Diabla

mujer del diablo

La Diabla es un concepto basado en una deidad femenina[cita requerida], en contraste con las deidades masculinas conocidos como "Demonios"[cita requerida]. Si bien este personaje es poco conocido, según sus significados es la hembra o la mujer del Diablo.[1]

La caída de Adán y Eva en el pecado con la Serpiente. Según el Génesis, Dios condenó a la serpiente con estos significados, como la enemistad entre la serpiente y la mujer (según los fieles católicos, la Virgen María), según las diferentes ediciones bíblicas donde otros mencionan con una palabra en plural "Enemigas". Con esto haría entender si la serpiente representa al Diablo. Iluminación del siglo XV.
Lamia del pintor británico Herbert James Draper (1863-1920). A menudo se la asocia con figuras similares de la cultura griega (Empusa) o hebrea (Lilith), ambas demonios femeninos.

Sus nombres y representaciones

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Aunque para los religiosos cristianos, judíos o islámicos, dicha deidad con este nombre no se menciona en ningunos capítulos o versículos de la Biblia, para ambos dogmas sería lo mismo como denominarse Diablo hembra.[2]​ La idea o representación conceptual de esta deidad, así como su área de acción, se han asociado frecuentemente también como un símbolo de maldad en distintas figuras femeninas. Sin embargo al igual que los distintos nombres del Diablo como Lucifer, Satanás, Belial, Samael antigua serpiente», «gran dragón», «Jaldabaoth», «el dios negro», «el dios de este siglo» y «el padre de la mentira», la Diabla podría estar relacionada con algunas de estas categorías como ser la tentación, el pecado, la lujuria, la diosa de la oscuridad o de las tinieblas o la misma antigua serpiente del pecado que tentó a Adán y Eva.

Relacionado con Lilit

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Lilit conocida como la La Reina de la Noche, es un demonio femenino, al menos que así lo considera la Religión Hebrea que le atribuye el robo de niños de corta edad a los que se lleva de su cuna por la noche.

El concepto de Diabla o Diablo hembra, tal vez ha sido inspirado en Lilit, según el folclore judío de origen mesopotamio, fue la primera esposa de Adán antes de Eva. Según la leyenda, Adán y Lilit nunca hallaron armonía juntos, pues cuando él deseaba tener relaciones sexuales con ella, Lilit se sentía ofendida por la postura acostada que Adán le exigía. «¿Por qué he de acostarme debajo de ti? —preguntaba—: yo también fui hecha con polvo, y por lo tanto soy tu igual». Como Adán trató de obligarla a obedecer, Lilit, encolerizada, pronunció el nombre mágico de Dios, se elevó por los aires y lo abandonó. Aunque Lilit no nació demonio, pero más adelante se convirtió en un ser diabólico para raptar a los niños en sus cunas por la noche y que se unía a los hombres como un súcubo, engendrando hijos (los lilim). Con ello, evidentemente, no le quedaba más remedio que unirse a las huestes del enemigo del Dios hebreo, Jehová o Yahvé, como era Satanás o Lucifer. Este personaje parece hallarse en Lilitu y Ardat Lili, dos demonios femeninos mesopotámicos, relacionados a su vez con el espíritu maligno llamado Lilu. En los nombres de esta familia de demonios aparece la palabra lil, que significa ‘viento’, ‘aire’ o ‘espíritu’. Los judíos exiliados en Babilonia llevaron a su tierra de origen la creencia en esta criatura maligna, cuyo nombre, adaptado a la fonética del hebreo como לילית (Lilith), se puso en relación con la palabra parónima hebrea ליל, laila, ‘noche’. La única mención en la Biblia de dicha criatura aparece en Isaías 34:14:פגשו ציים את־איים ושעיר על־רעהו יקרא אך־שם הרגיעה לילית ומצאה לה מנוח׃. En la Biblia de Jerusalén el pasaje se traduce como:

Los gatos salvajes se juntarán con hienas y un sátiro llamará al otro; también allí reposará Lilit y en él encontrará descanso.

Si bien Lilit es conocida también como la reina de la noche y madre de los demonios, el novelista italiano de origen judío Primo Levi pone en boca de uno de sus personajes esta visión:

A ella le gusta mucho el semen del hombre, y anda siempre al acecho de ver a dónde ha podido caer (generalmente en las sábanas). Todo el semen que no acaba en el único lugar consentido, es decir, dentro de la matriz de la esposa, es suyo: todo el semen que ha desperdiciado el hombre a lo largo de su vida, ya sea en sueños, o por vicio o adulterio. Te harás una idea de lo mucho que recibe: por eso está siempre preñada y no hace más que parir.
Primo Levi, Lilít y otros relatos, Barcelona. Edicions 62, 1989, p. 24.

