Frontera lingüística
Una frontera lingüística es una frontera que separa dos territorios donde se habla dos variedades lingüísticas diferentes (lenguas o dialectos).
Si las dos variedades corresponden a sistemas lingüísticos no emparentados, esta frontera marca también el límite de una generalizada incomprensión mutua. Por el contrario, en caso de un continuum lingüístico, no es muy pertinente establecer una línea fronteriza, ya que la transición se efectúa sobre una franja más o menos extendida. La frontera es en estos casos definida sobre la base de una determinada isoglosa, o de un "haz de isoglosas" o "ramillete isoglósico" (en caso de que el mismo exista).
Entre los ejemplos de fronteras lingüísticas conocidas, pueden citarse:
- Límite entre lenguas románicas y lenguas germánicas, que atraviesa Bélgica, Francia, Suiza e Italia, en donde la frontera lingüística belga y la de Mosela son una parte.
- Límite entre el bretón y el galó.
- Frontera entre langue d'oc y langue d’oïl.[1]
Un enclave lingüístico es una zona lingüística completamente delimitada por una frontera lingüística (consultar Lengua insular y Céltico insular).
Ejemplos
editar- Frontera lingüística en Bélgica.
- Frontera lingüística bretona.
- Frontera lingüística en Mosela (Departamento de Mosela en Francia).
- Röstigraben (frontera lingüística) entre la Romandía (Suiza francesa) y la Suiza alemana (véase también: Límites lingüísticos en Suiza).
Véase también
editarReferencias
editar- ↑ Charles de Tourtoulon et Octavien Bringuier, Étude sur la limite géographique de la langue d’oc et de la langue d’oïl (avec une carte), Paris: Imprimerie Nationale, 1876
Enlaces externos
editar- Esta obra contiene una traducción parcial derivada de «Frontière linguistique» de Wikipedia en francés, publicada por sus editores bajo la Licencia de documentación libre de GNU y la Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional.