En Galicia, un furancho es un local utilizado principalmente como vivienda privada, pero cuyos propietarios venden el excedente del vino de la cosecha propia acompañado de tapas que ellos mismos preparan.[1]

Furancho en Redondela (Pontevedra).

Era tradición de estos locales anunciarse colgando una rama de laurel en un lugar visible, motivo por el que también se les conoce como «loureiros» (de «laurel» en gallego). Su funcionamiento suele estar limitado al invierno, la primavera y el principio de verano, hasta que se agotan las existencias del excedente de la cosecha.

Semiclandestinos en su origen, desde el año 2012 han quedado regulados por el decreto 215/2012 de la Junta de Galicia.[2]

Referencias

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Bibliografía adicional

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