primate que tiene el tamaño de un humano. En 1995, dos científicos propusieron un intento de resolver este fenómeno de la evolución humana utilizando la Hipótesis del Tejido Costoso