Batalla de Yahuarcocha
La batalla de Yahuarcocha[2] (también llamado Yaguarcocha[3] o Yauarcocha)[4] fue un enfrentamiento militar librado entre las fuerzas del Incanato y de la Nación Caranqui (divididos en caranquis, cayambes y otavalos). La victoria fue de los primeros, que acabaron por masacrar a los vencidos.
Batalla de Yahuarcocha | ||||
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Parte de las guerras de los Andes septentrionales en el marco de la tercera expansión del Imperio incaico | ||||
Fecha | 1491 o 1520 aproximadamente | |||
Lugar | Cercanías de la actual Ibarra, Ecuador | |||
Casus belli | Expansión territorial | |||
Resultado | Victoria Inca decisiva | |||
Consecuencias | Conquista inca de la Nación Caranqui, termina la resistencia del norte, los Pastos son sometidos y la masacre de hombres Caranquis. | |||
Beligerantes | ||||
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Comandantes | ||||
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Fuerzas en combate | ||||
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Cronología
editarNo hay claridad del momento exacto en que ocurrió la batalla. La mayoría de las fuentes asumen que las campañas duraron ocho[5] a diez[6] años. La masacre probablemente ocurrió hacia el final de las mismas. Algunos señalan que las rebeliones ocurrieron entre 1510 y 1520[7] pero otros entre 1481 y 1491.[8] Cieza de León dice que la campaña contra los pastusos probablemente sucedió en 1515.[9]
Antecedentes
editarA finales del siglo XV, el Sapa Inca Túpac Yupanqui sometió a los pueblos del actual territorio ecuatoriano pero estos se sublevaron durante el reinado de su hijo y sucesor, Huayna Cápac.[10] El Inca reaccionó y finalmente el líder de los rebeldes, el shyri Cacha Duchicela, fue muerto en la batalla de Atuntaqui y sus seguidores quedaron aparentemente sometidos.[11] Los caranquis se mostraron bastantes sumisos al Inca en un inicio[12] y esto lo motivo a realizar una inspección por su imperio.[4] Pero como señala el genealogista ecuatoriano Guillermo Bossano, después debió combatir en las tierras de Cochasquí, Cayambe, Guachalá y Caranqui,[13] donde la mera presencia de los soldados imperiales era considerada una humillación.[14] Se enviaron embajadas para negociar un acuerdo pacífico pero no resultaron.[15] Los rebeldes, dirigidos por los caciques Nazacota Puento (cayambis) y Píntag[n 1] (caranquis),[16] resistieron por años[17] y se aliaron con las tribus de Pasto.[18] La ciudad de Quito fue poblada con colonos y se convirtió en un importante centro imperial. Desde ahí el Inca gobernaría su imperio durante ese conflicto.[19]
En esta guerra los incaicos cruzaron el puente natural de Rumichaca.[15] Así pudo atacar a los quillacingas y pastusos, los rebeldes más septentrionales, dejando sin aliados ni refugios a los caranquis y cayambis.[5] Finalmente, el Inca destruyó los fuertes de Aloburo y Yuracruz.[1] En esos momentos empezó el asedio de Caranqui, capital de la tribu homónima.[20] El Sapa Inca dividió su fuerza en tres divisiones: una a su mando personal, otra bajo las órdenes del general Michi del Hurin Cuzco y una tercera comandada por el general Toma Auqui del Hanan Cuzco.[1]
Batalla
