Arcaduz

cada uno de los vasos o cangilones de una noria

Arcaduz, alcaduz, o alcatruz, en alfarería popular, se llama al cangilón de noria hecho de barro cocido. Su función es recoger del pozo, río, charca o depósito de agua el líquido que gracias a un ingenio mecánico (la noria), elevará hasta una acequia o canal de riego.[1]

Dibujo de David Roberts de una noria árabe, según litografía de Louis Haghe, para la obra: Egypt & Nubia (1846).

Etimologías

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El humanista Nebrija diferenciaba «alcaduce de anoria» (haustrum) de «alcaduce de aguaducho» (tubus; tubulus, acueducto). El DRAE hace extensivo el uso de este término al caño que conduce el agua o cada uno de los caños (porciones) que componen una cañería.[2]​ Por su parte, Joan Corominas en su Breve diccionario etimológico de la lengua castellana (1987) le da como etimología del árabe «qadus», y este a su vez del griego «kádos» (jarro); y lo documenta en castellano a principios del siglo xv con esa grafía (arcaduz) y antes, en 1256 como alcaduz, explicando el paso de la 'ele' a la 'erre' por influencia del arco que forma la sarta de arcaduces en la noria.[3]

Los manuales y diccionarios especializados en términos cerámicos y de alfarería, definen el arcaduz o cangilón de noria como recipiente cerámico cilíndrico, de fondo convexo y ligera escotadura o estrangulamiento en la mitad superior para ser sujeto con una cuerda a la rueda del ingenio.

 
Cuatro tipos de arcaduz o cangilón de noria: 1.- Arcaduz de barro; dibujo de August Ramsthal, en el manual del viajero Georges Ebers: "Egypt: Descriptive, Historical, and Picturesque" (1878). 2.- Arcaduz árabe. Museo de Melilla (España). 3.- Arcaduz de Mota del Cuervo (Cuenca) 4.- Cangilón (Museo de cerámica de Chinchilla de Montearagón, Albacete).

El arcaduz en El Quijote

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"No entendían los cabreros aquella jerigonza de escuderos y de caballeros andantes, y no hacían otra cosa que comer y callar, y mirar a sus huéspedes, que, con mucho donaire y gana, embaulaban tasajo como el puño. Acabado el servicio de carne, tendieron sobre las zaleas gran cantidad de bellotas avellanadas, y juntamente pusieron un medio queso, más duro que si fuera hecho de argamasa. No estaba, en esto, ocioso el cuerno, porque andaba a la redonda tan a menudo (ya lleno, ya vacío, como arcaduz de noria), que con facilidad vació un zaque de dos que estaban de manifiesto".
[4]​ Cervantes en el cap.XI del Quijote.

Véase también

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Referencias

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  1. Caro Bellido, Antonio (2008). Diccionario de términos cerámicos y de alfarería. Cádiz: Agrija Ediciones. ISBN 84-96191-07-9. 
  2. Corominas, Joan (1987). Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Gredos. p. 59. 
  3. El Quijote, capítulo XI.

Enlaces externos

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