Diferencias con el Diablo

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Súcubo según las leyendas medievales occidentales, es un demonio que toma la forma de una mujer atractiva para seducir a los varones, sobre todo a los adolescentes y a los monjes, introduciéndose en sus sueños y fantasías. Talla de súcubo alado en el exterior de una taberna inglesa, lo que sugiere que adentro pudiera haber un burdel.

Son parte de la imaginación humana, en la que incluye los géneros convencionales y en algunos casos, incluso deidades hermafroditas (o de género neutro), en este caso una Diabla sería también un ser sobrenatural maligno y tentadora. A diferencia del Diablo o el Ángel caído, el nombre de este personaje femenino no es tan terrorífico o temeroso para provocar miedo a la humanidad como el anterior.

También podemos encontrar otras diferencias, entre estos dos seres mitológicos, por ejemplo el Diablo es un ángel que fue expulsado del reino de los cielos y que está escrito en el Antiguo Testamento, donde hay dos pasajes que relataban la caída de un rey arrogante, según los Padres de la Iglesia vieron en ellas la caída del Diablo:

¡Cómo has caído de los cielos, Lucero, hijo de la Aurora!

¡Has sido abatido a la tierra dominador de naciones!

Tú que dijiste en tu corazón: 'Al cielo subiré, por encima de las estrellas de Dios alzaré mi trono, y me sentaré en el Monte de la Reunión en el extremo Norte. Subiré a las alturas del nublado, y seré como el Altísimo.
Is. 14, 12-14
Así dice el Señor Yahveh: Eras el sello de una obra maestra, lleno de sabiduría, acabado en belleza. En Edén estabas, en el jardín de Dios. Toda suerte de piedras preciosas formaban tu manto: rubí, topacio, diamante, crisólito, piedra de ónice, jaspe, zafiro, malaquita, esmeralda; en oro estaban labrados los aretes y pinjantes que llevabas, aderezados desde el día de tu creación. Querubín protector de alas desplegadas te había hecho yo, estabas en el monte santo de Dios, caminabas entre piedras de fuego. Fuiste perfecto en su conducta desde el día de tu creación, hasta el día en que se halló en ti iniquidad. Por la amplitud de tu comercio se ha llenado tu interior de violencia, y has pecado. Y yo te he degradado del monte de Dios, y te he eliminado, querubín protector, de en medio de las piedras de fuego. Tu corazón se ha pagado de tu belleza, has corrompido tu sabiduría por causa de tu esplendor. Yo te he precipitado en tierra, te he expuesto como espectáculo a los reyes. Por la multitud de tus culpas por la inmoralidad de tu comercio, has profanado tus santuarios. Y yo he sacado de ti mismo el fuego que te ha devorado; te he reducido a ceniza sobre la tierra, a los ojos de todos los que te miraban. Todos los pueblos que te conocían están pasmados por ti. Eres un objeto de espanto, y has desaparecido para siempre.
Ez. 28, 12-19

Aunque los nombres más comunes del diablo como Satanás y Lucifer, resulta ser algo confuso. Por ejemplo en el judaísmo consideraba a Lucifer y a Satanás como dos entidades separadas. Igualmente el gnosticismo considera a Satanás y a Lucifer dos personajes completamente diferentes, siendo el primero un terrible demonio y el segundo la sombra del logos, el divino tentador, el entrenador psicológico, aquel que pone a prueba al adepto para lograr la iniciación. Aunque puede resumirse que Lucifer era un ángel muy hermoso que por soberbia se rebeló contra Dios, queriendo ser como él, y fue denigrado como castigo, junto con el ejército de ángeles rebeldes que arrastró consigo, siendo desde ese momento reconocido como un Ángel caído. Desde su rebelión es denominado "adversario" (en hebreo Satán -Satanás-).

En cambio, el significado de diabla, solo se podría entender como lo femenino del diablo, aunque con respecto a la visión de Lilit como lo vimos anteriormente, está si fue creada humana y que no era un ángel como Satanás o Lucifer (es decir la diferencia entre materia y espíritu). Según el Yalqut Reubeni, colección de comentarios cabalísticos acerca del Pentateuco, recopilado por R. Reuben ben Hoshke Cohen (muerto en 1673) en Praga, lo confirma así:

Yahvéh formó entonces a Lilit, la primera mujer, del mismo modo que había formado a Adán. De la unión de Adán con esta hembra, y con otra parecida llamada Naamá, hermana de Tubalcaín, nacieron Asmodeo e innumerables demonios que todavía atormentan a la humanidad. Muchas generaciones después, Lilit y Naamá se presentaron ante el tribunal de Salomón disfrazadas como rameras de Jerusalén.

