Expedición de Francisco César

En 1528 Francisco César y un grupo de compañeros realizaron una expedición al interior de la actual Argentina, siendo la primera vez que los europeos se internaron en la región central del país. La expedición fue parte del viaje de Sebastián Caboto a las islas Molucas, que desvió su ruta y se internó en la cuenca del Plata. César y sus compañeros originaron la leyenda de la mítica Ciudad de los Césares al relatar que habían visto una ciudad en la que abundaba el oro y la plata.

Antecedentes

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La expedición de Caboto partió de Sanlúcar de Barrameda el 3 de abril de 1526 con destino a las Molucas vía el estrecho de Magallanes. Al recalar en la isla de Santa Catalina en las costas del Brasil, dieron con náufragos de la expedición de Solís al Río de la Plata que les relataron fantásticas historias sobre la riqueza del interior del continente. Caboto desvió su ruta a las Molucas y se internó en el río de la Plata en busca del Rey Blanco y la Sierra de la Plata explorando los ríos Uruguay, Paraná y Paraguay. El 27 de mayo de 1527 inició la construcción del fuerte Sancti Spiritus en la confluencia de los ríos Carcarañá y Coronda, cerca de su desembocadura en el Paraná. En abril de 1528 llegó a Sancti Spiritu la expedición comandada por Diego García de Moguer, desviada también de su viaje a las Molucas, y que unió fuerzas con Caboto.

Fuentes de relatos de la expedición

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Una fuente contemporánea de César es el relato de Pedro Cieza de León en su Guerra de Chupas, capítulo LXXXV. Cieza de León afirma haber conocido a César en Cartagena de Indias.[1]

Teniase gran noticia de las provincias que se extienden á la parte occidental, por donde corre el grande é muy poderoso rio de la Plata, que cuando sale á entrar en el Océano más parece algun seno de mar que rio; é como en los tiempos pasados se descubrió la entrada de este rio, ciertos españoles que fueron por él arriba, é allegaron á las provincias, contaban grandes cosas, é la fama é aún los acaecimientos siempre los engrandecen más de lo que es. Deciase que habia tanta cantidad de metal de plata é oro, que no lo tenian los indios en nada, é asimesmo se vieron piedras preciosas de esmeraldas; é yo conoci á Francisco de César, que fué capitan en la provincia de Cartagena, que está situada en la costa del Océano, y á un Francisco Hogaçon, que tambien es de los antiguos conquistadores de aquella provincia, é muchas veces los oia hablar, é afirmar con juramento, que vieron mucha riqueza é grandes manadas del ganado que acá llamamos ovejas del Perú, é los indios bien vestidos é de buen parecer, é otras cosas muchas que no hacen á mi escritura saberlas.

La relación más desarrollada sobre la expedición de César es la hecha por Ruy Díaz de Guzmán en su obra Anales del descubrimiento, población y conquista del Río de la Plata, conocida como La Argentina manuscrita, libro I, capítulos VI y IX, que terminó en 1612. Díaz de Guzmán afirma que obtuvo los datos de la expedición ocurrida más de 80 años antes de boca del capitán Gonzalo Sánchez Garzón en el Tucumán, de quien dice que conoció a César en Lima.[2]

La conquista de los Césares según me certificó el capitán Gonzalo Sánchez Garzon, vecino del Tucumán y conquistador antiguo del Perú, el cual me dijo haber conocido, comunicado a este César, en la ciudad de los Reyes, de quien tomé las relaciones para expresarlas en este capítulo.

Se sabe que César nunca estuvo en la Ciudad de los Reyes (Lima, fundada en 1535) pues entonces se hallaba en Colombia. Ni tampoco estuvo en el Perú, descubierto en los momentos en que él realizaba su expedición.

La fuente de datos más segura es el interrogatorio realizado a Caboto y a otros expedicionarios a su regreso a España, durante el juicio que se le siguió, conservado en el Archivo de Indias.

