Arquidiócesis de Florencia

arquidiócesis de la Iglesia Católica Romana en Italia
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La arquidiócesis de Florencia (en latín: Archidioecesis Florentina y en italiano: Arcidiocesi di Firenze) es una circunscripción eclesiástica de la Iglesia católica en Italia. Se trata de una arquidiócesis latina, sede metropolitana de la provincia eclesiástica de Florencia. Desde el 18 de abril de 2024 su arzobispo es Gherardo Gambelli.

Arquidiócesis de Florencia
Archidioecesis Florentina (en latín)
Catedral basílica de Santa María del Fiore
Información general
Iglesia católica
Iglesia sui iuris latina
Rito romano
Sufragánea(s)
  • Arezzo-Cortona-Sansepolcro
  • Fiesole
  • Pistoya
  • Prato
  • San Miniato
  • Patronazgo san Cenobio
  • san Antonino
  • Fecha de erección siglo I (como diócesis)
    Elevación a arquidiócesis 10 de mayo de 1419
    Sede
    Catedral basílica de Santa María del Fiore
    Ciudad Florencia
    Región Toscana
    País Italia Italia
    Curia arzobispal Arcivescovado, Piazza S. Giovanni 3, 50123 Florencia
    Jerarquía
    Arzobispo Gherardo Gambelli
    Vicario general P. Giancarlo Corti
    Arzobispo(s) emérito(s)
  • cardenal Ennio Antonelli
  • cardenal Giuseppe Betori
  • Estadísticas
    Población
    — Total
    — Fieles
    (2023)
    811 258
    797 227 (98.3%)
    Sacerdotes 559
    Parroquias 289
    Superficie 2205 km²

    Localización y extensión de la arquidiócesis
    Sitio web
    www.diocesifirenze.it

    Territorio y organización

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    Basílica de San Lorenzo, en Florencia

    La arquidiócesis tiene 2205 km² y extiende su jurisdicción sobre los fieles católicos de rito latino residentes en parte de la región de Toscana, comprendiendo en la ciudad metropolitana de Florencia las comunas de: Firenzuola, Palazzuolo sul Senio, Barberino di Mugello, Scarperia e San Piero, Vicchio, Borgo San Lorenzo, Calenzano, Sesto Fiorentino, Campi Bisenzio, Signa, Lastra a Signa, Scandicci, Bagno a Ripoli, Montelupo Fiorentino, Vinci (solo un pequeño sector), Empoli (excepto un minúsculo sector), Castelfiorentino (en parte), Impruneta, Montespertoli, San Casciano in Val di Pesa, Greve in Chianti (solo una parte), Barberino Tavarnelle (excepto un sector menor), Certaldo y un sector minúsculo de Rignano sull'Arno. El territorio de la arquidiócesis rodea un enclave de la diócesis de Fiesole formado por parte de 3 comunas repartidas entre las dos circunscripciones: Vaglia, Pontassieve y Fiesole, dentro del cual se encuentra la propia ciudad episcopal de Fiesole. En este enclave se encuentran además 3 parroquias en la comuna de Florencia (San Martino a Mensola, Santa Croce al Pino y Santa Maria del Fiore a Lapo, además de la iglesia de Santa Maria in Campo en vía del Proconsolo que ya no es parroquia desde 1684. Pertenece además a la arquidiócesis de Florencia un pequeño sector de la comuna de Poggibonsi en la provincia de Siena.