En algunas culturas folclóricas

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La China Supay en la danza de la diablada, es la Diabla o Diablesa, la compañera inseparable de Lucifer. Representación de la diablada del carnaval de Oruro en Bolivia.

Además se puede apreciar también este personaje, en uno de los carnavales más populares de América, como es en la entrada folclórica del Carnaval de Oruro en Bolivia. En la danza de la diablada, es conocida como la Diablesa o la "China Supay", según el escritor Víctor Montoya a la Diabla o Diablesa la define así:

Este personaje no soporta la hipocresía ni la doble moral, es la que simboliza el secreto que cada mujer cuando guarda en el fondo de su alma. La China Supay o la Diabla, simboliza la lujuria y el pecado, en la que tiene el cuerpo esculpido de carne ideal en el que todo es bueno y bello, tan bello que perturba la razón y que levanta la atención a cualquiera que la mire por adelante o por atrás. No hay hombre sobre la faz de la tierra que no se enamore del fulgor de su belleza, porque todo su cuerpo es luminoso como una lámpara, algo similar y relacionado con Lucifer. Además puede aseverar con su enigmática belleza, hecha de miel y de fuego, que puede abrirle incluso las puertas del Paraíso, en este caso con la mentira. Durante la danza, la China Supay representa la compañera inseparable de Lucifer y la encargada de ofender al Arcángel Miguel.[3]

La Diabla relacionada en la Biblia

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La ramera de Babilonia cabalgando sobre la bestia de siete cabezas (grabado ruso del siglo XIX). Respecto a la teoría del escritor boliviano Víctor Montoya, con la visión de la China Supay conocida como la Diabla o Diablesa y del novelista italiano Primo Levi, con la visión de Lilit, podría tener también alguna coincidencia con este personaje apocalíptico.

Según la teoría del escritor de Víctor Montoya y de Primo Levi con respecto a la visión de Lilit, podría tener alguna coincidencia con uno de los personajes de la Biblia, como La Gran Prostituta o la Ramera de Babilonia, que aparecen en el libro bíblico del Apocalipsis, en concreto en los capítulos 17 y 18. En la que se asocia con el Anticristo y la Bestia del Apocalipsis por conexión con el reino de las siete cabezas y diez cuernos.

Aparece en el Apocalipsis 17:1-2 en el que es descrita como:

1Entonces vino uno de los siete Ángeles que llevaban las siete copas y me habló: «Ven, que te voy a mostrar el juicio de la célebre Ramera, que se sienta sobre grandes aguas,
2con ella fornicaron los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se embriagaron con el vino de su prostitución.

Aunque en el Apocalipsis, un libro cargado de símbolos que no son fáciles de entender, aunque para referirse en teoría a una Diabla o diablesa, podría interpretarse también en Apocalipsis 17:3 como:

3 Me trasladó en espíritu al desierto. Y vi una mujer, sentada sobre una Bestia de color escarlata, cubierta de títulos blasfemos; la Bestia tenía siete cabezas y diez cuernos.

Según algunos grupos cristianos que interpretan este pasaje bíblico, que la Bestia es el Diablo o Satanás a diferencia de otras teorías o interpretaciones y la Ramera de Babilonia sentada sobre una Bestia, la teoría de Montoya y Levi podría estar basada en este personaje para personificar a la China Supay o la Diabla en la danza de la diablada y a Lilit como la primera esposa de Adán en las leyendas judeo-mesopotamico.

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Parece que también el personaje de la Diabla o Diablesa, fue personificado por Disney para la creación de Maléfica, un personaje ficticio que es la villana de La bella durmiente de 1959. Ha sido descrita como una malvada bruja, alta y delgada, con piel verdosa, cuernos negros, ojos amarillos y una sombra morada en los párpados. Vestido de negro y una gran capa negra con morado. Originalmente, estaba previsto que la capa estuviera adornada con rojo y no con morado. La decisión de cambiar el color fue tomada por Eyvind Earl, ya que el ambiente de la película es bastante verde y pues el morado es el color complementario que combina más con el verde. Además que tiene una mascota llamada Diablo o Diaval, que es un cuervo que actúa como esbirro. Para algunos críticos, este personaje creado por Disney, fue censurado por promover el satanismo y que no es apto para el público infantil.[4]

Véase también

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Referencias

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