Dialecto madrileño
El dialecto madrileño es la variedad dialectal del idioma castellano hablada en la ciudad de Madrid (capital de España) y, en sentido más amplio, en el área metropolitana de Madrid.
Entre los rasgos propios de estas variedades tenemos:
- Yeísmo, indistinción de /ll/ e /y/ (calló / cayó), general en todas las clases sociales.[1] Según Alonso Zamora Vicente, el yeísmo se ha extendido a casi toda España, siendo la metrópoli madrileña su principal centro difusor actual.[1] Según lo que sugiere Navarro Tomás, las clases altas madrileñas aún conocían la diferencia de pollo (animal) y poyo (asiento) a mediados del siglo XX, pero como afirma Zamora Vicente esto podía deberse a la presión escolar. En las grabaciones que existen de ilustres madrileños nacidos a finales del siglo XIX, como Alfonso XIII, ya se observa el yeísmo, con lo que se puede afirmar que la innovación ya habría surgido en la capital, como mínimo, durante el siglo XIX.
- Aspiración de las /s/ implosivas.[2] Esta característica es común con todos los dialectos del sur de España, y se da desde al menos el siglo XIX, atestiguado en esta descripción hecha por Benito Pérez Galdós de Fortunata, una madrileña de clase humilde, en la novela de 1887 Fortunata y Jacinta:
Las eses finales se le convertían en jotas, sin que ella misma lo notase ni evitarlo pudiera, y se comía muchas sílabas.[3]
- Esta aspiración de /s/ es particularmente ostentosa delante de consonantes velares: se ha escondido en el bosque suena como se ha ejcondi(d)o en el bojque. Esto se puede dar en el dialecto madrileño aunque es más suave que en el dialecto manchego.
- Frecuentemente se elide la /d/ final, como en la mayoría del mundo hispanohablante, pero también se ensordecen a menudo, volviéndose una /θ/, por ejemplo: verdad > verdaz. Esta pronunciación es notable también en Salamanca, Valladolid, y otras zonas de Castilla y León y La Rioja.[4]
- Tendencia al leísmo, laísmo y loísmo. Según Samuel Gili Gaya, en el habla de Madrid el pronombre le se ha especializado en el masculino y el pronombre la en el femenino, tanto para objetos directos como indirectos.[5] Según Antonio Quilis, el laísmo no es general en los registros cultos, aunque posiblemente sí en los populares; en cambio el leísmo sí es general. Los verbos con los que aparece más el laísmo son: decir, dar, gustar, poner, contar, quitar, ver, escribir, preguntar.[6] En algunas ocasiones, el esfuerzo por evitar el laísmo produce hipercorrecciones: A María, le vi ayer.
Véase también
editarReferencias
editar- ↑ a b Zamora Vicente, Alonso. «Una mirada al hablar madrileño». ABC (España) (11-6-1961).
- ↑ Quilis, Antonio (1993). «pag. 276». Tratado de fonología y fonética españolas. Gredos (Madrid). ISBN 8424916255. «Se produce aspiración en Andalucía, Extremadura, Canarias, Murcia, Toledo, en la Mancha, en ciertas partes de las provincias de Madrid (en la capital está muy extendida hasta en las clases cultas), Cuenca, Ávila, Salamanca, Rioja Baja.».
- ↑ Citado en Dialectología española, de Alonso Zamora Vicente.
- ↑ Molina Martos, Isabel (de diciembre de 2016). «Variación de la -/d/ final de palabra en Madrid: ¿prestigio abierto o encubierto?». Boletín de filología 51 (2): 347-367. doi:10.4067/S0718-93032016000200013.
- ↑ Citado en Quilis, Los Pronombres "le", "la", "lo" y sus plurales en la lengua española hablada en Madrid , pag. 36 (ver Bibliografía)
Según Gili Gaya (1958, 210-211), el 'le' dativo, que, como se sabe, es invariable para los 2 géneros, se ha especializado como masculino: 'le regalaron una bicicleta' (a él); y cuando es femeninose sustituye por 'la', procedente del acusativo: la regalaron una bicicleta' (a ella). "Este es el uso madrileño espontáneo en todas las clases sociales, a no ser entre personas cuya instrucción gramatical, o la procedencia de otras regiones, lo corrija más o menos. La influencia de la capital irradia su laísmo hacia otras provincias del Centro y del Norte, llegando a vencer a menudo la resistencia del lenguaje literario. El vulgo madrileño va todavía más allá: el 'lo' sustituye con frecuencia a 'le' como dativo: 'lo pegaron una bofetada'. Sin embargo, este 'loísmo' se siente en todas partes como extremadamente plebeyo, y no ha logrado salir del habla achulapada." - ↑ Antonio Quilis: Los Pronombres "le", "la", "lo" y sus plurales en la lengua española hablada en Madrid (ver Bibliografía), pag. 208
Bibliografía
editar- Esgueva, M.; Cantarero, M. (editores) (1981). El Habla de la ciudad de Madrid: materiales para su estudio. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Miguel de Cervantes (Madrid). pp. 445 págs. ISBN 840004990X.
- Marrero, Victoria; Ma. José Quilis (1985). Repertorio léxico: obtenido de las Encuestas léxicas del habla culta de Madrid. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto de Filología (Madrid). pp. 396 págs. ISBN 8400061594.
- Quilis, Antonio; (et al.) (1985). Los Pronombres "le", "la", "lo" y sus plurales en la lengua española hablada en Madrid. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Instituto de Filología Hispánica (Madrid). pp. 216 págs. ISBN 8400059999.
- Enríquez, Emilia V. (1984). El Pronombre personal sujeto en la lengua española hablada en Madrid. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Instituto Miguel de Cervantes (Madrid). pp. 393 págs. ISBN 8400058313.
- Quilis, Antonio (1983). La concordancia gramatical en la lengua española hablada en Madrid. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Instituto Miguel de Cervantes (Madrid). pp. 126 págs. ISBN 8400055292.
- Albalá Hernández, María José (1988). Contribución al estudio del gerundio en la lengua española hablada en Madrid. Universidad Complutense de Madrid. Servicio de Reprografía. pp. 432 págs.
- Seco, Manuel (1970). Arniches y el habla de Madrid. Alfaguara (Barcelona). pp. 614 págs.
- Martínez Hernando, Bernardino (1988). Lenguaje periodístico: vocabulario comparado de los periódicos de Madrid. Universidad Complutense de Madrid. Servicio de Reprografía.
- Baker, Edward (1991). Materiales para escribir Madrid: literatura y espacio urbano de Moratín a Galdós. Siglo Veintiuno (Madrid). pp. 152 págs. ISBN 8432307203.