     
    Baptisterio de San Juan, en Florencia

    La sede de la arquidiócesis se encuentra en la ciudad de Florencia, en donde se halla la Catedral basílica de Santa María del Fiore. En Impruneta se encuentra la basílica santuario de Santa María de la Impruneta, y en la ciudad de Florencia otras numerosas basílicas menores:

     
    Basílica de San Miniato al Monte, en Florencia

    En 2023 en la arquidiócesis existían 289 parroquias agrupadas en 17 vicariatos:[1][nota 1]

    Vicariatos urbanos
    • Porta San Frediano, 13 parroquias;
    • San Giovanni, 21 parroquias;
    • Porta al Prato, 14 parroquias;
    • Porta alla Croce, 17 parroquias;
    • Porta Romana, 23 parroquias.
    Vicariatos suburbanos
    • Rifredi, 13 parroquias;
    • Scandicci, 12 parroquias;
    • Campi Bisenzio, 9 parroquias;
    • Delle Signe, 16 parroquias;
    • Antella Ripoli e Impruneta, 28 parroquias;
    • Sesto Fiorentino e Calenzano, 17 parroquias.
    Vicariatos periféricos
    • Mugello, 32 parrocchie
    • Valdelsa Fiorentina, 8 parroquias;
    • San Casciano Montespertoli Tavarnelle, 32 parroquias;
    • Empoli Montelupo, 26 parroquias;
    • Firenzuola, 11 parroquias;
    • Pontassieve, 9 parroquias.
     
    Basílica del Santo Spirito, en Florencia

    La arquidiócesis tiene como sufragáneas a las diócesis de: Arezzo-Cortona-Sansepolcro, Fiesole, Pistoya, Prato y San Miniato.

     
    Basílica de la Santa Trinidad, en Florencia
     
    Basílica de San Marcos, en Florencia
     
    Basílica de Santa María del Carmen, en Florencia
     
    Basílica de Santa María Novella, en Florencia
     
    Basílica de la Santa Cruz, en Florencia
     
    Basílica de la Santísima Anunciación, en Florencia
     
    Basílica santuario de Santa María de la Impruneta, en Impruneta

    Historia

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    La era cristiana primitiva y la Alta Edad Media

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    La evangelización de la Florencia romana se remonta al siglo II o principios del III. La tradición legendaria consolidada por los historiadores del siglo XIV remonta la fundación de la Iglesia florentina a los discípulos del apóstol san Pedro, san Frontino y san Paulino, apoyada también por la presencia de los primeros mártires como san Miniato y san Crescenzione. En realidad estas teorías, aunque queridas por la devoción popular, no tienen ninguna base histórica y la llegada del cristianismo generalmente se hace coincidir con la presencia, fija u ocasional, de mercaderes greco-siríacos que vivían en la zona del Oltrarno, justo más allá del predecesor del Ponte Vecchio, a lo largo de la Vía Cassia. La evidencia más antigua de la epigrafía cristiana primitiva en Florencia se encontró en la iglesia de Santa Felicita (dedicada, de hecho, a una mártir oriental). El primer obispo atestiguado históricamente es Felice, quien en el año 313 estuvo en Roma en un sínodo convocado por el papa Milcíades.

    Una afirmación más amplia del cristianismo se produjo a finales del siglo IV. En el año 393 san Ambrosio fue huésped en Florencia y durante la consagración de la iglesia de San Lorenzo, el doctor de la Iglesia pronunció la famosa homilía de la Exhortatio virginitatis. Tras su marcha, al santo milanés se le atribuye también la victoria contra los bárbaros de Radagaiso (406), ocurrida el día de santa Reparata, que desde entonces se convirtió, según la tradición, en la protectora de la ciudad. Con el obispo san Cenobio se produjo la primera organización efectiva de la diócesis, que ya podía contar con varias iglesias fuera de los muros de la ciudad de la época: además de las ya mencionadas Santa Felicita y San Lorenzo y la recientemente iniciada Santa Reparata, la futura catedral. Algunos historiadores medievales habían argumentado que San Juan también había sido una iglesia cristiana primitiva, pero esta creencia fue refutada después de que las excavaciones arqueológicas confirmaran su origen en el siglo XII, con cimientos muy por encima de la capa romana tardía.

    Los bizantinos y los lombardos, en los siglos siguientes, añadieron las iglesias de San Apolinar y San Ruffillo. Posteriormente se fundaron otras iglesias, en época carolingia, y el propio Carlomagno concedió algunos privilegios al clero florentino, aunque no es históricamente válido lo que consta en una placa tardía en la iglesia de los Santos Apóstoles, que menciona la presencia del soberano franco en la fundación de la iglesia.

