Cementerio alegre de Săpânța
El cementerio alegre (en rumano Cimitirul Vesel) es un cementerio en la aldea de Săpânța, condado de Maramureş, Rumania, a 8 kilómetros escasos de la frontera con Ucrania. Pasaría desapercibido si no fuera por sus tumbas con coloridas pinturas naïfs y unos epitafios que describen, de una manera original y poética, a las personas que están enterradas allí, así como escenas de sus vidas. El cementerio alegre se ha convertido en un museo al aire libre y en una atracción turística.
Su característica inusual es que se aparta de la idea de la muerte como algo lúgubre y solemne, tan habitual en las sociedades europeas. Se han hecho conexiones con la cultura dacia, cuyos principios filosóficos postulaban la inmortalidad del alma y la creencia de que la muerte era un momento lleno de alegría y esperanza para una vida mejor (véase también Zalmoxianismo).
Los orígenes del cementerio están vinculados a Stan Ioan Patras, un artista local que empezó en 1935 a esculpir las lápidas con su peculiar estilo, a mitad de camino entre la viñeta satírica y las imágenes de las vidas de santos. A partir de 1960, estaban a la vista más de 800 lápidas con cruces de madera de roble protegidas de la intemperie bajo una especie de tejado.
Se dedicó a esta tarea durante cuatro décadas, hasta su muerte en 1977, año en que continuó con este trabajo su sucesor, Pop Dumitru, que habita en la casa de su maestro y mantiene su estilo. Como difícilmente podía ser de otra forma, el fundador del Cementerio Feliz descansa en el mismo camposanto, en su tumba correspondiente.
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