Basílica de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

La Basílica de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro es un templo católico ubicado en la comuna de Santiago, en la capital de Chile. Su diseño de estilo neogótico corresponde a los religiosos arquitectos Gustave Knockaert —conocido como «hermano Gerardo»—[1]​ y Huberto Boulangeot,[2]​ quienes pertenecían a la Congregación del Santísimo Redentor.

Basílica de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

Fachada de la basílica.
Localización
País ChileBandera de Chile Chile
División Región Metropolitana de Santiago
Subdivisión Provincia de Santiago
Localidad Santiago
Dirección Av. Blanco Encalada 2950
Coordenadas 33°27′33″S 70°40′32″O / -33.4591, -70.6756
Información religiosa
Culto Iglesia católica
Arquidiócesis Santiago de Chile
Orden Congregación del Santísimo Redentor
Estatus Basílica menor
Advocación Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
Declaración Basílica el 25 de noviembre de 1925
Historia del edificio
Construcción 1906 - 1919
Arquitecto Gustave Knockaert
Huberto Boulangeot
Datos arquitectónicos
Estilo Neogótico

Historia

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Una fotografía panorámica del interior de la basílica, donde se aprecia el cielo raso, el altar mayor y el piso de baldosas.

La «primera piedra» del templo fue bendecida y colocada el 12 de diciembre de 1904.[3]​ El terreno donde se edificaría fue cedido por la familia Ugarte mediante una escritura pública el 26 de abril de 1876.[3]​ Allí existía la Capilla Ugarte y una humilde casa.

Gustave Knockaert (1845-1928), un religioso belga que antes había diseñado las iglesias de su congregación en Madrid, París, Mulhouse y Les Sables-d'Olonne,[1]​ fue el encargado de formar a un grupo de quince arquitectos.[3]​ Entre ellos estaba Huberto Boulangeot, quien se convirtió en el constructor y arquitecto en terreno de la Basílica del Perpetuo Socorro de Chile.[3]

En 1906 comenzó la construcción del templo acompañada por el Terremoto de Valparaíso, que obligó a modificar los planos para reforzar la estructura.[2]​ Esta estaba hecha de hormigón armado, es decir, cemento reforzado con barras de acero. La planificación de este sistema correspondió al ingeniero estadounidense Juan Tonkin. Otro que colaboró fue el hermano Joaquín Chardin, un especialista en cemento que ayudó a colocar los arcos apuntados, elementos distintivos de la arquitectura gótica. Fue también él quien construyó la puerta ornamental de la sacristía —hecha de encina— y el escudo de la Congregación que fue tallado sobre el acceso.[3]

En el exterior de la Basílica participó el hermano Constancio, un hortelano que se encargó de los jardines, del invernadero y del estanque.[3]

Los bloques usados en las columnas interiores del templo son de piedra monolítica y fueron llevados desde San José de Maipo en carretas tiradas por bueyes. Estas piezas fueron trasladadas intactas, durante 1906 y 1907, para que fuesen talladas y pulidas en el sitio de la construcción.[3]​ De San José de Maipo también se extrajo el material utilizado en la confección de las bases, los zócalos y las gradas.[3]

Debido a la crisis económica del salitre y a la Primera Guerra Mundial, la importación de materiales se vio obstaculizada, de hecho, ocho de los veintiocho vitrales y un rosetón nunca pudieron ser adquiridos,[3]​ quedando esos espacios con vidrios transparentes.

En el interior de la Basílica se instalaron confesionarios hechos con madera de roble americano y un órgano francés construido por la casa Neuville Frères en 1897,[4]​ que más tarde fue declarado Monumento Histórico.[2]​ El altar mayor fue confeccionado en Bélgica con mármol y bronce, y fue completado en Chile con madera de lingue y roble americano. En su centro se ubicó una imagen de la Virgen del Perpetuo Socorro, réplica de la que existe en la iglesia redentorista de Roma.[3]​ Los altares de San Alfonso y de la Virgen del Carmen fueron diseñados por el hermano Huberto con bajorrelieves del artista español José Soria.[3]

La basílica tiene 68 metros de profundidad y 30 de ancho. Las torres de aguja más altas alcanzan los 55 y 65 metros.[3]​ Posee cinco naves, pero solo tres de ellas fueron terminadas, las otras dos permanecen cerradas y son usadas como pasillo o bodega.[2]​ Las tejas fueron hechas de cobre y plomo.[2]

En 1919, la Basílica fue bendecida con una Misa Pontifical presidida por el entonces Arzobispo de Santiago, Crescente Errázuriz. Ese día y de manera inédita, el músico argentino Domingo Santa Cruz ofreció un Te Deum.[3]

En 1926, el templo fue declarado Basílica Menor por la Santa Sede, siendo consagrada como tal por el nuncio apostólico Benedicto Marsella ese mismo año.[3]

Véase también

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Referencias

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  1. a b «Neogótico en Madrid». Perpetuosocorro.org. Consultado el 4 de junio de 2009. 
  2. a b c d e «Socorro para el santuario». El Mercurio. 8 de enero de 2005. Consultado el 4 de junio de 2009. 
  3. a b c d e f g h i j k l m n «Cien años de la Basílica del Perpetuo Socorro». Iglesia.cl. Archivado desde el original el 4 de marzo de 2016. Consultado el 4 de junio de 2009. 
  4. El Sitio Chileno de Órganos de Iglesia. «Catastro de órganos por uso actual: Nuestra Señora del Perpetuo Socorro». Consultado el 4 de junio de 2009. 

Enlaces externos

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