Destino de la expedición

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La mayoría de los historiadores consideran como apócrifa a la relación de la expedición que hace Díaz de Guzmán. El investigador chileno José Toribio Medina en su libro El veneciano Sebastián Caboto: al servicio de España y especialmente de su proyectado viaje á las Molucas por el Estrecho de Magallanes y al reconocimiento de la costa del continente hasta la gobernación de Pedrarias Dávila impreso en 1908, hizo un estudio comparado en el que demuestra los errores del relato.[3]

(...) donde Sebastián Gaboto tomó puerto y le llamó de Sancti Spiritus, el cual visto la altura y comodidad de esta escala, fundó allí una fortaleza de madera terraplenada con dos torreones y cubos bien cubiertos, y corriendo a la redonda tuvo comunicación con los indios de la comarca, con algunos de los cuales trató amistad y pareciéndole muy conveniente reconocerlo más adelante, digo adentro de la tierra para el fin que pretendía de descubrir por aquel camino entrada para el reino del Perú. Despachó cuatro españoles con uno llamado César, que fuese a este efecto por aquella provincia y entrase caminando por su derrota, entre el mediodía y Occidente y topando con alguna gente de consideración, se informasen de la tierra y con lo que descubriesen dentro de cuatro meses volviesen a darle cuenta de lo que había. Con esta orden se despachó César y sus compañeros de los cuales en su lugar haremos mención por decir lo que hizo Sebastián Gaboto.

En este relato del capítulo IV,[4]​ Díaz de Guzmán dice que Caboto despachó caminando a César y 4 compañeros desde Sancti Spiritus entre el mediodía y Occidente para descubrir una entrada al Perú, debiendo retornar a los 4 meses. Sin embargo, se objeta que para entonces no se había iniciado la conquista del Perú, del cual solo había vagas noticias en España a causa de la expedición de Pascual de Andagoya, conociéndose la existencia del Imperio incaico en su extremo Norte (actual Colombia y Ecuador) pero nada se sabía de su extensión hasta la actual Argentina. Díaz de Guzmán ratifica en el capítulo IX su afirmación de que la expedición iba hacia el Perú:

En el Capítulo VI de este libro dije como Sebastián Gaboto había despachado a descubrir las tierras australes y occidentales, que por aquellas partes pudiesen reconocer según le pareció al dictamen de su entendimiento y cosmografía, que por allí era más breve y fácil camino para entrar al rico reino del Perú y sus confines para lo cual dijimos haber enviado a César y sus compañeros a este efecto desde la fortaleza de Sancti Spiritus ...

Las investigaciones de Medina respecto de los movimientos de Caboto, lo llevaron a afirmar que César debió partir de Sancti Spiritus entre mediados y fines de noviembre de 1529.

Díaz de Guzmán afirmó que los expedicionarios atravesaron una cordillera que se unía con la cordillera de los Andes:

(...) de donde saliendo a su jornada se fueron por algunos pueblos de indios y atravesando una cordillera, que viene de la costa del mar y va corriendo hacia el poniente y septentrión hasta juntarse con la general y alta cordillera del Perú y Chile, habiendo entre la una y la otra muy grandes espacios y valles poblados de muchas naciones. Pasaron de aquel cabo corriendo su derrota por muchos lugares de indios que les dieron pasaje con razonable tratamiento y continuando sus jornadas resolvieron hacia el sur y, entraron a una gran provincia de mucha multitud de gente, muy rica de plata y oro, que tenían mucha suma de ganados, carneros de la tierra de cuya lana labraban grandísima cantidad de ropa bien tejida.

De acuerdo a los cálculos de Medina, la expedición estuvo de regreso a los dos meses y medio, por lo que afirmó que yendo caminando a un promedio de 5 leguas por día, no pudieron haber llegado más allá de las sierras de Córdoba. Siendo ese el único lugar en donde pudieron hallar indígenas que trabajaran los metales, los comechingones o quizás los diaguitas.

Número de expedicionarios

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Respecto del número de expedicionarios, que Díaz de Guzmán dice eran César y 4 más, Caboto afirmó en el interrogatorio que por todas serían obra de quince. Uno de los expedicionarios, Juan de Valdivieso respondió en el interrogatorio que habían sido 14. En el interrogatorio, Nicolao de Venecia afirmó que Caboto dió licencia á ciertas personas repartidas por tres caminos, para que fuesen á descobrir las minas. Lo que fue confirmado por Pedro de Morales diciendo que una columna tomó por los quirandíes, otra por los curacuraes y otra por el río del Curacuraz. Lo que significa que una columna fue hacia el suroeste en dirección de los querandíes, y las otras hacia el oeste siguiendo el río Carcarañá y hacia la tierra de los carcarañáes.

En el interrogatorio Nicolás de Nápoles respondió que César retornó con siete ó seis comapañeros. Valdivieso respondió que César retornó al fuerte con obra de siete personas. Sobre el resto de los expedicionarios nada se encuentra en ninguna fuente, lo que ha dado a creer a algunos escritores que llegaron hasta el Perú.

