Golpe de Estado en Cuba de 1952

Toma del poder por parte de Fulgencio Batista
(Redirigido desde «Golpe de Estado de 1952 en Cuba»)

El 10 de marzo de 1952, se produjo un Golpe de Estado en Cuba, encabezado por Fulgencio Batista. Ese día, el ejército cubano guiado por el expresidente, mayor general en retiro, y senador Fulgencio Batista, suspende las elecciones que se realizarían el 1 de junio de ese año, llevando a cabo un golpe de Estado, e instaurando en el país una dictadura militar que terminó en las primeras horas del 1 de enero de 1959 con la renuncia de Batista, y el triunfo de la Revolución cubana.

Golpe de Estado de Cuba del 10 de marzo de 1952

Contexto del acontecimiento
Fecha 10 de marzo de 1952
Sitio Cuba
Impulsores Fulgencio Batista, Fuerzas Armadas de Cuba
Motivos Ambición personal, corrupción gubernamental, pandillerismo
Influencias ideológicas de los impulsores Nacionalismo
Anticomunismo
Gobierno previo
Gobernante Carlos Prío Socarrás
Forma de gobierno República semipresidencialista
Gobierno resultante
Gobernante Fulgencio Batista
Forma de gobierno República bajo dictadura militar

Antecedentes

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Las posibilidades reales de Fulgencio Batista (fundador y candidato presidencial del Partido de Acción Unitaria) para las elecciones a realizarse el 1 de junio de 1952 eran muy reducidas, pues Roberto Agramonte, el candidato del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) se presentaba como principal candidato al triunfo, después del suicidio de Eduardo Chibas en 1951.

A raíz de esto, se llevó a cabo una campaña política que, junto con la confabulación militar, creó en la población un clima agitado, el cual estaba destinado a demostrar la incapacidad del gobierno de Carlos Prío Socarrás para mantener el orden, la paz pública, y los derechos de propiedad y libre empresa. Durante el gobierno de Prío había aumentado la violencia callejera de las pandillas (ej. UIR, ARG, MSR) en La Habana, con asesinatos que quedaban impunes, y un aumento de la corrupción gubernamental. Un notorio asesinato ocurrió en febrero de 1952 en La Habana, el del exministro Alejo Cossio del Pino.

Un grupo de jóvenes oficiales en activo (ej. capitanes Jorge García Tuñón, Luis Robaina Piedra, Dámaso Sogo) con algunos políticos descontentos se aprestaban a derrocar a Prío desde el año 1951 y veían a Batista como la figura ideal para el movimiento. Según los planes iniciales, el presidente Prío sería sustituido por su vicepresidente Guillermo Alonso Pujol, aunque Batista tendría el control político y militar en la nueva situación.

El golpe de Estado

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Rueda de prensa en La Habana tras el golpe.

El golpe de Estado se fraguó en secreto entre Batista, militares en activo en el Campamento Militar de Columbia en La Habana (principal del país), oficiales militares en retiro (ej. general de brigada Francisco Tabernilla Dolz, su hijo primer teniente Francisco Tabernilla Palmero, capitán Martín Díaz Tamayo, capitán Pilar García, capitán Roberto Fernández Miranda, cuñado de Batista), y algunos políticos. El 10 de marzo de 1952, alrededor de las 2:40 a. m., 3 autos entraron en Columbia, el primero y el último eran autos de la policía motorizada dirigidos por el teniente de la policía Rafael Salas Cañizares, miembro de la conspiración. En el segundo auto iba Batista con el capitán de Columbia Luis Robaina Piedra, Francisco Tabernilla Palmero, y Roberto Fernández Miranda. Los autos entraron por la posta 4 de Columbia, sin resistencia, porque García Tuñón y Dámaso Sogo estaban en Columbia en ese momento y autorizaron la entrada. La tropa de Columbia y los regimientos militares de otras provincias se sublevaron y se unieron al «cuartelazo» pacífico sin resistencia del gobierno de Carlos Prío, que se asiló en la embajada de México en La Habana, y luego viajó a México y Estados Unidos. Tres militares fueron los únicos fallecidos durante el golpe de Estado: dos del grupo sublevado que atacó el Palacio Presidencial y otro de la guardia que custodiaba al presidente Prío en el palacio. Los altos jefes militares del gobierno de Prío, incluido el mayor general Ruperto Cabrera, jefe del ejército, fueron arrestados sin oponer resistencia y pasados a retiro. Batista, al estar en el poder, nombró a los militares de su confianza en altos mandos militares promoviéndolos de rango. El gobierno que surgía garantizó una mayor seguridad pública.