editarPor días[1] los asaltos a la fortaleza (ubicada sobre una colina) fueron rechazados.[21] El Inca perdió cerca de 1000 orejones (nobles) de su guardia personal en los ataques.[22] Finalmente, 30 000 incaicos dirigidos por el propio Inca lanzaron un último ataque con igual resultado, se retiraron en desorden y los defensores salieron en su persecución.[1][21] Fue entonces que 40 000 soldados imperiales salieron de sus escondites y asaltaron la desguarnecida fortaleza o flanquearon a los defensores, mientras los perseguidos dieron media vuelta y plantaron batalla.[1][3] Los defensores no pudieron refugiarse en Caranqui y quedaron atrapados en las orillas de una laguna cercana.[3] Esta fue rebautizada como Yaguarcocha o «laguna de sangre».[23] Las fuentes dicen que se llamaba originalmente Imbaya,[24] Cochacaranqui (Waldemar Espinoza Soriano)[1] y Otavalo.[25]
Consecuencias
editarMartín de Murúa dice que la masacre se produjo durante la batalla.[1] Pedro Cieza de León e Inca Garcilaso de la Vega fue después, mediante el degollamiento de los prisioneros.[26] Antonio de Herrera y Tordesillas afirma que los decapitaron[1] y Frederick Alexander Kirkpatrick dice que fueron decapitados y sus cuerpos lanzados a las aguas tras lo cual dijo: «ahora sois todos unos niños».[27] Por esto, los caranquis pasaron a ser llamados huambraconas, «nación de los muchachos», porque prácticamente no quedaron hombres adultos.[28] Según Cieza de León fueron 30 000 o 40 000 los degollados y el jesuita Juan de Velasco 20 000. Garcilaso de la Vega habla de 2000 y Antonio de Herrera y Tordesillas de 50 000.[1][29] Cieza afirma que Huayna Cápac «quería ser tan temido que de noche le soñaran los indios».[30] En la orilla occidental de la laguna aún existen muchas tolas, «montículos», con los restos de los caídos.[31]
De los jefes rebeldes, se menciona que un tal Canto fue capturado pero Píntag logró escapar con 1000[32] a 6000[33] seguidores. Pedro Sarmiento de Gamboa dice que eran cañaris pero se considera un error de transcripción del cronista y que debieron ser caranquis.[34] Al parecer huyó a Oyacachi, en las estribaciones del volcán Antisana, mientras el Inca volvía a Quito.[35] Se habría dedicado a lanzar ataques de guerrilla contra los conquistadores por un lapso mayor a diez años, siendo llamado el «primer guerrillero ecuatoriano».[36] Píntag fue capturado y murió el prisión al negarse a comer. Para honrarlo, el Inca hizo desollar su cuerpo y usarla para un tambor.[37]
La alianza de las tribus septentrionales se desmoronó y finalmente acabara cuando Huayna Cápac desposo a Paccha Duchicela, haciendo que caciques como Nazacota lo reconocieran como monarca.[38] Este matrimonio fue la base de la alianza que garantizaba el poderío cuzqueño en la zona.[39] Se trajeron mitimaes (colonos) de los Andes centrales a Caranque y Quito para repoblar esas tierras, porque el Inca las había dejado despobladas.[40] Victorioso, el Inca volvió a Quito a vivir un tiempo.[41] Según algunas fuentes, es en ese momento en que habla con sus hijos mayores para que permitan a Atahualpa ser curaca de Quito. Regresaría a Cuzco a gobernar pero finalmente volvería a su amada Tumipampa.[26] A su muerte el imperio quedaría dividido entre sus hijos Huáscar y Atahualpa, que vivieron en paz por cinco o siete años,[31] y se iniciaría la guerra civil incaica.[42]
Referencias
editar- ↑ a b c d e f g h i j k Almeida, José Echeverría. "Arqueología de una batalla la laguna de Yahuarcocha". Arqueología Ecuatoriana. Publicado el 12 de junio de 2007. Consultado el 18 de marzo de 2012.
