Glorificación es un concepto con distintos significados dentro de las distintas confesiones cristianas, desde la canonización en la iglesia católica hasta el concepto muy similar de santidad en la iglesia ortodoxa o el de salvación en las iglesias protestantes. La glorificación de la condición humana se concibe en estas soteriologías como un largo y arduo proceso cuyo final es la Gloria,[a]​ donde los cuerpos gloriosos[1]​ residen (los dos que ya lo hacen en cuerpo y alma -Ascensión de Jesús, Asunción de la Virgen María- según la teología católica) o residirán (los de los bienaventurados[b]​ -todos los santos- que desde que mueren, y hasta el juicio final, solo están en alma). Dos episodios evangélicos previos (la Resurrección y la Transfiguración de Jesús) también son significativos en este sentido.

Catolicismo

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Los fieles llenan la plaza de San Pedro del Vaticano durante la misa presidida por las imágenes de los nuevos santos (en la fachada de la basílica), cuya glorificación se reconoce con la canonización por parte del Papa.
 
La glorificación de los mártires Felice y Adautto, fresco de Carlo Carlone en la cúpula de la iglesia parroquial de San Felice del Benaco.

El catecismo enseña que al final de los tiempos, el reino de Dios llegará en su plenitud. Tras el juicio universal, los justos reinarán para siempre con Cristo, glorificados en cuerpo y alma. El mismo universo será renovado. Así pues, el universo visible también está destinado a ser transformado a fin de que el mundo mismo, restaurado a su primitivo estado, ya sin ningún obstáculo, esté al servicio de los justos, participando en su glorificación en Jesucristo resucitado.[c]

El acto de canonización, que en el catolicismo se llama también normalmente "glorificación", dado que en el sentido teológico es Dios y no la Iglesia quien glorifica, está reservado, tanto en la iglesia latina como en las iglesias católicas orientales, a la sede apostólica; y sucede tras la conclusión de un largo proceso que requiere extensas pruebas de que el candidato vivió y murió de una manera tan santa y ejemplar que es merecedor de ser reconocido como santo. El reconocimiento oficial e la Iglesia de tal santidad implica que esa persona está actualmente en el Cielo y puede ser invocado públicamente.

La canonización es un decreto que inscribe el nombre del santo en el martirologio romano y permite que se dé la veneración a ese santo universalmente dentro de la Iglesia. La veneración dentro de la liturgia está regulada por las normas del rito litúrgico individual. En la mayor parte de los días entre semana, si no se celebra una solemnidad, fiesta o memorial obligatorio asignado a ese día, el ritual romano permite la celebración de la misa en honor de cualquier santo inscrito en el martirologio para ese día.[4]

La beatificación es un decreto que permite la veneración pública en una área geográfica limitada o entre ciertas comunidades, como un instituto religioso.[d]

Iglesia ortodoxa

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El zar Alejo I de Rusia (en el cargo entre 1645-1676) rezando ante las reliquias del metropolitano san Felipe II (en el cargo entre 1566-1568) en presencia del patriarca Nikon de Moscú (en el cargo entre 1652-1681). Pintura de Alexander Litovchenko (1886).
 
Las reliquias incorruptas de Juan de Shanghái y San Francisco durante su glorificación en la ciudad de San Francisco en 1994.

La iglesia ortodoxa utiliza el término "glorificación" para referirse al reconocimiento oficial de una persona como santo de la Iglesia.[6][7]

La iglesia ortodoxa rusa usa tanto la palabra канонизация ("canonización")[8]​ como la palabra прославление[9]​ ("glorificación").[10]

Iglesias ortodoxas orientales

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Las iglesias ortodoxas orientales mantienen una tradición doctrinal semejante a la de la iglesia ortodoxa, en la que los mártires no necesitan ninguna glorificación formal. Con el tiempo, la grandeza de su santidad, que es venerada por los fieles, es reconocida por la Iglesia. Según el patriarca armenio Karekin II,

La iglesia armenia no santifica. Reconoce la santidad de los santos o de los que ya es comúnmente reconocida entre el pueblo o ha sido mostrada con evidencia.[11]

Esto está en conformidad con la tradición de otras iglesias de la familia ortodoxa oriental como la iglesia copta ortodoxa, la iglesia ortodoxa siríaca, la iglesia ortodoxa etíope y la iglesia ortodoxa india. Los ejemplos de glorificación de los 21 mártires coptos de Libia[12][13]​ en 2015 o las víctimas del genocidio armenio[14]​ de 1915 sirven simplemente como un reconocimiento oficial dado por la jerarquía a la firme fe de los que dieron sus vidas en defensa de su identidad cristiana.