     
    Badia Fiorentina, en Florencia

    La difusión de las órdenes monásticas se caracterizó en Florencia por estructuras más bien provinciales en comparación con otras partes de Italia, al menos hasta la fundación de la Badia Fiorentina por iniciativa de Willa y su hijo Hugo I de Toscana en 978. En los siglos inmediatamente anteriores el obispo de Florencia había visto aumentar su autoridad y presencia en el territorio, hasta el punto de que en el umbral del año 1000 ostentaba la primacía económica y política en la ciudad, recaudando diezmos, poseyendo castillos y bosques en un amplio radio de territorio y enviando podestás a las localidades circundantes.

    Baja Edad Media

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    En 1013 el obispo Ildebrando fundó San Miniato al Monte, con el monasterio anexo ocupado primero por los benedictinos cluniacenses y luego por los olivetanos. Los cistercienses también tenían su propio monasterio en la abadía de los Santos Salvador y Lorenzo en Settimo.

    El obispo Gerardo de Borgoña fue el primer prelado florentino en convertirse en papa, con el nombre de Nicolás II, pero ni su presencia ni las reformas intentadas por el papa Víctor II lograron frenar la simonía y el concubinato rampantes del clero. Entonces se levantó san Juan Gualberto y la Orden de Vallombrosa fundada por él y en 1060, en un enfrentamiento épico cerca de la iglesia de San Salvi, lograron derrotar al obispo Pietro Mezzabarba e iniciar una cruzada contra la corrupción en la ciudad.

    El crecimiento de la importancia de Florencia durante el siglo XII correspondió también a un desarrollo de la diócesis y a un crecimiento de la importancia de la figura del obispo: la riqueza de iglesias y monasterios está documentada también en las ilustraciones del Codice Rustici.

    El siglo XIII vio la llegada de las órdenes mendicantes: primero san Francisco de Asís y los franciscanos (1217), luego los dominicos (1219), seguidos por los agustinos, carmelitas, humillados y silvestrinos que se dispusieron con sus iglesias, futuras basílicas, en círculo alrededor de las murallas. Combatieron herejías (como la de los patarinos) y apoyaron a la población en una época de auténtico "boom" demográfico con un crecimiento constante de la población debido a la continua afluencia de gente del campo.

    Además, cuando la economía de la ciudad empezó a prosperar y junto a los muy ricos, surgieron los pobres y paupérrimos asalariados y los más humildes artesanos. En este período surgieron las compañías de Bigallo, Laudi y, tradicionalmente basada en la obra de san Pedro mártir, Misericordia. Al clero se le proporcionó una escuela de formación y un refugio en la Compañía de Jesús Peregrino.

    En 1233 nació en Florencia la orden de los Siervas de María por obra de los siete santos fundadores, que se establecieron en el lugar de la futura basílica de la Santísima Anunciación. En 1294 Florencia había adquirido una riqueza que la situó entre las principales ciudades europeas y pudo permitirse el lujo de decidir iniciar las obras de una nueva y grandiosa catedral dedicada a María y que representaría su estatus y poder: la futura Santa María del Fiore, para cuya construcción fue demolida Santa Reparata. Fue durante este período que Dante Alighieri, aunque exiliado por razones políticas, escribió un monumento al cristianismo, la Divina comedia. La peste negra sólo supuso una crisis temporal para la ciudad, tras la cual se recuperó bastante rápido: su florín era una de las monedas más valiosas en los mercados europeos.