- ↑ Costales, 2002: 44, 49-50
- ↑ a b c Macías, 2009: 34, 36
- ↑ a b Herrera, 2006: 402
- ↑ a b Benítez, 1993: 120
- ↑ Benítez, 1993: 120; Sosa, 1996: 37
- ↑ Chávez, 1998: 42
- ↑ Costales, 2002: 19, 51
- ↑ Moya, 2003: 340
- ↑ Velasco, 1981: 29
- ↑ Hassaurek, 1997: 395; Velasco, 1981: 23
- ↑ Velasco, 1981: 23
- ↑ Macías, 2009: 35
- ↑ Sosa, 1996: 30
- ↑ a b Sosa, 1996: 28
- ↑ Sosa, 1996: 22, 42
- ↑ Sosa, 1996: 30, 35
- ↑ Hassaurek, 1997: 395
- ↑ Sosa, 1996: 26, 28
- ↑ Macías, 2009: 34
- ↑ a b Macías, 2009: 34-35
- ↑ Sarmiento, 2000: 139
- ↑ Hassaurek, 1997: 396; Velasco, 1981: 23
- ↑ Macías, 2002: 51
- ↑ Larraín, 1987: 121
- ↑ a b Herrera, 2006: 403
- ↑ Kirkpatrick, 2004: 133-134
- ↑ Velasco, 1981: 23-24
- ↑ Herrera, 2006: 403; Velasco, 1981: 23
- ↑ Porras, 1978: 161
- ↑ a b Hassaurek, 1997: 396
- ↑ Costales, 2002: 51; Sarmiento, 2000: 141; Sosa, 1996: 35
- ↑ Costales, 2002: 31, 52
- ↑ Sosa, 1996: 35
- ↑ Sosa, 1996: 35-36
- ↑ Sosa, 1996: 37
- ↑ Costales, 2002: 31-32; Sosa, 1996: 42-43
- ↑ Sosa, 1996: 39-40
- ↑ Benítez, 1993: 121
- ↑ Chávez, 1998: 42; Herrera, 2006: 403
- ↑ Herrera, 2006: 402; Moya, 2003: 342
- ↑ Benítez, 1993: 121; Kirkpatrick, 2004: 133
- ↑ Sosa, 1996: 45-49. También se le llama Píntag o Pinta.
Bibliografía
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- Chávez Valenzuela, Armando (1998). Segunda Parte: Análisis Histórico Militar del Conflicto con el Ecuador. En El Perú y sus fronteras: Geopolítica, tensiones territoriales y guerra con Ecuador. Lima: Ediciones de la Breña.
- Costales Samaniego, Alfredo & Dolores Costales Peñaherrera (2002). Huambracuna: la epopeya de Yahuarcocha. Quito: Editorial Abya Yala. ISBN 9789978222041.
- Hassaurek, Friedrich (1997). Cuatro años entre los ecuatorianos. Quito: Editorial Abya Yala. ISBN 9789978040041.
- Herrera Cuntti, Arístides (2006). Divagaciones históricas en la web. Libro II. Chincha, Perú: AHC Ediciones Perú. ISBN 978-9972-2908-2-4.
- Kirkpatrick, Frederick Alexander (2004). Los conquistadores españoles. Madrid: Ediciones Rialp. ISBN 84-321-3242-X.
- Larraín Valdés, Gerardo (1987). Dios, sol y oro: Diego de Almagro y el descubrimiento de Chile. Santiago de Chile: Andrés Bello.
- Macías Núñez, Edison (2009). Historia general del ejército ecuatoriano. Tropas indígenas, milicias y falanges: Raíz estructural del ejército ecuatoriano. Tomo I. Quito: Centro de Estudios Históricos de Ejército. ISBN 978-9978-92-423-5.
- Moya Espinoza, Reynaldo (2003). Breve historia de Piura: Tiempos prehispánicos. Tomo I. Caja Municipal de Sullana. Digitalizada.
- Porras Barrenechea, Raúl (1978). Pizarro. Lima: Editorial Pizarro. Prólogo de Luis Alberto Sánchez.
- Salvador Lara, Jorge (1981). "La resistencia del Reino de Quito contra la expansión incaica". En Historia del Ecuador. Barcelona: Salvat Ediciones Ecuatoriana S.A.
- Sarmiento de Gamboa, Pedro (2000). History of the Incas. Cambridge: Parentheses Publications Peruvian Series. Traducción español-inglés Clements Markham.
- Sosa Freire, Rex Tripton (1996). Miscelánea histórica de Píntag. Cayambe: Editorial Abya Yala. ISBN 9978-04-201-6.
- Velasco, Juan de (1981). Historia del Reino de Quito en la América Meridional. Edición, prólogo, notas y cronología de Alfredo Pareja y Díez Canseco. Caracas: Biblioteca Ayacucho. ISBN 9788466000697.