Protestantismo

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Según el protestantismo o iglesias reformadas hay dos eventos que ocurren durante la glorificación: "la recepción de la perfección por el elegido antes de entrar en el Reino de los Cielos"[15]​ y "la recepción del cuerpo resucitado por el elegido".[16]

La glorificación es el tercer estadio del desarrollo cristiano, siendo el primero la justificación y el segundo la santificación (Rom. 8:28-30). La glorificación es la completación, la consumación, la perfección y la plena realización de la salvación.

Recepción de la perfección

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La glorificación es el medio por el que los elegidos se libran de sus pecados antes de entrar en el Reino de los Cielos.[17]​ Según el cristianismo reformado, la glorificación es un proceso continuo, fluido, por el que los creyentes en Jesucristo, tanto los que han muerto como los que han sido arrebatados en vida (llamados al cielo), reciben cuerpos y almas perfectos y glorificados, sin pecado y semejantes a Cristo.[17]​ No es un proceso doloroso.[18]

Jerry L. Walls y James B. Gould han conectado ese proceso al núcleo o punto de vista de la santificación del purgatorio:[19]​ "La gracia es mucho más que el perdón, es también transformación y santificación, y finalmente, glorificación. Necesitamos más que perdón y justificación para purgar nuestras disposiciones pecadoras y hacernos plenamente listos para el cielo. El purgatorio no es nada más que la continuación de la gracia santificante que necesitamos, por tanto como sea necesario para completar la tarea".[e]​ El concepto de glorificación sería así la alternativa "reformada" (calvinista) al purgatorio católico. Según la teología de la mayor parte de los grupos protestantes no es aceptable la doctrina católica del purgatorio (un lugar para los que han de purgar pecados veniales y no pecados mortales).

Recepción de los cuerpos resucitados

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Detalle del fresco de Miguel Ángel en el muro del altar de la capilla Sixtina donde se representa la resurrección de los muertos en el juicio final.

Tras el juicio final, todos los muertos justos se levantarán y sus cuerpos serán perfeccionados y se convertirán en un cuerpo glorificado. Solo entonces podrán entrar en el cielo. C. S. Lewis parafrasea este pasaje bíblico[21]​ en Weight of Glory: "If we were to see them in their glorified forms we would be tempted to bow down and worship them" ("si los viéramos en sus formas glorificadas estaríamos tentados de inclinarnos y rendirles culto").


Glorificación en el arte

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El martirio de San Mauricio, de El Greco, siglo XVI. En el plano celestial, los ángeles portan palmas y coronas de laurel (símbolos iconográficos del martirio y la recompensa -el triunfo sobre la muerte-). El "rompimiento de gloria" marca la transición al plano terrenal, donde los cuerpos de los mártires (vestidos, desnudos, decapitados) se representan estilizados, casi ingrávidos.
 
Virgen del Magnificat, de Boticelli, siglo XV. Aunque el tema iconográfico primario de esta obra es el de una Madonna (Virgen con el Niño, en este caso es mucho más complejo: Está acompañada de ángeles que la coronan y aparece escribiendo la oración denominada Magnificat ("alaba mi alma al Señor"). Esa alabanza (del hebreo להלל lehalel -"alabar, celebrar, glorificar, cantar, alardear"-) es también, según la mariología, una referencia múltiple a la glorificación: la de Dios Padre (al que directamente se refiere), la de Dios Hijo (que es el que concibe la Virgen), la de Dios Espíritu Santo (que es el que recibe la Virgen), la de ella misma (que será glorificada con su asunción en cuerpo y alma a los cielos), y de todos los justos que serán glorificados (y que pueden confiar en su intercesión). Además, el propio formato (la circularidad del tondo) permite que el marco del cuadro sea una corona vegetal que puede recordar a la de laurel (que simboliza el triunfo) o a una diadema (atributo de dioses y diosas clásicos).