    Entre 1375 y 1378 la ciudad se puso abiertamente del lado del papa Gregorio XI en la llamada guerra de los Ocho Santos, lo que le valió una excomunión de ocho años y la imposición de fuertes impuestos al clero por parte del municipio. Después del conflicto, poco después Niccolò Acciaiuoli fundó la Cartuja de Florencia y el cardenal Pietro Corsini obtuvo numerosos privilegios para sí y para Florencia. El 10 de mayo de 1419, su pariente Amerigo Corsini obtuvo la elevación a arquidiócesis durante la larga presencia en la ciudad (aproximadamente un año y medio) del papa Martín V. En el mismo año, Baldassarre Cossa, antiguo antipapa Juan XXIII, llegó a la ciudad, protegido por Juan de Médici, y pasó los últimos meses de su vida en Florencia.

    El Renacimiento

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    Gracias al naciente poder de los Médici, en 1439 Cosme el Viejo consiguió el traslado del Concilio de Ferrara a Florencia, donde celebró su fase final en presencia del papa Eugenio IV, del emperador Juan VII Paleólogo y del patriarca de Constantinopla, así como de numerosos obispos y prelados de la Iglesia latina y griega, entre los que destacó el cardenal Basilio Besarión. Durante ese período también se llevó a cabo una importante obra de reforma y racionalización del clero, de las instituciones monásticas y de la organización general de la diócesis florentina. El Colegio Eugeniano fue fundado por el papa, una escuela para clérigos que jugó un papel destacado en la historia religiosa de la ciudad durante los siglos siguientes. Fue también en la primera mitad del siglo XV cuando Florencia redescubrió su pasión por la bibliofilia y nacieron bibliotecas prestigiosas como la Laurenciana y la del Capítulo de Canónigos de Santa María del Fiore.

    Gracias a la familia Médici, la iglesia de San Lorenzo se convirtió casi en una segunda catedral de la ciudad, enriquecida no sólo por la magnífica arquitectura de Filippo Brunelleschi, sino también por su propio gran y riquísimo capítulo. Gracias al mecenazgo de Cosme el Viejo, Florencia contó también con un convento con espacios organizados en estilo moderno y vanguardista, el de San Marcos, obra de Michelozzo donde también trabajó intensamente el beato Fra Angelico.

    Fue a raíz de las luchas políticas entre familias que fue necesario fundar la Compagnia dei Buonomini di San Martino para ayudar a los pobres "verghognosi", es decir, familias otrora ricas que habían caído en desgracia. Esta fue sólo una de las obras de reforma queridas por el arzobispo san Antonino Pierozzi, hombre de cultura que supo introducir en la diócesis el espíritu racional y ordenador del humanismo, anticipándose algunas disposiciones del Concilio de Trento. Otra institución nacida con un espíritu similar fue el Ospedale degli Innocenti, la primera institución dedicada exclusivamente a ayudar a los niños en Europa.

    La figura de Savonarola fue la que más influyó, para bien o para mal, en la espiritualidad y la sociedad florentina de finales del siglo XV.

    Hasta entonces la arquidiócesis tenía como diócesis sufragáneas a Fiesole y Pistoya. En 1460 la colegiata de San Estéban de Prato se separó y fue declarada prevostura nullius, mientras que más tarde se añadieron Sansepolcro (17 de septiembre de 1520 mediante la bula Pro excellenti praeminentia del papa León X) y la colegiata de San Miniato (en 1526 mediante la bula Romanus Pontifex del papa Clemente VII).[2]​ Gran esplendor gozó Florencia y sus iglesias durante la época de los papas Médici (León X y Clemente VII), aunque fueron años difíciles debido a las batallas que ensangrentaron Italia. Los años del Gran Ducado de Toscana, aparte del contraste entre Cosme I de Médici y el arzobispo Antonio Altoviti (nacido por motivos políticos en el seno de la familia Altoviti), que se sanó con el tiempo, fueron más bien tranquilos y garantizaron a Florencia un digno período de paz, aunque ya a principios del siglo XVII se avecinaba una crisis económica que provocó una reducción de su importancia en el tablero europeo.

