El Grupo Baqueró (antes Formación Baqueró) es una unidad geológica de edad Aptiense tardía que aflora en la provincia geológica Macizo del Deseado, Santa Cruz, Argentina.[1][2]

Ejemplo de una fronde del orden Bennettital

Históricamente, los sedimentos de esta unidad fueron llamados de diferente manera. En un primer término, fueron bautizados informalmente como "Baqueroense".[3]​ Posteriormente, se le dio el nombre formal de Formación Baquerócon el que fue conocido durante muchos años. Actualmente, la unidad geológica es referida como Grupo Baqueró y se encuentra dividida en tres formaciones geológicas, las cuales son: Anfiteatro de Ticó, Bajo Tigre y Punta del Barco.[2][4]

Litología y ambiente de depositación

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Vista de la Formación Baqueró en el Macizo del Deseado, Santa Cruz

Formación Anfiteatro de Ticó

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Esta unidad es la más basal dentro del Grupo Baqueró. Se apoya sobre sedimentos de diferentes formaciones de edad Jurásico Tardío. Previo a la depositación de los sedimentos de la Formación Anfiteatro de Ticó tuvieron lugar, durante el Jurásico Medio al Jurásico Tardío, movimientos tectónicos conocidos como Fase Araucánica. Estos movimientos crearon un relieve irregular de valles y colinas, que sufrieron meteorización durante el Cretácico Temprano. Sobre este relieve es que inicia la depositación de la Formación Anfiteatro de Ticó y debido a ello, el espesor de esta formación varía grandemente en su área de afloramiento.

La Formación Anfiteatro de Ticó esta representada por conglomerados castaños clasto sostén, areniscas gruesas a finas y pelitas y limolitas grises oscuras. En algunas secuencias hacia el tope de la unidad, se intercalan pelitas con depósitos de tobas muy finas, macizas o escasamente laminadas. Los conglomerados y las areniscas representan ríos entrelazados con una moderada sinuosidad. Estos desembocaban en un gran lago, representado por las pelitas y tobas finas. Con el paso del tiempo, este lago aumentó su nivel de agua debido a un aumento en las precipitaciones, colmatándose luego debido a la caída recurrente de cenizas volcánicas. Al mismo tiempo que el lago modificaba su nivel de agua, los ríos que desembocaban en el mismo cambiaron su régimen de flujo, pasando a ser más arenoso y de mayor sinuosidad.

Formación Bajo Tigre

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Por sobre la Formación Anfiteatro de Ticó se deposita la Formación Bajo Tigre. El contacto entre estas unidades es paraconcordante, debido procesos erosivos locales en el tope de la Formación Anfiteatro de Ticó, que generaron una superficie irregular.

La Formación Bajo Tigre está representada íntegramente por tobas finas a gruesas y brechas piroclástica, de color blanco a castaño, masivas o pobremente laminadas. En algunos niveles se puede observar moderada bioturbación y el crecimiento de paleoraíces, evidenciando exposición aérea y un desarrollo de paleosuelos incipiente.

La alta frecuencia de los depósitos de brechas piroclásticas se asocia con flujos efímeros, encauzados en valles amplios y poco profundos, producidos por precipitaciones torrenciales. La paleotopografía de la Formación Bajo Tigre se interpreta como colinas rodeadas por estos valles con desarrollo de cuerpos de agua fangosos o arenosos.

Formación Punta del Barco

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Esta formación posee una base erosiva, que representaría una discordancia angular de bajo grado. Esta superficie erosiva se ve sobre las formaciones Anfiteatro de Ticó y Bajo de Tigre, pero también sobre las unidades Jurásicas anteriores.

La Formación Punta del Barco está representada en su mitad inferior por conglomerados finos a medianos, clasto sostén, macizos o con una débil imbricación de sus clastos y estructuras entrecruzadas en artesa. Los clastos que componen estos conglomerados provienen de la erosión de los sedimentos infrayacentes, tanto de edad Jurásica como Cretácica. Estos paquetes de conglomerados culminan con areniscas con estructuras entrecruzadas en artesas o, más rara vez, con pelitas laminadas.

En su mitad superior la formación muestra depósitos de tobas laminadas, con estructuras entrecruzadas en artesa o macizas. Estos depósitos tobáceos muestran evidencia de bioturbación o el desarrollo de raíces muy ramificadas.

Los depósitos de la mitad inferior se interpretan como un sistema de ríos entrelazados que se asentaron erosionando el sustrato subyacente. La presencia de algunas tobas y pelitas laminadas se relacionan momentos de bajo caudal de agua en los canales. El progresivo aumento de la actividad volcánica en la zona propició el depósito de las tobas de la mitad superior, las cuales cubrieron paulatinamente el sistema fluvial, reduciéndolo hacia el tope de la unidad. A su vez, una reducción de las pendientes produjo un cambio de regimen en los canales fluviales existentes, pasando a ser un sistema de meandros, de sinuosidad baja y ciclicidad alta. La presencia de raíces en algunos niveles de toba indica un lapso de tiempo con poca caída de ceniza, lo que permitió el desarrollo de suelos y vegetación.

Referencias

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  1. Césari, Silvia et al. (2011). «High-precision late Aptian Pb/U age for the Punta del Barco Formation (Baqueró Group), Santa Cruz Province, Argentina». Journal of South American Earth Sciences. Consultado el 25 de septiembre de 2024. 
  2. a b Cladera, Gerardo et al. (2002). «Estratigrafía del Grupo Baqueró, Patagonia (provincia de Santa Cruz, Argentina)». Ameghiniana, 39(1): 3-20. 
  3. Stipanicic, Pedro N.; Reig, Osvaldo A. (1955). «Breve noticia sobre el hallazgo de anuros en el denominado «Complejo porfírico de la Patagonia Extraandina», con consideraciones acerca de la composición geológica del mismo». Revista De La Asociación Geológica Argentina, 10(4), 215-233. Consultado el 25 de septiembre de 2024. 
  4. Archangelsky, Sergio (1967). «Estudio de la Formación Baqueró. Cretácico Inferior de Santa Cruz, Argentina». Revista del Museo de La Plata. Nueva Serie. Sección Paleontología. Consultado el 25 de septiembre de 2024.