La glorificación es un tema artístico muy común en el arte cristiano. En realidad, lleve o no el título "glorificación" (a veces "apoteosis", utilizando una equivalencia con el término griego clásico), se represente o no el proceso por el que se llega al Cielo; cualquier representación de un santo puede llevar algún atributo iconográfico de su condición de bienaventurado (estar en la Gloria), siendo el más explícito la aureola (brillo dorado que emana del cuerpo), del que el nimbo circular en torno a la cabeza es el más común; mientras que la mandorla o "gloria" (de forma almendrada -formada por intersección de dos círculos vesica piscis-, a veces compuesta de varias bandas de distintos colores) se suele reservar a Jesucristo o la Virgen.[22]​ La intemporalidad de la situación de los santos permite representarlos sin temor a los anacronismos en el tema denominado sacra conversazione ("sagrada conversación"), en el que junto a la Virgen y Cristo pueden aparecer santos de cualquier época, por el único criterio de ser demandados por los comitentes al pintor.

Pero también se utiliza como tema mitológico, tanto en el arte antiguo griego y romano como a partir del Renacimiento (donde no tiene uso religioso sino que aporta valores alegóricos, intelectuales y estéticos). La denominación "apoteosis" (deificación) se utilizaba con un criterio más o menos religioso en la Antigüedad y de forma simbólica en la Edad Moderna.

Y como mitologización de instituciones o familias nobles.

 
Alegoría del Toisón de Oro o Apoteosis de la Monarquía Española en la bóveda del salón de embajadores del Palacio del Buen Retiro (hoy Casón del Buen Retiro), de Lucas Jordán, siglo XVII.[23]

Véase también

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  1. "Glorioso" es el "que goza de Dios en la gloria"; siendo sinónimo de bienaventurado y de beato. Real Academia Española. «glorioso». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).  "Glorificar" es "reconocer y ensalzar a quien es glorioso tributándole alabanzas". Real Academia Española. «glorificar». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).  Más genéricamente, "glorificación" se define como "alabanza encarecida que se tributa a algo digno de honor, estimación o aprecio". Real Academia Española. «glorificar». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). 
  2. En la mitología clásica, los bienaventurados ("afortunados" -véase también buenaventura-) eran los que, tras su muerte, residían en las Islas Afortunadas o los Campos Elíseos (mitología) y no en el Hades; una "buena suerte" o "buena fortuna" en la vida eterna de ultratumba comparable a la de los bendecidos o beatos ("felices") en el cristianismo. Los "bienaventurados" a los que se refieren las bienaventuranzas (Mateo 5:3-12) reciben la promesa de una recompensa más o menos paralela a su definición y que en algunos casos es explícita en cuanto a la glorificación entendida como estar en presencia de Dios en la Gloria: "los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos... los que lloran, porque ellos serán consolados... los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados... los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia... los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios... los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos... vuestra recompensa será grande en los cielos..."
  3. "at the end of time, the Kingdom of God will come in its fullness. After the universal judgment, the righteous will reign for ever with Christ, glorified in body and soul. the universe itself will be renewed. [...] The visible universe, then, is itself destined to be transformed, 'so that the world itself, restored to its original state, facing no further obstacles, should be at the service of the just'," sharing their glorification in the risen Jesus Christ."[2]​ - Véase la versión en castellano en la web oficial del Vaticano Primera parte... Segunda sección... Capítulo tercero... Artículo 12 “CREO EN LA VIDA ETERNA”, VI. La esperanza de los cielos nuevos y de la tierra nueva:[3]​ 1042 Al fin de los tiempos el Reino de Dios llegará a su plenitud. Después del Juicio final, los justos reinarán para siempre con Cristo, glorificados en cuerpo y alma, y el mismo universo será renovado: La Iglesia [...] «sólo llegará a su perfección en la gloria del cielo [...] cuando llegue el tiempo de la restauración universal y cuando, con la humanidad, también el universo entero, que está íntimamente unido al hombre y que alcanza su meta a través del hombre, quede perfectamente renovado en Cristo» (LG 48). 1043 La sagrada Escritura llama "cielos nuevos y tierra nueva" a esta renovación misteriosa que trasformará la humanidad y el mundo (2 P 3, 13; cf. Ap 21, 1). Esta será la realización definitiva del designio de Dios de "hacer que todo tenga a Cristo por Cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra" (Ef 1, 10). 1044 En este "universo nuevo" (Ap 21, 5), la Jerusalén celestial, Dios tendrá su morada entre los hombres. "Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado" (Ap 21, 4; cf. 21, 27). 1045 Para el hombre esta consumación será la realización final de la unidad del género humano, querida por Dios desde la creación y de la que la Iglesia peregrina era "como el sacramento" (LG 1). Los que estén unidos a Cristo formarán la comunidad de los rescatados, la Ciudad Santa de Dios (Ap 21, 2), "la Esposa del Cordero" (Ap 21, 9). Ya no será herida por el pecado, las manchas (cf. Ap 21, 27), el amor propio, que destruyen o hieren la comunidad terrena de los hombres. La visión beatífica, en la que Dios se manifestará de modo inagotable a los elegidos, será la fuente inmensa de felicidad, de paz y de comunión mutua. 1046 En cuanto al cosmos, la Revelación afirma la profunda comunidad de destino del mundo material y del hombre: «Pues la ansiosa espera de la creación desea vivamente la revelación de los hijos de Dios [...] en la esperanza de ser liberada de la servidumbre de la corrupción [...] Pues sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto. Y no sólo ella; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, nosotros mismos gemimos en nuestro interior [...] anhelando el rescate de nuestro cuerpo» (Rm 8, 19-23). 1047 Así pues, el universo visible también está destinado a ser transformado, "a fin de que el mundo mismo restaurado a su primitivo estado, ya sin ningún obstáculo esté al servicio de los justos", participando en su glorificación en Jesucristo resucitado (San Ireneo de Lyon, Adversus haereses 5, 32, 1).
  4. "Beatification, in the present discipline, differs from canonization in this: that the former implies a locally restricted, not a universal, permission to venerate, which is a mere permission, and no precept; while canonization implies a universal precept"[5]
  5. "Grace is much more than forgiveness, it is also transformation and sanctification, and finally, glorification. We need more than forgiveness and justification to purge our sinful dispositions and make us fully ready for heaven. Purgatory is nothing more than the continuation of the sanctifying grace we need, for as long as necessary to complete the job".[20]

