Belarmino Tomás

político asturiano
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Belarmino Tomás Álvarez (Aguilar de Campos, Valladolid, 29 de abril de 1892 - México, 14 de septiembre de 1950) fue un sindicalista y político socialista español.[1]

Belarmino Tomás Álvarez


Presidente del Consejo Interprovincial de Asturias y León
6 de septiembre de 1936-24 de agosto de 1937


Presidente del Consejo Soberano de Asturias y León
24 de agosto-21 de octubre de 1937


Diputado en las Cortes Generales
por Oviedo
26 de febrero de 1936-2 de febrero de 1939

Información personal
Nombre en español Belarmino Tomás Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 29 de abril de 1892
Aguilar de Campos, Bandera de España España
Fallecimiento 14 de septiembre de 1950 (58 años)
Bandera de México México
Nacionalidad Española
Familia
Hijos Purificación Tomás Vega Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Sindicalista y político
Partido político PSOE
Miembro de Unión General de Trabajadores Ver y modificar los datos en Wikidata

Biografía

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Fue adoptado por Sandalio Tomás Piquero y Cándida Álvarez Álvarez en Mieres, Asturias.[1]​ Fue secretario general del SOMA (Sindicato Minero Asturiano), federación minera de UGT, vocal de la Federación Internacional de Mineros y concejal del ayuntamiento asturiano de Langreo. Antes de eso había trabajado en diferentes industrias langreanas: Tornillería del Nalón, Refracta y en el Pozo Fondón, donde conoció a Manuel Llaneza.

II República

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Como uno de los principales dirigentes obreros asturianos en la Revolución de 1934 contra el gobierno republicano español, tuvo un destacado papel en la dirección de la misma junto al también socialista Ramón González Peña.[2]​ Ante el envío de fuerzas de la Legión y los Regulares hubo de hacer frente a la evidencia del fracaso de la revolución.[3]​ En los momentos finales de la misma haría un llamamiento a los obreros y mineros para el final de la lucha:

¡Camaradas! ¡Soldados rojos! Delante de vosotros, convencidos de que hemos sido fieles a la confianza que depositasteis en nosotros, venimos a hablaros de la triste situación a la que se ve reducido nuestro glorioso movimiento de insurrección. Hemos de confesar nuestras conversaciones de paz con el general del Ejército enemigo. Pero hemos sido derrotados solo por un tiempo. Todo lo que podemos decir es que en el resto de las provincias de España, los trabajadores no han sabido cumplir con su deber y no nos han ayudado. A causa de ello, el gobierno ha podido dominar la insurrección de Asturias. Además, aunque tenemos fusiles, ametralladoras, y cañones, carecemos de munición. Todo cuanto podemos hacer es concertar la paz. Pero esto no significa que abandonemos la lucha de clases. Nuestra rendición de hoy no será más que un alto en el camino, que nos servirá para corregir nuestros errores y para prepararnos para la próxima batalla, que habrá de terminar en la victoria final de los explotados...[3][4]

Encarcelado tras la intentona, a comienzos de 1935 un tribunal militar le condenó a muerte por aquellos hechos pero finalmente fue conmutada por pena de cárcel.[5]​ En las elecciones generales de España de 1936 resultó elegido diputado del Frente Popular por Asturias, siendo inmediatamente liberado de prisión.

Golpe de Estado en España de julio de 1936 y Guerra de España

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En los primeros momentos del golpe de Estado de julio de 1936, tanto Tomás como González Peña confiaron en la fidelidad del comandante militar de Asturias, el general Aranda.[6]​ Tras sublevarse este, Tomás se convirtió en uno de los líderes en la Asturias que permaneció fiel a la República, presidiendo durante los primeros meses el Comité Popular de Sama de Langreo, y luego en la principal autoridad de Asturias.[7]​ Durante este periodo ordenó el saqueo del Castillo de Blimea, según testigos presenciales.[8]

En el contexto de la reciente derrota republicana en Santander, al crearse el 24 de agosto de 1937 el Consejo Soberano de Asturias y León es nombrado presidente del mismo.[9]​ Al frente de este "cantón" independiente destituyó al general Gamir Ulibarri como comandante del Ejército del Norte, y nombró al coronel Adolfo Prada como comandante del mismo.[9]​ El historiador británico Hugh Thomas decía de ella que "la política practicada por la «República de Asturias» era la más adecuada para «fabricar fascistas»".[10]​ El coronel Prada informó al presidente Azaña de la pésima situación de la retaguardia republicana y de las políticas de Belarmino Tomás, quién se negaba a aceptar la existencia de una quinta columna que actuase.[11][12]​ Permaneció en Gijón, sede del Consejo Soberano, hasta que el 20 de octubre la derrota en Asturias se hizo inevitable, cuando Tomás y otros líderes obreros emprendieron la huida.[13]

Tras la caída del Frente Norte se trasladó a la Zona Centro, donde pasó a desempeñar el cargo de Comisario General de Aire (por ende, de las Fuerzas Aéreas republicanas).[14]​ Desde este cargo, en el que mostró poco efectividad, tuvo numerosos enfrentamientos con los pilotos españoles y los asesores soviéticos.[15]​ El historiador británico Hugh Thomas lo describe como un "hombre vanidoso, ambicioso y extravagante".[9]

Exilio

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Al finalizar la guerra de España salió del país por la frontera francesa y se exilió en México, donde falleció en 1950. Años después su cuerpo fue trasladado al cementerio de La Felguera (Langreo), donde también hay una calle con su nombre.


Belarmino Tomás y la Revolución de Asturias en el cine

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Bibliografía

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Véase también

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Referencias

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  1. a b Praga, Jorge (2021). Tierra de Campos infinitamente. Difácil. pp. 195-204. ISBN 978-84-92476-83-1. 
  2. Hugh Thomas, pág. 163
  3. a b Hugh Thomas, pág. 166
  4. José Peirats, Los Anarquistas en la Guerra civil española, pág. 85
  5. Hugh Thomas, pág. 170
  6. Hugh Thomas, pág. 261
  7. Hugh Thomas, pág. 338
  8. «La historia del castillo de Blimea». La Nueva España. 18 de noviembre de 2008. Consultado el 30 de abril de 2022. 
  9. a b c Hugh Thomas, pág. 785
  10. Hugh Thomas, pág. 786
  11. Hugh Thomas, pág. 787
  12. Diarios de Azaña, pág. 846 y ss.
  13. Hugh Thomas, pág. 788
  14. Hugh Thomas, pág. 897
  15. Hugh Thomas, pág. 596
  16. Cantares para una revolución, Ramón Lluís Bande, España, 20122, (80')

Enlaces externos

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