En la mitología nórdica, Gimlé era uno de los lugares donde los supervivientes de Ragnarök habrían de vivir. Es mencionado en la Edda prosaica y en Völuspá. Es descrito como el lugar más hermoso sobre la Tierra, más hermoso que el Sol. Tras el Ragnarök, en el que fallecerían la mayoría de los Dioses y seres de la tierra, dos humanos y algunos Aesir sobreviven, repoblando el mundo. Gimlé es uno de los lugares que no son destruidos durante el Ragnarök y que perdurarán después de este. Es descrito como el último lugar que permanecerá, en el que vivirán los dioses y los hombres correctos de todos los tiempos.[1]

Referencias

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  1. Davidson, H. R. Ellis, Gods and Myths of Northern Europe, Penguin Books, England, ISBN 978-0-14-013627-2 p. 28