    Siglos XVII y XVIII

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    Ninguna de las congregaciones previstas por el Concilio de Trento nació en Florencia, pero pronto llegaron allí los jesuitas, los barnabitas, los escolapios y los capuchinos. En Florencia nació el gran reformador de la Roma papal, san Felipe Neri. El testimonio y el misticismo trinitario de santa María Magdalena de Pazzi tuvieron gran importancia para la vida espiritual de la ciudad en el siglo XVII. El beato Ippolito Galantini fue otro ejemplo de espiritualidad y asistencialidad, fundando la Hermandad Vanchetoni. Dos papas florentinos fueron Urbano VIII (Barberini) y Clemente XII (Corsini).

    El arzobispo Tommaso Bonaventura della Gherardesca fundó el seminario mayor en 1712, al que se unió desde 1802 el seminario de Firenzuola, especializado en la preparación del clero de las localidades de montaña, y desde 1859 el Convitto della Calza.

    En el siglo XVIII también se sintió con fuerza la ola del jansenismo, que en Florencia, bajo el impulso reformista del gran duque Pietro Leopoldo, se manifestó con una serie de supresiones de iglesias y monasterios que culminaron con la aplicación de las leyes napoleónicas de 1808. La vena reformista de Pietro Leopoldo, muy moderna sí, pero a veces también sin escrúpulos, fue contrastada por la actividad del arzobispo Antonio Martini, quien en más de una ocasión supo hacer frente a los abusos de los grandes duques. Detrás de las secularizaciones había evidentemente también importantes intereses económicos: el presupuesto del gran ducado de 1737-1738, por ejemplo, presentaba los ingresos del Estado en aproximadamente 335 000 escudos, frente a 1 758 000 para los eclesiásticos, con una población religiosa equivalente aproximadamente al 3% del total.[3]

    El 11 de mayo de 1784, en virtud del breve Exponi Nobis del papa Pío VI, la arquidiócesis adquirió la parroquia de Santa Lucía, en Trespiano, de la diócesis de Fiesole y al mismo tiempo le cedió la parroquia de San Martino, en Mensola.[4]​ En el mismo período la arquidiócesis adquirió el arciprestazgo de Piancaldoli y la rectoría de Castiglioncelli, que pertenecían a la diócesis de Imola.[5][6]

    La era contemporánea

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    El 25 de marzo de 1799 Florencia fue invadida por los franceses. La llamada ocupación francesa de la arquidiócesis se manifestó en el nombramiento de un obispo francés, Antoine-Eustache d'Osmond, al que se opusieron los florentinos y el papa Pío VII, prisionero de Napoleón Bonaparte. Al final los franceses impusieron su decisión, pero poco después de la Restauración dieron marcha atrás. El arzobispo Pier Francesco Morali tuvo la difícil tarea de sanar las divisiones entre los partidarios pro-franceses y los partidarios pro-papales después del final de los conflictos.

    Durante la época de Florencia como capital (1865-1871) fue arzobispo Giovacchino Limberti, quien de repente se encontró en una posición muy prominente a nivel nacional. Si su labor pastoral y caritativa fue notable, no puede decirse lo mismo de su labor política: perseguido por la masonería, fue llamado por ejemplo a defender a Pío IX y el poder temporal del papa tras la ruptura de Puerta Pía contra el gobierno italiano, y trató de mantener una posición conciliadora que disgustó a ambas partes.

    Bajo el episcopado de Alfonso María Mistrangelo (1899-1930) la Acción Católica tuvo su primera sede estable en Florencia. Un gran consuelo a la población en momentos difíciles como la Segunda Guerra Mundial y la inundación de Florencia de 1966 fue dado por los arzobispos de la época: respectivamente el cardenal Elia Dalla Costa y el cardenal Ermenegildo Florit.

    Estadísticas

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    Según el Anuario Pontificio 2023 la arquidiócesis tenía a fines de 2024 un total de 797 227 fieles bautizados.

