Enramadas es una tradición festiva en varias regiones de España. Las ventanas de cada pueblo se quedaban engalanadas para la ocasión con ramas de olivo, de cerezo, de almendro... o cualquier otro árbol del país.

Esta tradición, perdida en muchas localidades, consistía en que los mozos del pueblo rondaban a las mozas que les gustaban o aquellas que les tenían simpatía.[1]

En otros lugares, en su origen se celebra con motivo de la boda de alguna hija del pueblo, nunca del varón, y se hace justamente la víspera por la tarde y noche. Su objetivo o uno de ellos suele ser felicitar a la familia y en especial a la novia. Según la costumbre, podía ser con ramo colocado en el tejado, en un alero o parte alta del tejado, o bien se colocan a la entrada de la casa o en un pórtico de entrada, con forma de arco, previo permiso del padre como consentimiento a la celebración. En un principio el ramo era de acebo, más tarde pasó a ser de pino, a raíz de la repoblación forestal de los montes. Normalmente A medida que se va acercando la hora, se van colocando las ramas y decorándolas con flores, cintas de colores y otros adornos como caramelos o rosquillas, en ocasiones cantando coplas y canciones populares. Después de la boda, quedaba la enramada como testigo, se comían sus dulces entre amigos y vecinos y, poco a poco, el viento, el sol, la lluvia, la nieve y los pájaros la iban dejando en su esqueleto. Hasta que pasado mucho tiempo se quitaba.

Referencias

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  1. «La fiesta de la enramada en dos municipios castellanos». Consultado el 15 de diciembre de 2018.