Discusión:El amor en los tiempos del cólera

Último comentario: hace 4 años por Jost Riedel
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Porque una foto de un barco estado unidense? --Jost Riedel (discusión) 16:02 19 mar 2020 (UTC)Responder

Creo que el final que esta plasmado en la página cuando asegura que Fermina y Florentino fallecen a causa de un infeccion por colera esta totalmente errada. El final de la novela a mi parecer debe ser interpretado como un evento surrealista en el cual los protagonistas deciden quedarse el tiempo de vida que les queda viviendo un idilio que siempre desearon. La bandera del colera en el barco solo fue izada para poder realizar el viaje sin interrupciones.


si tal cual.Ademas para mi la novela me parece muy encerrada en amor y tristesas por eso recomiendo que se la lean

ESTO ME HA OCURRIDO A MI, EN SEPTIEMBRE DE 2008, SOY AHORA MUY FELIZ Y LA HISTORIA DE GABO SE HA HECHO REALIDAD EN MI CASO....


6) JUAN JOSE Y CRISTINA, CRUZANDO LA BARRERA DEL TIEMPO DURANTE 48 AÑOS.


Juan José conoció a Christina en 1960, cuando la ciudad se preparaba para otros carnavales que serían los primeros de esa bella década de los 60. Ambos niños, cruzaron sus miradas quizá con el rubor propio de esa época. Las hormonas no habían empezado a martillar en la sangre de Juan José, pero la imaginación, similar a la de un escritor de ciencia-ficción, comenzaba a hacer mella en ese joven e inexperto cerebro…hacía poco sus amigos imaginarios pugnaban por dejarlo. Ya habían aguantado esas historias de tribus de gente que vestían con mimbres y caminaban entre el barro de una lluvia constante…caballos alados cruzaban unos cielos llenos de luces de aparatos que volaban…Juan José quizá necesitaba una amiga de verdad pues las imaginarias no aceptaban ese mundo fantasioso.

Juan José no se cansaba de contarle a Cristina sus batallas de naves espaciales defendiendo a la tierra de ataques alienígenas. Solo que la Christina de verdad no sabía de las fantasías de ese chico a quien llamaban “el sollado” sus compañeros del colegio.

Juan José nunca dijo nada a Christina. Todo quedó en fantasías. Él cambió de colegio y quedó el recuerdo de esa hermosa niña rubia como una marca imborrable que acompañaría sus realidades y fantasías durante los siguientes 48 años.

Pero siguió hablándole casi a diario a esa Christina de fantasía que sí lo escuchaba. Le contó del nuevo colegio…de sus compañeras de clase, pues en ese colegio, niños y niñas iban juntos a clase.

Otro cambio de colegio y ya Crhistina poco aparecía en las charlas nocturnas de Juan José. Se hacía mayor y las fantasías quedaban atrás. Pero el recuerdo seguía vivo. Sobre los 14 años de Juan José, su vida volvió a cruzarse con la de Christina. Pero ya como adolescentes, las inexpertas maneras de Juan José no acertaban a decir las mágicas palabras que habrían cambiado la historia de ellos dos.

Así, que a instancias de Christina, el muy iluso de Juan José “se hace novio” de la mejor amiga de Christina. Eso dura poco, pero a Juan José lo toma muy a pecho porque es su primer amor y fracasa estrepitosamente.

Christina se ha convertido en una hermosa rubia escandinava en medio de unos pretendientes que ahogan la presencia de Juan José. Como un lobo herido, Juan José abandona esa Barranquilla de sueños para emprender una realidad muy distinta a la que había planeado. Comienza la universidad y en medio de una convulsa Colombia, Juan José abandona los estudios y se dedica a escribir y leer. Ciencia, política y poesía barren el panorama de esos convulsos días, previos a un viaje a España que su padre ha determinado para él.


Llega 1971 y Juan José se despide entre sollozos de esa primera juventud que ha sido un fracaso en casi todo, pero ya no están a su lado ni la Christina de verdad ni la de fantasía para contarles que se va con muchas etapas por cumplir.

En esos días solo una hermosa morena, se cruza en el camino de Juan José antes de salir hasta tierras ibéricas. La explosión sexual es enorme pero el viaje rompe ese hermoso vínculo. El antes orgulloso varón, mira con envidia como otros jóvenes pueden disfrutar de las mieles y las leches del amor. Sólo en 1973 logra establecer una duradera relación con una subdita española que habrá de darle dos hermosos hijos.