    Año Población Sacerdotes Bautizados por
    sacerdote
    Diáconos
    permanentes
    Religiosos Parroquias
    Bautizados
    católicos
    Total % de
    católicos
    Total Clero
    secular
    Clero
    regular
    Varones Mujeres
    1950 845 000 850 000 99.4 1280 640 640 660 428 2850 478
    1970 800 000 850 000 94.1 926 514 412 863 1 554 2918 498
    1980 897 527 937 651 95.7 832 476 356 1078 5 437 2500 499
    1990 867 530 885 450 98.0 750 416 334 1156 24 422 1972 321
    1999 826 484 874 172 94.5 665 410 255 1242 34 294 1869 319
    2000 806 787 854 243 94.4 659 406 253 1224 36 301 1862 318
    2001 810 247 858 339 94.4 691 401 290 1172 38 353 1285 318
    2002 811 547 865 259 93.8 660 407 253 1229 52 418 1900 318
    2003 814 315 868 242 93.8 645 424 221 1262 53 302 1870 318
    2004 815 210 889 314 91.7 772 402 370 1055 54 435 1900 318
    2006 815 000 888 237 91.8 724 410 314 1125 56 391 1795 318
    2013 846 000 853 500 99.1 620 384 236 1364 63 336 1464 314
    2016 824 000 833 624 98.8 583 367 216 1413 67 306 1254 305
    2019 831 320 843 980 98.5 577 346 231 1440 65 314 1685 295
    2021 808 286 812 474 99.5 590 352 238 1369 66 334 1148 291
    2023 797 227 811 258 98.3 559 336 223 1426 67 300 1132 289
    Fuente: Catholic-Hierarchy, que a su vez toma los datos del Anuario Pontificio.[7]

    Episcopologio

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    La lista se limita a los nombres atestiguados históricamente, las fechas se refieren al episcopado.[nota 2]

     
    La cátedra arzobispal
     
    San Zanobi (Andrea della Robbia)
     
    Tino di Camaino, monumento a Antonio d'Orso (detalle), Santa Maria del Fiore
     
    El sarcófago "della fioraia", obra romana reutilizada por Giovanni da Velletri en el baptisterio de Florencia
     
    San Antonino
     
    Tumba de Giuseppe Maria Martelli
    1. La suma de las parroquias de los vicariatos, tomada del sitio web arquidiocesano, es igual a 301 y no coincide con el número de parroquias tomado del Anuario Pontificio 2022.
    2. La lista y la cronología (refiriéndose en particular a Gams) difieren en muchos casos de la cronología editada por Giulio Villani y Vittorio Cirri citada entre las fuentes (1993).
    3. La fecha de 826 es reportada por algunos autores, pero no está documentada con certeza. Cappelletti, op. cit., p. 452.
    4. Elinando gobernó la diócesis de Florencia durante sólo un año, como lo atestigua este libro del 1731.
    5. En el mismo año 1508 fue nombrado arzobispo titular de Cesarea de Palestina.

    Referencias

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    1. Del sitio de la arquidiócesis.
    2. Texto de la bula en: Cappelletti, Le Chiese d'Italia dalla loro origine sino ai nostri giorni, vol. XVII, pp. 308-312.
    3. Registro de Ingresos y Gastos de los Grandes Duques de Toscana.
    4. (en latín) Breve Exponi Nobis, en Bullarii romani continuatio, Tomo VII, Roma, 1845, p. 283.
    5. «Curia arcivescovile di Firenze» (en italiano). Consultado el 30 de agosto de 2024. 
    6. (en italiano) La Chiesa fiorentina: storia, arte, vita pastorale, Libreria editrice fiorentina, 1993, p. 455.
    7. Cheney, David (24 de febrero de 2025). «Archdiocese of Firenze {Florence}». Catholic-Hierarchy (en inglés). Kansas City. Consultado el 2 de marzo de 2025. «Datos tomados del Anuario Pontificio de 2024 y precedentes». 
    8. Giovanni Lami, Viviani, Pietro Gaetano, Deliciae ervditorvm, sev vetervm anekdotōn opvscvlorvm collectanea, volumen 11, Florencia 1743, p. 1000

    Bibliografía

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    Enlaces externos

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