Relato sobre los indígenas

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Estos naturales obedecían a un gran señor que los gobernaba, y pareciéndoles más seguro a los españoles meterse bajo de su amparo determinaron de irse derecho a este señor, ante quien llegados con la reverencia y acatamiento debido le dieron su embajada por las mejores señas que les fue posible. Dándoles satisfacción de su venida, y pidiéndole amistad de parte de Su Majestad que era un poderoso príncipe que tenía sus reinos y señoríos de la otra parte del mar, no porque tenía necesidad de adquirir más tierras y señoríos ni interés alguno de amistad de otro príncipe. Anduvieron los españoles con gran tiento en tratar de otra religión con aquel gran señor por no caer en su desgracia y, así fueron de él humanamente recibidos haciéndoles buen tratamiento y hospedaje, gustando mucho de la conversación y costumbres de los españoles, teniéndolos en su casa muchos días, hasta que César le pidió licencia para poblarse con sus compañeros, y siendo otorgada mandó dar a cada uno muchas piezas de oro y plata, y toda cuanta ropa muy buena pudiesen traer y algunos indios que los acompañasen y viniesen sirviendo por orden de su señor.

Retorno a Sancti Spiritus

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Díaz de Guzmán dice que César retornó a Sancti Spiritus y lo encontró destruido.

Atravesando por toda aquella tierra vinieron por sus derrotas, hasta llegar a la fortaleza de donde salieron la cual hallaron desierta y asolada con el desdichado suceso de don Nuño de Lara y los demás que con él murieron ...

Medina demostró que el retorno de César debió ocurrir a mediados de febrero de 1529, calculando que el fuerte fue destruido en septiembre de ese año, por lo que desestima el relato de Díaz de Guzmán. Se sabe también que César acompañó a Caboto a su regreso a España en octubre de 1529, lo que desestima que haya encontrado destruido el fuerte y viajado por tierra hacia el Perú como afirmó Díaz de Guzmán.

(...) lo cual visto por César determinó volverse a aquella provincia y puesto en ejecución salieron de aquel sitio del cual caminaron por muchas regiones y comarcas de indios de diferentes lenguas y costumbres, hasta que vinieron a subir una cordillera altísima y áspera, de la cual mirando al hemisferio vinieron una parte del mar del Norte, y a otra el del Sur, aunque a esto no me he podido persuadir por la distancia que hay de un mar a otro, porque tomando lo más angosto podría ser el rincón del estrecho de Magallanes, y hay desde la boca de la parte del norte hasta la que está a la del sur más de cien leguas y así entiendo fueron engañados de unos grandes lagos que por noticia se sabe caen a la parte del norte, y que mirados de lo alto juzgaron ser el mismo mar, de donde caminando por la costa del sur muchas leguas salieron hacia Atacama y tierra de los Lipez, y dejando a la mano derecha los Charcas, se fueron en demanda de la del Cuzco, y entraron en el reino al tiempo que Francisco Pizarro acababa de prender a Atahualpa en los campos de Cajamarca, como consta de su historia.

El relato de la llegada al Cuzco al momento del apresamiento de Atahualpa es completamente falso, dado que eso ocurrió el 16 de noviembre de 1532, año en que César se hallaba en Venezuela acompañando a Pedro de Heredia, muriendo luego en Darién en 1538. Es en esos momento cuando Cieza de León lo conoce. Tampoco existe documento ni mención alguna que acredite la llegada de los expedicionarios al Perú que menciona Díaz de Guzmán.

Al retornar los expedicionarios afirmaron que habían visto riquezas, lo cual es confirmado en el interrogatorio por Valdivieso quien respodió que los expedicionarios había dicho a Caboto «que ellos habían visto grandes riquezas de oro e plata é piedras preciosas, é queste testigo vido las riquezas del dicho oro é plata é piedras preciosas».

Referencias

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  1. Guerra de Chupas. Autor: Pedro Cieza de León. Capítulo LXXXV, pág. 300.
  2. Anales del descubrimiento, población y conquista del Río de la Plata. Autor: Ruy Díaz de Guzmán. Libro I. Capítulo IX
  3. El veneciano Sebastián Caboto: al servicio de España y especialmente de su proyectado viaje á las Molucas por el Estrecho de Magallanes y al reconocimiento de la costa del continente hasta la gobernación de Pedrarias Dávila. Autor: José Toribio Medina. Editor: Impr. y encuadernación universitaria, 1908
  4. Anales del descubrimiento, población y conquista del Río de la Plata. Autor: Ruy Díaz de Guzmán. Libro I. Capítulo VI