Pero el recuerdo de Christina sigue firme en la mente de Juan José. Como si lo sucedido en la Barranquilla de 1960 estuviese cantado por los dioses, y la letra escrita por un fabricante de estrellas.


Los dos se pierden de vista por muchos años. Se encuentran de nuevo, fortuitamente, en la misma ciudad que habitarán por años, pero que respetando su nueva condición de respetables esposos de sus respectivas parejas, solo se saludan cordialmente en los ocasionales encuentros que tienen. La procesión va por dentro, se dice en Colombia cuando alguien calla un fuerte sentimiento.

Pasan lustros con suerte desigual para los dos. Juan José cambia constantemente de pareja, cambia de trabajo, cambia de aspecto, cambia de todo, pero solo sigue presente esa imagen en su cerebro de esa hermosa niña rubia llamada Christina.

Por su parte, Christina es una madre dedicada y una amable esposa los siguientes 30 años. Pero la fatalidad acaba con esa historia feliz. La convulsionada Colombia, en manos de mafias, guerrilleros convertidos en narcotraficantes, es ahora en los inicios del siglo XXI, el más controvertido país de Suramérica. En un atentado Crhistina y su esposo son gravemente heridos, a consecuencia de lo cual, Christina queda viuda, como miles de mujeres azotadas por la fatalidad en su país, en una suerte de desgracia ganada a pulso por una ensoberbecida sociedad deseosa de tomar el cielo por asalto.

Se suceden hechos luctuosos como la Toma del Palacio de Justicia, la guerra entre narcos de l985 a 1993, la guerra de Irak y la guerra de los Balcanes, el atentado de las torres gemelas de New York…nuestros hijos crecen en medio de este mundo de violencia y desesperanza. No hay tiempo para disfrutar de recuerdos y la vida cobra a ambos su pago en vidas de familiares y decrecimiento de la felicidad.


Tantos temas no hablados por Christina y Juan José. La vida fue gastando años, unas veces felices, otras veces sentidos como castigos. Pero contra todo pronóstico, cuando ambos esperaban vivir una vejez cada día más cercana como una vivencia más y propia de la gente madura que viene de mil batallas, vuelven a cruzarse en el camino. Esta vez ambos piensan que ya está bien de jugar al gato y al ratón con el destino. Por primera vez, Juan José cuenta sin la menor vergüenza a Christina que la ama. Que siempre la ha querido. Ella por primera vez siente que es realmente amada y que no hay forma de quitar amables palabras a Juan José de la boca. Enloquecido de amor, Juan José le escribe incansablemente y cuenta a Christina como ha sido esa travesía del desierto de 48 años y el cúmulo de recuerdos desde esa Barranquilla hasta este Madrid que será al fin la sede de esta nueva vida.


Como una supernova, la realidad explota al fin en sus corazones, esta vez con un océano de por medio. Y con unas vidas llenas de intenso pasado. Por primera vez los dos saben que es su último intento. Que ya no quedan balas en la recámara. Saben que no será fácil y confían que la sinceridad de lo sucedido en sus vidas tiene que tener un buen final. Él sabe que será el último hombre en la vida de ella.


El final está por ver, pero dado el actual ambiente de incertidumbre en lo económico y en lo social de nuestros países, lo único certero es que esto no será aburrido. No será anodino sino convulso y nos será solicitada la mayor de las fuerzas espirituales. Si siempre anteponen el amor acumulado en tantos años y los recuerdos bellos de nuestros hijos y nuestras vidas en general, si la humildad es nuestro escudo defensor y nuestra guía y hoja de ruta es ser felices y cuidar la felicidad de la pareja, el éxito estará en haberlo intentado. Cuando ya no estemos entre los vivos, quizá nuestros hijos sí recuerden que esta historia ya fue contada por un premio Nobel de literatura. “El amor en los tiempos del cólera” es una historia similar, de 50 años de amor cuando la soledad nos ha quedado claro que puede ser de 100 años ó eterna, si callamos cuando debemos gritar “te quiero” a quien realmente ha ocupado el trono en ese sitio privilegiado del corazón que todos tenemos. El sitio que siempre ocupó Christina en ese convulsionado corazón.

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más que la muerte es la vida la que no tiene límites Una gran obra si señor 85.85.73.174 (discusión) 20:39 2 mar 2011 (UTC)Responder

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