Referencias

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  1. Juan del Carmelo, Cualidades del cuerpo glorioso, Religión en libertad, 24.08.2009
  2. Catechism of the Catholic Church, 1042, 1047
  3. Catecismo de la Iglesia Católica
  4. General Instruction of the Roman Missal, 355
  5. Beccari, Camillo. "Beatification and Canonization". The Catholic Encyclopedia. Vol. 2. New York, New York: Robert Appleton Company, 1907. Accessed 27 May 2009.
  6. "The Glorification of Saints in the Orthodox Church" (enlace roto disponible en este archivo). by Fr. Joseph Frawley
  7. «The Glorification of the Saints in the Orthodox Church». 
  8. «Почему был канонизирован Николай Второй?». 
  9. «Прославление святых – это не дело узкого круга специалистов, это дело всей Церкви.». 
  10. «The Glorification of Saints». www.fatheralexander.org. 
  11. The Armenian Church doesn't sanctify. It recognizes the sanctity of saints or of those people that is already common among people or has been shown with evidence.«Armenian Apostolic Church to canonize Armenian Genocide victims on April 23 after long interval». 3 February 2015. 
  12. «Christians Mourn Their Relatives Beheaded by ISIS». Time. 
  13. «Coptic Church recognises martyrdom of 21 Christians killed by ISIS - CatholicHerald.co.uk». 23 February 2015. 
  14. «Armenian Church irritates Turkey with plans to canonize genocide victims». 
  15. ... "the receiving of perfection by the elect before entering into the kingdom of heaven,"...
  16. ... "the receiving of the resurrection bodies by the elect".
  17. a b «Glorification» (en inglés). Protestant Reformed Churches in America. Consultado el 23 de mayo de 2019. 
  18. Walls, Jerry L. (2002). Heaven: The Logic of Eternal Joy (en inglés). Oxford University Press. ISBN 9780199880553. 
  19. James B. Gould, Practicing Prayer for the Dead: Its Theological Meaning and Spiritual Value (Wipf and Stock 2016), pp. 73−76
  20. Jerry L. Walls, Purgatory: The Logic of Total Transformation (Oxford University Press 2012), p. 174; cf. Jerry L. Walls, Heaven: The Logic of Eternal Joy (Oxford University Press 2002), pp. 53−62 and Jerry L. Walls, "Purgatory for Everyone"
  21. Deuteronomio, 4:19, en distintas versiones en lengua inglesa - ídem, en distintas versiones en lengua española.
  22. La aureola: orígenes y significado, Holyart, 13 de junio de 2019.
  23. Pedro Montoliú, El Casón del Retiro: la sala napolitana que se salvó por su bóveda, Madrid Diario, 26 de noviembre de 2013.

Enlaces externos

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Protestantismo