Fulgencio Batista aumentó el salario de las fuerzas armadas y de la policía, y se asignó un salario anual igual al del presidente de Estados Unidos, suspendió la Constitución de 1940 vigente, el Congreso, y entregó el poder legislativo a un Consejo Consultivo creado por él, integrado por 80 miembros, entre los que estaban personas prestigiosas de la sociedad cubana. Implantó unos Estatutos Constitucionales (sustituyó a la Constitución), designó un Consejo de Ministros, suprimió el derecho de huelga, restableció la pena de muerte (prohibida por la Constitución de 1940), y suspendió las garantías constitucionales.[1]​ Batista convocó a elecciones en 1954, se postuló como presidente por el Partido de Acción Progresista, y ganó la elección presidencial sin ningún candidato de la oposición, que no se presentaron o retiraron su candidatura (Ramón Grau San Martín) alegando fraude electoral. El 28 de enero de 1955 tomó posesión un nuevo Congreso, y el 24 de febrero Batista tomó posesión como presidente, restableció la Constitución de 1940, y promulgó una ley de Amnistía en mayo de 1955, que le otorgó amnistía a los presos del fallido asalto al Cuartel Moncada en 1953, los cuales posteriormente fundarían el Movimiento 26 de Julio.[2]

Reacción

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Algunos políticos, congresistas, gobernadores y alcaldes, y los militares (excepto la plana mayor) se sumaron de inmediato a las filas de los golpistas. También los sindicatos obreros apoyaron a Batista, y el pueblo en general tuvo una actitud pacífica inmediata ante el suceso. Otros buscaron la solución por la vía electoral. La Federación Estudiantil Universitaria fue la más activa fuerza opositora al cuartelazo. Los jóvenes universitarios pidieron armas a Prío para rechazar a los golpistas. Este prometió enviárselas, pero jamás llegaron a manos de estos, que estaban dispuestos a defender la Constitución de la República. El 27 de marzo de 1952, Estados Unidos reconoció oficialmente al régimen de Batista. Como subrayó el embajador estadounidense en La Habana:

las declaraciones del general Batista respecto al capital privado fueron excelentes. Fueron muy bien recibidas y yo sabía sin duda posible que el mundo de los negocios formaba parte de los más entusiastas partidarios del nuevo régimen.[1]

Los partidos políticos en su mayoría se opusieron al golpe de Estado, en primer lugar el Partido Auténtico, y parte de la clase rica cubana también, y apoyó las acciones para derrocar a Batista. El 3 de noviembre de 1958, Batista convocó a elecciones generales, y no se postuló a presidente sabiendo el rechazo popular a su persona. Fue una elección presidencial fraudulenta que ganó el candidato batistiano Andrés Rivero Agüero, que debía asumir la presidencia el 24 de febrero de 1959, pero no ejerció por el triunfo de la Revolución Cubana.

Reacción a mano armada

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El golpe de Estado afectó a la mayoría del pueblo, y el descontento popular fue creciendo con el tiempo. En abril de 1953 el gobierno frustró una conspiración armada (Conspiración del Domingo de Resurrección) contra Batista dirigida por Rafael García Bárcena, que fue apresado junto con otros complotados, incluidos militares en activo. El 26 de julio de 1953 un grupo de revolucionarios dirigidos por Fidel Castro atacó el Cuartel Moncada y el cuartel de Bayamo, con el resultado de 19 soldados y 61 asaltantes muertos. En diciembre de 1956 surgió un movimiento guerrillero organizado por Fidel Castro, su hermano Raúl Castro y el Che Guevara en la Sierra Maestra, y se desarrolló un movimiento de lucha armada urbana clandestina contra Batista, que incluyó algunos actos terroristas (ej. bombas en cines, secuestros de aviones civiles). El 13 de marzo de 1957 se produjo el ataque al Palacio Presidencial donde residía Batista, por jóvenes del Partido Auténtico y del Directorio Revolucionario 13 de marzo para matarlo, pero la acción fracasó.

Otros actos violentos en contra del gobierno de Batista ocurrieron y conspiraciones militares, como la Conspiración de los Puros, ataque al Cuartel Goicuría, sublevación de la base naval de Cayo Loco en Cienfuegos (1957), expedición del yate Corynthia, conspiración de militares del ejército batistiano llamada Conspiración de los Borrachos (noviembre de 1958), que incluyó a los mayores generales Martín Díaz Tamayo y Arístides Sosa de Quesada, fracasaron. La lucha de guerrilla encabezada por Fidel Castro, la traición a Batista de algunos de sus generales, la desmoralización del ejército batistiano, y la retirada del apoyo del gobierno estadounidense a Batista en marzo de 1958, permitió el triunfo de la Revolución cubana y la caída de la dictadura el 1 de enero de 1959.

Véase también

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Referencias

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  1. a b «50 vérités sur la dictature de Fulgencio Batista à Cuba». Opera Mundi (en francés). Archivado desde el original el 6 de julio de 2018. Consultado el 24 de agosto de 2017. 
  2. «Aciertos y Desaciertos: Fulgencio Batista y Zaldívar (1952-1958)».